Galería Umbriana

Subida por Diluvi el corb

Nº50.: "Con un castillo de naipes (cartas) de al menos cinco alturas". Anécdota by Diluvi.

Quizás los deportes y los malabarismos no sean mi fuerte, (quizás no; seguro) quizás haya perdido muchísima mano para tocar la batería, quizás nunca llegue a ser escritor de guiones, ni de comics, ni para culebrones barriobajeros de ámbito local, sino ya de barrio. Pero, hacer castillos de naipes era algo, que os lo creáis o no, desde pequeño, a pesar de mi pobre pulso, se me daba bien.

Puede que, como dijo el Papa de Umbría Carnifex I ni siquiera ir en bici sea como ir en bici, que una vez aprendido ya no se olvida, pero os aseguro que en mi última ruta por las montañas entre gritos y gritos de “Puta vale la pena ser Umbriano”, cuando paramos en algún refugio, pillé la baraja de cartas y me entretuve haciendo algunos… y seguían saliéndome sin mayor problema y con bastante ambición.

Dicho esto, con muchas palabras y poco contenido (como casi siempre que os suelo graznar). Si sumamos que ya tenía una baraja de naipes Umbriana (que hice para una prueba el pasado año) pues era solo cuestión de tiempo que quisiera probar la prueba (¡viva la pepa! Revolución! redundancia!).

Entonces… ¿Qué pasó? ¿En qué especie de trance post-apocalíptico me vi inmerso para que la dichosa prueba no saliera al primer intento? ¿Por qué conformarme con menos pisos de los que solería ambicionar? Pues yo os contaré: nervios. ¿A los focos? No, la luz de casa de mis padres es potente, pero no tanto. ¿A los 15 minutos de gloria? No, ¡maldito Güarrohol te diré donde meterte tus pu7#$ minutos! ¿A lo que puedan decir mis groupies? Eeeeeeerrrr… Os aseguro: que no.

Esperaba una importante llamada. (De ahí que tenga el teléfono/móvil encima la mesa).

No, esta vez no se trataba de un envío especial de huevos de gambusinos mutantes, ni de Charlice Theron pidiéndome una cita como el otro día que tuve que recharzarla (pobre sigue destrozada y eso que es buena chica) pero ahora estoy ya “pillado”, y no, ni siquiera fue la llamada de la naturaleza.
La verdad, ¿la más verdad de todas? Es que ni siquiera recuerdo que llamada era ni porqué. XDDDDDDDDD A veces cosas a las que damos mucha importancia en su momento la pierden por completo con la perspectiva del tiempo. Y como las llamadas… las preocupaciones, como me dicen un par de personas muy especiales “solo hay que dejar pasar” y si le dejas, hasta para los cuervos el tiempo pasa volando.

Making Off:

Primero hubo intentos de castillos más ambiciosos pero los nervios me traicionaron:

¡FAIL!

Fui más modesto y lo conseguí:

Y desmontando el castell para que se vieran que no estaban pegadas: