Partida Rol por web

Cuando Yamichi le quita de sus manos, las manos de Lereina; Patricio da un paso para atrás, algo apenado. Él ya imaginaba que ambos eran pareja, pero no sabía que podrían tener un gesto de "afecto" tan de pronto, o que quizás Yamichi estaba "marcando territorio" sobre la cercanía de Patricio... Pero se sintió un poco tonto al notar que la saliva del medio vampiro tenía un efecto sanador; aunque claro, el que tuvieran una relación se volvió un poco más evidente ante aquel gesto. Lereina estaba nerviosa por que estaban frente a gente quizás.

Patricio desvió la mirada y cruzó sus manos; esperando pacientemente que Lereina siga su camino para hablar con Yamichi, sobre Lilinette.

Una vez Lereina fuera de la escena, Patricio le sonríe a Yamichi, ladea un poco la cabeza y afirma -hacen una linda pareja jeje.- había algo de regocijo muy profundo al ver el "amor" surgir, cariño o afecto... especialmente si el motivaba a ello.

Pero no se quedó así, quería saber más de Lilinette, y Yamichi parecía saber una o dos cosas más. - ¿los demonios tienen mucho poder, no es cierto? ... pero se supone que tampoco son buenos. ¿estaría bien que la dejemos hacer lo que desee, ahora, ahí abajo?... la vi con un libro y... pues parecía que hacía magia o algo así.- comenzaba a preocuparse por la salud y bienestar de sus invitados y de las otras sirvientas. A lo que gira a mirar a Tina y le pregunta -ustedes la conocen mejor... por favor, señorita Tina, ayúdenos a entender la situación.-

Subió los escalones aún con las palmas estiradas en una especie de gesto que mezclaba la grima intensa por ser lamida a la consternación de que los pequeños arañazos hubiesen desaparecido con aquél gesto.

Ella se lamía las heridas en los dedos y nunca se curaban, así que debía ser magia.

Entró en el cuarto de baño y, en el lavabo, abrió los grifos para hundir las manos en el agua que salía.

-¿Cómo se hace esa magia?- se preguntó a sí misma en voz baja, mirándose las palmas de las manos, limpias ya de todo rastro de saliva de Rei.

Frunció el ceño ligeramente y cerró los grifos, restregando las manos contra una de las toallas para secárselas. También pensaba en que ninguno de los chicos había hecho ademán alguno de ayudar a recoger el estropicio del plato. Lo que bien indicaba que estaban hechos a que alguien les hiciera todo el trabajo.

Pues a nadie se le caen los dedos por ayudar un poquito, ña. Pensó suspirando por la nariz. Donde ella vivía tenía que cuidar de muchos hermanos así que nunca había manos suficientes que ayudasen al estropicio. Levantó la mirada hacia el espejo y su reflejo se la devolvió mostrándole el rubor en las mejillas y el erizamiento del pelaje de las orejas.

...¡SERÁ MENTIROSO! Se dijo DIJO QUE NO TOMARÍA MI SANGRE SI YO NO QUERIA

En el espejo el rubor se intensificó hasta alcanzar casi la misma tonalidad de los iris de la usagi, que , curiosamente, también coincidían con los del mestizo.

PERO QU...ÑA ÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑAÑA

Sacudió la cabeza y se estiró de las orejas hasta que las puntas le cubrieron los ojos.

Ña~a.

Levanté una ceja al escucharlo decir que hacíamos buena pareja.

Bueno, dejemoslo pasar...

-Los demonios probablemente sean la raza más poderosa junto con los dragones y según me dijeron las otras maids había sentido malas energías en el sótano y por eso las había ido a limpiar y es verdad lo que escuchaste, los demonios no son buenos, aunque puede que algunos posean cierta nobleza...- miré a Tina quien cocinaba pero seguro estaba atenta a toda la conversación - la verdad es que creo que deberías de llamar a las oficiales y preguntar sobre Lilinette, dudo que quieras volver a hablar directamente con ella-

Había presenciado toda la escena en silencio, aunque la verdad es que aquella chica aun me aterraba, y aunque estaba prohibido discriminar a las extraespecies, aquella chica de verdad que le ponía los pelos de punta, en mi torpeza rompí uno de los platos que con ayuda de la Usugi pudimos recoger con facilidad, aunque también por mi torpeza esta sufrió algunos cortes en las manos... me encuentro sumida en mis pensamientos hasta que escucho al señor Patricio hacer una consulta.

-¿E-Entender la situación? - Pregunto, y tardo unos segundos en dejar de revolver el alimento para centrar mis ideas - Bueno, creo que lo que sucede, es que han confundido a ella con alguien de mi... nivel, Lilinette si bien trabajara aquí no seguirá las ordenes de nadie, les pido disculpas si les ha causado problemas, pero ella esta a un nivel totalmente superior a mi y no puedo hacer nada como para convencerla, y tampoco es que nos vaya ha hacer caso por simpatía, porque simplemente nadie en la agencia le cae bien, ni es amiga de nadie... - Me callo unos instantes insegura si debería seguir o no, pero como al parecer quieren información es lo correcto que les diga - En parte es culpa de todos, cuando llego, no fue bien recibida que digamos, tubo muchas complicaciones... y bueno, el contrato de ella es desconocido, nadie realmente sabe que es lo que pidió a cambio de sus servicios, pero ha servido en varios trabajos de diversos cargos para la compañía, es... independiente en ciertos aspectos... y si ella realmente sintió algo malo abajo, pues mejor dejarla abajo... 

