Partida Rol por web

- Chicos, escuchad, necesitamos protegernos frente a las salpicaduras de sangre para no contagiarnos por los ojos o la boca. Nos pondremos algo cubriendo la boca. ¿Qué se os ocurre? Creo que podríamos meter a todos juntos en un corral, y luego sacar uno a uno el que vayamos a mutilar. Así podremos bien con él los tres. Sería ideal atarlo a la valla desde fuera y entonces acceder. Lo primero sería quitarle la mandíbula para disminuir riesgos desde el principio. También estaría bien cegarlo aunque creo que usan su olfato también.

planeando bien antes de actuar, me dirijo ahora al guardia de manera sumisa y complaciente:

- ¿Podríamos disponer de una cuerda, por favor? O una cadena.

No os váis a contagiar de esa manera.

-Tenemos órdenes de no facilitaros nada más-

Miré con bastante tristeza aquellas pobres herramientas, y con preocupación a los podridos. No porque no pudiéramos dominarlos, pero porque no fuésemos capaces de hacer lo que ellos querían. En cualquier caso, miré a las chicas, y me quedé tranquilo. Ellas si eran gente en la que confiar, y creo que podríamos conseguirlo. 

-Pues maloserá que no podamos hacer algo con estas herramientas. ¿Qué cogéis chicas? -Miro al guardia, y lo veo en una postura de que no nos ayudará. -Hicimos cosas más difíciles en el pasado, vamos a ganarnos el pan. -El guardia estará atento a todo lo que digo y hago, así que me pongo lo más activo y positivo que puedo, e intento que se note.

Las herramientas... parecían ser poco útiles para el cometido que teníamos pendiente. Por fortuna, a mí no me habían requisado la daga, y así se lo hice saber a mis compañeros.

—Yo tengo la daga. No me importaría ser la que se encargue de cortarles lo que haga falta mientras vosotros les distraéis —era un plan bastante arriesgado, pero tampoco teníamos muchas más posibilidades y los guardias no parecían querer ayudar en absoluto—. Con los que están atados no habrá mucho problema. Con los otros ya será más complicado... pero podemos hacerlo.

Luego sonreí, quitándole hierro al asunto, y alcé el pulgar segura de mí misma.

—Yo soy menudita. Seguro que esos descerebrados no me ven como una buena merendola —dije, a modo de broma—. Así que, si los distraéis bien, seguro que ni se dan cuenta de mí.

Podíamos conseguirlo sin problemas. Estaba segura de ello.

- Vale, pues ... Vamos a ello.

Cogí un palo y me acerqué a la valla para que los zombis se me acercaran. Cuando estén cerca, intentaré cegarlos de un estocazo.

-Estoy de acuerdo, yo tengo mi machete, pero creo que les haría daño de más, así que mejor no. Si cojo esto - Digo señalando a uno de los objetos que nos han dejado. -No son los mejores del mundo, pero pueden usarse para mantener alejado a uno o dos y que otro les ataque. Y, por cierto, conservo mi querida red de pesca. Podemos usarla, atraparlos de uno en uno, y darles. O al menos, eliminar a uno de la ecuación, solo quedarían 4. No sé qué os parece. 

Mientras habíamos estado en Hoke, mi red sirvió para los de siempre, pescar. Pero cuando había aprendido a matar zombis, la red me sirvió mucho. Y la conservaba todavía, y no sabía si era bueno o malo ,porque ya traía muchos recuerdos... Y muchos negativos.  A ver si le podía dar un recuerdo más util​​​. Así que saqué la red, y la enseñé. Seguía en buen estado. 

Mientras debatís sobre cómo afrontar el "trabajo" se oyen unos gritos en la misma granja, unos cuantos corrales más allá. Todo el mundo mira hacia allí pero pocos se atreven a moverse y dejar lo que están haciendo. Está pasando algo grave. Poco después otros dos "entrenadores" como vosotros pasan corriendo en pánico a vuestro lado, gritando y manchados de sangre. Algo ha ocurrido allí, y unos segundos después veis acercarse a dos podridos, persiguiéndoles. Han escapado del corral.

El guardia que os vigila sonríe, da un par de pasos hacia atrás y os hace un gesto con la cabeza para que os hagáis cargo. Es vuestra oportunidad para demostrar de lo que sois capaces. Seguro que si conseguís "entrenar" a estos dos, además fuera de un corral, os ganaréis la admiración de La Faro.

Xose se ha hecho con una barra de acero y Sunhee sujeta su daga, mientras que Nara ha cogido la pala instintivamente al ver acercarse al par de podridos. Os preparáis para recibirles, uno viene un poco más adelantado que el otro. Ya antes os habéis enfrentado a situaciones así, pero esta vez sólo debéis mutilarles un poco, y dejarles con vida.

Rápidamente, entiendo el gesto que ha hecho el guardia, y me alegro de no tener que pensar en los 5 podridos del corral que andan sueltos, si no tan sólo de 2 que están fuera. Somos tres, y ya antes hemos hecho cosas así. Lo primero, la red. Empuño con una mano la red, con otra la barra de hierro, y digo: 

- Voy a parar a uno de ellos. -Doy unas pocas zancadas hacia el segundo de los podridos, y digo: -Id a por el otro, ahora voy- indico, mientras voy llegando una distancia cercana para lanzar la red, aprovechando que está persiguiendo a otra persona. No tendrá tiempo para reaccionar, pienso, mientras que al llegar a esa distancia lanzo la red, y me dispongo a prepararme para la defensa por si algo saliera mal. 

