Partida Rol por web

- Se tenían que se parar otra vez justo ahora dijo mirando el cielo. - Se nos acabó, o saben que estamos aquí y se están preparando o lo que ocurra tiene que ver con la niña. Tenemos que actuar ya.. dijo con preocupación, todos esos fenómenos y los rayos del color del amuleto le daban mala espina.

El análisis de la situación es bastante exhaustiva, aún a pesar de desarrollarla en un cierto silencio no carente de tensión. Algo sucede con Cae, lo percibí cuando nos separamos del resto del grupo. Algo empañaba su mirada, aunque apenas pude distinguir qué era, que sí sospecharlo.

De modo que rodeamos el campamento desde la seguridad que ofrece la vegetación, a nosotros los elfos que somos sus hijos respetuosos, y sólo cuando alcanzamos su parte trasera nos tomamos un respiro, en que me decido a hablar. Lo hago cuando, sin palabras, pues ya no son necesarias entre nosotros, Cae insiste en comprobar el estado de mis heridas, las quemaduras y contusiones que arrastro. Y mientras lo hace, mis ojos permanecen fijos en ese campamento, y en lo que nuestros ojos avezados han podido descubrir.

No nos será posible esperar al amparo de la noche, me temo, como tampoco aguardar a que salgan. No van a salir. -Expongo en voz baja, evitando su mirada y tratando de no mostrar en mi gesto dolor alguno al contacto de sus manos en mi piel quemada- Tienen un altary lo están preparando. Sea lo que sea que planean, será dentro del campamento. Hay que entrar a por ella. -Tuerzo el gesto, pasando mis ojos de la empalizada al redil, y de ahí a los vigías de los lados- El acceso debe ser realizado por ahí. Es un salto sencillo, y el redil de los caballos ofrece cobertura. Habrá que buscarla en esas dos cabañas. Serán las dependencias de los oficiales, seguramente, mejor acondicionadas. La tercera opción sería el edificio grande, a buen seguro un simple almacén. Mucho dudo que guarden a la pequeña en una simple tienda de soldadesca. -Medito torciendo la cabeza a un costado- Lo malo son los vigías. Seguramente se dediquen principalmente a vigilar el exterior, pero desde su posición tienen buena visión del campamento, podrían descubrir a alguien merodeando. Necesitamos... un ardid.

Y se que no te va a gustar.

Y un plan de huida. Si Airel y Endozal se ocupan de adentrarse en el campamento y encontrar y rescatar a la bebé, tú podrías llegar junto a ellos hasta el redil y esperarles allí. Tendrías tiempo suficiente para poner riendas a algunos de esos caballos. Monturas con las que huir, ahuyentando al resto. Una estampida de caballos genera mucho caos, y les dejamos sin forma de seguir a un grupo de jinetes. -Pero volvemos al problema de los guardias- Los demás... -Desvío ligeramente la mirada hacia Cae, un breve suspiro, antes de volverla al frente- Podemos facilitaros tiempo y restar atención a vuestras acciones... -Afirmo con voz llena de dignidad, anticipando una posible negativa- ...si Lothlouin Greyendil, aquel a quien también buscan, se presenta ante sus puertas solicitando parlamentar. -Carraspeo, incómodo- Silver desde los cielos puede ejercer de enlace, avisarnos de alguna manera de cuando es precisamente tal maniobra, y una vez salgáis podéis venir a por nosotros con los caballos. -Me apresuro a explicar.

Sin embargo, antes de darle tiempo a negar mi plan, cambio radicalmente de tema.

¿T-te... sucede algo, conmigo? -Pregunto, nervioso, apartando la mirada de ese campamento, no para posarla en Caelny, sino para apartarla y negarle la visión de mis avergonzadas mejillas- Me ha parecido que estabas molesta...

Todo eso se veia como ritual maligno... parecia que el tiempo se les acortaba

Por experiencia personal eso parece ritual impio... cuando fui por las bayas encontre un sendero que va directo a la empalizada al parecer y podria ser un camino rapido, bueno ni hablar tendremos que ir lo antes posible... supongo solo habra tiempo de que malark revice los objetos yo tengo algo mas que preparar mientras el lo hace o podemos ir a todo por el todo y sacar a elen antes de que le pase algo malo...

