Partida Rol por web

Mientras Xose y Leo se enfrentan a los podridos más cercanos, examinas los vehículos que parecen en mejor estado. Recuerdas las lecciones del Viejo Vikingo, sus libros y revistas, sus consejos. Él te enseñó qué tenías que mirar, qué era importante y qué no. Con esos conocimientos puedes saber algunas informaciones muy valiosas de cada una de las cuatro opciones que tienes ante ti. Compara y elige sabiamente, pero no tardes demasiado.

Wolkwagen Brasilia

Ford Galaxie

Dodge School Bus

Wolkswagen T3

Mientras Gaspar examina los vehículos, los podridos se acercan. Es un gran grupo, pero deben ir acercándose de uno en uno ya que tiene que pasar entre los coches abandonados en el aparcamiento, de momento les podéis contener, aunque no os confiéis. Xose, a ese que se acercaba le has rajado en dos la cabeza con tu machete. Leo parece defenderse igual de bien. Ahora tenéis otros dos encima.

Mientras tanto los dos narcos siguen disparando y atrayendo su atención; os han visto, pero están muy ocupados ahora como para ocuparse de vosotros. Al fondo ves la puerta, una gran puerta de chapa, sólida, que tendréis que abrir para salir de aquí.

Mierda, deslumbrado viendo los vehículos he pisado algo ruidoso. Ahora sí estamos apurados. Entre los coches hay opciones. Descarto rápidamente dos de ellos, uno se ve francamente como una porquería y en el otro no entramos los tres, sería perfecto si estuviera yo sólo. La nostalgia me atrapa el corazón al ver un Volkswagen, una Pulga fuerte, me encanta. Pero no puedo dejarme hipnotizar por el pasado, tengo que pensar en la urgencia del momento, y justo ahora parece que vamos a tener que salir empujando. Elijo el más fuerte y pesado.

Antes de iniciar la carrera me tomo un segundo, froto con la punta de los dedos la pulsera de Nara. - ¡Al autobús! ¡Cubridme!  - Corro hacia el vehículo más grande. – Cubrid la entrada, yo lo arranco en un instante. – O eso espero. Antes de saltar dentro observo si hay algún otro pasajero ya abordo.

Bien, parecía que Gaspar había escogido ya un vehículo, y los podridos no podían llegar demasiado rápido a nosotros. Animé a que arrancase rápido: -​​​​​​-A por ello, tú puedes, aquí te cubrimos. -Digo golpeando al siguiente zombi, y pensando en que, de verdad, lo arrancase rápido Gaspar. Cuando subiéramos al vehículo, sería el momento de ir a por la puerta y escapar. 

-Mientras sigan disparando nos están ayudando... ¿Todo bien Leo? -Digo, mientras empujó los desechos del podrido recién eliminado, intentando ralentizar al siguiente, y viendo los alrededores. Desde ahí no se podía ver si la puerta tenía algún tipo de cierre...

El bus arranca a la primera. Aunque el inhóspito interior está completamente vacío, parece que vuestras nuevas ruedas están en buen estado mecánico. Leo y Xose subís a bordo, mientras Gaspar baja el freno de mano y mete primera. Al principio la conducción es brusca, pero va bien. A vuestro alrededor se agolpan podridos, pero no son una amenaza real pues las ventanillas están muy altas y la carrocería es sólida.

Gaspar sitúa el bus frente a la puerta de El Dorado, ante la atónita mirada de los dos narcos, que se afanan por librarse de los zombis que ya les superan. El mecánico de Pedroso acelera, y el motor ruge como una bestia que corre hacia su presa. Vais cogiendo velocidad, enfilando la carretera, hasta embestir la puerta y derribarla, destrozándola a vuestro paso.

Al otro lado hay una pequeña ciudad devastada, infestada de podridos que os miran cuando pasáis frente a ellos a gran velocidad. Luego bosques, praderas y una carretera que recorre el paisaje junto a la ría. Pensáis en vuestras hermanas, en vuestros amigos, y en todos aquellos a los que habéis conocido y que no lo han conseguido. Podéis sentir el viento y el sol en vuestras caras. Podéis sentir la libertad.