Hago una reverencia y vuelvo a mis quehaceres. 

Escuchas como alguien llama a la puerta del baño. 

-Disculpa cariño... ¿estas bien? - Pregunto desde afuera del baño - Eh visto lo que ha sucedido, espero que todo este bien, y que disculpes a Lilinette, al parecer el chico la saco de quicio. 

Quedo esperando su respuesta afuera del baño. 

-Espero que sirva para darte tranquilidad, pero ella no os hará daño, nunca se lo ha hecho a nadie en este mundo al menos, y ha respetado las reglas, solo es... temperamental... y algo... retraída, todos dicen que no le gusta que la molesten... Bueno, en fin... ¿necesitas algo para tus manos cielo?

La usagi salió del cuarto de baño, abriendo la puerta. No era tan fácil quitar la imagen (equivocada o no) sobre el demonio del sótano así que simplemente Lereina dejó el tema correr.

-Rei hizo magia- dijo con sencillez mostrándole las palmas de las manos-¿Ahora que va a pasar?- no podía ayudar en la casa y se sentía desorientada ante tanta calma (comparada con su hogar)-¿Están abajo?- preguntó por Rei y el humano.

Ummm... entonces quizás no sea malvada...sólo algo incomprendida...- murmura bajando la mirada y llevándose su mano al mentón de manera pensativa. Se sentía algo aliviado y contento de que quizás no se tratará de un ente malvado y despiadado... se comenzaba a plantear la idea de reconciliarse con ella y hacer que puedan trabajar bien. Pero de todas maneras debía confirmar lo dicho.

Levanta la mirada y le sonríe a Tina - muchas gracias, eso queríamos saber.- Junta sus manos, sin dejar de sonreír, camina hasta llegar con ella y le pregunta - a mi me gusta cocinar, necesita ayuda? - quería llamar por teléfono a las oficiales, pero antes quería que todos comieran algo rico y así poder dejar pasar aque mal momento.

-Claro que están abajo, al parecer están hablando con Tina - Miro las palmas de la mano de la chica - Es interesante eso de la magia, hace unos años aquí eso sería un buen par de días sufriendo por el dolor y no poder tocar nada, esperemos que traiga cosas buenas a este mundo en lugar de mas cosas malas, pero nunca se sabe... - Me encojo de hombros - Le aconsejo que baje señorita, yo seguiré haciendo el aseo de las habitaciones si no hay nada mas que necesite.

-¡No se preocupe señorito! - Digo animosamente y de manera rápida - No necesito ayuda, por favor intenten disfrutar de la casa, o de conocerla mejor si aun no lo ha hecho, solo que me sorprendí un poco de ver a Lilinette aquí, pero ya retomo mis labores de inmediato. 

Dicho esto vuelvo a cocinar, ya casi todo estaba listo y pronto podrían desayunar. 

No dije nada y comencé a caminar hacía mi cuarto, ahora lo mejor sería encontrar algo que hacer para entretenerme, quizás podría retomar la lectura de algún libro o novela o buscar cual sería el libro indicado para leerle a Lereina cuándo llegara la hora.

Sigue a la señorita Angels con calma y tranquilidad, hasta la cocina. Una vez ahí, probablemente ella voltearía extrañada por que le siguiera a pesar de que le había dicho que podía sola; pero Patricio señala el teléfono de la cocina y se acerca a este mismo para descolgar y marcar el número de las señoritas policías; se queda esperando a que contesten.

-Muchas gracias- dijo con una inclinación leve de la cabeza, apresurándose a regresar al piso inferior con pequeños saltitos, lanzando de vez en cuando miradas a las palmas de las manos, como si esperase que las heridas fueran a volver de un momento a otro.

De regreso del piso superior, se apreciaba por el piso inferior el sonido amortiguado de los saltitos de Lereina al bajar las escaleras, aunque cuando se desplazó por la casa iba de vez en cuando mirándose la palma de las manos. La criada había dicho que estaban hablando con Tina aunque no parecía que hubiese sucedido nada extraño tras la aparición de la habitante del sótano.

Donde no hay que bajar nunca.

-Ña, no queda nada de nada- enseñó alegremente las palmas impolutas, sin heridas gracias a Rei- ¿Qué hacéis, ña? ¿Vamos a salir?- quizá no era una pregunta pero ella quería ver muchas cosas, desconocía tanto de ese mundo que le abrumaba la sensación de querer captarlo todo, beber de cualquier experiencia emocionante que pudiera captar con esos ojos escarlata y escuchar lo que fuera que le deparara su extraordinaria sensibilidad auditiva- por favor, ña...- se balanceó sobre los talones entrelazando las manos sobre el regazo y una sonrisa ingenua.