Miro de reojo a fik, parecia que cada quien tenia sus propias ideas en todo esto

Bueno creo que tu y ya ya hicimos esto antes no fik? segun el plano de silver solo hay una salida clara... que dices fik? yo asalto y tu robas? los demas podran servir de refuerzo y silver puede vigilar el cielo por si alguien intenta escapar, puedo ir dejando oscuridad o arrojando algunas piedras planas con oscuridad, aun me preocupa el tipo de verde pero creo que sera jugarnosla

Los relampagos le preocupaban no estaba segura de que tipo de magia y cuanto tiempo podrian tener para resolver eso, era claro que eso era del todo sobrenatural, ocupaba justamente a caelyn en ese momento para para pedirle una investigacion pero no era posible

Podriamos cambiar a Lothlouin Greyendil por elen, silver escapa con elen y luego nos quedamos a luchar para salvar a Lothlouin mmm... señor malark tomaria como un favor personal si pudiera darse un momento para revisar eso en el cielo y decirme si reconoce el tipo de ritual y cualquier cosa relacionada para saber cuanto tiempo hay

airel se quedo mirando al cielo intentando pensar en cuanto tiempo podrian tener y ver si podia identificar algo del ritual, revisar las cosas le tomaria al menos 5 minutos a ella y puede que las vendas 1 a 3 minutos a malark

Si silver divisa pocos soldados igual no tengo problema en matar tantos como pueda, pero creo sera mejor decidirlo cuanto antes...

Pues me tomo un momento para intentar saber que podria ser eso de los relampagos, si malark pide los guantes se los presto mientras pienso eso

Silver dibuja un esquema en el suelo que se convierte en un tablero donde decidir la estrategia. Parece que todos estamos de acuerdo con que una inflitración es la mejor opción, aunque aún estaría el asunto de la huída. Me preocupa que no soy rápido y que es poco probable que pueda subirme a un caballo que me soporte. Sin embargo, soy terco y no pienso rechazar la bendición de mi señor tan pronto.

Endozal me hace una sugerencia que me seduce. Destruir con mi maza una parte de la empalizada. Me imagino a mi mismo destrozando la construcción de madera con mi tamaño y no puedo evitar sentir cierto sentimiento de diversión. Entonces recuerdo la misión que nos ha traído hasta aquí y me pongo serio.

En ese momento, la misteriosa Airel me vuelve a insistir en revisar los objetos. Suspiro de hastío, pero está claro que la mujer no me va a dejar en paz hasta que no lo haga, por lo que comienzo a ponerme los guantes sin forzarlos. Si lo consigo revisaré la tela.

Pero mientras lo hago, me fijo en el rayo rojizo que aparece en el cielo y que da un tono siniestro al, por lo demás, brillante cielo mañanero. Un ritual sin duda. Me fijo en las características del rayo con la esperanza de sacar algo en claro.

Silver exitende sus alas y mira el cielo.

- Voy inmediatamente hacia alli, los observare desde el cielo, invisible... si no hay que actuar inmediatamente esperare el momento oportuno para paralizar a la mayor parte del campamento... si no... bueno, será lo que los dioses quieran

Silver usa su magia para hacerse invisible y despega hacia los cielos, no sin ofrecerse a llevar a Endozal si se hace invisible.

- Ariel, lleva a Malark lo mas rápido posible, temo que no haya tiempo para revisar nada.

Asiente ante el ofrecimiento de Silver, una vista aérea les daría la certeza de ver en qué punto podrían tener a la niña presa.

- Muchas gracias, quizá hasta podemos hacer una extracción rápida. Lo vamos viendo sobre la marcha, primero veamos que pasa y si los dos elfos están en peligro.

Puede que aquella insistencia por comprobar el terreno por nosotros mismos pudiera verse por los demás como una muestra de desconfianza, pero efectivamente, así era. Ya no sólo por aquella posibilidad de que existiera un traidor entre nosotros, quizás un traidor plateado, sino porque desconocía con exactitud la capacidad de aquellos hombres para afrontar algo así. No en cambio la de Lothlouin, avezado dirigente y con un envidiable historial táctico. No, no contábamos con un ejército, ni mucho menos, pero sus impresiones sobre aquel abordaje me parecían imprescindibles; del mismo modo que estaba convencida de que yo podría ver lo que no había avistado un dragón a quién sabía cuantos metros de altura.

Recorrimos el perímetro valiéndonos del camuflaje que nos proporcionaba la vegetación, en silencio y atentos a cuanto detalle se mostraba ante nuestros ojos. Sin embargo, no fue hasta alcanzar la parte trasera cuando pudimos ver todo con mayor claridad. Nos detuvimos en aquella posición en busca de un respiro, tan sólo uno, y es que en seguida mis manos se dirigieron a las heridas de mi amado, tratando de comprobar el estado de estas. Lothy comenzó entonces a exponer la situación, mientras yo sacaba lo necesario y me quitaba los guantes para tratar algunos de sus males mientras le escuchaba. Mi mirada se desviaba hacia su rostro de vez en cuando, admirando su perfil.

