Partida Rol por web

Zombis 1: Éxodo

05 Moraime

Cargando editor
27/11/2019, 13:50
Nara

Está claro que aquí no podemos confiar en nadie, para variar. Quizá el estúpido desagradecido de Jose hubiera sabido lo que es este líquido. Si me lo encuentro lo reviento, ¿Cómo se atreve a dejarnos tirados? - Gaspar no te lo bebas, quizá sea aquello que llaman drogas, y no me da buena espina ese apestoso regalándole algo a un extraño. Quizá en la posada nos digan qué es. Oye Sunhee, ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño en el brazo?

Voy mirando alrededor para intentar prever cualquier peligro o amenaza mientras andamos hacia la posada a comer.

- Tiradas (1)
Cargando editor
27/11/2019, 16:37
Narrador

Nara, cualquier cosa o persona que ves te parece un peligro o una amenaza. Puedes ver como a unas treinta personas, todas con muy mala pinta. Sucias, heridas, enfermas... unos se arrastran por aquí y por allá, otros caminan dándoles la espalda, sin importarles. La mayoría comercia, intercambian cosas, armas, comida... alguno ríe exageradamente, otros están quietos mirando al infinito... De vez en cuando un vehículo pasa por la carretera sin detenerse, directamente de puerta a puerta, y a veces es asaltado por vendedores que ofrecen cosas, o por mujeres poco vestidas que ofrecen algún servicio...

Cargando editor
27/11/2019, 17:11
Narrador

La gente que veis es muy rara, la mayoría van sucios y tienen comportamientos extraños. El lugar es pestilente, las "casas" están hechas con desechos, de chapas, de cartones, y dejan estrechos callejones entre ellas donde se amontona la inmundicia. Todo está rodeado por un muro. Entre todo este vertedero caótico el edificio de la Posada parece ser el único lugar salubre y ordenado. A los pocos metros llegáis ante él. Es un edificio de ladrillo muy antiguo, parece que lleva aquí muchísimos años, incluso antes que la ciudad misma. Delante hay un espacio libre, un aparcamiento, en el que hay estacionados dos motos y lo que se podría llamar un coche o algo parecido. En la puerta una mujer y dos hombres armados, uno de ellos muy joven, de la edad de Gaspar, parecen vigilar. Están limpios, o al menos mucho más limpios que los que se arrastran por las calles. Cuando os acercáis os miran directamente, con curiosidad, os estudian... Los hombres callan y la mujer habla, sin cambiar su semblante serio: - Buenos días. - Y os dejan pasar.

Dentro el espacio es pequeño y escaso de mobiliario, pero está limpio, y sobretodo huele bien, a comida caliente, a estofado... la posada está en un casi absoluto silencio, que contrasta con el leve pero constante rumor de afuera. En una mesa hay dos hombres sentados, hablando en voz muy baja, mirando un papel. En la mesa de al lado una mujer da de comer a un niño con una cuchara. Otras dos mesas están libres. Al fondo podéis ver la barra, con una chica sentada en un taburete de espaldas a vosotros, y la cocina, con una mujer dentro cocinando. A ambos lados de la barra hay dos puertas cerradas. Los dos hombres, la mujer y el niño os miran cuando entráis, y tras asegurarse de que no sois peligrosos vuelven a sus cosas. Ni la cocinera, que debe ser Quintana, ni la chica de la barra se dan cuenta de que habéis entrado hasta que os acercáis.

Cargando editor
28/11/2019, 10:40
Sunhee

Sonreí cuando Nara me preguntó por mi brazo. ¡Cómo se preocupaba por mí!

–No te preocupes, estoy bien.

Al caer me había molestado un poquitín, pero nada que ver con cómo dolía días atrás. Poco a poco iba mejorando. Sin embargo, en cuanto llegamos a la posada y vi a las personas que custodiaban la puerta, todos armados, guardé un semblante más serio.

–Buenos días –respondí al saludo.

Y, sin pensarlo demasiado, entré en la posada. No quería estar mucho tiempo rodeada de gente armada. Ya nos habían quitado el mapa, temía que ahora también trataran de quitarnos algo más.

En cuanto a la posada, aquel lugar sí que era muuucho mejor que lo que habíamos visto antes: gente menos rara, más limpio, mejor olor,... Mi estómago sonó con fuerza cuando olí a estofado. ¡Qué bien olía, por favor! ¡Me moría de ganas de probarlo!

Lo primero que hice fue ir hacia la barra y saludar a la chica que estaba allí sentada.

