Partida Rol por web

Mensaje en blanco por si acaso.

Estamos en el cuadragésimo primer milenio. El Emperador, ha permanecido sentado e inmóvil
en el Trono Dorado durante más de cien siglos. Es el Señor de la Humanidad por el deseo
de los dioses, y el dueño de un millón de mundos por el poder de sus inagotables e implacables
ejércitos. Es un cuerpo podrido que se estremece de un modo apenas visible por el poder
imperceptible de los artefactos de la Edad Oscura de la Tecnología. Es el Señor Carroñero
del Imperio, por el que se sacrifican mil almas al día para que nunca acabe de morir realmente.

En su estado de muerte imperecedera, el Emperador continúa su vigilancia eterna. Sus poderosas
flotas de combate cruzan el miasma infestado de demonios del espacio disforme, la única ruta
entre las lejanas estrellas. Su camino está señalado por el Astronomicón, la manifestación
psíquica de la voluntad del Emperador. Sus enormes ejércitos combaten en innumerables planetas.
Sus mejores guerreros son los Adeptus Astartes, los Marines Espaciales, supersoldados modificados
genéticamente. Sus camaradas de armas son incontables: las numerosas legiones de la Guardia
Imperial y las fuerzas de defensa planetaria de cada mundo, la Inquisición y los tecnosacerdotes
del Adeptus Mechanicus de Marte por mencionar tan sólo algunos pocos. A pesar de su ingente masa
de combate, apenas son suficientes para repeler la continua amenaza de los alienígenas, los herejes,
los mutantes... y enemigos aún peores.

Ser un hombre en una época semejante es ser simplemente uno más entre billones de personas.
Es vivir en la época más cruel y sangrienta imaginable. Olvida el poder de la tecnología y de la
ciencia, pues mucho conocimiento se ha perdido y no podrá ser aprendido de nuevo. Olvida las
promesas de progreso y comprensión, ya que en el despiadado universo del futuro sólo hay guerra.
No hay paz entre las estrellas, tan sólo una eternidad de matanzas y carnicerías, y las carcajadas
de los dioses sedientos de sangre.

...La carrera terminó y el maldito le apuntaba con una pistola arcaica mientras la escopeta está encañonada justo a su frente. ¿Quién será más rápido? ¿Él en su egoísta afán de vender mercancía ilegal o yo en llevarle la justicia del Emperador? Su cuerpo estaba cayendo antes de que el ruido de la escopeta dijera la respuesta. Sus dedos mortecinos apretaron el gatillo en un espasmo y el proyectil partió hacia el cielo de la noche. Otra misión cumplida, otro objetivo eliminado, otro historial cerrado para la sagrada inquisición... El cuerpo quedó en aquella plaza desierta mientras la lluvia, cada vez más intensa diluía los restos de materia cerebral que salpicaban el suelo. ¿Que lo habría impulsado a realizar aquellas ventas? ¿El dinero? ¿La corrupción? Preguntas que ya no serian contestadas...

Colmena Sibellus de Scintilla, del Sector Calixis. Otro día más entre los altos edificios. Otro día gris, siniestro, apagado... La lluvia caía en grandes cantidades, una lluvia que picaba en la piel debido a todos los contaminantes que había en la atmosfera y que ocasionalmente eran descargados sobre los altos edificios. Tras el último servicio Jericus esperaba poder descansar un par de días al menos. El caso de Lucius había sido todo un desafío, y en los dos años que el agente llevaba bajo las ordenes del inquisidor Mugen Stern no se había encontrado con una misión tan complicada, muchos meses de trabajo habían desenmascarado a aquel sujeto y lo habían señalado como el culpable... y la justicia había actuado en consecuencia, rápida, certera, eficaz, e inmisericorde.

Los últimos documentos habían sido enviados a su inquisidor cuando un servo cráneo lo escaneó para comprobar su identidad. ¿¡Podría ser verdad!? Era imposible que se hubiera procesado todo tan rápido... otra cosa seria... Jericus esperó a que el instrumento de identificación cumpliese su objetivo y tras confirmar sus códigos genéticos leyó el contenido.

Otra misión... ¿Tan pronto? ¿Cómo podía ser?. Se quedó pensando durante unos segundos en que podría ser, mientras la furiosa lluvia golpeaba contra los cristales de su ventana, manchándolos con un liquido alarmantemente similar al del aceite de los charcos de agua a la entrada de un taller... A esas alturas el cuerpo de aquel despojo ya estaría medio corroído, y en un par de días no quedaría ni rastro... El agente Jericus volvió a centrar su atención en la información que en aquel servo-cráneo se mostraba urgente, apremiante, mientras iluminaba con una tenue luz verde la estancia.

    +++ Conducto: Telepático Astrópata terminus Jeshhia --- Asunto: Integrante del Ordo +++
+++ Referencia: Inq/Oii5971/TG -- Destino: Portus IX -- Por: Mugen Stern +++
+++ Fecha: 849M41 -- Recibido por: IQ-0XX +++
+++ Transmitido por: Kethra +++

{Pensamiento del día: El fervor no es una escusa}

    Loado sea el Emperador que por todos nosotros vela. Agente, su misión ha sido todo un éxito . Y bien sabemos que ha sido una ardua tarea, pero la labor del emperador no acaba nunca. Le aguarda una nueva misión, de gran importancia.

    Sus logros han llegado a oídos con influencias, y se me ha transmitido una misiva, de mis directos superiores para que les ceda tus servicios temporalmente para tu siguiente misión. Deberás dirigirte al sistema Anphelion, cerca del Sistema Ultima, así que podrá subir a un carguero [Instrucción Ert] y dirigirse hasta allí. Buscara una nave llamada "El orgullo del Sacerdote" que se encuentra anclada en el espacio puerto de la luna del planeta Caledonia. Deberá moverse con rapidez, tiene 3 semanas estándar para llegar. Una vez a bordo preséntese ante el Inquisidor Bstalek Grim. Ándese con cuidado.

    El emperador protege.

    Inquisidor Mugen Stern

Sin tiempo que perder se puso en marcha y se dirigió al espacio puerto. Las negociaciones no fueron sencillas, el navío mercante fue complicado de encontrar, pero tras muchas vueltas entre el gentío que abarrotaba las estaciones de transito, y valiéndose de sus credenciales, logró hablar con un miembro de la tripulación que le presentó al capitán del Instrucción Ert. El navío era largo y anguloso, y estaba en ruta desde hacia años transportando mercancías peligrosas de modo extraoficial para la inquisición, aunque esto no lo sabe la gente corriente, personas que ni siquiera se preocupan de los peligros que habitan y crían ahí afuera.

Fue uno de los viajes más largos y aburridos que había experimentado el joven agente Jericús. Dos semanas y 6 días de viaje por el espacio disforme. La tripulación fue osca y poco dada a hablar sobre ningún tema en concreto. Un extraño entre hombres oscuros. Cada dia que pasó en aquella bañera espacial, deseo un poco más no haber sido enviado a aquella misión en aquellos medios.

La luna del planeta Caledonia era grande y esférica, que poco a poco fue recibiendo más naves dañadas debido a su situación clave en el sistema, hasta que se acabó convirtiendo en un mundo de amarre donde mercantes y otras naves se situaban en orbita y realizaban sus reparaciones o aprovisionamientos antes de continuar con sus viajes. La superficie del planeta estaba marcada con grandes lineas que indicaban desde el espacio cuales eran los lugares más idóneos o los asignados para cada tipo de aparato.

El "Orgullo del Sacerdote" se encontraba cerca, entre otras naves de mayor tamaño ancladas y en reparaciones. Era una nave de aspecto común, casi como un buque de carga, pero por su extraña quilla se veía que podía coger bastante velocidad y debajo de su línea central podían verse algunas baterías ahora dañadas y en reparación. ¡Vaya con la inquisición! Piensas, algo discreto pero ofensivo.

