Partida Rol por web

Llegamos tarde, llegamos tarde, llegamos tarde...

Alcanzamos la puerta de la empalizada a la carrera, descabalgando yo inmediatamente de lomos de la enorme pantera de Caelny. Sostengo la gran empuñadura de Brisa de Tormenta mientras compruebo la situación. Mala, muy mala, pero no está todo perdido. Veo a Airel tratar de coger a la niña, ¡sigue viva! ¡¡ESPERANZA!! No lo logra, no obstante, pero aún estamos a tiempo de detener esta locura.

La mano está surgiendo del suelo, de un círculo de llamas. El enemigo es numeroso, pero el cambiaformas se aleja como el cobarde que es, sin duda alguna. Los guardias tratan de acechar desde las alturas, creyendo que eso les ofrece una ventaja insalvable. Loth II les muestra su error de un grácil y poderoso salto, ascendiendo para devorar su primera presa. No está mal, la bestia, mucho mejor que ese chucho sarnoso que tenía antes mi prometida.

¡¡Ruines, bellacos!! -Grito a los hombres armados que se nos acercan a la carrera, fijándome principalmente en el que porta la pesada armadura. A buen seguro, su líder- ¡¡Recibiréis una muerte mucho más digna de la que merecéis!! -Con unos rápidos gestos de los dedos sobre la empuñadura de mi espada, su hoja comienza a crepitar con unos destellos azulados, cargándose de electricidad mientras cargo a la carrera hacia el comandante.

El comandante, confiado, se acerca demasiado y queda expuesto al potente potente ataque de Lothlouin que no desaprovecha oportunidad e impacta con su gran espadón. El estallido eléctrico es la guinda a un golpe bien ejecutado que sin duda le ha hecho mucho daño.

Sin embargo, el antiguo heredero Greyendil no sale de rositas del lance. Siente en su cuerpo primero un corte y después una sacudida eléctrica. No son reales, pero el daño sí lo es. La armadura del comandante tiene un secreto oscuro.

Las voces de Lothlouin te llegan claras.

-¡¡Ruines, bellacos!! -Grito a los hombres armados que se nos acercan a la carrera, fijándome principalmente en el que porta la pesada armadura. A buen seguro, su líder- ¡¡Recibiréis una muerte mucho más digna de la que merecéis!!

La voz de tu querido prometido te llega clara.

-¡¡Ruines, bellacos!! -Grito a los hombres armados que se nos acercan a la carrera, fijándome principalmente en el que porta la pesada armadura. A buen seguro, su líder- ¡¡Recibiréis una muerte mucho más digna de la que merecéis!!

Sin embargo...quien se acerca a ti no ha movido los labios en absoluto.

Endozal se estremeció al ver el impacto del rayo sobre el altar, habían estado a punto de perder a la niña si no hubiera sido por Airel, aún así salió despedida y por el impacto y la niña comenzó a llorar. A partir de ese momento comenzó el caos, una oscuridad la envolvió dándola protección. El doble del noble elfo marchó directo hacia la posición de la arquera y por desgracia su vía de escape. No era lo suficientemente diestro con la espada como para detenerle por lo que se centro en sacar a la niña de allí y de comprobar el estado de Airel, si estaba bien ella sería más que capaz de enfrentarse al cambiante y respecto a los posicionados en el altar, esperaba que Silver estuviera sobre ellos.

Avanzó tanto como pudo mientras continuaba invisible y se adentro en la oscuridad. Intentó localizar los llantos de la pequeña para acercarse lo más rápido posible a ella y evitar pisarla. - Zarata susurró para eliminar la invisibilidad. - Airel, ¿puedes continuar peleando? El cambiante va directo hacia los caballos. Acercame a la niña y saldré con ella evitando ser visto.

Tras el duro ataque recibido momentos antes de perder a la niña, el chamán opta por protegerse más que por atacar. Pronuncia una palabra y a su alrededor aparece un aura azulada que deja de ser visible en pocos instantes. Momentos después realiza gestos precisos y recita palabras arcanas justo antes de desaparecer en un vórtice de luz y oscuridad.

Al instante, el mismo destello aparece sobre el tejado. Desde allí grita.

-¡Rastrearemos a la niña si se la llevan ¡Acabad con las amenazas!

Como respuesta a eso, el gran soldado que había recibido dos flechas, cambia de dirección y en lugar de adentrarse en la oscuridad, se dirige hacia Lothlouin para apoyar a su comandante. Avanza decidido, haciendo girar su mangual hasta estrellarlo en el costado, por fortuna protegido, del elfo. Aún así el daño es considerable.