–¡Buenos días! –saludé, lo suficientemente fuerte como para que también lo escuchara la cocinera. Luego eché un vistazo disimulado a lo que estaba comiendo la chica de la barra, si es que estaba comiendo algo; si tenía buena pinta, me pediría eso mismo para comer yo también–. ¿Esta es la posada de Quintana, verdad? Nos ha mandado aquí el guardia de la ciudad...

Obviamente, era la Posada Quintana, el letrero enorme justo encima de la puerta que habíamos cruzado no daba lugar a dudas, pero... era una manera de romper el hielo.

Cargando editor
28/11/2019, 12:17
Gaspar

Observo un instante más el líquido amarillento en el pequeño frasco. Nara ha hablado de droga… a qué se refiere. En los libros de José las drogas servían para curar enfermedades. Aaaahh… José… él sí sabría qué hacer con esto.

Camino sin mirar atrás, no sea que vuelvan esos tipos. ¿Sentirme un hombretón? Eso no estaría mal. Mis pensamientos se interrumpen al llegar frente a la Posada Quintana, vuelvo a ponerme serio y erguido en plan guardián de las chicas. Miro muy atentamente las motos y esa especie de coche. Primero observo para ver si reconozco la moto de Luska, luego me intereso por la mecánica que tengan visible, trato de determinar su potencia y funcionamiento en general.

Por esto es que me retraso apenas un poco, suficiente para que Sunhee tome la delantera e ingrese al lugar. La sigo de inmediato, hago un saludo sin hablar, tomando el ala de mi sombrero a los tres que están apostados en la puerta. Una vez dentro mi compañera ya ha saludado con la simpatía de siempre así que me limito a quedarme parado junto a ella.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo una tirada de Agudeza+Mecánica por si sirve de algo.

Cargando editor
29/11/2019, 03:11
Nara

Si esto es una ciudad, desde luego no quiero volver a entrar a una. Esto no puede ser sano, y desde luego no es seguro. Tenemos que irnos de aquí, o al menos de esta zona, cuanto antes.

Sunhee saluda, y yo escrutino a todos los allí presentes para intentar averiguar lo que pueda. Aquí al menos el olor no da arcadas.

Buenas. Como dice mi amiga, el guardia de la puerta nos ha mandado a comer aquí, si es tan amable.

Espero su reacción y añado:

¿Podríais explicarnos qué es este lugar y por qué está en tan malas condiciones? Sólo venimos de paso pero no esperábamos que la ciudad estuviera tan deteriorada.

Espero que pueda darnos algo se información...

- Tiradas (2)
Cargando editor
29/11/2019, 11:17
Narrador

Cuando pasas por el aparcameinto frente a la posada los vehículos te llaman la atención. Los que viste en la entrada los viste de lejos y no pudiste analizarlos, pero estos los tienes más cerca. No has visto muchos que aún funcionen desde que salísteis de Pedroso. Lo que ves es esto:

Hay una especie de moto triciclo chopper... con el manillar muy largo y un asiento bastante cómodo entre dos ruedas y sobre el motor. Hay poco espacio de almacenaje pero esta moto debe de ser muy rápida, si bien no será muy práctica fuera de la carretera. Está muy limpia, y entera pintada de gris, por lo que llama tu atención un pequeño dibujo en amarillo pintado con spray:

También hay un coche, o una barca, o el coche-barca... no sabes cómo definirlo. Quizá se trate de uno de esos vehículos anfibios pero siempre te los habías imaginado mucho más grandes y cargados de armas... un vehículo del ejército. Este más bien parece un Seat Panda venido a más. No tiene ventanas, y una lona hace de techo... no parece muy seguro... aunque el mar está cerca, ¿será realmente práctico?

Y por último otra moto, la más convencional, cargada con cosas atrás, más robusta... ¡es la moto de Luska! Así que Luska debe andar cerca.

Cargando editor
29/11/2019, 12:56
Narrador

Cuando entras te centras en mirar a los presentes. Todos están limpios (o al menos tan limpios como vosotros). Aunque están en mesas separadas los dos hombres, la mujer y el niño parecen ir juntos, pues cuando entráis, uno de los hombres y la mujer se miran un segundo. Los hombres parecen fuertes, uno es mayor que otro. No tienen pinta de buscar problemas, pero parecen desconfiar de vosotros, y ocultan el papel que tenían entre manos. Siguen hablando pero no alcanzas a entender nada, y la mujer sigue dando de comer al niño. Te da la impresión de que se han puesto alerta al ver entrar a alguien, pero luego al veros se han relajado un poco.

