Partida Rol por web

[color=#FC7500]Monster Ai ni ikite[/color]

[color=#FC7500]Escena 1 ~ ¿Problemas? No, solo un cambio de casa.[/color]

Grupo 1

El sótano de la casa estaba lleno de cosas extrañas, tal y como habían comprobado el par de extraespecies, aunque para Lereina era algo mas que extraño, ya que las cosas que allí habían eran desconocidas para ella, estaba a punto de abrir una de aquellas cajas cuando…

-¡Señorita Lereina, Señor Yamachi! – Escuchan como una voz los llama, Lereina sobre todo con su sentido de la audición mejor que el de cualquiera en la casa, provocando que mueva un poco una de sus orejas, ambos suben y tras unos minutos se encuentran con el humano, que en lugar de bajar había subido buscándolos.

El encuentro parece aliviar un tanto a Patricio, ya que eso significa que sus huéspedes siguen en la casa y están sanos y salvos, aunque parte de su mente aun piensa en la breve conversación con las oficiales, que habían resultado ser mucho mas agradables que aquel semblante serio que ambas llevaban, incluso parecían ambas contentas tras la conversación, pero ahora habían quedado con algo mas importante en mente…. La cena.

Cena que fue breve y algo silenciosa, uno que otro comentario pero no fue algo totalmente alegre, todos tenían mucho en que pensar, tampoco es que haya habido tanto como para elegir entre la comida, ya que nadie se molesto en elaborar algo complejo, por lo que consistió de pan y agua, concluyendo rápidamente, ya que luego los tres subieron las escaleras, con la usugi aun preguntándose si era realmente necesario que existieran segundos niveles, ya que no le veía ni una utilidad práctica, aquí cada quien tenía su propia visión del asunto, para la usugi lo mejor según ella hubiese sido una casa con pisos subterráneos, ya que siempre se puede seguir escarbando para tener mas espació, para Rei las construcciones altas y amuralladas eran buenas, ya que se disponía de visión del terreno y seguridad necesaria para vivir con tranquilidad, y por último, para Patricio… esto… no era nada mas que una casa grande pero normal, tal vez algo lujosa, pero no salía del parámetro de una casa.

La noche pasó rápidamente, y tampoco es que hayan despertado con los primeros rayos de luz matinal, sino que el cansancio y las emociones mezcladas de haber llegado a la nueva casa los hicieron dormir mas de lo necesario, Rei fue el primero en despertar, ya que por su naturaleza vampirica, aunque no predominante, igual influía en algo, luego Lereina, quien no se sentía del todo cómoda durmiendo en las alturas, ni tampoco estaba acostumbrada a tanto espacio para ella sola, finalmente despertó Patricio, quien tubo una siesta de los reyes en una cama tan comoda, cuando este se decide a salir también lo hacen la usugi y el hibrido, encontrándose en los umbrales de las puertas, abajo pueden escuchar voces y  ruidos, es entonces cuando recuerdan las palabras de la oficial…

“Mañana llegara el servicio”….

Y al parecer así ha sido, ¿Bajaran a ver que sucede abajo? Frente a ustedes hay dos puertas, una un armario grande y otra un baño, también esta la escalera para bajar al lugar de donde provienen las voces. 

Era alguien pulcro, no me agradaba el comenzar el día sin una ducha; pero debía encargarme de la casa, por lo que le sonreí a los extra especie y les dije -buenos días, Lereina-san; buenos días, Yamichi-san- juntando mis manos e inclinándome un poco hacia adelante, como símbolo de respeto. 

-si lo desean pueden ir alistándose con calma, mientras atiendo a la gente del servicio...- ofrecí complacientemente; mientras asomaba algunos pasos a las escaleras para bajar. No estaba tan desarreglado, solía dormir solo en ropa interior, pero siempre para salir al corredor me ponía unos pantalones y una camiseta algo larga.

Si nadie objetaba bajaría, tampoco tenía problema con bajar con alguno de los dos; siempre y cuando uno aprovechara el tiempo para ir tomando un bajo... pues probablemente nos tendríamos que turnar la ducha.

No era que se quejara del espacio... es que era todo demasiado grande para ella y demasiado vacío así que no podía evitar sentirse sola pese a la cantidad de sonidos que captaba y que tenía que aprender a ignorar. ¿No se trataba de eso? Aprender con experiencias nuevas y el ignorar todos los ruiditos sin importancia tendría que ser uno.

