Partida Rol por web

Ves que al hombre se le forma una expresión de pánico en la cara, da media vuelta y empieza a correr hacia la mujer.

Todos mis sentidos estaban a mil y realmente temía por mi vida. Al ver el arma empuñe el martillo en alto y grite :-¡¡¡Soy humana, soy humana, no dispares por lo que más quieras¡¡¡-

No era capaz de distinguir las caras de las personas ya que de repente se me había nublado la vista. Sabía que corría el riesgo de que me pegaran un tiro y todo acabara, pero clavé los pies al suelo y agarré el martillo con más fuerza.

La cabaña por dentro

Junto a la puerta, una chica joven grita, con acento español, y sosteniendo un martillo en alto. Frente a ella una mujer, que sostiene un arma entre sus manos, se rodea, sorprendida, ante su presencia. No puede creer que se le haya pasado por alto. El hombre también está sorprendido, o asustado, y se dirige hacia su compañera, ambos miran a la chica. Afuera, a punto de entrar, está el chico con el bebé en brazos.

Daniella frunce el ceño ¿cómo coño no ha visto a la chica? se regaña a sí misma mientras lanza una mirada de reojo a Zack

-"Muéstrate"-ordena simplemente,aún sin bajar el arma,esperando ver bien a la chica,comprobar que no tiene mordiscos ni arañazos ni nada que pueda haberla infectado

Al comprobar que la sombra es un ser aun vivo y que blande un martillo (contra la pistola de Daniela), Zack se relaja y deja la leña a un costado, en el interior de aquella cabaña.

Afuera está el joven con la bebé, parecían esperar algo -vamos, adentro, que ahí fuera es un peligro-. Si entra cierro la puerta tras ellos para estar todos finalmente seguros.

-No sé si sea peligrosa, pero no puede ser tan peligrosa como los monstruos de allí fuera- pienso analizando la figura que parece una mujer de acento latino. Mi cara se truncó en una sonrisa al recordar a mi reciente compañero, alcé las manos y llevé una a mis labios, apoyando el índice contra ellos.

-Shhhh- solté primero una onomatopeya bastante comprensible -muertos outside, no sound-*. Debíamos saber si había más pero lo primero era evitar atraer a una horda iracunda.

Ves entre la penumbra el cuerpo de la chica. Sus ropas parecen intactas, así como su cara y sus manos, que están al descubierto. Sus movimientos también parecen de una chica sana. En principio no parece que tenga heridas ni mordeduras.

En esa situación tensa, de miradas y nerviosismo, John entra en la cabaña, cabizbajo, como triste, y con el bebé en brazos. Pasa entre las dos mujeres y se sienta en un taburete; respira afligido y acaricia la carita del bebé. Zack cierra la puerta y la asegura con un pequeño pestillo que hay en el interior. Estáis a salvo en el interior de la cabaña.

Aliviada,baja su arma y se introduce en la cabaña

-"Mi nombre es Daniella ¿cómo te llamas?"-pregunta a la chica,empezando a buscar lo necesario para tapar las ventanas mientras espera su respuesta-"Supongo que estás aquí por Sanctuary...nosotros también"-la mira de reojo y le sonríe levemente

Las ventanas tienen cortinas, pero también hay sábanas y mantas.

Con las cortinas se ve algo de luz. Con las mantas podéis tapar las ventanas, pero pasaréis frío durante la noche.

Estábamos dentro y a mi criterio eso implicaba estar mucho más seguros. La noche nos golpeaba con su viento frío, por no pensar en las bestias que querían comernos.

Miré a la muchacha latina -yo soy Zack-. No me desenvolví demasiado a nivel verbal, me concentré en llevar lo que tenía cerca a la salamandra* para calentarnos aquella noche.
Entre mi equipo busqué un encendedor con el que iniciar aquel fuego.

La mujer no parecía peligrosa, esperaba no equivocarse.