La chica de la barra no parece prestaros atención. Está comiendo tranquilamente, con unas gafas de sol puestas, así que no ves a dónde mira. Es morena, joven y está muy en forma. Lleva un pantalón de camuflaje y una camiseta de tirantas. También tiene una cazadora oscura reforzada en el taburete de al lado. En el cinto lleva un cuchillo. En su brazo puedes ver un pequeño tatuaje de un extraño muñeco, algo así:

Por último la cocinera, la camarera, la dueña, esa mujer anciana pero enérgica que lleva el local, y que está cocinando en este momento. Debe ser Quintana, su nombre está en la puerta, y Karu os dijo que le pidiéseis de comer a ella de su parte. Parece una mujer agradable y fuerte a pesar de su edad. Es de las personas más ancianas que has visto nunca.

Cargando editor
29/11/2019, 13:18
Narrador

Cuando Sunhee saluda, la chica sentada en un taburete y apoyada en la barra gira su cabeza y hace un gesto cordial sin hablar, volviendo rápidamente a centrarse en su plato. Lleva una camiseta de manga corta que deja ver un pequeño tatuaje y un pantalón de camuflaje. Es morena, con el pelo recogido y unas gafas de sol.

La cocinera se acerca:

Cargando editor
29/11/2019, 13:23
Quintana

- Buenos días chicos. Soy Quintana. Y sí, esta es mi posada, desde hace años... -saludo con una sonrisa- Parece que venís de muy lejos... parecéis cansados. Así que ese granuja de Karu os ha mandado aquí, a comer gratis... otra vez... -suspiro.- ¡Bueno! Hoy tenemos estofado de cerdo con cebolla, zanahora y papas. Sentáos en aquella mesa... sois tres, ¿no?

En las mesas hay cuatro platos, cuatro cucharas, cuatro vasos y una jarra de agua en el centro de cada una de ellas. Quintana sale de la barra, limpiándose las manos en el delantal, y os acompaña a la mesa: - No soy una hermanita de la caridad, ¿sabéis? Decídselo a Karu cuando le veáis. Ya está bien de mandar gente aquí... esta mañana ha mandado a un chico, ahora a vosotros... así no puedo mantener este negocio.

Quintana habla enfadada pero no se le nota ni en su forma de hablar ni en sus gestos. Más bien parece resignada, y parecen quejas de siempre, que ya forman parte de su rutina.

Este lugar... -respondo a Nara- ¿Mi posada? Ah, Moraime... ya... verás, no siempre fue así. Antes estaba mejor, pero cada vez hay más gente... hubo un tiempo en el que lo más peligroso eran esos caminantes. Pero ahora... hay personas peores que ellos. Este sitio ha crecido mucho en los últimos años, ¡la posada antes estaba afuera, rodeada de árboles, y ahora mira! Me la han rodeado de basura. Pero en la Plaza están mejor, todo está más limpio y hay menos problemas... aquí como es una zona de paso... ¡Bueno! Os traigo ahora la comida.

Al poco vuelve con una olla y os sirve dos cazos de estofado a cada uno. Si bien no es un estofado denso y jugoso cargado de carne, sino más bien una sopa, con bastante patata y zanahoria y algún trocito de carne difícil de encontrar. Aún así huele de escándalo.

Cargando editor
29/11/2019, 15:34
Gaspar

Se me dibuja una sonrisa al reconocer la moto de Luska, aunque no sé bien porqué, apenas la conozco. Tampoco comprendo la decepción que siento al no encontrarla dentro del lugar.

Antes de sentarme pregunto por ella a Quintana – Buen día. Hay una moto allí afuera que pertenece a… una amiga… ¿Sabe dónde se encuentra?

Cuando la mujer nos lo indica me siento en la mesa señalada. Cuando nos sirven el estofado se me hace agua la boca. Estoy a punto de meterme la primera cucharada cuando lo pienso mejor.

- Disculpe… ¿Nos cobrará de alguna manera Karu esta comida o es realmente gratis? – Ya no quiero caer más en los trucos de la gente de este mundo. Tal vez si nos comemos esto luego quiera hacer valer la comida por el mapa o algo.

Cargando editor
29/11/2019, 16:37
Nara

Mientras se dirigen a la mesa, me quedo un momento junto a la chica de la barra.

Hola -  me siento a su lado sin mirarla - ¿Eres de por aquí? Acabamos de llegar y nos vendría bien algun consejo de alguien como tú. 

Hago una pausa y espero su reacción.

¿Conoces a Luska?