Salió de la habitación con la melena azulada suelta y revuelta otorgándole un aspecto leonino... si se ignoraban las orejas que permanecían ahí como un radar suave y vistoso.

-nnnnña- saludó como buenos días frotándose un ojo con una de las manos y con la otra aferrándose el borde de lo que parecía una especie de camisón que caía con el escote fruncido y cuya falda caía casi hasta la rodilla.

¿Servicio?

Iba a preguntar cuando le salió un enorme e infantil bostezo mientras se desperezaba estirando los brazos por encima de la cabeza.

-No sé usar eso-señaló la puerta de el amueblado baño hablando con voz somnolienta. Para ella lo natural era usar una fuente natural de agua para acicalarse, desahogarse en una letrina exterior... pero no usar los artefactos que poblaban la casa que hacían la vida de uno más fácil.

Al haberme levantado antes y sin tener nada que hacer me había familiarizado con el sistema de duchas, era algo interesante el notar como cada grifo tenía una temperatura de agua y esta podía ir mezclándose, era sin duda un progreso diferente a la duchas que poseía en el castillo, pero no demasiado aunque el agua de los tanques se calentaran con caldera, me preguntaba como harían para tener dos temperaturas, quizás el agua venía de dos fuentes distintas o algo parecido.

Una vez que me familiarice con las duchas pude disfrutar del baño, aunque las productos para asearse se me hacían extraños salvo el jabón, cuándo el líquido de color me dio en los ojos solté una maldición, pero leyendo las instrucciones una vez enjuagado comencé a entender de que se trataba.

Una vez cambiado aunque con el cabello húmedo salí a recorrer la casa, tomando uno de los packs de sangre y volviendo a mi habitación a fin de ver si encontraba algo útil con lo que entretenerme, justo en ese momento la usagi salió despeinada de su habitación al igual que el humano, justo un instante después de que se escuchó una especie de campanada en toda la casa, quizás era justamente el aviso de que alguien había llegado.

-Buenos días- les dije a ambos.

Saboreando la sangre de un trago los miré a ambos, aunque tenía curiosidad por saber quien había llegado, pues el servicio era fundamental en una casa de ese tamaño.

Sonriendo ante el comentario de Lereina me acerqué y le puse una mano en la cabeza.

-Yo lo he deducido hace un rato, puedo darte una mano si lo deseas, al final no es tan complicado-

Respondió al buenos días con un nuevo gruñidito dulce para espabilarse un poco por aquello que Rei estaba tomando por desayuno, manteniéndose con aire casual y el cabello presentando un aspecto húmedo.

La calmada amabilidad del mestizo no se hizo esperar y la usagi tuvo que aplastar las orejas contra el pelo, echándolas hacia atrás cuando él apoyó la mano en la cabeza, ruborizándose por la terrible proximidad a sus delicados apéndices.

-Está bien, ña- aceptó con docilidad, uniendo las manos sobre el regazo mientras notaba el incendio de sus mejillas desatarse sin ningún tipo de control.

Patricio sonríe al ver que ya se había salucionado el pequeño problema de la inexperiencia de Lereina - que amable Yamichi-san - sonríe agradecido. Alza un dedo -bien, entonces, yo iré a ver al servicio y pues... usted asiste a nuestra querida Lereina-san- Se lleva las manos atrás, de nuevo muy contento y sonriente por que fueran tan colaboradores y gentiles... definitivamente querría retribuirles su colaboración, luego. 

- Entonces bajo- dice mientras se gira sobre sus talones -cualquier cosa, no duden en llamarme- agrega mientras comienza a dar los pasos a la escalera y bajar.

Comienza a bajar, asomando un poco la cabeza para ver antes de llegar abajo; de quien se trataba exactamente -Buenos días...- dice con su voz gentil, mientras sigue buscando con la mirada; ya una vez abajo haría una reverencia y se presentaría.

Patricio iba a disponerse a atender al servicio, por lo cual a mi me correspondía enseñarle las duchas a Lereina.

-No es nada- le respondí al humano tras su agradecimiento- en cuanto este lista bajaremos a conocer al servicio, después de todo supongo que también debemos de acostumbrarnos a ellos y en mi caso hacer algunas peticiones en cuanto a la limpieza de la habitación- luego de eso dejé de acariciar la cabeza de la usagi.

