Partida Rol por web

Camino hasta donde el chico y lo cubro con mi paraguas mientras le sonrió, en el veo una mina de oro. 

-Disculpa mi brusquedad Kitamura - Dice la mujer pronunciando tu apellido - Mi nombre es Satomi Mura, sip, nada de nombres claves aquí, y veo que tienes un problema, y yo tal vez tenga una solución si quieres escucharla ¿quieres acompañarme?

Dicho esto vuelvo al auto e ingreso haciendo un gesto invitador para que acuda conmigo. 

Aquarina se quedó embobada observando aquella pequeña sala monocolor. Había todo tipo de aparatos mágicos con extrañas formas - ¡Guaaau! - dijo fascinada. Empezó a trastear con uno de aquellos artilugios exóticos. Parecía un inmenso plato blanco nacarado con un agujero en el fondo. Estaba apoyado a una especie de pilar del mismo color y material. Junto a la pared, en el margen del plato, habían dos extrañas tuercas con dos distintivos de diferente color, uno rojo y otro azul. Justo enmedio de ambas tuercas había como una extensión son un pequeño agujero - ¿qué será esto? - Aquarina empezó a trastear el mecanismo señalado en color azul, de repente del artilugio central empezó a emanar agua - ¡Es una fuente! - no cabía en sí de gozo al averiguar lo que era.

Luego empezó a trastear de la misma manera la tuerca con el distintivo rojo - ¿y esto que será? - accionó el mecanismo con tocar el otro - vaya este no hace nada - volvió a tocar el anterior, pero no dejaba de emanar el agua - ¿qué? - se preguntó extrañada. Poco a poco del agua empezaba a salir vapor, Aquarina se extrañaba a cada segundo que pasaba, no entendía que estaba pasando. fue entonces cuando metió la mano en el agua - ¡Au, quema! - exclamó, el agua salía ardiendo. Trató de manejar el artefacto con el distintivo azul y volvió a meter la mano con cuidado, el vapor había desaparecido - ahora no quema, ¿por qué? - Aquarina estaba sumida en un enigma que escapaba de su entendimiento.

Volvió a cerrar el artilugio con el distintivo rojo, ahora el agua salía aún más fría - ¡Ya lo tengo! - resolvió finalmente lo que pasaba - Mira, mira - decía felizmente a su compañera, tratándole de explicar su descubrimiento - si acciono aquí ... - cerró el agua fría, Aquarina se quedó perpleja al ver que ya no emanaba agua - ¿qué ha pasado?.

Trató de repetir el proceso hasta que finalmente se hizo con el control, después intentó explicárselo burdamente a su compañera, la cual la miraba con cara de desaprovación. Al acabar se dirigió hacia otro de los artilugios (la bañera), la cual ya le sonaban familiar los mandos, con la única sorpresa que al activarlos acabó mojada, ya que el agua empezó a salir de la alcachofa de la ducha y no del grifo. Con éste no se entretuvo tanto, ya que no encontró la forma de hacer que el agua saliera del grifo, pensó que debería de estar estropeado.

Después de aquello se dirigió al último y más enigmático de todos, aquello que permanecía anclado firmemente al suelo y a la pared, tenía un depósito de agua y un tirador, del cual al accionarlo descargaba el depósito por el sumidero que había justo delante, tapado con un aro y una tapa - ¿y esto para que servirá? - accionó varias veces el tirador, pero al ver la inutilidad del invento lo dejó y se largó a su habitación algo confusa.

- ¡Malditas extraespecies, malditas chicas mandonas con infulas de grandeza, maldita sea la hora en la que cometi la estupidez de apuntarme a ese proyecto y por seguir con ello...! ¡Y maldita lluvia! - grito mientras camino, totalmente ofuscado por la colera hacia la casa de mi tia. Al menos esperaba que ella entendiera despues de que le explicara que al final, no habia logrado congeniar con aquellas criaturas y que era mejor que nos olvidaramos de todo el asunto.

- Despues de todo, no es como que en la escuela sepan de esto. Al menos, no mis amigos. Nadie tiene porque enterarse de que mande a volar a esos tontos del proyecto y a ese par de... - me voy diciendo, hasta que me detengo al llegar junto a la reja de la casa de mi tia, sin poder creer lo que veo.