Había comenzado a elaborar un plan, uno a todas luces inteligente y bien meditado, ante el cual no pude más que asentir; hasta que al adentrarse en los detalles del mencionado ardid, viendo como me mirada un instante soltando un pequeño suspiro, mi rostro pasó a tornarse demasiado serio. De forma recia, expuso el resto del plan, proclamándose cebo del mismo; cosa que no me hacía ninguna gracia.

Maldita sea… ¿Para qué he estado tanto tiempo protegiéndole? ¿Cuidando de él? ¿Para que ahora exponerle sea nuestra única alternativa?

Maldije para mis adentros mientras terminaba de limpiarle las heridas que asomaban fuera de la armadura, esperando a que terminara de hablar y poder así replicar, buscar otra posible solución; solución que por mí misma no conseguía ver. Era un buen plan… Aunque no me gustara por entero.

Pero no tuve ocasión de tratar ese tema de inmediato, escuchando como Lothlouin me preguntaba si me sucedía algo con él. Lo hizo de forma nerviosa, desviando su rostro, mientras mis ojos le miraban incrédula.

- ¿M-molesta? – pregunté, aún sin comprender. Nuestra marcha, Endozal Fik… - No, para nada. ¿Qué habría de sucederme contigo? – caminé en torno a él, hasta que mi rostro pudo dar con el suyo. – Es sólo que se cazan más moscas con miel que con hiel. – le dije con una tierna sonrisa, dándome cuenta del rubor en sus mejillas. – Eres un poco engreído, Lothlouin Greyendil, pero eso ya lo sabía antes de aceptar tu proposición. – dije con firmeza, siendo yo quien se sonrojaba entonces ligeramente. – Debemos ir con pies de plomo. La druida plantó una peligrosa semilla en todos nosotros, hay demasiada desconfianza en el ambiente… Es mejor ganarnos a los que podamos. – añadí, antes de volver a echar otro vistazo a sus heridas. – No puedo hacer gran cosa hasta que que te quites la armadura, y aun así tardaría en sanar... El cinturón ya se habrá recargado, deberías hacer uso de él antes de aventurarnos a rescatar a la pequeña. – le pedí acercando mi mano a la suya, buscando un calor que no encontraría. - ¿Volvemos? – le pregunté, rozando el frío acero del guantelete.

La sorprendida respuesta de Cae alivia en parte la carga que arrastro, negando estar realmente molesta. Sin embargo, sí que me siente errado. Y, probablemente, lleve toda la razón. No conozco mucho sobre el mundo de los humanos, ni de nada de cuanto acontece ni acostumbra fuera de los muros de mi palacio y de las filas de los hombres a mi mando. Y la forma en que me comporto, algo que no puedo evitar, no son bien recibidas aquí.

Un poco engreído... -Repito con ironía y pudor, mirando al suelo. Palabras dichas desde el cariño, sin duda, rebajando la verdad hasta niveles más soportables. Soy muy engreído, hasta yo soy consciente de ello. Pero ella no, ella sabe comportarse, conoce los usos y costumbres de los humanos, y es lo bastante lista para reconocer nuestra necesidad de aliados- Tú te los ganarás mejor que yo, Cae. Cuando regresemos, se mi voz ante ellos, una voz más dulce que exponga el plan a sus oídos. -Sujeto su mano con la mía, a pesar de la dureza del metal de mi guantelete, no hecho para asuntos tan delicados- Haré uso del cinturón, un poco ahora y otro poco más tarde, antes de entrar en acción. He descubierto que emplearlo en pequeñas dosis ofrece mejores resultados. -Le concedo, siguiendo su consejo- Vayamos, pues. Hay que reunirse con el resto y poner esto en marcha.

Poco a poco el cielo se encapota con nubes oscuras. Algo extraño en un día tan claro como este. De una de las cabañas aparece un gran soldado, con armadura completa y ornamentada, a cada paso que da, el resto de soldados realizan un saludo militar cerrando el puño derecho y golpeándose en pecho en la zona del corazón. Se dirige al altar. Allí se acerca también otra figura conocida, un elfo altivo como la gran mayoría de su raza, armado para la guerra pero no puede ser... Estáis a bastante distancia pero es el. Viste igual, su forma de andar de moverse, ese rostro, ese pelo. Caenly mira a su lado... La figura que está en el altar es Lothlouin!!!! Ambos os frotáis los ojos, Casnly comprobando que Lothluin está a su lado y Lothluin se palpa a sí mismo... Es como verse en un espejo... Una sensación extraña. Porque ambos jurarías que la figura que está en allí también es Lothluin...
Unos rayos de color rojo que surcan el cielo rompen este momento extraño. El cielo se va volviendo negro y tenéis una información que puede ayudar a resolver dudas... O quizás no...

