Partida Rol por web

[color=#FC7500]Monster Ai ni ikite[/color]

[color=#FC7500]Escena 0 ~ Un día lluvioso, un nuevo comienzo.[/color]

Grupo 3

Makoto estaba nervioso, bastante nerviosos en realidad, la llamada había llegado hace dos semanas mientras estaba en clases, y casi se desmayo en ese instante ¡Lo había logrado! ¡Había sido admitido en el proyecto! Por un lado tendría la oportunidad de ser parte de varios beneficios, por otro lado, casi a los pocos minutos de estar muy contento paso a estar bastante nervioso, se había metido postulando con una edad falsa a atraves de una de esas solicitudes escritas que nunca te llaman solo para quedar como un jefe delante de sus amigos, no esperaba ser el “uno de veinte mil” que ingresa por este medio, pero ahora aquí estaba, parado y mojándose en la lluvia que empezó de la nada como un potente torrencial, frente a la alta muralla de lo que ahora sería su hogar, a su lado estaba el pórtico de hierro para los vehículos, y una puerta metálica para individuos, por un lado, era emocionante, por otro aterradora la hora en que lleguen los agentes y vean como es realmente, solo un adolecente.

Por otro lado a pocos minutos de distancia viajan dos vehículos por las calles de la ciudad, uno de esos vehículos es un vehículo negro opaco, con vidrios polarizados, en su interior viajan dos chicas notorias, una es una agente de las ATdP, que parlotea felizmente con uno de sus subordinados, que tiene los ojos rojos de tan irritado que va por tanto tiempo tener que escucharla mientras conduce, y por otro lado, en los asientos traseros va una chica aun mas peculiar, durante el camino Aquarina había cambiado de forma varias veces, imitando a gente que veía en la calle solo para divertirse mientras avanzaban en aquel extraño carruaje mágico sin caballos, bueno, al menos lo hacía hasta que el clima le recordó el día en que su maestra la expulso al aburrirse de ella, por lo cual ahora estaba tranquila pensando en su forma original. En el otro carro mas atrás, siendo este una minivan, viaja otra extraespecie, que simplemente se limita a pulir su espada mientras la maquina humana la transporta hasta su destino, Freydis la valquiria, se encargaba de su espada para pasar el tiempo, mientras el sonido de la fuerte lluvia golpea contra el techo del automóvil, su mente estaba ocupada pensando en lo generoso que había sido el padre todopoderoso Odín, de haberle permitido venir a este lugar, y por otro lado, pensaba en lo cambiada y avanzada que se había vuelto la humanidad, aunque no había nacido cuando las especies convivían, sabía como todas las valquirias como solía ser el ser humano en tiempos antiguos.

Finalmente, al cabo de unos minutos las maquinas se detienen, y algunos agentes ayudan a ambas chicas a descender de sus carruajes, estas se miran la una a la otra sin decir una palabra durante unos segundos, pero su visión se ve interrumpida al escuchar una carcajada, pueden ver a la agente encargada, la que os había recogido a amabas tendiéndole la mano a un muchacho bastante joven, esta lo vuelve a mirar y vuelve a reír*.

-Ahh… disculpa, ¿pero de verdad eres Kitamura Makoto? – Pregunta la mujer ahora mojándose como todos los demás, pasándose una mano por los ojos para limpiar sus lagrimas – Oh pequeño, no sabes en los líos que te has metido…

-Señora, ¿deberíamos notificar esto? Es decir… ¿no es un poco joven como para…. El proyecto? – Pregunta uno de los subordinados mirando a su jefa con radio en mano, esta levanta una mano y mueve un dedo en forma de negación.

-Lo hecho, hecho esta – Dice con una sonrisa gatuna en su rostro, luego mira a Makoto y vuelve a hablar – Mi nombre es Miss Sunshine, o al menos así me han dicho que me llamo – Se encoje de hombros y hace una gesto hacia sus compañeras – Estas son Freydis, una valquiria,  y debo añadir, primera valquiria en este mundo desde tiempos antiguos – Y luego indica a la otra chica – Y esta es Aquarina, una cambia-forma, también algo muy raro de ver debo añadir…. Por otro lado no se si felicitarte o no, has engañado al sistema, ¿Cómo? No lo sé pero no hay vuelta a atrás.

