Partida Rol por web

Notaba que todos estaban dudando, tal vez no me creían, entendía que debían de haberlo pasado bastante mal para no aferrarse a la primera oportunidad de escapar.

-La frontera con Galicia, ahora estamos en Portugal. Hacia el sur continuaremos en la península de São Jacinto y bajo el dominio de los narcos, pero al norte...podremos irnos donde queramos-

-¿Frontera? Desde luego, sí, podemos ir, pero antes tenemos que matarlos a todos. ¡​​​​​¡TODOS!! - Estaba fuera de mí, absolutamente descontrolada y frenética. Con la antorcha en alto corrí hacia las granjas para ver si podíamos matar a los podridos encarcelados. Quizás prender fuego a toda la nave en conjunto haría una enorme pira espectacular digna de contentar mi ansia de venganza. No me fijé si me seguían o no, corrí hacia allí como una flecha ardiendo y con un solo pensamiento: matar.

Os detenéis un momento, por la fatiga, por orientaros, o por decidir qué rumbo tomar. Entonces Nara desaparece ante vuestras narices, entre las altas matas de las plantaciones. Está completamente fuera de sí, va muy deprisa y será realmente difícil alcanzarla.

Pero antes de ir a buscarla tendréis que enfrentaros a unos cuantos podridos que han dado con vosotros. Son una decena así a simple vista en la oscuridad, iluminados sólo por la antorcha de Xose. Os han rodeado, pero tenéis un ataque de oportunidad, claro, sois los humanos...

Los Zombis están numerados del 1 al 0.

Las iniciales corresponden a vuestros nombres: Gaspar, Sunhee, Xose, Elica y Leo.

El círculo rojo es el alcance de la luz de la antorcha de Xose

¡Nos rodearon! Y además Nara quedó en el otro lado de aquellos podridos, mientras iba, desatada, hacia las Granxas para matarlos a todos. Incluso pese a mi atontamiento por la droga, me di cuenta del problema, nos habíamos separado, y eso implicaba ir a por ella. 

Tomé mi machete, raudo y rápido. Ver a aquellos podridos me había hecho entrar en un modo diferente de éxtasis, casi plantado en el recuerdo del pasado, cuando por algunos bosques descubrí que podía eliminarlos en vez de huir, y me embarqué en toda esta aventura. Ahora llevaba aquel cuchillo de Moraime en la mano, y recordé a Declan y cómo los habíamos conseguido. Con pasos decididos, descargué un golpe lleno de energía al zombie que tenía más cerca. Ese pagaría por muchos. 

—¿N-Nara...?

En ese momento, cuando fui plenamente consciente de que mi hermana me había abandonado, me vino el bajón.

Mi primer instinto fue seguirla, pero ello implicaba salirme del haz de luz y exponerme al peligro. Dudé un segundo, en el que miraba hacia atrás y hacia delante: hacia donde se había ido Nara y hacia donde estaban mis otros compañeros, a la luz de la antorcha.

Dudé, pero... no pude controlarme más y finalmente salí huyendo en busca de Nara... lo más rápido que podían mis piernas.

—Nara... vuelve... te necesito... por favor....

Lo musitaba en voz baja y temblorosa como una especie de trance. Mi cuerpo se había vuelto frío como un témpano de hielo y mis piernas vibraban fruto del pánico que sentía. Escuchaba ruidos de zombies a mi alrededor... y cuanto más buscaba a Nara, más me engullía la oscuridad. Pese a todo, por culpa de la droga sumado a mi desequilibrio mental, encontrar a Nara era vital para mí...

Con ella estaría a salvo. Sin ella... no era... nada.

En la confusión del escape apenas conseguimos ponernos de acuerdo. Nara está como loca y corre sin esperarnos. En ese momento escucho a los podridos todo a mi alrededor. ¿Sunhee? ¿Dónde está Sunhee? Me giro, intento perforar la oscuridad con los ojos. Creo ver que Sunhee ha quedado atrás. Una de mis hermanas se ha adelantado, la otra se retrasa. Todo es tan confuso.

Nara sabe cuidarse sola, Sunhee parece que corre hacia nosotros, no se defiende, escapa. - ¡Sunhee! ¡Sunheeeeeee! – Espero que escuche mi voz. Camino enérgico hacia ella, intentando cubrir su corrida. Abanico mi arma contra la cabeza del primer podrido que se le acerque.

Xose avanza decidido hacia el podrido más cercano, y con un fuerte golpe propinado con la antorcha lo destroza, a la vez que deja su cuerpo envuelto en llamas. Leo se encarga de otro de ellos, pero Elica no tiene tanta suerte, parece más nerviosa y asustada, y sobre ella se abalanzan dos de ellos contra los que forcejea sin demasiado éxito. Sunhee intenta correr tras Nara, pero dos podridos le cierran el paso, uno de ellos va a morderla justo cuando Gaspar aparece desde atrás y le cercena la cabeza con un certero golpe de hachuela.

Nara se aleja cada vez más, y ya no podéis siquiera ver dónde está. El resto de podridos se siguen acercando, aunque con un poco de suerte podríais escapar de ahí; si no fuera porque a Elica la tienen acorralada entre dos de ellos. La piloto ferrolista apenas parece defenderse, se deja vapulear por los envites de los zombis que se ciernen sobre ella. Además otro zombi está peligrosamente cerca de Sunhee.