- Se ha ido de viaje. 6 meses. Y como creera que sigo en esa tonteria de proyecto, seguramente se habra llevado las llaves consigo. ¡¡Mierda!! ¿Es que este dia no puede ser peor? - pienso, llevandome las manos a la cabeza y haciendome un ovillo junto a la reja, completamente empapado.

- Ok. Calma. Solo tengo que entrar por una ventana. O llamar a la policia. Ellos pueden abrir la puerta cuando les explique lo que paso. O quiza no. Mejor no. Ellos pueden tener algo que ver con esos tipos del proyecto. Probare primero a ver si mi tia dejo el juego de llaves bajo la maceta del jardin, como siempre que sale... - me planteo, hasta que reparo en aquel automovil y en la mujer que baja de ahi con un paraguas. 

Es increiblemente hermosa y atractiva, como una de esas modelos de las revistas que tanto me gustan. Pero algo en lo que dijo me pone en alerta. Tal vez se deba a lo sucedido hoy.

- ¿Nombres clave? ¿Problema? ¿Usted tiene algo que ver con las extraespecies? Si es una agente del proyecto de las criaturas raras, no me interesa saber nada de ustedes - le respondo todavia enojado por lo vivido antes en la casa, antes de estornudar sonoramente.

- Me voy a morir de un resfriado - digo, mas para mi que para la señorita Mura.

La respuesta del chico hace que me parta el culo de la risa, provocando que naturalmente, ria a carcajadas, tras unos instantes logro recuperar el aliento. 

-De tener que ver con extraespecies tengo mucho que ver - Digo quitándome una lagrima que se había formado por la risa - Pero no tengo que ver nada con aquel proyecto, eso, es una tortura del gobierno, yo por mi parte, trabajo para... digamos que agencias privadas que dirigimos nuestro propio proyecto clandestino, sin muchas de las estúpidas limitantes que ponen en la otra cosa, si te interesa sube al auto, que no hay mucho tiempo - Digo finalmente mirando al reloj. 

- Proyecto clandestino. Eso sonaba demasiado a " Vas a ir a la carcel como seas tan estupido como para aceptar". Pero por otra parte, estaba aterido de frio, hambriento y todavia tenia en mi mente aquellas fantasias que habia elaborado por tanto tiempo, acerca de hacer "esto y lo otro" con las extraespecies, con investigar concienzudamente la anatomia de las centauras, (¡que diablos, me queria fornicar a una!), probar los mitos sobre las sirenas, averiguar como lo hacian las Scylla... Y si no habia las limitaciones del proyecto del gobierno...

- Ok. Pero si no me gusta, me marchare - le respondo a la mujer, subiendo al auto.

Te subes al auto, el cual comienza a andar casi al instante, tomando rumbo hacia la arteria principal de la ciudad, perdiéndose rápidamente entre el mar de autos, estando atascados en el tráfico que este conlleva la mujer suelta el volante y te mira. 

-De acuerdo, si no te gusta te dejare en frente de tu casa donde te encontre y jamas volveras a saber de nosotros, no hasta que sea demasiado tarde por supuesto - Dice la mujer mirándote directo a los ojos - El proyecto para el cual trabajo no tiene nombre, y es clandestino - Comienza a decir - Pero no desconocido, el gobierno claramente sabe de nuestra existencia, pero ante la presión no puede actuar ¿porque? te preguntaras ¿porque el gobierno si sabe no hace nada? Pues es fácil en realidad, porque las empresas que financian esto son las principales industrias del mundo, ya sabes, hasta Coca Cola esta metida en esto, y por ende, tanto capital que si tocan esto, la crisis que se generaría sería... inconveniente para ellos, eso, y que nosotros tenemos las agallas para permitir lo que ellos no, por lo que reunimos datos que ellos no pueden. 

Claramente esta haciendo referencia a las reglas del proyecto anterior, avanzan un poco y vuelven a quedar parados en medio del transito, la mujer vuelve su atención a ti.