Airel te pasa sus guantes, tus enormes manos agrandadas por el poderoso hechizo parece que los romperán. Deslizas con sumo cuidado los dedos percibido el ormigueo característico de la mafia arcana. Lentamente sin forzarlos, ellos mismos se van extendiendo cubriendo tus manos en su totalidad. Miras ambas manos ahora envueltas en los guantes, lo has conseguido... Al tocar el pedazo de tela verde te concentras en ella. Al principio es algo más complicado ya que nunca los has utilizado. El mundo se vuelve borroso, marea te y comienzan las visiones. Percibes a su último duelo, un elfo... No un mediano... Espera no una pantera... Comienzas a sudar todos y cada uno de ellos son su último dueño. Pero no es posible los guantes deben de estar estropeados... Su magia no funciona bien. Tu fuerza de voluntad es muy grande, adiestrada y formada, tanto que retomas la concéntricos con más fuerza -Deberias conocer también el alineamiento del propietario y lo ves, no es bueno pero tampoco malo, actúa solamente en sus propios beneficios. Es un humano.... No un enano.... - Aprietas los dientes con fuerza para superar las barreras - Tienes otra visión, eres un elfo envuelto en vendajes verdes, vas a por la niña... Pero te descubre Airel... Huyes. Te encuentras con os druida... Te paga... Y finalmente amputas el brazo del mediano llevándote al bebé... Varias vendas se caen al suelo... Eres una panter... Un elfo... Y finalmente ves la verdadera forma ... doppelganger!!!!

Lentamente Malark se coloca los guantes, agrandándose en sus manos toca la cinta verde y comienza a sudar, casi cae al suelo... Se incorpora y continúa. Su lucha es grande... Tras varios minutos abre los ojos y os mira sorprendido....

Al ver al clerigo caer  o incarse por tocar la venda con los guantes supongo que este no a revisado con magia antes de inciar la adivinacion y el vendaje tenia alguna trampa magica

Lo que faltaba... no lo toquen si esta inmerso en la vicion puede que la interrumpamos y no tendra la vicion completa

Airiel se mantiene cercas de malark intentando ver su estado de salud solo por la vista y las reacciones de este

Cuando por fin me recupero de la visión me encuentro de rodillas con varios pares de ojos sobre mí, mirándome asombrados por mi reacción. Mis pupilas están dilatadas, con la mirada aún borrosa, sin poder enfocar bien hacia los rostros que me miran con curiosidad.

No digo nada. No aún. Me levanto con cierta dificultad. Me duele la cabeza. Me da vueltas. El esfuerzo por controlar la visión ha sido difícil y me tomo unos segundos para mantener el equilibrio y devolver cierta claridad a mi mente. Todos parecen esperar espectantes.

Necesito más tiempo.

Comienzo a quitarme los guantes de Airel. Aún en silencio le devuelvo éstos a la mujer de las vendas.

Aclaro mi voz y por fin hablo. Los guantes de Airel me han permitido ver mucho sobre el trozo de tela que se le cayó a quien secuestró a la niña. Sé que muchos habéis tenido dudas sobre la pertenencia de la tela, pero lo he visto claro.

Vuelvo a toser. Mi garganta está reseca y mi cabeza aunque más aclarada aún da vueltas.

La tela me ha revelado la naturaleza de nuestro enemigo. Un enemigo que difícilmente podríamos haber descubierto pues su poder es grande. Un doppelganger. Un cambiaformas. Estoy seguro de que se ha infiltrado entre los medianos, confundiéndose entre ellos, esperando su momento para atacar.

Las visiones han sido caóticas. La pertenencia de la tela no ha quedado clara. La magia ha penetrado en mi mente y sólo la fuerza que Pelor me ha infundido me ha permitido luchar contra la vorágine de imágenes y ver con claridad a lo que nos enfrentamos.

Sé que lo que voy a decir ahora no va a gustar. Pero nadie más debiera ver con esos guantes lo que esta tela esconde. La magia es muy poderosa y podría causar un gran daño a quien ose ver las visiones que esconde este retal. Por El Brillante que digo la verdad