-Entonces, con permiso- dije dando un paso al costado para que ella abriera la marcha hacía las duchas y poder explicarle como funcionaban.

-Intentaré no tardar, ña- aseguró meneando una mano en el aire dejando claro que Patricio tenía vía libre para atender al servicio... fuera lo que fuera eso.

Giró sobre sí misma y caminó hacia el baño, levantando ligeramente las orejas quedando éstas arqueadas hacia atrás al pasar junto Rei colándose en el baño con un par de pasitos apresurados cuando él se hizo a un lado. El camisón no estaba adecuado para la estructura de la usagi y por la espalda se veía el bulto del pompón del rabito estirando la tela desde el interior.

Me fue imposible no admirar como le quedaba aquel pequeño camisón de dormir y sobretodo las formas de su cuerpo dibujándose debajo del mismo.

Me acerqué a ella una vez entró en el baño para adelantarme y mostrarle como funcionaban las duchas.

-No es muy complicado, una es de agua caliente y la otra fría, vas abriendo y cerrando estos grifos hasta que encuentras una temperatura que te agrade, de esa forma el agua cae sobre ti y te aseas a gusto- dije abriendo ambos grifos y tanteando el agua en una demostración del mecanismo.

-Qué cómodo, ña-se deslizó hasta él aproximándose un poco más y empezó a indicar las distintas posibilidades-entonces uno es caliente y el otro frío ¿sí?.

En realidad todo ese mecanismo le daba un poco de miedo pero estaba más ocupada en tener bajo control esa mezcla de miedo y fascinación que Rei producía con la bolsa de sangre. Debido a la proximidad y que él debía moverse para hacer la demostración del sistema de grifos ella pudo aprovechar para curiosear esa bolsa de sangre.

-¿Eso está bueno,ña?preguntó dejando caer la mano con la que indicaba los lados del grifo con evidente curiosidad carente de malicia.

Note que Lereina me miraba con curiosidad y cierta fascinación, entendía que el mecanismo seguramente era completamente nuevo para ella, aunque notaba que cada tanto me miraba más a mi que a la ducha.

-Si, una fría y la otra caliente y las mezclas, para bañarte a la temperatura que quieres-

En ese momento noté que se acercaba más, mirando la bolsa de sangre para luego señalarla, sonreí de costado antes de acercársela para que la viera.

-Esto? Para mi es deliciosa, aunque esta fría...me gusta más la sangre caliente, verás mi madre es una vampiresa y yo heredé bastante de ella, aunque no es mi medio principal de subsistencia es algo que me hace sentir muy bien y sabe delicioso, sobretodo dependiendo el tipo de sangre, este tiene cierto dejo salado...- comenté mirándola a los ojos y sonriendo de costado.

Algunos de esos sentidos que sirven para poner al individuo en sobreaviso se activaron intentando que Lereina comprendiera que en la cadena alimenticia Rei estaba con toda seguridad por encima de ella... pero la muchacha debió usar internamente el botón de "suena en 5 minutos", siendo su curiosidad bastante superior al instinto de conservación.

-¿Cazas?....te aviso de que mi sangre no te gustará, sabe a óxido,una vez me corté en el dedo y al lamer la herida casi me da algo-le informó segurísima de lo que estaba diciendo.-Los vampiros debéis de tener problemas para cazar, al menos la fruta la puedes dejar unos días en la cocina y sabe igual-eso explicaba para ella que la sangre no fuese del todo indispensable.

Sonreí de costado al ver en los ojos de Lereina cierta preocupación.

-A veces cazo, pero no como los depredadores a los que debes estar acostumbrada, mi caza es más...social- dije cerrando los grifos para volver a verla, luego de eso le volví a acariciar la cabeza- pero no te preocupes, no me alimentaré de tu sangre...-me acerqué para mirarla a los ojos y pronunciar casi en un susurro - salvo que quieras...-

Tras eso me erguí y reí un poco, tapando mi boca con el dorso de la mano y comenzando a caminar hacía afuera.

-Te dejo bañarte entonces, que lo disfrutes-

Lereina se quedó helada en el sitio con la piel erizada al acercarse Rei aunque el pánico momentáneo mezclado con vete a saber qué tipo de emoción fue sustituido por la indignación.