-¡Elica! ¡Por favor! ¡Reacciona! ¡Lucha! ¡Eres soldado! ¡Recuerdalo! - Grito, viendo que podía quedar rodeada por dos, y decidiendo ir a su ayuda. En el otro lado, Leo parecía estar bien, y sólo tenía un zombie cerca, y además, aun no la consideraba del equipo, y por suerte Gaspar estaba con Sunhee. Así que decidí ayudar a la piloto ferrolista, que estaba absolutamente bloqueada. 

Con otras largas zancadas llegué a donde Elica y golpeé a uno de los podridos, esperando que con mis ánimos al menos se pudiera defender, para poder luego ir a por el resto de podridos, o incluso, despejar el camino hacia donde Nara había huído. 

Un podrido más viene hacia nosotros, lo espero plantado firmemente. – Sunhee, sigue adelante, encuentra a Nara. Yo cubro las espaldas. – Elica a tiene difícil, pero prefiero limpiar nuestras espaldas primero y asegurarme de que Sunhee pueda salir de esta. Leo parece controlar la situación por ahora pero se le aproximan varios zombis. Intentaré dividir ese grupo llamando su atención. – EEEEEEEEEEHHHHH, DECEREBRADOS, POR AQUÍ. EEEEEEEEHHH -

Con Gaspar cerca, me sentí más segura. Debía encontrar a Nara cuanto antes, así que, cuando me habló diciéndome que fuera tras ella, asentí con la cabeza al instante. Sentía miedo... peor que miedo: pánico. Pero debía volver con ella y garantizarme que estuviera bien. Si a ella le pasaba algo... yo... yo... ¿qué sería de mí? No podría vivir si me faltara su mitad que completaba mi ser. 

Sacando fuerzas de flaqueza, volví a correr ahora con el camino más despejado... 

Xose acude al rescate de su amiga la piloto, dejando otro cuerpo de podrido envuelto en llamas. Sin embargo Elica lo reacciona a sus palabras, y el otro zombi finalmente la muerde en un brazo. La chica ni siquiera grita de dolor, más bien se deja llevar de la mano de la muerte. Leo resiste, y acaba con otro. Gaspar parte en dos la cabeza del que acosaba a Sunhee, facilitando la huida de su hermana, quien sale corriendo en busca de Nara sin mirar atrás. Al gritar, el mecánico también atrae la atención de dos podridos que ahora se dirigen hacia él.

Elica no responde, está perdiendo mucha sangre pero tiene la vista perdida y parece inmóvil. Gaspar, Xose y Leo parece que os estáis haciendo con el control de la situación. Sunhee ha desaparecido entre los árboles rápidamente, se ha escabullido en busca de Nara.

Miro a Elica sin entender porque no lucha. No lo entiendo. No me parece un final digno para ella. De hecho, tal como está, es un problema... 

-¡Elica! ¡Te has dejado morder! - Grito, para decírselo al resto. Es un problema, porque en cualquier momento... bueno, en cualquier momento pasará lo casi inevitable. Otra persona más que se convierte a mi lado... 

En cualquier caso, primero debemos eliminar a los podridos. Luego, veremos lo de Elica. Por si acaso, me acercó por el lado contrario a Elica...Levanto nuevamente el arma para golpear de modo certero a la cabeza de aquel maldito que estaba seguro que arrastraría a la piloto que me había salvado... y yo no había podido salvarla. 

- ¡Venga, que hay que ir tras Nara y Sunhee!- Grito, para terminar cuanto antes. 

¿Qué? ¿Lo que dice Xose es verdad? ¿Han mordido a Elica? Mierda, se nos va de las manos. La chica hace rato parece no tener voluntad, pero no podemos dejar que se nos vaya.

Al parecer he conseguido alejar algunos podridos de Leo, lo malo es que ahora debo lidiar yo con ellos cuando tendría que estar ayudando a Elica o corriendo tras Sunhee y Nara.

 Me muevo hacia Xose y Elica un poco y espero la llegada de mis perseguidores, tratando de abatirlos.

Xose terminas con el podrido que acaba de morder a Elica, Leo hace lo propio con el que le toca, mientras que Gaspar atraes a los otros dos, acabando con uno de ellos. El otro, el último, trata de morderte sin éxito.

Elica está sentada en el suelo, viendo cómo de su herdia no deja de salir sangre. Tiene muy mal color, y los ojos se le empiezan a inyectar de sangre. A pesar de todo no muestra miedo, sino una leve sonrisa apenas visible a la luz de las pequeñas hogueras que Xose ha ido dejando sobre los cuerpos de los zombis que ha matado.

Gaspar aún tiene que vérselas con el último de ellos. Aparentemente no hay más en los alrededores cercanos.

Miro como mi herida no para de sangrar y ya no siento miedo, sino alivio. Xose está a mi lado y está preocupado - No te preocupes, hace mucho que estaba muerta por dentro y ahora siento alivio- trato de explicarle - No hay mucho tiempo, te voy a pedir un último favor- me llevo la mano al interior de mi chaqueta y saco una pistola -Acaba tú conmigo, no quiero convertirme en un bastardo de ésos. Y moriré contenta de que estamos en paz, nos hemos salvado la vida unas cuantas veces ya, e incluso hasta después de muerta, te ayudaré. Está completamente cargada, después de mí tienes cinco oportunidades de sobrevivir- miro el arma.