La vista de las diferentes naves en reparación era prodigiosa, pero el deber era el deber, coges tus bártulos y te diriges en busca de un transporte que ya sabias que te esperaba, no ibas ha echar de menos a ninguno de estos hostiles hombres ninguno estaba tocado por la marca del caos, lo habías comprobado, pero igual no dejaban de ser gente extraña.

El cutter se movió rápidamente, y pronto dejo evidente el pequeño tamaño de la misma, las naves que allí había parecían ciudades colmenas colgadas de la nada. Pronto llego al "orgullo" y la oscura nave pareció impresionarte ligeramente. Una gota de sudor corrió por la espalda, como queriendo llegar al final y perderse de todo aquello. Una puerta se abrió y el olor a ozono lleno las fosas nasales de todos al rededor, el piloto del cutter se despidió con una mano vaga levantada a la nada. Con el escaso equipo caminas hasta un pequeño vehículo que te espera, después de varias vueltas e incluso algunos transportes deciden hacerte esperar un largo rato, hasta que un ascensor de carga pendido de lo que parece la nada, te asciendo hasta una habitación circular completamente sellada.

Cuando entras, ya llevas un buen rato dentro de las entrañas de la nave así que te haces una idea del portentoso tamaño de la misma. En la habitación ya se encuentran algunos hombres, algunos sentados y otros de pie mirando por las contraventanas tintadas, para que no se vea el interior. Algunos te miran vagamente y otros parecen ignorarte en el primer momento, sobre una pequeña mesa hay colocadas unas 10 copas perfectamente alineadas con varias botellas de diferentes mejunjes. En la mesa central hay pantallas y documentos colocados enfrente de cada uno de las sillas.

…Tras dos años de servicio al Oficcion Assassinorum y estrechamente con la inquisición, Cadyk había aprendido a utilizar correctamente su poder de intocable en sus labores, especializándose en la caza de psíquicos, trabajo en el cual había destacado de forma notable. Aquella noche no era diferente a las 60 anteriores, aquel ser había estado escapando de planeta en planeta desde hacia varios, pero por fin Cadyk había cerrado el cerco, lo había logrado acorralar en una de las calles de la baja colmena de Urdis, un planeta de distribución, donde llegaban cientos de mercancías y eran reorientadas a múltiples puntos del sector.

Seguir el rastro no le fue difícil a Cadyk, pues el rastro de destrucción que aquel ser era visible a larga distancia. Sus dos últimas paradas habían sido especialmente sangrientas. Desde Lectia había robado una nave mercante que en un vuelo corto había hecho dirigirse hasta Urdis, para hacerla estrellar en una zona portuaria. No toda la tripulación había muerto en el impacto, pero lo estaban cuando el acolitó aterrizó su cuter y se acercó esperando encontrarlo dentro de mercante. No quedaba nadie entero, los 30 miembros de la tripulación habían muerto como si los hubieran metido en una licuadora. Aquel ser pagaría caro…          

Un ser abominable, que aparentemente podía pasar por un ciudadano imperial más, es más, hasta que la disformidad asaltó su mente, lo había sido. Alto y desgarbado, en otro tiempo atractivo, Lokan no sufría mutaciones o deformidades, pero su rostro comenzaba a mostrar los signos de la corrupción en unos rasgos marcados y chupados, donde unos ojos ojerosos estaban fuertemente marcados. Ahora se encontraba en aquel lugar, un planeta bastante mecanizado y operado por servidores. En aquella nave industrial llena de cajones contenedores. Buscando nuevas mentes que emplear contra su perseguidor.

La lluvia azotaba el lugar, y resbalaba por el equipo de infiltración de Cadyk, sabia donde se encontraba aquel ser, y que debía hacer con él, así que empleando su entrenamiento decidió abordar la nave por el techo. Lokan, de nivel Alfa Plus, notó de repente que algo había cambiado, sintío el vacio generado a su alrededor cuando Cadyk se dejó caer justo a su espalda desde más de 4 metros de altura con un aterrizaje silencioso.

Darse la vuelta no sirvió de nada. Cuando se giró, el agente, el acolito inquisitorial se irguió rápidamente e introdujo su pistola laser compacta en la boca de aquel ser. Un gesto rápido que lo pilló por sorpresa y le rompió las dos palas con la mira delantera del arma. En nombre de la inquisición y del sagrado Tro… Índigo comenzó a recitar la sentencia, pero el ser llamado Lokan intentó acometerlo asaltando su mente, sin poder lograrlo debido a la condición de intocable del agente. Antes de que volviera a intentar algo más físico, el dedo sobre el gatillo se tensó hacia atrás y el disparo laser reventó la nuca del psíquico.

Su carrera por todo el sistema había finalizado por fín… Sus restos fueron incinerados y la zona purificada por los equipos que acudieron a la llamada de Cadyk. Otra misión cumplida, otro informe que rellenar, nuevas instrucciones que recibir. Estas no tardaron en llegar. Se había retirado a uno de los edificios del la división comercial del planeta y los últimos documentos habían sido enviados a su inquisidor cuando un servo cráneo entró y lo escaneó para comprobar su identidad. ¿Podría ser verdad? Era imposible que se hubiera procesado todo tan rápido... otra cosa seria... Índigo esperó a que el instrumento de identificación cumpliese su objetivo y tras confirmar sus códigos genéticos leyó el contenido.

Otra misión... ¿Tan pronto? ¿Cómo podía ser?. Se quedó pensando durante unos segundos en que podría ser, mientras la furiosa lluvia golpeaba contra los cristales de su ventana, manchándolos con un liquido alarmantemente similar al del aceite de los charcos de agua a la entrada de un taller... El agente Cadyks volvió a centrar su atención en la información que en aquel servo cráneo se mostraba urgente, apremiante, mientras iluminaba con una tenue luz verde la estancia.

+++ Conducto: Telepático Astrópata terminus Jeshhia --- Asunto: Integrante del Ordo +++
+++ Referencia: Inq/Oii5971/TG -- Destino: Portus IX -- Por: Sabas Valzak +++
+++ Fecha: 849M41 -- Recibido por: IQ-0XX +++
+++ Transmitido por: Kethra +++

{Pensamiento del dia: El fervor no es una escusa}

    Loado sea el Emperador que por todos nosotros vela. Agente, su misión ha sido todo un exito . Y bien sabemos que ha sido una ardua tarea, pero la labor del emperador no acaba nunca. Le aguarda una nueva misión, de gran importancia.

    Sus logros han llegado a oídos con influencias, y se me ha transmitido una misiva, de mis directos superiores para que les ceda tus servicios temporalmente para tu siguiente misión. Deberás dirigirte al Sistema Anphelion, cerca del Sistema Ultima. Buscara una nave llamada "El orgullo del Sacerdote" que se encuentra anclada en el espacio puerto de la luna del planeta Caledonia. Deberá moverse con rapidez, tiene 3 semanas estandar para llegar. Una vez a bordo presentese ante el Inquisidor Bastalek Grim. Andese con cuidado.

    El emperador protege.

    Inquisidor Sabas Valzak.

Nuevas ordenes, una nueva misión, una nueva tarea que cumplir... que mejor momento para prepararme mientras hago el salto por el espacio. Parece que aquellos tiros entre los callejones mas inospitos he insoportables de las colmenas han dados sus frutos, quizas demasiados frutos, el esfuerzo es considerable y la misión bien podria partir el universo por la mitad, pero no tenia claro si hacer mover a un solo hombre por medio del inmenso espacio seria suficiente, pero nunca habia dudado de mis habilidades y quizas una vez mas fueran determinantes.

...22 días estandar mas tarde...

La luna del planeta Caledonia era grande y esferica, que poco a poco fue recibiendo más naves dañadas debido a su situación clave en el sistema, hasta que se acabó convirtiendo en un mundo de amarre donde mercantes y otras naves se situaban en orbita y realizaban sus reparaciones o aprovisionamientos antes de continuar con sus viajes. La superficie del planeta estaba marcada con grandes lineas que indicaban desde el espacio cuales eran los lugares más idoneos o los asigandos para cada tipo de aparato.