Tras el duro ataque recibido momentos antes de perder a la niña, el chamán opta por protegerse más que por atacar. Pronuncia una palabra y a su alrededor aparece un aura azulada que deja de ser visible en pocos instantes. Momentos después realiza gestos precisos y recita palabras arcanas justo antes de desaparecer en un vórtice de luz y oscuridad.

Al instante, el mismo destello aparece sobre el tejado. Desde allí grita.

-¡Rastrearemos a la niña si se la llevan ¡Acabad con las amenazas!

Como respuesta a eso, el gran soldado al que que habías ensartado, cambia de dirección y en lugar de adentrarse en la oscuridad, sale de tu vista.

Ves un destello en el tejado, justo tras él una voz.

-¡Rastrearemos a la niña si se la llevan ¡Acabad con las amenazas!

Tus compañeros están luchando, no cabe duda alguna.

Me mantengo quieto en mi posición durante minutos. Noto como la tensión y la falta de movimientos comienzan a pasarme factura y mis músculos sufren calambres. Soy un hombre paciente, pero no saber lo que está pasando dentro a mis compañeros y que yo esté fuera, sin hacer nada, me está matando.

Entonces, un grito de dolor, proveniente del interior del fuerte, me saca de mis ensoñaciones. No tengo forma de saber si es de amigo o enemigo, pero ha sido terrible. Me pongo alerta, justo para ver como uno de los soldados que estaba patrullando la muralla hasta ese momento me ve y me dispara. No soy la persona más hábil del mundo, por lo que el virote que iba dirigido a mi seguro que no lo hubiese podido esquivar de no ser por la intercesión divina de Pelor. De mis labios no salen palabras de agradecimiento a mi dios, pero si de pensamiento. Cojo mi arma con fuerza y me dispongo a actuar. De dentro del complejo, la voz de Lothlouin me llega clara y concisa. Hay combate en el interior. Mi determinación se refuerza. Miro al ballestero y en mi boca se dibuja una sonrisa temible, mis ojos, llenos de cólera. Me necesitan mis amigos. Voy a entrar.

Hecho mi arma para atrás para coger impulso y me dispongo a golpear el muro bajo los pies de los dos ballesteros que miran con horror mis acciones. Mi maza golpea una vez los troncos que forman la empalizada con inusitada brutalidad. La pared no se derrumba, pero cede a mi embate y se forma un enorme agujero. Un segundo impacto debilita la madera lo suficiente para que  parte de la estructura colapse.

La muralla sur, de pronto, cede tras dos terribles impactos de la maza de Malark. Los soldados que había justo encima del lugar caen con violencia al no poder apartarse. Sin embargo se levantan, magullados pero bastante enteros. Eso sí, preocupados por tener delante a semejante enemigo. Por el agujero resultante podéis ver al sacerdote, que al fin ha entrado en acción.

Mientras eso ocurre, el otro guardaespaldas, con su mangual y su enorme escudo, atraviesa la oscuridad como si estuviese familiarizado con ese tipo de cosas y sale por el otro lado, rodeando a Lothlouin para propinarle un tremendo impacto en la espalda.

El bravo elfo no aguantará mucho más castigo.

Un fuerte estruendo, como de madera rota, te hace pensar que Malark ha entrado en acción rompiendo el muro. Sin embargo los edificios te impiden ver que sucede. Cada vez hay más ruido de lucha.

Al entrar por la puerta con su compañero, como dos locos que llaman a la guarida del lobo, el podenco de Ulman se asusta de la garra, y quien no, derribandome de la silla, por suerte consigo rodar por el suelo y evitar caer con las costillas malas.

-Como odio a los caballos- exclame escupiendo barro mientras escuchaba el sonido de dos saetas volando cerca de mí, cobardes. Por suerte fallan y pude levantarme con algo de dignidad, mientras que en el centro del fuerte comienza la autentica batalla. Parece que la niña esta bien, protegida por Airel y su oscuridad, con una preocupacion menos podía centrarme en el combate.

La pantera de Caenly se lanza a por los guardias de la empalizada y el elfo carga, con su espadon en ristre, a por el comandante que recibe la caricia del enorme acero. Pense que caería con semejante golpe, pero no fue así, y su compañero de batalla empezaba a flaquear cuando fue rodeado por los otros dos guarda espaldas y su cuerpo molido a golpes.