Meto la mano adentro del auto y palpo hasta encontrar lo que busco, al retirar la mano tengo en ella un puñado de llaves, miro al joven que tengo delante de mi y sonrió de forma aseguradora, en buena parte me daba pena el pobre, mucha gente ha sufrido bastante, especialmente los primeros días del proyecto, por otra, me causa gracia que esto, un joven, un niño haya engañado a uno de los sistemas mas finos y selectos de la Tierra. 

-Dejad que abra las puertas - Dice en un tono contento - Una ves adentro, podremos hablar con mas calma y sin la lluvia sobre nosotros. 

Freydis se había pegado todo el viaje algo nerviosa por querer descubrir el mundo y como había evolucionado. De vez en cuando se la veía rezando a Odín, dándole las gracias por su oportunidad. Pero la mayor parte del tiempo se pasó afilando su espada, mirando a través de la ventana y acicalándose las alas.

Durante el viaje le abordaron muchas preguntas, pero intentaba mantener la compostura para no parecer tan curiosa, así pues se mantuvo serena durante el trayecto. Al llegar y bajar del auto desplegó sus alas carmesí por encima de su cabeza para no mojarse, las gotas transparentes caían por su plumaje dando la sensación de que en realidad era sangre lo que brotaba de ellas. Lleva una túnica de lino azulada que le llega hasta la cadera, un pantalón de cuero marrón y unas botas. Al cinto porta su espada envainada.

Mira a todos los presentes, por un instante, con un semblante aún serio y elegante a la vez, incluso altivo intentando parecerse a sus hermanas. - Así que este chico es el que se va a encargar de mí y de esa otra chica... Parece que le viene un poco en grande la tarea... - Clava su mirada en él. - Dijeron que había engañado, nada digno en comparación con los hombres que veía en el Valhalla. -

Se mantuvo en silencio mientras esperaba para entrar.

El muchacho no podía ocultar su evidente miedo y nerviosismo. Estaba caminando dando vueltas sin parar, sudando por debajo de la ropa y a punto de entrar en pánico. - ¿Cómo era posible? - se preguntaba Makoto mientras andaba de un lado para otro, con el corazón amenazando con salirse de su pecho y sus ojos completamente dilatados. - Había llenado la forma, claro, igual que los demás. ¡Pero solo era una broma! Se suponía que jamás serian admitidos. Solo era algo que habían hecho para divertirse un poco. Y ahora esto... Pero ya no tenia tiempo de echarse a correr y huir. Su tía Kasumi había quedado encantada al enterarse de que había sido seleccionado.

El chico tembló cuando finalmente llego el auto que traía a las extraespecies. Ni siquiera sabia de que tipo serian. Aunque claro, había fantaseado mucho con ello. De hecho, era un ávido consumidor de esas revistas en las que las chicas extraespecies y los humanos...

Pensar en su tema favorito ayudo a relajarle un poco. Solamente tuvo que cerrar los ojos y fantasear, como siempre lo hacia.

Entonces se abrieron las puertas y tanto las "invitadas" como los agentes bajaron. Por supuesto, se dieron cuenta enseguida que no debía estar ahí. Una parte de el esperaba que lo dejaran ir en ese momento, pero la jefa parecía tener otra idea, y encontraba el asunto de lo mas divertido.

Una de las jóvenes parecía una especie de dragón humanoide y la otra... Era difícil saberlo. Pero Makoto se quedo de piedra al verlas y comenzó a palidecer. Se quedo sin habla por el momento, esperando que, contra todo pronostico, pudiera salir bien librado del asunto.