El "Orgullo del Sacerdote" se encontraba cerca, entre otras naves de mayor tamaño ancladas y en reparaciones. Era una nave de aspecto comun, casi como un buque de carga, pero por su extraña quilla se veia que podia coger bastante velocidad y debajo de su linea central podian verse algunas baterias ahora dañadas y en reparación. ¡Vaya con la inquisición! Piensas, algo discreto pero ofensivo.

La vista de las diferentes naves en reparación era prodigiosa, pero el deber era el deber, así que diriges tu cutter asigando con el que habias llegado hasta el planeta tras muchos días de vuelo sin incidencias. El cúter se movió rápidamente, y pronto dejo evidente el pequeño tamaño de la misma, las naves que allí había parecían ciudades colmenas colgadas de la nada. Pronto llegas al "Orgullo" y la oscura nave pareció impresionarte ligeramente. Una gota de sudor corrió por la espalda, como queriendo llegar al final y comenzar con todo aquello.

Una puerta se abrió y el olor a ozono lleno las fosas nasales de todos al rededor, el piloto que te hacia las veces de navegante en el cutter se despidió con una mano vaga levantada a la nada, estaria esperando ordenes tuyas o de tus superioers. Con el escaso equipo caminas hasta un pequeño vehículo que te espera, después de varias vueltas e incluso algunos transportes deciden hacerte esperar un largo rato, hasta que un ascensor de carga pendido de lo que parece la nada, te asciendo hasta una habitación circular completamente sellada.

Cuando entras, ya llevas un buen rato dentro de las entrañas de la nave así que te haces una idea del portentoso tamaño de la misma. En la habitación ya se encuentran algunos hombres, algunos sentados y otros de pie mirando por las contraventanas tintadas, para que no se vea el interior. Algunos te miran vagamente y otros parecen ignorarte en el primer momento, sobre una pequeña mesa hay colocadas unas 10 copas perfectamente alineadas con varias botellas de diferentes mejunjes. En la mesa central hay pantallas y documentos colocados enfrente de cada uno de las sillas.

...Seguías leyendo ese viejo manual, y la verdad que el mensaje del "viejo" había sido tajante y mal intencionado. Desaparece de aquí durante un tiempo, era un buen resumen de ese desagradable mensaje, a cambio te estaba haciendo viajar medio universo, para llagar a otro sistema. Un cambio de aires habías pensado, pero al cargo de otro Inquisidor. Quizás ya había echo lo que podía al frente del "viejo" y ahora te destinaban a otro punto que pudieras servir mejor, quizás hablando con mercaderes en un bonito mundo fértil, o quizás seduciendo con el acento típico de Tallarh en una macro-colmena. Fuera lo que fuera, nunca iba a ser peor de donde saliste. Además el viaje te permitía descansar, aunque no podías quitarte de la cabeza que ese cambio de manos quizás fuera un castigo. Aun recordabas ese mensaje parpadeando en al patanlla de datos:

+++ Conducto: Telepático Astrópata terminus Jeshhia --- Asunto: Integrante del Ordo +++
+++ Referencia: Inq/Oii5971/TG -- Destino: Portus IX -- Por: "El Viejo" +++
+++ Fecha: 849M41 -- Recibido por: IQ-0XX +++
+++ Transmitido por: Kethra +++

{Pensamiento del dia: El fervor no es una escusa}

    Loado sea el Emperador que por todos nosotros vela. Agente, su misión ha terminado parece que favorablemente. Y bien sabemos que ha sido un placer, pero la labor del emperador no acaba nunca. Le aguarda una nueva misión, de gran importancia.

    Sus logros han llegado a oídos con influencias, y se me ha transmitido una misiva, de mis directos superiores para que les ceda tus servicios temporalmente para tu siguiente misión. Deberás dirigirte al Sistema Anphelion, cerca del Sistema Ultima. Buscara una nave llamada "El orgullo del Sacerdote" que se encuentra anclada en el espacio puerto de la luna del planeta Caledonia. Deberá moverse con rapidez, o mas le vale, tiene 3 semanas estandar para llegar. Una vez a bordo presentese ante el Inquisidor Bastalek Grim. No pierda la calma o parecera estupido, acuerdese de como se trabaja. Andese con cuidado y mantengase con vida.

    El emperador protege.

    Inquisidor "El Viejo"

Los hombres de la nave que te llevan no te hacen demasiado caso, ni tú a ellos pero también importa que les hayas hecho cabrear al llevarte a tú camarote a una de las chichas que arreglan cables por algún lado de la nave, la chica en cuestión vive desde que tiene uso de razón en la nave, y la quiere tanto como te ha querido a ti algunas noches. Parece mucho proviniendo de ella, presupones. Monik'ha es una joven atlética, no habla demasiado y su único hobby aparentemente es la música, algo que captas rápidamente en sus ojos y en sus escasas sonrisas. Como recuerdo te da un collar con una pequeña cajita con un mechón de pelo y su foto, te explica que sería muy especial si la recordaras. Aunque también te dice que la puedes tirar tal cual salgas de la nave, sus cambios de humor dejan mucho que desear, pero a ti te ha parecido suficiente, buena compañia, en estos días de viaje.

...25 días después...

El poco equipo que llevabas encima apenas te da para nada, pero la idea de ¿para qué te necesitan?, ¿realmente iba a ser un miembro útil?, ¿realmente iba a haber un equipo?. ¿Quien sabe?. El transporte te llevaría hasta el sistema Anphelion, a unos 25 días atreves del empireo desde donde te encontrabas. Era una misión, un trabajo más algo que tenias que hacer para mayor gloria del Dios Emperador. Todo un placer desde el punto de vista de un futuro Inquisidor.

La luna del planeta Caledonia era grande y esférica, que poco a poco fue recibiendo más naves dañadas debido a su situación clave en el sistema, hasta que se acabó convirtiendo en un mundo de amarre donde mercantes y otras naves se situaban en órbita y realizaban sus reparaciones o aprovisionamientos antes de continuar con sus viajes. La superficie del planeta estaba marcada con grandes líneas que indicaban desde el espacio cuales eran los lugares más idóneos o los asignados para cada tipo de aparato.

El "Orgullo del Sacerdote" se encontraba cerca, entre otras naves de mayor tamaño ancladas y en reparaciones. Era una nave de aspecto común, casi como un buque de carga, pero por su extraña quilla se veía que podía coger bastante velocidad y debajo de su línea central podían verse algunas baterías ahora dañadas y en reparación. ¡Vaya con la inquisición! Piensas, algo discreto pero ofensivo.

La vista de las diferentes naves en reparación era prodigiosa, pero el deber era el deber, así que te diriges a tú cúter asigando con el que habias llegado hasta el planeta tras muchos días de vuelo sin incidencias. El cúter se movió rápidamente, y pronto dejo evidente el pequeño tamaño de la misma, las naves que allí había parecían ciudades colmenas colgadas de la nada. Pronto llegas al "Orgullo" y la oscura nave pareció impresionarte ligeramente. Una gota de sudor corrió por la espalda, como queriendo llegar al final y comenzar con todo aquello.

Una puerta se abrió y el olor a ozono lleno las fosas nasales de todos al rededor, el piloto que te hacia las veces de navegante en el cutter se despidió con una mano vaga levantada a la nada, estaria esperando ordenes tuyas o de tus superioers. Con el escaso equipo caminas hasta un pequeño vehículo que te espera, después de varias vueltas e incluso algunos transportes deciden hacerte esperar un largo rato, hasta que un ascensor de carga pendido de lo que parece la nada, te asciendo hasta una habitación circular completamente sellada.