He jurado a Caenly que protegeria la vida de su futuro esposo, y no soy un hombre que falte a mi palabra, me acerque raudo a la refriega desenvainando los Gladius, y centre mi vista en el comandante, queria que me viese, que supiese que su muerte esta a punto de llegar, pero en el ultimo momento cambié de direccion y descarque el acero en la espalda del guarda espaldas que flanqueaba a Lothluin, un golpe poco potente...

-Se que os bastáis solo para ajusticiar a estos bellacos, pero espero que no le importa que le quite a uno del medio, señor Lothlouin!- Las batallas se ganan con moral, y era lo que mas necesitaban en estos momentos.

El espadazo de Tarkas, prescindiendo del honor de un duelo en favor de honrar una promesa, llama la atención del atacado lo que sin duda será un respiro para Lothlouin. Aún así, el elfo sigue en un buen aprieto si la suerte no le sonríe.

Uno de los soldados que siguen en la muralla, al ver a lo lejos al gigantesco Malark cernirse sobre dos de sus compañeros, le ataca con un virote. Fallando estrepitosamente. Si les pasa lo mismo a todos el grupo acabará sin bajas, será un paseo.

Pero algo así será difícil, una vez superada la sorpresa del asalto los defensores podrán organizarse. Y lo que es peor...esa garra sigue intentando atravesar la barrera que la separa, al menos un poco, de este plano de la existencia.

Tus agudos oídos de elfa logran captar una nueva voz, un nuevo choque de aceros. Tarkas se ha unido a la refriega. Parece estar ayudando a otro de tus compañeros.

Silver sonrie de oreja a oreja y decide atacar el mago que acaba de teletransportarse delante suyo. Prepara fauces y colmillos para destrozarlo. El dragón analiza sus conocimientos sobre anatomia para maximizar el daño, sabe que un mago es peligroso pero fragil, asi que conviene tumbarlos primero para luego atacar enemigos menos peligrosos pero mas resistentes.

El chamán es destrozado por Silver, el dragón plateado que ha aparecido justo a su espalda para darle una buena bienvenida. El pobre hombre no habría tenido oportunidad, no cuerpo a cuerpo, ni aunque hubiese podido verlo venir. Una vez visible para todos, el único soldado que aún no ha disparado su ballesta lo hace contra el dragón. Errando el tiro probablemente por los nervios.

Mientras todo eso ocurre, una segunda garra aparece junto a la primera. Lo que sea que se esté invocando está cada vez más cerca de aparecer del todo.

El comandante, queriendo acabar con todo de manera rápida, decide atacar al elfo que tiene delante. Sin embargo no logra alcanzarlo, por suerte para su rival. El espadón que porta ansía probar la sangre del enemigo.

Por el rabillo del ojo ves parte del ala de Silver, está en el tejado. Parece atacar a alguien allí. Mientras eso ocurre, Lothlouin se te acerca...saca la espada y ¡Te ataca!

-¡No te hagas pasar por mi Caelny!

La armadura para casi todo el golpe, pero dejará un buen morado en tus costillas.

Al notar a fik hacercandose este parecia buscar a la niña creyendo que esta habia quedado en el suelo

Pero que hacen? ven aqui de una vez, no dejaria a elen caer al suelo

mientras se hacerca enfundo la espada corta ya me encargaria de hacerla renacer para que me fuera mas util pues probo mucha valida (la espada) mientras guardo la espada le doy un codazo a fik con el brazo izquierdo donde tengo a la elen para que pueda tomar, apollo mi mano derecha en el cinturon que porto ya que ocuparia un poco de su ayuda, esperando el cinturon se comporte de mejor manera que la ultima vez...

Brindame de tu luz

El cinturon apenas y solto un chispazo curando una pequeña cantidad... pudo hacerlo peor pero eso deberia de bastar por unos minutos de lucha, un gruñido hacia el cinturo se pudo escuchar mientras airel lo mira con cierta desepccion

Fik no la pierdas que me sea facil robarla no significa que me guste hacerlo cada tanto, cuida de no terminar como el mediano y recuerda que hoy es tu turno de cuidarla... mmm mejor ponte a cubierto rapido que tendre que quitar las sombras en un momento, algo raro pasa al sur, una especie de garra o brazo parece estar saliendo del suelo, no parece cosa normal y esta en llamas

molesta por ver que el campo se tornaba un poco caotico, planeando en su mente como poder ayudar mas de lo que podria perjudicar con su habilidad, solo esperaba a que fik tomara a la bebe para poder tomar su cadena y comenzar el plan B ya que era claro que el primer plan fracaso o al menos no se ejecuto como ella penzo que pasaria

No pierdas tiempo en los demas asegurate de ponerte a salvo y tambien a elen