Permanecía absorta con aquel curioso mecanismo que acababa de descubrir. Lo presionaba y el cristal bajaba mágicamente. Lo volvía a presionar y volvía a bajar, ¡era alucinante!. Otra vez, pero esta vez subía - ¡qué poderosos magos tienen los humanos! - pensó.

La incipiente lluvia interrumpió sus pensamientos. Había empezado a lloviznar tímidamente. Observó el cielo pensativa - Vaya, aquí también llueve. Parece que después de todo este mundo no es tan diferente del mío. - Aquarina volvía a sumirse en sus pensamientos, cuando volvió a darse cuenta la lluvia había arreciado. Trató de hacerse con el control del mecanismo para cerrar la ventanilla, pero pese a los numerosos intentos fallidos logró finalmente cerrarla, casi en su totalidad. Dejándo apenas un centímetro abierta - Ya está; cerrada. ¡Caray qué buena soy!. Mi ama no me dejaba tocar sus trastos mágicos. Siempre me había dicho que no había nacido para poder manejar este tipo de cosas. Apuesto a que si me viera ahora se caería de culo. - a Aquarina se le escapaba una leve risa mientras evocaba aquel pensamiento en su mente.

Ya faltaba poco para llegar. Menos mal, Aquarina ya empezaba a aburrirse. Ahora que había empezado a llover no disponía de ninguna otra distracción. Oteaba a su alrededor en busca de algún otro artilugio mágico, pero su búsqueda fue en vano. El carruaje finalmente se detuvo, habían llegado al destino.

Bajó del artefacto móvil y permaneció casi inmóvil, oteando a su alrededor. En cuestión de pocos segundos toda ella estaba empapada de agua. Sin embargo, debido a su naturaleza, las gotas resbalaban sin llegar a permear su piel. Otro carruaje se detuvo a pocos metros de allí, en él viajaba otra extraespecie. Un ser alado con tonalidades rojizas. Al bajar se miraron sin decirse nada. A Aquarina no le resultaba nada familiar aquella extraespecie, sin embargo, no tenía el más mínimo resquicio de animosidad contra ella. También estaba en aquel lugar un joven humano de un aspecto bastante humilde para lo que Aquarina estaba acostumbrada a ver.

De repente una carcajada interrumpió la escena, la agente encargada le estaba tendiendo la mano a aquel joven muchacho. Lo volvió a mirar y se vuelvió a reír - Ahh… disculpa, ¿pero de verdad eres Kitamura Makoto? - Preguntó aquella mujer mientras se mojaba como el resto – Oh pequeño, no sabes en los líos que te has metido… - aseberó la agente. Sin embargo y pese a que uno de sus subordinados trató de reconsiderar la petición la agente rescindió de ello - Lo hecho, hecho está – repuso en un tono solemne.

Se volvió a dirigir al joven y se presentó como Miss Sunshine. Después presentó a Freydis, una valquiria, y Aquarina, una cambia-formas. Tras esto, Miss sunshine volvió a remitirse al proceso que llevó a Makoto a entrar. Al parecer había hecho "¿trampas?". El caso es que a Aquarina no le pareció importar demasiado. Hace rato que se había perdido en la conversación y observaba su entorno con cierta admiración.

Posteriormente Miss Sunshine instó a acceder al edificio para poder hablar con más calma y guarecernos de la lluvia. Aunque a estas alturas ya estaban calados hasta los huesos.

Tras unos breves instantes Miss Sunshine abre la puerta de entrada a la propiedad, e ingresa, haciéndoles un gesto para que la sigan al interior del lugar. El camino es de piedras y se nota que el lugar es espacioso, está lleno de cerezos y hay un pequeño estanque con peces de colores que nada de un lugar a otro, incitados por el agua que cae del cielo. En el otro extremo, hay un quincho con algunas sillas para sentarse y una mesa rustica, a su lado, al exterior del patio techado hay un horno de barro. Al fondo hay una casona de buen tamaño, de dos pisos, está hecha de piedra también. La agente llega rápidamente y abre la puerta, permitiendo que entren antes de que se sigan mojando, ingresando después que ustedes.