Cuando entras, ya llevas un buen rato dentro de las entrañas de la nave así que te haces una idea del portentoso tamaño de la misma. En la habitación ya se encuentran algunos hombres, algunos sentados y otros de pie mirando por las contraventanas tintadas, para que no se vea el interior. Algunos te miran vagamente y otros parecen ignorarte en el primer momento, sobre una pequeña mesa hay colocadas unas 10 copas perfectamente alineadas con varias botellas de diferentes mejunjes. En la mesa central hay pantallas y documentos colocados enfrente de cada uno de las sillas.

…El acólito pisó a fondo y cerró los ojos hasta que sintió el impacto contra el Tiránido y por suerte el Airbag del vehículo le salvó de reventarse el cráneo contra la cristalera, pero igualmente el golpe fue doloroso y las vertebras de su cuello así se lo indicaron.

Tras unos segundos que le parecieron eternos el airbag se vació y el pudo enfocar la vista para simplemente gritar del susto cuando la monstruosa y sanguinolenta cara de la criatura apareció ante el al otro lado del destrozado capó del vehículo, abrió la boca repleta de afilados dientes y entonces salido de la nada un hacha se hundió en mitad de su rostro, un golpe en el techo y luego una serie de estampidos que hicieron que la criatura cayera de espaldas, al quinto disparo algo, un cargador cayó al capó y luego Glask volviendo a abrir fuego cayó sobre el capó.

Esa parte de la caza había sido especialmente dura, pero el agente Glask no había terminado aun con el trabajo encomendado. La mascota había muerto, ¡y de qué manera! Pero su dueño aun debía responder a los cargos por los que se lo habían declarado culpable de herejía. Claramente no eran unas acusaciones infundadas, ahí estaba la prueba, sobre el capó de la destrozada furgoneta, chorreando fluidos…

La búsqueda no fue muy complicada, los datos señalaba que cerca de aquel lugar debía haber una serie de estructuras, antiguas, pertenecientes a la FDP del plantea y en desuso desde hacía siglos. Una antigua estación de alerta temprana, que en tiempos en los que aquel mundo era un lugar puntero para las exploraciones del borde del sector, suponía un enclave de gran valor. Ahora todo se había expandido y aquel lugar perdido había quedado en desuso desde hacia tiempo. Bueno… no tan en desuso al parecer.

Aquel científico tocado por la disformidad había estableció ahí su lugar de trabajo hacia unos cuantos meses, y la inquisición le seguía la pista pero era un tipo escurridizo y tenía a su disposición ciertos conocimientos Xenicos que lo convertían en un objetivo importante. La operación encomendada a Glask y a los otros elementos del equipo no había sido la única puesta en marcha. El inquisidor Verveder y un grupo de especialistas habían acudido hacia unas semanas para eliminarlo, pero se había perdido toda comunicación con ellos.

Se sabía que seguramente el doctor cambiaria su lugar de trabajo rápidamente, por lo que se decidió enviar a un experto en materia de caza, una solución urgente, radical. Se decidió enviar al agente Glask. Del grupo de 6 ya solo quedaban el conductor y el cazador, y ahí se encontraban, dándole caza y cerrando el cerco.

Las instalaciones se encontraban cerca del lugar donde aquel monstruo había intentado lo mismo que con el resto, comerlos. Eran unos bloques pre-fabricados de roco-hormigón y plastec, que desde luego habían presentado un mejor aspecto de lo que ahora tenían. En muchos puntos se encontraban desconchados y no quedaba casi ninguna de las ventanas en su sitio, todas rotas y con las contra ventanas colgando. En el centro del complejo se encontraba una nave de metal, regia y sin ventanas.

Los dos agentes se acercaron al lugar con sumo cuidado, Glask envió por la puerta principal al conductor, mientras que el se encargó de emboscar a aquel cabrón, lo iba a cazar, como a su mascota… Conforme Galsk se adentró en el edificio descubrió que era una perrera, seguramente destinada en otros tiempos a guardar los perros de guardia de la tropa acantonada en aquel lugar.

Una ráfaga de disparos le sobresaltaron cuando inspeccionaba las jaulas, se puso en marcha rápidamente pero no llegó a tiempo para evitarlo. Cruzó un par de corredores y finalmente llegó a una sala circular, formada por multitud de jaulas dispuestas en círculo. En un extremo opuesto a donde el cazador se encontraba, había un cuerpo en el suelo tendido en una postura que solo la muerte permitía alcanzar, sus miembros relajados, los ojos abiertos, las heridas que horadaban todo su cuerpo… Glask rápidamente lo reconoció, era el conductor, aquel tipo al que prácticamente no conocía.

Había otra figura en el centro de la sala, aun aguantaba un antiguo rifle laser en sus manos del que salía una fina línea de humo. Era el “doctor”, se encontraba claramente enfurecido pues debía haber descubierto que al encontrarse esos agentes ahí, su criatura debía haber sido eliminada. No paraba de repetir. ¡¡ES VUESTRA CULPA, ES VUESTRA CULPLA, SI NO OS HUBIERAIS ENTROMETIDO…!! Cuando se percató de la presencia del otro agente, se dio la vuelta con un rápido movimiento encañonando al mercenario mientras su dedo se tensaba sobre el gatillo…

…Pero no fue suficientemente rápido. El hacha de Glask voló por el aire dando vuelas y tras partir el antiguo rifle en dos se clavó con furia en el torso de aquel desquiciado hombre, partiéndole el corazón en el acto. El científico cayó al suelo con un sordo golpe, y eso fue todo… En la inspección del lugar el mercenario descubrió al Inquisidor Verveder, encadenado dentro de una jaula y en medio de un lento proceso de mutación. Aquel cabron seguramente había combinado su ADN con el de alguna clase de Xenos. Glask hizo lo que tenía que hacer. Acabó con el sufrimiento del agente del ordo.

El cutter artillado lo llevó de vuelta a la base de operaciones en la única colmena habitada de aquel lejano lugar. Tras cada operación llegaba la tediosa tarea de los informes. Los últimos documentos habían sido enviados a su inquisidor cuando un servo cráneo entró y lo escaneó para comprobar su identidad. ¿Podría ser verdad? Era imposible que se hubiera procesado todo tan rápido... otra cosa seria... Glask esperó a que el instrumento de identificación cumpliese su objetivo y tras confirmar sus códigos genéticos leyó el contenido.

Otra misión... ¿Tan pronto? ¿Como podía ser?. Se quedó pensando durante unos segundos en que podría ser, mientras la furiosa lluvia golpeaba contra los cristales de su ventana, manchándolos con un líquido alarmantemente similar al del aceite de los charcos de agua a la entrada de un taller... A esas alturas el cuerpo de aquel despojo xenico ya estaría medio corroído, y en un par de días no quedaría ni rastro, la naturaleza en aquel lugar era implacable… El agente Glask volvió a centrar su atención en la información que en aquel servo-cráneo se mostraba urgente, apremiante, mientras iluminaba con una tenue luz verde la estancia.

    +++ Conducto: Telepático Astrópata terminus Jeshhia --- Asunto: Integrante del Ordo +++
+++ Referencia: Inq/Oii5971/TG -- Destino: Portus IX -- Por: Mugen Stern +++
+++ Fecha: 849M41 -- Recibido por: IQ-0XX +++
+++ Transmitido por: Kethra +++

{Pensamiento del dia: El fervor no es una escusa}

    Loado sea el Emperador que por todos nosotros vela. Agente, su misión ha sido todo un exito . Y bien sabemos que ha sido una ardua tarea, pero la labor del emperador no acaba nunca. Le aguarda una nueva misión, de gran importancia.

    Sus logros han llegado a oídos con influencias, y se me ha transmitido una misiva, de mis directos superiores para que les ceda tus servicios temporalmente para tu siguiente misión. Deberás dirigirte al sistema Anphelion, cerca del Sistema Ultima, así que podrá subir a un carguero [Veritas Domine] y dirigirse hasta allí. Buscara una nave llamada "El orgullo del Sacerdote" que se encuentra anclada en el espacio puerto de la luna del planeta Caledonia. Deberá moverse con rapidez, tiene 3 semanas estandar para llegar. Una vez a bordo presentese ante el Inquisidor Bstalek Grim. Andese con cuidado.