-¡No te burles ña!- le riñó con voz ahogada, titubeando ligeramente, con las orejillas erizadas y las mejillas tan rojas que bien podría parecer que se las hubiera pintado. Pese a que el pulso le iba tan deprisa que bien podría parecer que el corazón estaba a punto de salirse de su pecho, tomó lo que tenía a mano (que resultó ser la toalla del lavabo) y lo lanzó a la puerta que se cerraba, golpeándola instantes después de que Rei cerrara la misma.

~Ducha~

Es un ña y un ña y más ña. Refunfuñó mentalmente sin poder controlar ni el calor ni la adrenalina corriendo por su cuerpo libremente ante la perspectiva de tentar el peligro.

Es más ña....

Tiró de la lazada del camisón y, de espaldas a la puerta, lo dejó caer haciendo que la tela se arrugase a sus pies. Dejó la ropa interior (que era básicamente las bragas de algodón blancas que resultaban hasta infantiles, con una abertura trasera  para el rabito). Desnuda de una vez por todas metió un pie en la bañera y, con las manos recogidas sobre el redondeado busto, miró hacia abajo la superficie pulida que tenía bajo los pies.

Está fría... y al intentar moverse, al estar el suelo de la bañera empapado por la demostración de Rei se resbaló cayendo de culo.

-¡AH!-Cerró los ojos por el impacto y, mientras la quemazón del golpe ascendía desde el rabito, sus orejas cayeron laxas a ambos lados de la cara-ay~- casi sollozó por lo bajo, intentando incorporarse poco a poco, apoyando una mano en la pared como si aquello le fuera a salvar.

Con tanto trajín y la atención puesta en Rei y su bolsita de sangre (Uagh, sangre...¡¡NADA DE MORDER A LEREINA!!, ¡Ña!) no había prestado demasiada atención a los lados del grifo y se decidió por abrirlo de cualquier manera, soltando un gritito cuando el agua cayó sobre ella. Estuvo un rato que casi se cocía con el agua o se helaba con la mordedura del frío... hasta encontrar el punto medio. No entendía de demasiados potingues pero por alguna parte había una pastilla de jabón. ¡Eso sí que lo conocía!. Se frotó con la pastilla el cuerpo y, con mucha minuciosidad se enjabonó el rabito y las orejas para finalizar con la trabajosa tarea de lavarse el cabello con el jabón producido por la pastillita.

Cerró los grifos una vez acicalada y se envolvió en una toalla, arrastrando los pies por la toallita que había en el suelo frente a la bañera.

Tengo que ir a por la ropa limpia, ña. Decidió tomando entre los brazos su camisón, con la ropa interior en aquél lado que parecía para la ropa sucia.

Saliendo del cuarto de baño una vez le hube indicado las cosas a Lereina, comencé a bajar las escaleras a fin de encontrar a Patricio y conocer al servicio de la casa, ya que sería bueno familiarizarme con ellos y darles algunas indicaciones.

Cuando Patricio llega a la habitación principal del primer piso de la casa se encuentra con dos chicas que conversan la una con la otra, una es altisima, de piel morena, cabellos castaños y ojos dorados, mientras la otra blanca, al menos una cabeza mas chica, de piel blanca, cabellos rubios y ojos azules, ambas visten el uniforme típico de las "maid", y ambas se encuentran haciendo diferentes quehaceres mientras conversan, mientras la morena barre, la otra pasa un paño por los muebles.

-...y entonces la jefa dijo - Dice la chica morena, subitamente pone un tono de voz mas ronco notoriamente imitando a alguien - "¡Si no limpias este desorden te mandare a pelar papas todo lo que queda de mes!" 

Ante estas palabras ambas chicas comienzan a reír, pero es entonces cuando notan tu presencia, ambas se callan y se producen un lapsus de unos momentos en que nadie dice ni una palabra, finalmente llega Yamichi también a la escena tras haber conversado con Lereina, ambas hacen una reverencia finalmente. 

Aun haciendo una reverencia mantengo el paño de limpiar en mis manos.

-¡Buenos días! - Exclamo alegre finalmente - Mi nombre es Angels Tina, pero pueden llamarme simplemente Tina. 

Me levanto tras la reverencia y sigo barriendo, miro rápidamente a Tina. 

-Eh Tina, sigue limpiando que esta casa no se hará sola - Digo de buen humor, miro ahora a los chicos mientras barro - Mi nombre es Bandela Ana... - Me detengo por unos segundos - ¿Donde esta Lilinette? 

Quedo esperando la respuesta de mi compañera.