-Señorita Freydis, y Señor Kitamura, en sus habitaciones en el segundo piso hay ropa limpia por si se quieren cambiar después – Dice con un tono divertido – Ahora, por protocolo nada mas les leeré nuevamente los términos del proyecto – Dicho esto comienza a buscar en un bolsillo, luego en otro – ¿Donde lo deje….? Ah… - Se acuerda y rebusca en un bolsillo interior de su blusa, sacando un pedazo de papel un tanto empapado, se aclara la garganta y lee en voz alta:

Datos del Proyecto.

Humanos:

1- Su objetivo es por excelencia hacer sentir bienvenidas a las extraespecies que han ingresado al proyecto, sean de la clase que sean, no deben ser discriminadas.

2- Hacer lo posible para que la especie se integre en la sociedad humana, respetando su privacidad y sus decisiones.

3- Al menos una vez a la semana salir al exterior para presentarle cómo funciona la vida en la  ciudad.

4- Encargarse del bienestar de las especies a su supervisión, es decir, hacer los pedidos correspondientes de las provisiones para cada especie, y atender sus necesidades.

5- Encargarse de que las extraespecies se relacionen con la tecnología lo mejor posible.

Extraespecies:

1- Intentar hacer caso a su anfitrión.

2- En las salidas al exterior observar lo mejor posible cómo funciona la vida en la cultura humana.

3- Atender a las revisiones mensuales.

4- Comunicar sus necesidades al anfitrión cuando las tengan.

Para el correcto funcionamiento de la especie se disponen de los siguientes beneficios:

1- Se dispone de la “Tarjeta de Intercambio Cultural de Especies” (A.K.A: TICE), la cual cubrirá los gastos necesarios durante el proyecto.

2- De una casa equipada y adaptada para las especies que serán huéspedes.

3- Servicio de atención y seguridad provista por el gobierno.

4- Atención médica cubierta por el gobierno, y controles mensuales de salud.

5- Servicio de distribución de insumos necesarios para la vida de las extraespecies. 

Prohibiciones

1- Se prohíbe el apareamiento entre humanos y extraespecies. Pena de deportación a la especie en cuestión y encarcelamiento al humano.

2- Se prohíbe la violencia entre humanos y extraespecies. Pena de deportación a la extraespecie y encarcelamiento al humano.

3- Se prohíbe que las extraespecies dejen los terrenos del proyecto sin la supervisión de un agente o de su anfitrión. Pena de deportación.

4- Se prohíbe a los humanos en el proyecto la venta de material al exterior, ya sea tanto fotográfico como cinematográfico, cualquier cosa de esta índole debe ser supervisada por las FTdP o encargados del proyecto, y serán avisadas con anticipación. Pena de suspensión del proyecto.

Mientras les leen pueden notar que las escaleras para subir al segundo piso están en el centro de la habitación, en la pared del fondo hay tres puertas diferentes, a su derecha esta el comedor y la cocina, a su izquierda hay otra puerta cerrada, cuando la agente termina arruga el papel y se lo guarda en un bolsillo.

-¿Alguna duda? – Pregunta, luego su cara se ilumina como si hubiese recordado algo – Ahora… señorito Kitamura, tendremos que solucionar lo de su… educación… después de todo esta ultimo año, el mas aburrido de todos -  Dice encogiéndose de hombros – Bueno ya se nos ocurrirá algo supongo.

Queda esperando de brazos cruzados a ver si tienen dudas. 

Irrumpieron en aquella propiedad, la cual les hospedarían en las siguientes semanas. Aquarina no dejaba de otear de un lado para otro, ajena a los demás - esto parece aparentemente monotono, me temo que me voy a aburrir como una ostra - pensó Aquarina mientras cruzaban el jardín. Finalmente llegaron a la puerta y entraron al salón principal.