    El emperador protege.

    Inquisidor Mugen Stern

...22 días estandar mas tarde...

La luna del planeta Caledonia era grande y esferica, que poco a poco fue recibiendo más naves dañadas debido a su situación clave en el sistema, hasta que se acabó convirtiendo en un mundo de amarre donde mercantes y otras naves se situaban en orbita y realizaban sus reparaciones o aprovisionamientos antes de continuar con sus viajes. La superficie del planeta estaba marcada con grandes lineas que indicaban desde el espacio cuales eran los lugares más idoneos o los asigandos para cada tipo de aparato.

El "Orgullo del Sacerdote" se encontraba cerca, entre otras naves de mayor tamaño ancladas y en reparaciones. Era una nave de aspecto comun, casi como un buque de carga, pero por su extraña quilla se veia que podia coger bastante velocidad y debajo de su linea central podian verse algunas baterias ahora dañadas y en reparación. ¡Vaya con la inquisición! Piensas, algo discreto pero ofensivo.

La vista de las diferentes naves en reparación era prodigiosa, pero el deber era el deber, coges tus bártulos y te diriges en busca de un transporte que ya sabias que te esperaba en la zona de despegue del carguero mercante al que habias subido para llegar hasta esa zona, no ibas ha echar de menos a ninguno de estos hostiles hombres que formaban la tripulación desde luego, no dejaban de ser gente extraña, poco dados a las conversaciones.

El cútter se movió rápidamente, y pronto dejo evidente el pequeño tamaño de la misma, las naves que allí había parecían ciudades colmenas colgadas de la nada. Pronto llego al "orgullo" y la oscura nave pareció impresionarte ligeramente. Una gota de sudor corrió por la espalda, como queriendo llegar al final y perderse de todo aquello. Una puerta se abrió y el olor a ozono lleno las fosas nasales de todos al rededor, el piloto del cutter se despidió con una mano vaga levantada a la nada. Con el escaso equipo caminas hasta un pequeño vehículo que te espera, después de varias vueltas e incluso algunos transportes deciden hacerte esperar un largo rato, hasta que un ascensor de carga pendido de lo que parece la nada, te asciendo hasta una habitación circular completamente sellada.

Cuando entras, ya llevas un buen rato dentro de las entrañas de la nave así que te haces una idea del portentoso tamaño de la misma. En la habitación ya se encuentran algunos hombres, algunos sentados y otros de pie mirando por las contraventanas tintadas, para que no se vea el interior. Algunos te miran vagamente y otros parecen ignorarte en el primer momento, sobre una pequeña mesa hay colocadas unas 10 copas perfectamente alineadas con varias botellas de diferentes mejunjes. En la mesa central hay pantallas y documentos colocados enfrente de cada uno de las sillas.

(Adeptus Ministorum Y Adeptus Mechanicus)

La “Orgullo del Sacerdote” o “Orgullo” a secas, como la conocía la mayoría de la tripulación, nombre que se había ido acortando con el paso de los años al hablar sobre ella en conversaciones rápidas y urgentes, es una nave común de la inquisición, asociada a veces a trabajos de inquisidores concretos y misiones especificas, que dispone de un personal medio-bajo según los estándares de la Armada Imperial, un millón de almas entre personal operativo, los mecánicos, servidores, personal de la inquisición, eclesiarquia y otros adjuntos. Sus dimensiones son reducidas, y a todas luces presentaba el aspecto de una nave recia y compacta con 3km de largo y 500 metros de ancho. Una nave con VI Siglos de servicio a su espalda que ha servido con orgullo y honor en multitud de expediciones y misiones.

La última misión de la “Orgullo” fue de captura de unos especímenes realmente interesantes en un planeta del borde exterior del sector, un planeta llamado Cornex, con unas condiciones de vida realmente extremas debido a la ferocidad de su fauna. Volviendo de la recogida con éxito de los especímenes objetivo, una fragata de caos identificada como "Cicatriz" intentó un asalto y abordaje de gran ferocidad.

Fue una emboscada programada, o eso era lo que los oficiales de la nave dedujeron de la disposición y exactitud de los movimientos de la “Cicatriz” cuando comenzó el ataque. Oculta por el resplandor del sol, la nave enemiga esperó hasta el último momento con todos los sistemas desconectados y hacer notar su presencia. Pero ya fue demasiado tarde. Todos los sistemas comenzaron a aullar a unísono, la “Orgullo” había detectado a la “Cicatriz cuando esta comenzó a cargar sus escudos y su armamento. Como un depredador se lanzó contra el costado de la nave imperial.  La tripulación comenzó a prepararse para huir, pues repeler el contraataque era imposible, dado que la “Orgullo” no era una nave de guerra, y mucho menos una preparada para defenderse de un crucero de clase Vortex como la “Cicatriz”.

Las alarmas aullaron cuando la nave enemiga abrió fuego sostenido sobre uno de los costados de la “Orgullo”. Los lanzazos de energía sostenidos superaron los escudos doblándolos sobre sí mismos y la abrieron por su costado como si de una cuchilla se tratara. La nave inquisitorial presentó “daños aceptables”, según el lenguaje de los oficiales. Pero tras el segundo disparo de la “Cicatriz”, los daños pasaron de aceptables y críticos. La segunda andanada traspasó de nuevo los escudos y destrozó varios mamparos internos de la nave, destruyendo múltiples secciones de paso y abriendo una brecha que hizo peligrar la integridad de la nave. Las órdenes fueron tajantes: "Sellar las zonas afectadas y lanzarse a la disformidad para emprender la huida".

Con su segunda andanada la el crucero del Caos vaporizó en un segundo las torres exteriores de babor, todas las defensas anti caza de un solo disparo. También había generado un grave fallo estructural, dejando abierto al espacio desde la cubierta A a la G, y desde la sección 6 hasta la 11. Fue como si todo hubiera sido arrancada de cuajo por una fuerza monstruosa. Los sistemas de esclusas automáticas reaccionaron bien y las compuertas se cerraron protegiendo la atmósfera de la nave; sin embargo con la desaparición de las torres se perdió gran cantidad de material de reparación y municiones de alto calibre. Los sistemas de soporte vital se encontraban dañados y aproximadamente a un 15% del oxígeno de los tanques. Los sistemas energéticos auxiliares estaban inservibles y los de alto rendimiento completamente inutilizados. Los daños de la “Orgullo” solo podían ser reparados en dique seco.

Gracias al trono la nave tuvo suficiente empuje para lanzarse al espacio disforme con la “Cicatriz” a sus espaldas, que también realizó el salto. Tras varias semanas de viaje y muchas maniobras la nave inquisitorial logró dejar atrás al depredador, pero sus pérdidas habían sido elevadas.

En la zona aislada se trabajaba sin descanso en turnos dobles para lograr restablecer las conexiones con el resto de la nave, y restablecer el oxigeno antes de que se agotara y 2/5 de la tripulación perecieran sin remedio alguno. Toda la sección trasera del orgullo estaba en peligro, pues los motores habían sufrido en gran medida. Todo el personal se puso manos a la obra, y gracias a la presencia de los equipos del Adeptus-Mechanicus se logró asegurar la nave hasta llegar a “dique seco”.

La luna del planeta Caledonia fue el lugar escogido para las reparaciones finales. Era grande y esférica, que poco a poco fue recibiendo más naves dañadas debido a su situación clave en el sistema, hasta que se acabó convirtiendo en un mundo de amarre donde mercantes y otras naves se situaban en órbita y realizaban sus reparaciones o aprovisionamientos antes de continuar con sus viajes. La superficie del planeta estaba marcada con grandes líneas que indicaban desde el espacio cuales eran los lugares más idóneos o los asignados para cada tipo de aparato.