Ah, por fin. Algo de acción y de adrenalina...

Instintivamente llevo mi mano atrás a coger una flecha y solo consigo coger aire. ¡Mierda! Mi arco, joder. Bueno, la pala no está tan mal tampoco.

Le miro el filo casi sonriendo con maldad y mirando como se nos acercan. Saboreo este momento como una psicópata, estoy disfrutando. Xose inmoviliza a uno, lo que nos facilita mucho las cosas. ¡Bien hecho, Xose!  Casi quiero ir a chocarle la mano. 

Eso me deja centrarme en el otro que se acerca y echo la pala atrás...  Espera espera, que no podemos matarlos, mierda!

Tengo que controlarme mucho para no apuntarle al cráneo. Decido no darle con el filo, sino agacharme en el último momento y hacerle un barrido a ambas piernas con la parte convexa de la pala. Así caerá al suelo y podremos inmovilizarlo y hacerle unas cuantas cositas, despacito...

La escena fue un poco esperpéntica, pero por lo menos nos daba una excusa para empezar por algo más... suave.

Xose fue el primero en actuar, lanzando la red a uno de los zombies y dándonos la orden de ir a por el otro. Luego Nara, lanzando un ataque a las piernas para hacer caer al nuestro. ¡Era muy buena idea! Así que me di prisa y traté de cogerle la retaguardia al zombie. 

Cuando estuve lo suficientemente cerca, llancé una cuchillada directa al rostro, con la intención de arrancarle la mandíbula inferior del zombie... La sangre salió a borbotones al instante...

...

Sin la posibilidad de dar bocados, todo sería mucho más sencillo... aunque era una escena un tanto grotesca.

Xose anula al segundo podrido al lanzarle la red. Sigue caminando, aunque más despacio, y parece haberse desorientado un poco. Ciertamente la inteligencia no es el punto fuerte de estos seres. Estando así es más fácil acertarle a la mandíbula.

Por otro lado Nara y Sunhee golpean al primero de ellos. Nara en las piernas consiguiendo tumbarlo, y Sunhee, en una arriesgada acción, le arranca la mandíbula con su daga. El podrido se levanta con dificultad.

Me alegré. El viejo truco de la red seguía valiendo, y el podrido estaba inmovilizado. Bueno, al menos estaba impedido, y eso me daba margen para darle un buen golpe, pero esperaba que sin demasiada fuerza, primero de todo, a la mandíbula. Si eliminaba eso, podría acercarme más. 

Tenía que tener mucho cuidado, porque dañarlos demasiado podría inutilizar los, y probablemente haría que nos dejasen de tener en cuenta. Y teníamos que  conseguir que nos quitarán a aquel guardia de encima, y eso pasaba por hacerlo bien. 

-Este está ya sin mandíbula... A ver qué hacemos con sus brazos...- dije, dando un paso atrás por precaución.

Ahora sí que puedo usar el filo de la pala para cortar al menos un brazo. Tras atacar Sunhee al que derribé, se levanta y pongo la pala con el canto mirando hacia él, apunto a su hombro y cargo con todas mis fuerzas para intentar cortarselo.

Sin mandíbula, en el suelo, y con un brazo menos... aquello sería pan comido. 

Y lo fue, salvando el detalle de que tenía que cortar un brazo con una daga y evitando hacer más cortes de los debidos para no matarlo del todo. Sin duda, jamás pensé que tendría que evitar matar a un Zombie a toda costa, y... en cierto modo, podía llegar a ser agotador teniendo en cuenta que el Zombie intentaba a toda costa todo lo contrario: matarme a mí.

—Ya casi lo tenemos, Nara...

Mi cuerpo menudito no estaba hecho para aquel esfuerzo físico... sujetar el cuerpo del Zombie, aguantar su olor, y cortar carne. En cierto modo, era nauseabundo... pero no se nos estaba dando nada mal. Solo esperaba que, después de aquellos dos, no nos hicieran "adiestrar" a los otros también... 

Con bastante esfuerzo para no matarlo, entre Nara y Sunhee conseguís terminar con el primer podrido. Otros dos guardias se acercan, atraídos por el espectáculo. El guardia que os apuntaba sonríe complacido, y lo agarra con una mano como si fuese un muñeco, echándoselo a los otros que lo sujetan mientras termináis con el segundo.

Xose, tu golpe es certero y le arrancas la mandíbula. Se mueve intentando zafarse de la red pero no lo consigue. Ahora estáis los tres a su alrededor y sólo falta arrancarle sus podridos brazos.

Asentí, con alegría, cuando las chicas terminaron con el suyo, y me dispuse a darle en un brazo al que yo tenía delante. Estaba intentando escapar de la red, así que, por si acaso, le daría un buen golpe en un brazo. La verdad, no medí bien la fuerza hayas que ya fue tarde, porque la verdad, me pudo la propia tensión de eliminarlos, como siempre. Pero al menos, en el punto en que le di conseguí hacerle algo menos de lo que esperaba, y así, no dañarlo demasiado.