La sala a pesar de ser bastante grande, a Aquarina se le antojaba pequeña. Miss Sunshine se remitió a sus otros dos compañeros - Señorita Freydis, y Señor Kitamura, en sus habitaciones en el segundo piso hay ropa limpia por si se quieren cambiar después - mientras, Aquarina se estaba expulsando el agua como si fuera un perro, salpicando todo a su alrededor hasta que quedó completamente seca, después sonrió satisfecha y se puso a pasear por toda la estancia, mientras Miss Sunshine escupía una retahíla de normas que deberían cumplir. Aquarina había perdido nuevamente el hilo de la conversación. Estaba en su mundo, comparando todo lo que allí había. Mezcla de curiosidad y admiración.

Finalmente Aquarina salió de aquel estupor cuando Miss Sunshine concluía con aquella comprometida pregunta - ¿Alguna duda? – Aquarina se quedó parada unos instantes tratando de elucubrar algo inteligente, tratando de disimular su ausentismo durante la conversación, pero por suerte la agente volvió a hablar - Ahora… señorito Kitamura, tendremos que solucionar lo de su… educación… después de todo esta ultimo año, el mas aburrido de todos. Bueno ya se nos ocurrirá algo supongo. - Al finalizar, Aquarina se quedó algo cortada, puesto que tenía la entera certeza de haberse perdido algo importante. Aún así acertó a preguntar algo a Miss Sunshine - ¿solucionar el qué?.

Completamente empapado, corro hasta la casa sin reparar demasiado en los detalles arquitectonicos o en el lujo evidente de este sitio, aunque mi primera impresion es que parece una de esas mansiones que salen solo en los animes.

Me quito los zapatos a la entrada, como solemos hacer los japoneses y despues de ponerme las zapatillas para andar dentro de la casa, reparo en que quiza las dos  cirvilineas extraespecies que nos acompañan no conozcan ese detalle. 

No le doy importancia y sigo adelante, no porque hubiera adquirirdo repentinamente valor para afrontar la situacion, sino porque francamente, no veia ninguna otra salida.

Escucho atentamente a la señorita Sunshine y entonces reparo en que menciona algo sobre mi educacion.

- ¿Educacion? ¿A que podra referirse? Es cierto que no tengo las mejores notas, pero tampoco soy tan... - pienso, hasta que mi mente empieza a calibrar otra idea, que me hace subir los calores y que mi corazon lata mas rapido.

- ¿O sera acaso que sabe algo acerca de... eso? ¿Y... me ira a dar clases sobre eso? ¿Aqui mismo? - pienso ilusionado, mirando con mas detenimiento las sugerentes curvas del cuerpo de Miss Sunshine y de las dos criaturas humanoides. Aunque no era posible. Al menos no con ellas. Acababa de explicarlo.

- Bueno... No me importaria  sacrificarme por el bien del proyecto - digo estupidamente en voz alta.

Freydis camina por el sendero de piedras con naturalidad mientras observa entretenida los árboles y el estanque, seguía cubriéndose la ropa y la cabeza con sus alas. Al llegar a la entrada y estar sobre techo hace un movimiento brusco con sus alas hacia la salida para sacudírselas. Aún así se quedan algo mojadas dando una sensación de brillo sobre sus plumas.

Luego escucha atentamente las normas del proyecto, en algunas ocasiones negaba con la cabeza, eran cosas que ella misma tenía prohibidas. Mira al humano enarcando una ceja al escuchar acerca de su sacrificio, no encontraba sentido a sus palabras después de haber escuchado que había hecho trampas. Da un paso al frente. - Visto lo visto, ¿qué ocurre si el humano que nos han asignado no cumple con sus obligaciones? ¿Se nos asignará otro? -  Vuelve a echar un vistazo a Kitamura como evaluándolo.

- ¡Ah, si! ¡Esa es la solución! - digo repentinamente, tras escuchar a la criatura alada exponer una pregunta a Miss Sunshine.

