Partida Rol por web

Después de caminar durante lo que te parecen días (no estás acostumbrado a andar y tu compañía no tiene buena conversación) llegas al centro comercial.

El parking es compartido entre el Polideportivo y el Centro Comercial y aunque no se ve gente está hasta los topes. Muchos han venido a la fiesta que se celebraba en el Polideportivo y otros, menos festivos, han dedicido pasar la noche en los bares y cines del Centro Comercial.

Diriges tus pasos hacia el segundo...

Mirando el Polideportivo, me quedo un momento pensativo. Después, miro a mis pútridas huestes y digo- Veamos... Tú, tú, tú, tú y tú... Y tú también. Id hacia el polideportivo, y comed algo. Después, podéis venir al centro comercial. El resto, seguidme, vamos hacia el centro -y diciendo esto, me vuelvo a poner en marcha hacia el centro comercial.

Seis de tus pútridos esbirros se dirigen al Polideportivo entrando en él.

Mientras tu entras en el Centro Comercial sembrando el terror. En el Centro Comercial reina el caos. La gente corre por las balconera huyendo de algunos zombies que ya andaban por allí. Hay gente corriendo por todos lados, la mayoría vivos, y se oyen algunos disparos lejanos dentro de alguna tienda.

Los zombies que te acompañan, incluido el policía de antes esperan tus órdenes, parece que les está costando mucho contenerse y no comenzar a correr detrás de esos jugosos y palpitantes cerebros.

Con una sonrisa, digo- veamos todos menos vosotros tres -señalo al policía y a otros dos más, además de mi fiel y pútrida mascota- Id y sembrad el caos. Comed carne y cerebros a vuestro antojo. Vosotros tres, venid conmigo -Y diciendo esto, busco el lugar desde el que parecen venir los disparos.

Tus esbirros salen en busca de jugosos y palpitantes cerebros y tu comienzas a avanzar por el Centro Comercial como si te perteneciera.

A tu paso la gente sale huyendo, tu perro persigue a algunos, dándoles mordiscos con su infecciosa boca canina.

Finalmente llegas al pie de una pareja de escaleras mecánicas. En la descendiente el cadaver de un zombie (valga la redundancia) golpea insistentemente el suelo cada vez que un nuevo escalón llega al final.

Alzas la vista y en la parte superior ves a un guardia de seguridad que te apunta con una pistola.

-¡Alto o disparo!- te grita

¿Quién yo? ¿Por qué? Yo no soy peligroso. No he tocado ni he hecho daño a nadie. Mira, como acto de buena fe, no me moveré más, solo me meteré las manos en los bolsillos.

En un susurro, digo- ya sabéis lo que tenéis que hacer... A por él.

Te quedas parados con las manos en los bolsillos mientras los zombies se lanzan como locos a por el guardia.

Por desgracia no son lo que se dice agiles y no hacen más que tropezarse en las escaleras mecánicas. La situación es bastante cómica, en cada escalera un grupo de zombies se pegan entre ellos para intentar subir por aquella maldita cosa que se mueve y en la que no hacen más que tropezarse.

Uno de loz zombies, tumbado sobre las escaleras en una postura inhumana empieza a elevarse hacia el guardia, que está claramente nervioso.

-¡Levántese! ¡Vamos! ¡Levántese o disparo!

Las manos le tiemblan mucho, no parece querer disparar, pero cuando el zombie está a punto a llegar a sus pies, alargando su brazo para intentar cogerle el guardia le dispara varias veces, dejándolo tumbado en el suelo golpeando repetidamente el final de las escaleras.

El guardia vuelve a apuntar a los zombies que intenta subir.

-¡Quietos! ¡O volveré a disparar! ¡Será mejor que hagan como su amigo!

Con una sonrisa, miro al hombre, intentando defenser como gato panza arriba. ¿Cuántas balas le quedarán antes de ser deborado de forma irremediable?

Mientras pienso esto, mi mirada busca en los alrededores del guardia algún zombie que pueda hacer más rápido lo que los otros tardarán bastante en lograr...

Al final un par de zombies logran acertar como subir por la escalera mecánica.

Mientras se elevan inexorables hacia el segundo piso el guardia les dispara varias veces. Una de las balas impacta en la cabeza de un zombie haciendo que caiga de espaldas y ruede un poco por las escaleras hasta que se qeuda parado y comienza a elevarse por las mismas. Al otro solo le han alcanzado en el cuerpo, así que ni se ha enterado.

Cuando se queda sin balas el guardia suelta un gritito y dejando caer la pistola sale corriendo. Cuando el zombie alcanza la cima de la escalera empieza a correr tras él y lo pierdes de vista.

Ahora mismo solo queda tu perro zombie que parece bastante excitado y le ladra a tu mochila, la cual, ahora que le prestas atención, parece pesar más que antes.

Intrigado,me desculego y miro el interior de la mochila, a ver que ocurre.

El libro parece palpitar, como si estuviera vivo.

Algunos zombies que perseguían a gente se paran en seco y te miran, como si pudieran sentir el libro.

Y parece que el libro también los siente a ellos, debe haber muchos cerca para que ahora se note con tanta intensidad.

Abro el libro, y le echo un rápido vistazo, por si alguna de sus extrañas partes brillase o se sintiese con gran intensidad. Si no encuentro nada, vuelvo a guardar mi libro, y sigo buscando zombies a los que poder dar órdenes.

Coges el libro de la bolsa y comienzas a ojearlo. Cuando llegas a una página que parece que antes no estaba allí empiezas a pasar el dedo por encima con intención de leerla pero todo parece estar en un idioma inintelegible.

En ese momento el libro parece estar cargado de electricidad, que si bien no te quema hace que sueltes el tomo y este caiga un par de metros delante de ti.

Justo cuando vas a dar un paso una camioneta entra a toda velocidad por la puerta principal, no destrozandola por poco, ya que se ha abierto automaticamente.

Con un chirrido las ruedas se bloquean y la camioneta se desliza por el suelo encerado.

Como un ciervo en la carretera, eres iluminado por los focos hasta que se detiene a unos pocos centímetros de tu cara, sobre el libro.

Cuando abres los ojos ves que el chico chino de la tienda de enfrente de la hamburgusería está al volante, junto a él va un chico del puebo y detrás unas cuantas personas que aun no has visto bien.

Estais todos juntos.

La camioneta ha frenado junto a John. Deivid y Seth van sentados delante y el resto vais en la parte trasera, que es abierta (es una camioneta Pick-up).

En el centro comercial algunos zombies os miran desde las balconadas, con curiosidad.

La tienda de armas que buscais está en ese mismo piso.

¡Vamos rápido! ¡Necesitamos armas! ¡Vamos a por ellas! Les grito a mis compañeros mientras señalo a los dos recién llegados.

¡Eh, vosotros! ¿Estáis bien?

Bajo a toda leche de la furgoneta y me dirijo rapidamente a la parte trasera de la misma a ayudar a bajar a las chicas...

- Rápido, vayamos a por las armas, digo al unisono con Seth...

Bajo de la furgoneta y una vez en el suelo giro sobre mi misma echando un ojo al centro comercial. No había estado allí antes. No sabía exactamente donde ir a por las armas. Espero a que algunos de mis compañeros se dirijan a por ellas pues conocerán mejor el lugar que yo. En estos momentos empiezo a preguntarme por qué habré elegido aquel sitio para mudarme...

Lizzy, como de costumbre, en silencio, sigue a los demás mientras escruta cuidadosamente el centro comercial, obsesionada aún con dar con una manera de comunicarse con alguna autoridad superior.