El "Orgullo del Sacerdote" pronto se estableció en uno de los amarres principales y estaba rodeado por otras naves de mayor tamaño ancladas y en reparaciones. Era una nave de aspecto común, casi como un buque de carga, pero por su extraña quilla se veía que podía coger bastante velocidad y debajo de su línea central podían verse algunas baterías ahora dañadas y en reparación. Un enjambre de pequeñas naves lo rodeaban, sellando su casco y realizando reparaciones en su costado, donde se veía un tremendo desgarrón que recorría todo su flanco y que dejaba ver las terribles heridas que había sufrido.

Dentro de la nave había otros problemas. Uno de los especímenes capturados se había escapado de su jaula y había acabado con varios miembros de la tripulación aislada antes de que la seguridad lo eliminara. Varios informes remitidos al oficial del buque mostraban preocupación por el aislamiento, el cual se pensaba que estaba afectando a los hombres.

El Dr. Smith se ha mostrado preocupado por la fuerza desarrollada en un xenomorfo tipo 2 de tres semanas. Según sus cálculos la criatura crecería hasta los 80 centímetros máximo, pero ya ha alcanzado el medio metro y está desarrollando cuchillas en sus extremidades superiores. Otros xenomorfos del tipo 4 han alcanzado su tamaño máximo similar al de un perro. Poseen el mismo tipo de cuchillas en sus extremidades. Me preocupa la excesiva atención del Dr. Smith hacia esas criaturas.

Identidad: Oculta pro seguridad.

Se acercaba el 2º mes de reparaciones cuando por fin las secciones de la nave pudieron volver a unirse, y tripulación aislada pudo abandonar la zona afectada. Ahora todo hiba más rápido y la nave pronto estaría de nuevo en funcionamiento y pleno rendimiento.

La nave estaba algo agitada, y era bien sabido que el Inquisidor Bastalek Grim se encontraba alterado. Podia deberse a muchas causas, pero el hecho de que la nave se encontrase dañada, y se hubiera dado un incidente con los especimenes transportados, ya era bastante razón como para no importunarlo.

Por todo el "Orgullo" se comenzó a hablar de la llegada de unos nuevos individuos, que a penas habían sido vistos tras su llegada al lugar. ¿Qué eran 4 sujetos entre millones? Es extraño que se hablase de ellos, pero ahí estaban los rumores, corriendo como la pólvora mojada y solo el trono sabia como funcionaban aquellas cosas entre tripulaciones antiguas y conocidas. Entre esos rumores se decía que pronto la nave volveria a estar completamente operativa y se partiria a una nueva misión. La tensión se notaba en el hambiente, las espectativas, las ganas de volver a lanzarse al vacio exterior...

No era un dato desconocido que la tripulación que habia estado ese tiempo aislada del resto de la nave habia desarrollado un fuerte nexo de union entre ellos, camaraderia lo describirian algunos, pero era algo más que eso, pues todos habian pasado su vida en aquella nave, y practicamente eran como familias.

Tanto el tecno-adepto Telion III como el Sacerdote Atreus habian estado en la misma situación, y aunque algunas de sus concepciones sobre lo que les rodeaba eran diferentes, rabajaban bien juntos. Como aquel día, en el que mientras Telion se encontraba inspeccionando unas secciones del motor dañadas Atreus lo acompañaba animando a la tripulación y escuchando sus necesidades espirituales. Un día frenetico completando las ultimas reparaciones.

Un hombre se presentó ante ellos sin previo aviso y preguntando por ellos, tras reconocerlos les dijo que debian acompañarlo, tan solo dijo que el Inquisidor Bastalek Grim exigia verlos por un asunto urgente. La zona que ocupaba la Inquisición era muy grande, y tardaron un buen rato en recorrela, cuando llegaron a la amplia sala que ocupaba el Inquisidor como despacho descubrieron una amplia estancia circular repleta de tomos y volumenes de primeras ediciones de gran valor. Poca gente entraba enaquellas estancias....

El lugar estaba oscuro, y tan solo la entrada está iluminada por unos globos de luz flotantes, otorgando cierta claridad a la zona cercana a la puerta pero manteniendo en sombras la mesa del Inquisidor Bstalek Grim. Cuando os acercasteis visteis una mano entre las sombras que os indicó que os detuvierais.

Es suficiente. Dijo uno voz dura y fría como el hielo, e igual de cortante. No esperó a que los dos individuos dijeran nada, parecía que bien poco le importaba lo que pudieran pensar, así era esa clase de gente, los inquisidores de gran importancia, siempre parecía que tenían demasiadas cosas más importantes de las que preocuparse. Se os ha llamado porque hay una misión que requiere de vuestra presencia y vuestras habilidades. Somos conscientes de que jamás han abandonado esta nave y sus inmediaciones, pero coincidirán en que el servicio al trono dorado, nos pone a prueba a todos en algún momento, y en que debemos responder a su llamada con presteza y determinación.

La sombra que era el inquisidor sentado tras su escritorio se recostó, e incluso sus manos desaparecieron en la penumbra de las sombras. Los mandos de la nave, me han comunicado que ustedes dos son fieles servidores del trono, y del dios maquina que por ende sirve al emperador. Gente con determinación que han demostrado su valía de modo claro tras los incidentes de las...averías... Por lo que no dudo que estarán deseosos de servir al emperador en todo lo que puedan.

Un hombre surgió de entre las sombras. En un primer momento creísteis que se trataba del inquisidor, pero era un sujeto joven, con un muy almidonado uniforme naval. Un equipo de especialistas espera en la sala de información C-45 del sub-nivel 13. Deberán reunirse con ellos y esperar información. En breve me reuniré con ustedes y serán informados con el detalle que sea necesario. Mi ayudante los acompañará hasta la sección. Se quedó callado como esperando que los individuos se retiraran, y al ver que no lo hacían añadió: Eso es todo, retírense.

La noticia os había golpeado como un martillo pilón. ¿Una misión? y sobre todo ¿Fuera de la nave? Si nunca habían salido de ella... Desconcertados en alto grado seguisteis al ayudante por la nave, solo el Trono sabia por que ese hombre caminaba tan envarado, parecía que tenía un palo de escoba metido por el... Al cabo de un rato, el ayudante se detuvo frente a una compuerta y extendió una mano tecleando un código. La puerta se abrió y extendió una mano en una invitación para entrar. Su rostro seguía frio como el granito.

Cuando entrasteis, ya llevabais un buen rato dentro de las entrañas de la nave, vuestro hogar desde siempre. En la habitación ya se encuentran algunos hombres, algunos sentados y otros de pie mirando por las contraventanas tintadas, para que no se vea el interior. Algunos os miran vagamente y otros parecen ignoraros en el primer momento, sobre una pequeña mesa hay colocadas unas 10 copas perfectamente alineadas con varias botellas de diferentes mejunjes. En la mesa central hay pantallas y documentos colocados enfrente de cada uno de las sillas.

La habitación era un lugar sobrio pero poco recargado. Los mamparos de metal del lugar había sido cubiertos por placas de plastec que imitaban la madera de Nal, un material ya desaparecido hacia bastantes años. Entre los mamparos había unas cuantas ventanas de gran tamaño, tintadas y anti reflectante, que permitían la visión desde el interior pero la bloqueaban desde el exterior.

El suelo estaba cubierto por una moqueta limpia y cuidada, de un color borgoña, que daba miedo pisar por ensuciarla nada más verla... ¿Cuántos reclutas habrían estado frotando y fregando aquellas salas durante su instrucción? Era como preguntarse cuantas estrellas y planetas había ahí fuera.

En el centro de la estancia había una mesa táctica estándar, alargada y de un metal ligero pero resistente, con un elemento fijo de comunicación y control hololitico que podía proyectar mapas y otros elementos necesarios para las reuniones informativas. Sobre la mesa había colocadas en perfecta simetría 10 copas con una botella de agua sellada y por estrenar. 10 sillas, en idéntica simetría estaban esperando a sus respectivos ocupantes, aunque algunas ya estaban cumpliendo su función.