- ¡Por supuesto! ¡Era de lo mas fácil! Simplemente tendría que saltarme las reglas y asunto arreglado. Y mientras tanto, quizá pudiera conseguir algunas fotografías en poses sugestivas o con poca ropa, para mi "colección particular".

Casi babeo ante la perspectiva de ver a estas beldades con poca o nada de ropa y mi cuerpo reacciona por si solo, moviéndose discretamente para dar unos pasos y acercarme a la criatura sin alas para echarle un mejor vistazo a sus atributos frontales.

Sus reacciones había sido demasiado rápidas y yo por mi parte tengo sueño, me rasco un poco la cabeza y suelto un suspiro, luego miro a Aquarina y a Makoto con una sonrisa evidente. 

-Me alegro que te quieras sacrificar por el bien del proyecto - Junto las manos de forma sonora y sonrió de forma radiante - Entonces te contrataremos profesores de matemáticas, historia, ciencias, y todas esas cosas aburridas, creía que harías un berrinche como la mayoría de los críos pero has demostrado ser mas hombre de lo que esperaba - Miro a Freydis - Si Kitamura falla pues tendríamos que buscar un nuevo humano, o simplemente enviarlas a su mundo a ustedes, pero normalmente un fallo de esos terminan mal para ambos, ya que normalmente no os reciben muy bien cuando regresan, varias culturas según lo notamos lo toman como un fracaso o un deshonor. 

Doy unos pasos hacia el muchacho y saco las llaves de la casa poniéndoselas en sus manos. 

-Felicidades señorito, acabas de ser ascendido al mundo de los adultos, es hora de que sufras tanto como los demás, esto digo, que te diviertas. 

Dicho esto doy media vuelta y abro la puerta.

-El servicio llegara mañana por la mañana, procuren no morir hasta entonces - Al terminar cierro la puerta y me voy.

Freydis observa la reacción de Makoto, al principio lo mira elevando la cabeza como si se tratara de un ser inferior. Pero al escuchar las palabras de Miss Sunshine recapacita un momento. - Ese desgraciado sólo quiere librarse de nosotras, y no puedo permitirlo. -

Camina tranquilamente hacia él hasta colocarse detrás suya, desenvaina su espada y la coloca entre las piernas de Makoto. - Ooops, yo que usted señorito Kitamura Makoto le diría a su amiguito que se tranquilice. - Dice mientras asciende con el borde no afilado del metal hacia la entrepierna. - Puede que usted no quiera estar aquí, pero ahora somos su responsabilidad y no le puedo permitir fallar por el bien de ambos tres... - Mira finalmente a Aquarina buscando su apoyo.

Al escuchar a Miss Sunshine, Makoto palideció y se quedo paralizado de horror, por lo que no pudo decir nada hasta que la agente se hubo marchado y solo tomo las llaves que ella le arrojo por reflejo, guardándoselas en el bolsillo delantero de su saco.

- Pero en su interior, Makoto hubiera deseado caer de rodillas, alzando los brazos desesperado hacia el cielo y gritar con todas sus fuerzas - ¡¡¡¡¡NNNOOOOOOOO!!!!!  Ahora no solo tenia que atender y cuidar de dos criaturas que a juzgar por sus palabras y miradas lo despreciaban y lo consideraban un inútil bueno para nada, si no que además, seria torturado y obligado a aprender montones de cosas que no le interesaban. ¿Y para que? ¿Qué tenían que ver sus notas en matemáticas y las otras materias tan aburridas con el proyecto? 

- ¡NO LO HARE! - grito Makoto en su mente, con el gusano de la rebelión asomando de su corazón y mordiendo rabiosamente, enseñando todos los dientes. - ¡Por muy buenas que estén, no voy a permitir que me pongan lecciones extra! ¡Y ni siquiera son de mis razas preferidas! ¡Hubiera deseado una hermosa sirena, una exótica scylla o una atractiva y noble centaura de prominente parte frontal y trasera, para curiosear y explorar y... Y en lugar de eso, tenia... Esto!