Notas de juego

Así que Jose ha debido comer aquí.... Ahora preguntaré a Quintana cuando acabe con la vaquera.

Cargando editor
29/11/2019, 22:14
Sunhee

Cuando la dueña de la posada dijo que el guardia había mandado a un chico, rápidamente pensé en Jose. Por supuesto, necesitaba saber si era él, así que atropelladamente le pregunté:

–¿Me puede decir cómo era ese chico? –apenas di tiempo antes de seguir con las preguntas–. ¿Moreno, delgaducho, y con cara de sabelotodo? ¿Te dijo su nombre por casualidad? ¿Sabes dónde está ahora? 

Era un bombardeo de preguntas, pero quería encontrar a José cuanto antes. Ese chico, tan debilucho... sería objetivo fácil de matones y granujas, y este lugar parecía estar plagado de gente de esa calaña. No quería que le pasara nada o... me sentiría culpable toda mi vida. 

Cargando editor
30/11/2019, 19:51
Narrador

El lugar es tan pequeño y está tan silencioso que todos podéis oír ambas conversaciones, la de Nara con la chica de la barra y la de Gaspar y Sunhee con Quintana:

Cargando editor
30/11/2019, 19:51
Anea

Hola. ¿Eres de por aquí? Acabamos de llegar y nos vendría bien algún consejo de alguien como tú.

La chica gira la cabeza y mira a Nara fijamente sin decir nada, al principio. Traga despacio lo que está comiendo y después responde muy secamente:

- Sólo estoy de paso. Mi consejo es que me dejes comer tranquila.

¿Conoces a Luska?

- No.

Responde tras volverse a su plato justo antes de llevarse otra cuchara a la boca. Sigue comiendo e ignorando a Nara.

Notas de juego

No dice su nombre.

Cargando editor
30/11/2019, 19:58
Quintana

Buen día. Hay una moto allí afuera que pertenece a… una amiga… ¿Sabe dónde se encuentra?

- Pues una de ellas creo que es de esta chica... -y señala a la chica de la barra- y la otra es de alguien que no está aquí ahora mismo... ¿dices que es tu amiga?

Y luego, tras oír a Nara pronunciar el nombre de Luska:

- ¿Así que sois amigos de Luska...? ¿Por qué la buscáis? Esta chica... ¿Me podéis repetir vuestros nombres?

–¿Me puede decir cómo era ese chico? ¿Moreno, delgaducho, y con cara de sabelotodo? ¿Te dijo su nombre por casualidad? ¿Sabes dónde está ahora?

- Pues... bueno... sí... era así. Me pareció un joven algo tímido... no habló demasiado... llevaba muchos libros y preguntó por alguien que pudiese estar interesado en ellos... no sé si vería a algún comerciante al irse de aquí... en la Plaza... o al Alguacil... o al mismísimo Abad... ¡Quién sabe! ¿También le estáis buscando? Parecía incluso más perdido que vosotros...

Disculpe… ¿Nos cobrará de alguna manera Karu esta comida o es realmente gratis?

- Jajaja -la mujer sonríe ante la ocurrencia de Gaspar- Tranquilo, Karu no es mal chico. Acaba de ser ascendido y tiene que hacerse valer, supongo... Si os ha dicho que vengáis a comer aquí es porque ha debido ver algo en vosotros... ¡Bueno! Comed antes de que se enfríe... ¿no os gusta?

Cargando editor
30/11/2019, 22:50
Nara

Miro con incredulidad durante un instante a esta chica. ¿Quién se ha creído que es, hablándome así?

Sopesando nuestras opciones y pensando en el revuelo que podría montar un pelea en el establecimiento de esta buena mujer, decido ignorar la provocación y me levanto del taburete, no sin antes dejar escapar una sonrisa/suspiro de desdén y desprecio.

No quiero meter en problemas a Sunhee con el brazo roto, hay dos hombres que protegerán a la mujer y al bebé muy cerca de Gaspar y ella... No debería estamparle la cabeza contra la barra. Mejor me voy a comer, a ver si me tranquilizo.

Señora, ese guardia nos ha robado nada más llegar a la ciudad, y parece que se está aprovechando también de usted. Por eso, por favor, dígame si hay algo que podamos hacer por usted para agradecerle su hospitalidad.  Y por cierto la comida está está riquisima, - miento -  perdone tanta molestia, es que estamos buscando a ese chico que pasó por aquí antes. 

Como algo mirando de reojo a la de la barra. Menuda pieza. Puedo con ella seguro.

Yo soy Nara, ella Sunhee, y Gaspar. ¿Conocéis a Luska, entonces? 