Los presentes en la habitación eran un grupo de lo más variopinto. Todos ellos equipados con ropajes y... ¿Por qué no decirlo? armamento de distinto aspecto. Era gente robusta en casi todos los casos, que resultaban complicados de identificar tanto en profesión como en procedencia. En principio todos eran hombres, y esperaban en silencio dentro de la misma sala evaluándose mutuamente con cuidado.

Los dos últimos en llegar fueron un par de sujetos que caminaban juntos. En sus vestimentas se podían apreciar las insignias Navales de la "Orgullo del Sacerdote". Uno era un hombre de mediana edad, quizás algo avanzada, de pelo blanco pero bien cuidado que tenía un aspecto sobrio. El otro sujeto era a todas luces un Tecno-Sacerdote, punto claramente visible debido a sus partes mecánicas y a su túnica con el emblema del Adeptus-Mechanicus.

Contando a los dos últimos integrantes del grupo, en la sala sumaban 6 personas.

La vida como un Arbitrador en una colmena era dura, pero no era nada que no desease con fervor desde los primeros años conscientes de mi vida. El trabajo y las misiones habian hecho de mí un hombre fuerte y decidido. El tiempo con la Sagrada Inquisición solo lo habia reforzado.

El camino desde Scintilla fue largo, tedioso y aburrido. Las semanas en la Disformidad junto a oscuros y toscos hombres me habia enseñado las diferencias entre las personas que viven rodeadas de gente y las que solo lidian con el vacio. Aun así, no habia tenido ningun problema y habia llegado al destino señalado sin nada más que ansias por cumplir con mi deber.

Ahora estoy en una habitación junto con seis hombres muy distintos. Hay miembros de la tripulación de aquella nave y otros que, imagino, al igual que yo han sido enviados por la razón que nos reune, una que todavia escapa de mi comprensión.

Al entrar en la habitación, saludo a los presentes con mi mano alzada al aire y un sobrio:

- "Hola a todos."

Me mantengo apoyado en una de las paredes de la habitación y repito el gesto de mi mano a los recien llegados cuando entran por el umbral y sus miradas se cruzan con la mia. No hay más interacción. No sé nada más de ellos y a menos que trabajen conmigo, no me interesa saberlo. Cuando uno ha nacido y se ha criado en una colmena, sabe que no puede conocer y compartir con todo el mundo, pues hay tantas personas que tu vida se acabaría solo saludandolos. Si comienzan a formar parte de mi circulo, es otro tema, pero aun no sé nada de ellos ni de la razón que nos ha reunido.

Los Inquisidores son caprichosos, he aprendido eso. Yo acostumbro trabajar solo, pues así puedo mirar y preguntar sin levantar tantas sospechas, por lo que me siento un poco incomodo trabajando con otros, pero aun así no me negaré ni pondré ningun problema, pues a pesar de que la Inquisición ha sacado buen provecho de mis habilidades haciendome buscar tipejos en una colmena, hay muchas clases de misiones que se deben realizar en nombre de la gloria del Emperador, y muchas de esas no son para hombres solitarios.

Aun así, confio en que la razón de mi llegada y mi reunión con esos hombres es fruto de la sabiduría de mis superiores, quienes no dudarían un instante en usar mi vida de la manera más fructifera. Solo ese es mi deseo.

Borden guardó silencio, hizo una leve inclinación de cabeza y salió del despacho. Mientras caminaba por los pasillos de la Orgullo le daba vueltas a lo que acababa de suceder. Le preocupaban dos cosas. La primera: el hecho de tener que abandonar su hogar, pues no era una nave, era un hogar. Puede que estuviese repleta de tuberías, de pasillos oxidados, de grasa industrial, de baterías artilleras y casquillos de municiones CF-21, pero era donde siempre había vivido y donde tenía sus amistades. Un lugar al que llamar hogar. Tener que abandonarla para una misión. ¿Qué misión? ¿Dónde se le requería? Atreus sabía perfectamente que la Inquisición escogía a sus miembros en diversos lugares; lo mejor de cada casa como solía decirse. Pero se les requería para labores de erradicación de herejía, a sangre y fuego. Él era un sacerdote en una nave militar, nada más, pocas veces había disparado un arma y menos aún acabado con algo. ¿Qué podía resultar en él apropiado para la Inquisición?

La segunda era aquella gente, había rumores, sí, rumores. Los rumores son el fundamento de la red social de una nave. Aquellos cuatro, gente del suelo. Extranjeros, de gatillo fácil y alma atormentada. Deseosos de imponer su verdad a base de plomo. Peligrosos. Había que mostrarse accesible y amistoso. Había que hacerles comprender que las cosas funcionan sin necesidad de romper cabezas.

Buenos días a todos. Sean bienvenidos a nuestro humilde hogar. ¿Qué tal el vuelo? ¿Ha sido agradable o les han traído en uno de esos trastos orbitales que apenas se sustentan? ¡El Emperador no quiera que haya sido así! Lamento el aspecto de algunos pasillos de la nave, tuvimos una discusión -descarado eufemismo- hace poco. 

Esas botellas de agua se habían vuelto muy atractivas para el paladar de Borden, e iba a cogerlos, pero recordó la mano del inquisidor y se contuvo. A los inquisidores no se les contrariaba, y él no sería el primero en probar el agua. En lugar de beber desvió la mirada hacia las ventanas y echó un vistazo al espacio. Quizá sería la última oportunidad en mucho tiempo.

Tan hermoso...

     Y aquí vamos de nuevo. Nuevo escenario, nuevas caras, mismo sistema de trabajo. Poca información, aun menos tiempo para prepararse y seguramente muchas sorpresas y tareas peligrosas por delante. Amanece un nuevo día tras las filas de la Inquisición, y la guerra eterna no para por ti, así que es mejor que estés preparado.

     Flanqueo la entrada a la sala y analizo detenidamente y sin disimulo el lugar y a los presentes. Sin una sola palabra, me acerco al lugar donde esperan los que han llegado antes que yo, que son pocos, como de costumbre. Saludo a los presentes con un simple asentimiento de cabeza. Sobran las palabras hasta que se hagan las presentaciones. Hacía mucho tiempo que había aprendido a no importunar a nadie con mi charla. Después de todo a casi nadie caigo bien, eso es un hecho, así que... ¿para que esforzarse? Las hechos dicen mas de una persona que las propias palabras de todos modos. Siempre lo había creído así.

     Veamos si por una vez recibo tanta información como me gustaría o al menos suficiente para hacer mi trabajo... aunque no cuento con ello.

Había estado deambulado, más bien me habían estado mareando, durante largas horas a través de las entrañas de la “Orgullo de Sacerdote”, y ya empezaba a hartarme cuando me dejaron en el ascensor. Durante los minutos que duró la ascensión, o eso me pareció, ya que las naves adquirían extrañas posiciones mientras orbitaban alrededor de los planetas, observé el retrato que Monik´ha, junto a un mechón de su blanquecino cabello. Me resultaba extraño que pese a haber sido una relación bastante corta, y más bien fundamentada únicamente en la atracción física, hubiera querido que portara esto como recuerdo. Estuve a punto de tirarlo a la basura en cuanto cambie de nave, pero pensándolo mejor decidí guardarlo, a fin de cuentas me habían sido dados por una “nacida en el vacio”, y quien sabe, lo mismo hasta da suerte.
Guardé el mechón y la pictografía en una pequeña caja metálica en forma de sol que llevaba pendida del cuello gracias a una cadena de plata y lo metí bajo la camisa momentos antes de que las puertas del ascensor se abrieran.

Tras andar unos pocos pasos me hallé en una espaciosa habitación cuyo suelo estaba cubierto por una moqueta de material sintético de coloración borgoña, las paredes estaban embellecidas con unas placas de lo que aparentaba ser madera de Nal, una basta madera a la que aun no le encontraba la gracia, pero que en algunos sectores del Imperio era bastante apreciada. Aun con todo había que reconocer que los anfitriones tenían un mínimo de clase, pues en una mesa estaban dispuestas unas botellas de lo que parecía agua de buena calidad. En Tallarn y Bolubilis, debido a su naturaleza desértica, el ofrecer agua a un huésped era una fórmula de cortesía que no todos podían permitirse.
Dentro de la estancia se encontraban unos tipos que por su aspecto no parecían ser precisamente eruditos del Administratum, pero aun con todo fui educado con ellos, especialmente por la presencia de un miembro de la tripulación y la de un adepto del Dios Maquina.