Pero de repente, Makoto detuvo el hilo de sus pensamientos, al notar como la criatura con alas ponía su arma en medio de sus piernas. El chico trago saliva, pero luego decidió no permitir que este ser lo intimidara, o de lo contrario, lo haría durante el resto del tiempo que estuviera ahí. Así que reuniendo el coraje que no tenia, Makoto adopto una posición firme y dijo:

- Señorita... Como sea que se llame. Me da igual. Evidentemente, yo no soy de su agrado y usted tampoco del mío. Pero debe saber que en este país, se considera una imperdonable falta de respeto amenazar a la gente con una espada en sus partes mas delicadas, sobre todo cuando se trata de una invitada a nuestro mundo. Obviamente, desea deshacerse de mi y yo de usted. Pero hasta que logremos ese objetivo, tengo que pedirle que conserve las formas y se apegue a los pocos modales que pueda tener.

- Además, le recuerdo que si agrede a su anfitrión de cualquier manera, será deportada vergonzosamente a su mundo. Así que, por el bien de todos, guarde esa espada y consérvela ahí - declaro Makoto, avanzando un par de pasos para quitarse del camino de la espada.

- Ahora, si les parece bien, creo que deberíamos conocer las instalaciones y ver sus cuartos, antes de que les prepare algo de comer. O si consideran que mis manos humanos son demasiado indignas de su grandeza, entonces pidan algo por teléfono - concluyo el chico, enojado y echando chispas por los ojos.

Aquarina aún no había salido del estupor sufrido por sus pensamientos cuando se acercó aquel humilde ser babeando, Aquarina se quedó observándole sin entender qué estaba pasando. Intintivamente le sonrió - vaya ser más extraño - pensó.

De repente vió como una espada tocaba la entrepierna de aquel extraño humano - Ooops, yo que usted señorito Kitamura Makoto le diría a su amiguito que se tranquilice - prosiguió aquella ser alada - Puede que usted no quiera estar aquí, pero ahora somos su responsabilidad y no le puedo permitir fallar por el bien de ambos tres... - Tras decir aquello se quedó mirando fijamente a Aquarina. Sin embargo ella no se había enterado de lo que estaba sucediendo - ¿Qué? - fue lo único que Aquarina acertó a responder, quedando como una completa boba, era evidente que había pasado ajena a lo que estaba aconteciendo en aquella sala.

Por suerte aquel humano le respondió, dejándo a Aquarina en segundo lugar. Pareció que respondía enfadad@ por la situación. Amenazando a la extraespecie de que la deportarían. Cosa que a Aquarina le molestó tal amenaza, sin embargo no intervino.

Finalmente terminó su discurso invitando a explorar aquella propiedad. Después se volvió a perder con terminología que no entendió muy bien - ¡bien!, empezaba a aburrirme.

Aquarina empezó a subir las escaleras sin ni siquiera cerciorarse de si le seguían.

Freydis observa como Makoto se pone gallito por una vez y como el apoyo que buscaba en Aquarina nunca vino. El discurso de Makoto sólo hace que Freydis se encare hacia él y lo coja por el cuello apuntándolo con el filo de la espada. - ¿Y acaso empalmarse delante de tus invitadas sin muestra de pudor no es una falta de respeto? - Estúpido niño como siga así esto no va a durar mucho. - Recuerda entonces las palabras de Miss Sunshine y trata de calmarse. -

Aún agarrando a Makoto le dice. - Vamos a ver mocoso, no sé si es porque eres cortito o por tu temprana edad. Pero ahora somos tu responsabilidad, te guste o no. Y que sepas que si consigues que nos deporten a alguna de las dos, antes de irme, te arrancaré la cabeza. - Tras esto lo suelta dándole un pequeño empujón y envaina la espada. - Y si tanto te ciñes a tus costumbres eres tú el que debería molestarse en preparar algo. -

Finalmente acaba subiendo las escaleras detrás de Aquarina.