-Como puedes haber deducido, también tendrás todo pagado, y lo mejor, es que un chico de tu edad tiene que tener las hormonas revolucionadas ¿no? pues aquí no tendrás el problema frente al sexo, puedes follar tanto como quieras - Te dice con una sonrisa maliciosa en su rostro - Lo único eso si es que estarás lejos de la ciudad, dependiendo del lugar que selecciones y que tendrás que pasar un ligero... entrenamiento antes de ir. 

Escucho atentamente la explicacdion de la señorita Mura... Bueno, tanto como me lo permiten mis ojos, que se desvian insistentemente hacia su escote y sus largas piernas, tratando de adivinar las formas que debe ocultar bajo la falda. Segun lo que me dice, no deberia tener tantos problemas. el gobierno lo sabe y no los detiene. 

- Datos. ¿Consiguen datos que el gobierno no puede? ¿Debido a sus reglas, quiza? Bueno, eso puede ser interesante. ¿Averiguar donde tienen el punto G las extraespecies? ¿o cuanto pueden aguantar en el sexo? La perspectiva de poder follar tanto como quiera con esas criaturas, soñadas y deseadas, insolitas... Es muy tentadora.

- Bien, hasta ahora no tengo objeciones. Pero no quiero meterme otra vez a ciegas en algo. Digame, ¿en que consiste el entrenamiento que menciono y que fin tiene? ¿Aprender a luchar o... a acoplarse con las extraespecies? ¿Algo asi?

Mientras camina por las escaleras y el pasillo nota la manera que está construida la casa que parece rústica, incluso roza con las yemas de los dedos las paredes dándole la sensación de estar en casa. Su mirada era seria pese a que estaba contenta por descubrir por fin el mundo, el encontronazo con Kitamura no le había dejado buen sabor de boca. Pudo ver como Aquarina se peleaba con el lavamanos y echó una ojeada. - Parece que ahora los humanos instalan pozos en sus casas, en la época que mis hermanas venían a este mundo, los pozos se localizaban fuera de estas. - Escuchó la explicación de Aquarina por educación y luego cuando esta se mojo en la ducha, Freydis se dirige a su cuarto. - Aquarina mira a ver si en tu cuarto hay algo con lo que secarte. -

No podía parar de pensar en el humano. - Como nos deje tiradas lo mato y que se pudra en el infierno de Hel... - Al entrar en su cuarto lo explora, pensando en como lo habrán preparado, si el de cada uno es diferente o siguen un modelo estandar. Finalmente busca una ventana a ver si desde ahí puede ver al humano.

Miro al chico levantando una ceja.

-¿Para que quieres aprender a luchar? - Niego con la cabeza - Tienes que aprender varias cosas, al menos lo básico, a cocinar, a relacionarte con algunas extraespecies... también una que otra cosa sobre natación y bueno, también a como tener sexo ¿porque eres virgen cierto? - Pregunto viéndolo a los ojos - Pues eso es parte importante de todo el asunto, después de todo, si lo haces mal a la primera, después probablemente no quieran estar contigo nuevamente. 

Sigo conduciendo y doblo hacia una calle menos transitada. 

- Bueno, no es que quiera presumir pero cocino para mi tia desde que tuvo 8 años. La verdad ella es un desastre para la cocina, asi que fui aprendiendo. Y nadar tampoco se me da tan mal. Cierto que no soy miembro del club del colegio ni nada por el estilo, pero se lo basico. Y en cuanto a... - me detuve de repente, al darme cuenta de lo que la señorita Mura habia dicho por ultimo.

- ¿Eehhh? ¿Como es que lo...? Digo... Eh... Pues... - me quedo sin palabras, avergonzado y escondiendo el rostro.

La veo doblar hacia una calle menos transitada y mi pervertida cabeza empieza a pensar todo tipo de cosas. 

- ¿Ahora es cuando me mata? ¿Cuando me lleva a su base secreta? ¿Cuando se abre la blusa? ¿Cuando me la saca del pantalon y la chupa?  - pienso a toda velocidad, inseguro y sintiendo mi corazon latir mucho mas rapido por el miedo y la calentura que traiga encima.