Partida Rol por web

Billy llegó muy tarde por estar atiborrándose en el buffet hasta mucho después que los otros tribunos.

Billy entró a la sala de entrenamiento y empezó a recorrerla. Era increíble la cantidad de tributos, armas, artefactos y cosas que habían allí por un lado lo entusiasmaban estimulando su imaginación y por otro lo asustaban mucho. Había jóvenes luchando con espadas y armas parecidas, otros lanzando flechas a extraños blanco que aparecían y desaparecían, cosas explotando violentamente y en todos lados charlas, discusiones, peleas.

Se hablaba sobre los jefes esos si que le asustaban mucho, desde que se enteró de ellos había tenido pesadillas varias noches. Pensó lo mejor sería que otros más grandes se encargaran de los jefes, quizás ese grandote que estaba destrozando cosas con una hacha o ese otro que luchaba con dos chicas con espadas. 

También se hablaba de alianzas su mentor le había dicho que las alianzas podían ser buenas pero que sería muy difícil que el siendo tan pequeño pudiera aliarse con alguien, Billy se sacudió todos esos pensamientos de la mente y tomó una daga y comenzó a blandirla al aire para ver como se le daba.

Sonrío ante la osadía de Galatea de intentar pillarme por sorpresa.

- Buen intento.  - le digo levantando el pie evitando así que me golpeara

-Vamos a ver Sarah, la necesidad de tener algún aliado en la arena no te tiene que confundir en la seguridad que te puedan ofrecer cualquiera de nosotros, dicha seguridad la tienes que buscar tu, en tus habilidades y competencias.
Four sabia que las palabras podrían sonar un poco duras, pero no era el momento de quedar bien ni encariñarse con nadie. La actitud de cada uno se vería en la arena.
Cuando se giro, vio al chico del 3 dirigiéndose a su posición y se fue directo a preguntar a Enya.
Se dijo a si mismo: - debería de dejarle más tiempo, todavía quedan dos días y se están precipitando en las alianzas.
Levantándose del cubo donde se encontraba dijo: -Mi nombre es Four

Marcus entró Justo detrás de un chico rubio que desprendía admiración, pero Marcus no estaba atento a tal despliegue de medios para que cuatro niños que apena habían tenido oportunidades en la vida se mataran cual lobos hambrientos, estaba pensativo y temeroso, solo recordaba la cara de su familia mirara donde mirara, sin embargo eso le hacía más fuerte.

Marcus respiró hondo y se fijo en la zona donde había armas ligeras , aunque le gustaba el brillo de los hachas pero pensó que el iría mejor con algo un poco más ligero.

Marcus entró Justo detrás de un chico rubio que desprendía admiración, pero Marcus no estaba atento a tal despliegue de medios para que cuatro niños que apena habían tenido oportunidades en la vida se mataran cual lobos hambrientos, estaba pensativo y temeroso, solo recordaba la cara de su familia mirara donde mirara, sin embargo eso le hacía más fuerte.

Marcus respiró hondo y se fijo en la zona donde había armas ligeras , aunque le gustaba el brillo de los hachas pero pensó que el iría mejor con algo un poco más ligero.

- Aún no he tenido tiempo.- Le contesto a Christian sin siquiera mirarle. Tenía la cabeza colapsada... Demasiados crédulos a mi al rededor. ¿De verdad pensaban que si todos nos uníamos iba a ser tan fácil? Entonces, la pregunta que tenía en mente sale por mis labios casi susurrante.- ¿Esos son tus aliados? ¿Todo el mundo?- Le pregunto al chico del 3, clavando mis ojos en los suyos. 

Ante la presentación del mastodonte del distrito 2, el cuál era mucho más fuerte que cualquiera de aquí y nos podía derrotar sin mover un dedo, añado: - Un placer.- Y le muestro mi más sincera sonrisa, aunque quizás parece irónica. Pero, la verdad es que no me había caído mal aquel chico a pesar de que no me fiaba de nadie. 

*Giro la cabeza un momento al escuchar que llegan mas tributos * ( así que no soy el ultimo ) *pienso para mi mientras observo a los dos jóvenes que llegaron* ( que jóvenes, este año parece que hay muchos jóvenes) *miro a pyt al cual vi conversando antes*

*Camino hasta la zona de tiro con arco alzando un poco la voz * -Ey pelirroja ven un momento quiero enseñarte algo *sonrió guiñándole un ojo a enya*

Después de conversar un poco con el grupo de tributos, oigo una voz perturbando el entrenamiento con el tiro con arco . Al girarme vi al chico del distrito 5, un chico algo fibroso y de estatura media para su edad.
Algo tosco y poco precavido, por la manera de alzar la voz en medio de la zona de entrenamiento y aun mas si cabe por decirle a su compañera "quiero enseñarte algo". Se me dibuja una pequeña sonrisa y vuelvo a girarme para ver como siguen el entrenamiento, haciendo como que no me interesa lo que tiene que enseñarle.
Pero me voy desplazando hacia un lado para poder observar (en el caso que vaya Enya).

Cuando me disponía a seguir practicando viene de golpe mi compañero de distrito, Abel. Lamentablemente su nombre ya lo había escuchado antes así que se sumaba a la lista de nombres que me sabría en la arena. Mis ojos se abren ante su indiscreción. 

- Hmm... No hace falta que grites, gracias.- Le contesto frunciendo el ceño. Sin embargo, me dirijo hacia él. 

- ¿Qué quieres?- Le pregunto en voz baja, haciéndole un gesto con la cabeza indicando que los otros tributos estarían al tanto de lo que me dijera. 

Hola- respondo a las chicas que están en la práctica con  Max...

Quieres intentar eso conmigo? ;) , - sonrío pícaramente mientras mientras me alisto en guardia y comienzo a  acercarme al profesional del distrito 1
 

Al ver dos niños nuevos entrar a la Sala de Entrenamiento una sensacion horrible subio por el cuerpo de Sean. Como puede ser que tan pequeños asistan a estos juegos, todos sabemos que ellos no tienen la minima chance. La ira le brotaba por el cuello, no podia soportar tanta hipocresia en una civilización tan avanzada, queria olvidarse del asunto por lo que tomo un hacha de mano y comenzo a afilarla con una piedra.

- ¡Malditos! Mumuraba en su rincon.

Marcus veía como los ojos se clavaban en el y penso:

"Seguro que piensan que soy presa fácil o quizás aún sientan lastima por mí, da igual quien gane estos juegos será menos humano que cuando entró."

Marcus sin más miramientos se dispuso a probar suerte lanzando cuchillos, a lo que no se le dío nada mal, pues de algo habían servido sus retos después de la dura siembra o recogida de grano a los dardos, al menos tenia punteria.