Miro a la señora y le sonrío un poco.

Notas de juego

Los dos días que estuvimos en la furgo antes de llegar a Moraime deberíamos haber hablado de nuestra versión de habernos encontrado a los fráteres muertos. Deberíamos tener una versión preparada :-/

Cargando editor
01/12/2019, 10:33
Sunhee

¡Era Jose! No había ninguna duda ya...

–Por favor, si le ves de nuevo –hice una pequeña pausa–, podrías decirle que sus amigos le están buscando. Que estamos preocupados por él y que queremos que vuelva con nosotros...

No me importaba lo que habíamos visto en el libro: nuestros nombres escrito y el resto de cosas extrañas; quería volver a verle y saber que estaba bien. Solo esperaba que no hiciera ninguna tontería, y que volviera con nosotros...

Luego saqué algo de verdura que tenía en mi mochila y se lo di a la mujer como moneda de cambio.

–Avísenos si le vuelve a ver, por favor.

Notas de juego

Le doy una tarjetita de verduras.

Cargando editor
01/12/2019, 12:27
Gaspar

Una vez aclarado el tema de la comida la devoro como si no hubiera mañana. Tan atorado estoy tragando que las chicas se adelanran con las preguntas importantes, asíque escucho atento. La chica de la barra es muy grosera y nada simpática. Quintana, en cambio es mucho más agradable.

- Más tarde Karu quiere llevarnos con el Alguacil para una "preguntas". ¿Tratan a todo mundo así por aquí? ¿Quién es el tal Alguacil?

Cargando editor
01/12/2019, 14:46
Quintana

Mientras coméis la conversación continúa.

–Por favor, si le ves de nuevo –hice una pequeña pausa–, podrías decirle que sus amigos le están buscando. Que estamos preocupados por él y que queremos que vuelva con nosotros...

–Avísenos si le vuelve a ver, por favor.

Quintana acepta las verduras de muy buena gana y con una sonrisa:

- Lo haré... le diré todo eso si le veo... y gracias por estas verduras... me vienen muy bien... ¡gracias!

Señora, ese guardia nos ha robado nada más llegar a la ciudad, y parece que se está aprovechando también de usted. Por eso, por favor, dígame si hay algo que podamos hacer por usted para agradecerle su hospitalidad.  Y por cierto la comida está está riquisima, - miento -  perdone tanta molestia, es que estamos buscando a ese chico que pasó por aquí antes. 

Yo soy Nara, ella Sunhee, y Gaspar. ¿Conocéis a Luska, entonces? 

Quintana parece reírse cuando oye que Karu se aprovecha de ella:

- Ese chico no se aprovecha de mí, pequeña... nos conocemos muy bien... verás, aquí nos ayudamos todos... si os ha mandado aquí tendrá sus motivos... no me importa... y ya veo que vosotros también sois buenos chicos... así que... ¡además! Si no nos ayudásemos entre nosotros entonces... ¿qué sería de este mundo? Me extraña mucho que Karu os haya robado... no le veo capaz de algo así... ¿buscáis al chico ese y también a Luska? Sí, la conozco... viene de vez en cuando por aquí... también le diré que la andáis buscando...

- Más tarde Karu quiere llevarnos con el Alguacil para una "preguntas". ¿Tratan a todo mundo así por aquí? ¿Quién es el tal Alguacil?

- Pues no sé qué decirte, Gaspar... a todo el mundo... no... la mayoría de los que pasan por aquí vienen de paso... o se quedan sólo unos días para comerciar... yo la verdad prefiero que se vayan... o los que ya son de aquí y les conocemos... pero tanto interés por unos pobres chicos viajeros... no sé... puede que simplemente quiera ayudaros... se os ve buenos chicos... y se ve que venís de muy lejos... el Alguacil lleva con nosotros muchos años... ¡ay! Hemos pasado taaaantas cosas... él ha hecho de Moraime un lugar mejor... ¡claro que sí! y eso que no lo tiene todo a su favor... sólo intenta hacer lo mejor... lo mejor que puede... y que le dejan... ¡bueno! ¿Queréis un poco más?

Quintana os ofrece un poco más, parece una señora muy amable. La chica de la barra asiente y Quintana le vuelve a poner otros dos cazos de su estofado, sin decir nada. Luego se acerca a las otras mesas, llena los platos de los hombres y pellizca la mejilla del niño. Se pasea entre las mesas sujetando la olla con ambas manos y sonriendo.

Notas de juego

El tiempo se os está acabando si queréis estar a la hora acordada en la Puerta Norte.