El Emperador sea con vosotros- dije llevándome unos dedos a la frente a la vez que hacia una reverencia. Tras ello dejé la mochila y las armas, estas guardadas en sus fundas, junto a la silla en la que pensaba sentarme. Saqué un cigarrillo y, antes de encenderlo busqué un cenicero o algo que valiera para dejar las cenizas.

Tal vez tenga tiempo de fumar antes de empezar la reunión…
 

Glask odiaba las putas naves,desde siempre las había odiado pues eran algo antinatural e incomprensible par un hombre como él,después de tantos años subiendo y bajando de ellas,guerras en naves,desembarcos orbitales y cientos de operaciones a lo largo de su vida aún seguía sintiéndose incómodo recorriendo una maldita nave y la verdad cuando el maldito transporte comenzó a sufrir temblores mientras aterrizaba en la bahía de desembarco de la nave algo en su interior le instó a respirar hondo y relajarse,pronto acabaría todo...y un ultimo golpe le indicó que así era,se quitó los arneses y recogió la pesada bolsa donde llevaba su equipo guardado,se llevó una mano al cuello y tocó su collar paseando los dedos por los nuevos dientes adquiridos de su nueva presa y su Dogtag,sonrió y se cargó la bolsa al hombro mientras caminaba en dirección al vehículo.

Cuando las puertas del ascensor se cerraron tras él,dejó la bolsa con cuidado en el suelo y sacó el paquete de tabaco del cinturón,le dio un golpe con el dedo haciendo saltar un cigarro que cogió con los labios y devolvió el paquete a su sitio,aún sin encenderlo pasó la mano por el cuchillo para comprobar que estaba en su sitio y repitió el ritual con su hacha de mano tras lo cual con mano experta desenfundó la pistola de su funda en la pierna y comprobó que estaba cargada,sonrió satisfecho y la guardó en su sitio,recogió la bolsa del suelo y cruzó la puerta cuando esta se abrió mientras encendía el cigarro,caminó tranquilamente hacia el interior de la habitación recorriendo con la vista el lugar para saber que lo rodeaba y tras una calada mas caminó hacia una de las sillas sin prestar mucha atención a los demás pues tan solo eran tipos en una sala demasiado limpia y al parecer demasiado ocupados en observarse  e interesados en estar de pie,así que él se acercó a una de las sillas y tras dejar su bolsa en ella cogió la botella de agua,la abrió y bebió un poco de ella.Caminó algunos pasos por la sala y miró a la cara a los presentes uno a uno haciendo un gesto de saludo con la cabeza tras lo cual siguió fumando y tirando las cenizas.

¨Quien COÑO serán estos tíos?...espero que alguno hable pronto...parecen tensos.

Miro cómo el soldado, que aparentaba ser un bruto, se sentaba y abría la botella de agua. No era una buena idea empezar una charla informativa con los refrigerios ya empezados, pero no hizo ningún comentario al respecto. Desvió la inexistente conversación por otro tema.

Veo que no les gusta hablar, pero si no dicen nada ahora amigos míos; cuando por esa puerta aparezca alguien importante nos sorprenderá a todos tan ignorantes como un niño. Si no es indiscreción, ¿han sido por casualidad convocados por la Inquisición a esta sala?

Glask miró al hombre y fumó tranquilamente mientras lo miraba.-Glask...así me llamo.-Expulsó el aire de sus pulmones y tiró la colilla al suelo que posteriormente aplastó bajo su bota al caminar hacia el tipo que hablaba.-Encantado...y Si,así es.-una media sonrisa apareció bajo su poblada barba y sus ojos verdes brillaron de entusiasmo.-Y bien?presentarse es adecuado señor,quien eres tu?.-Le tendió derecha a modo de saludo mientra miraba a su acompañante al que posteriormente le tendió la mano tambien.

¡Qué cabeza! Es verdad, no me presentado.

Oh, sí, disculpe -dijo Borden sonriendo- Pensaba que me había despertado, a veces me pasa. Debe ser la edad...Mi nombre es Alfred Borden, miembro del Adeptus Ministorum. Si alguna vez necesita consuelo espiritual o un consejo no dude en pedírmelo. Me alojo en la cubierta G, sección 16, bloque habitacional 2. Cualquiera puede indicarle el camino. También me puede encontrar en las cocinas de la cubierta G. ¿Les gustan las nutrigachas con pimentón? Son una de mis especialidades, quizá cuando acabe esta reunión podría hablar con alguien de las cocinas para ver si podemos sentarnos a comer...

Delicioso...

     Dios Emperador... Lo de esta gente es increíble. No saben para que nos han convocado y ya están dándose sus nombres como si nada. ¡Uno de ellos incluso acaba de dar la dirección de su habitáculo...! Que clase de aficionados son éstos. Un acólito que se precie de serlo es mas cuidadoso con la información que revela a desconocidos. Me compadezco de quién tenga que hacer trabajo de campo con ésta gente... pienso teniendo un terrible presentimiento... Esperemos que pronto nuestra curiosidad quede saciada. Por favor, que empiece pronto el "briefing" antes de que nadie venga a preguntarme mi nombre o la talla de mi ropa interior... pienso mientras analizo en silencio al resto de los presentes.

Miro a los hombres entrar en la habitación y conversar, algo que escucho atentamente, a ver si puedo obtener algunas luces de aquello. Cuando preguntan los nombres y si habiamos sido llamados por la Inquisición, contesto:

- "Mi nombre es Jericus Veritus y vine por encargo de mi superior en la Sagrada Inquisición. Es un placer conocerlos."

Mis palabras fueron frias y secas a pesar de lo amable de su contenido. A pesar de ser cordial, no soy muy sentimental despues de tanto vivir en los duros barrios de Scintilla.

Un hombre larguiducho y estirado aparecio tras un zumbido en la puerta del elebador, lo que mas impresionaba a simplevista eran sus ojeras, grandes y abultadas parecia que aquel hombre sufria una fuerte enfermedad o una carencia alimenticia, pero sus gestos hablaban de otra cosa. Engalanado para la ocasión o quizas su traje de trabajo tipico se movio dirigentemente hacia la mesa, en un gesto fruto de la practica saco una consola que apoyo en la mesa y con un gesto se sento. Con un gesto de la otra mano sin mostrar ni una ligera sonrisa os invito a sentarse, en este momento miro con extrañeza los bultos y a los personajes que los transportaban y echando aire fuertemente por los orificios nasales busco a tientas en la mesa un punto en concreto para conseguir encontrar un cajón. De este saco un aparto largo, una especia de auspex mirando a su publico:

-Solo sera un segundo- dijo con aire de arrogancia como si el tiempo no fuera en ese momento un inconveniente. Empezo a pasar por toda la sala el aparato, con pasadas limpias, tuvo especial cuidado en las bolsas y en cada uno de los recien llegados. Estaba claro que buscaba algo. Con una respiración pofunda parecio que no encontro nada volvio a sentarse, metio el aparato en el cajón he hizo que desapareciera volviendo a ser la mesa una mesa perfecta; enconces hablo. - os invito a presentaros  y deciros vuestros nombres en voz alta- dijo con una expresión de cierta impaciencia, como si fuera una parte del protocolo que prefiriera saltarse pues sabia perfectamente a quien tenia ahi dentro. Como si ya los estuvieran siguiendo bien de cerca sin que ellos lo supieran, como si lo tubiera todo bajo contro.

El hombre sin presentar y serio, no se dio el gusto de apoyarse en el resguardo de la silla, simplemente espero el tramite.