Makoto se queda rojo de furia ante las palabras de ambas féminas. Pero con la ventaja de una espada, la extraespecie llevaba todas las de ganar, así que el chico respondió:

- ¿Saben que? Perdí las pocas ganas de seguir aquí. Por mi, pueden irse solas a revisar la casa o a comer lo que sea que encuentren. Yo me largo. Ojala tengan mas suerte con su próxima niñera y esta si se encuentre a la altura de sus expectativas. Y por su bien, espero que traiga misiles y mucho Valium para tratar con ustedes - y sin decir nada mas, tomo las llaves y salió de la casa, rumbo al patio.

Al llegar arriba os encontráis con mas puertas, y un pasillo que se extiende en ambas direcciones, hay dos puertas en la pared que da hacia la escalera, y en la pared en contra de la escalera hay tres puertas, claramente tres deben ser habitaciones, y las otras deben ser algo mas, las cosas estarían distribuidas mas o menos así.

Puerta Puerta Puerta

Puerta Escala Puerta

Estando ustedes paradas en el umbral de la escala, al mirar hacia abajo pueden ver el piso inferior por donde habían venido. El aspecto es algo rustico, pero da la apariencia de que fuese todo hecho en madera y piedra, y que sea antiguo. Al pasear por las puertas descubren lo que son.

H.Aquarina H.Humana H.Freydis

Baño Escala Libreria

El baño es pequeño, da la impresión que sea un baño para apuros mas que otra cosa, y esta lleno de cosas que vosotras jamas habíais visto, pero tras unos minutos lográis deducir algunas de las funciones, ya que una cosa al girar una especie de tuerca cae agua, y al girarla nuevamente se corta el flujo de agua, suponéis par lo que sirve, pero las otras dos cosas en el interior se os escapan a vuestra comprensión (Una es el vater y la otra la ducha) ¿Que haréis? ¿Seguir explorando el baño? ¿Os dirigís a vuestras habitaciones?

Al salir de los terrenos del proyecto reparas en la potencia que había tomado la lluvia, pero poco te importaba, lo que mas te importaba era salir de aquel lugar, todo había sido un error, eso de haber intentado hacerte el valiente frente a los amigos para empezar, y mas aun haber aceptado participar, pero bueno, pues aquí estas, renunciando a lo que muchos aspiraban pero ¿que mierda le ven de especial a aquella tortura? Pues a ti no te parece muy especial. El frió de la lluvia nubla parte de tus sentidos y tu enojo otra buena parte, por lo que no te percatas que un auto te sigue silenciosamente en este día tan oscuro. 

Tras casi una hora de caminata llegas a donde reside tu tía, pero te encuentras con una hermosa sorpresa, la reja esta cerrada y solo encuentras un folleto frente a la reja, al tomarlo notas que es una notificación que se nota claramente:

¡FELICIDADES!

¡Se le notifica que usted ha ganado el concurso de Donga Donca!

En esta invitación encontrara boletos para su viaje en crucero, ¡el viaje soñado y todo pagado por 6 meses! Así que... ¿que espera para dirigirse al paraíso? 

>Aquí han arrancado un par de boletos<

Tu desconcierto solo es superado por tu asombro, tu habías sido "premiado con participar en el proyecto", y tu tía con un viaje de ensueño, dejándote sin lugar al cual regresar ¿que mas podría salir peor? No mucho realmente, no tener donde ir, y estar totalmente mojado, eso sin mencionar que te has perdido el viaje de ensueño que muchos desean, nenas, sol y playa, comida gratis y otras cosas, no logras hacer mucho mas que sentarte contra la reja de la casa de tu tía, es entonces cuando notas que un auto que te resulta extrañamente familiar se detiene y te ilumina con sus focos, de el desciende una mujer adulta que te queda contemplado durante unos momentos, protegiéndose a si misma con un paraguas mientras te contempla. 

-Disculpa, ¿eres Kitamura Makoto? - Pregunta con una voz clara y amistosa, al notar tu expresión sonríe y continua hablando.