Partida Rol por web

Puedes escuchar como Silver lanza su aliento contra alguien, y sientes el aire frío zarandear tus ropas y tu pelo. Debe ser horrible que te golpee directamente. Algo parecido debe pensar el doppleganger pues te da la espalda y corre. Haciéndose invisible en el proceso. ¿Dónde habrá ido?

La situacion parecia controlada, estando atenta de mis capacidades no seria capas de causar daños en esa criatura asi como no logre arañarla en la posada de los medianos, decido ir por los ballesteros que veo atacando a silver, si estos tienen un tiro de suerte podriamos pasarla mal

Decido moverme hacia arriba en medio de los 2 ballesteros, mi oscuridad evitara que estos puedan atacar correctamente y si intentan escapar tendre oportunidad de atacarlos cuando menos, desenfunde del todo mi cadena lista para luchar empuñandola como un arma doble aunque no tubiera alcance en ese momento, sin detenerme a decirle a nadie mas que hacer o que are solo uso mi habilidad para "escabullirme" entre los ballesteros apuntando entre estos y apareciendo junto con mi oscuridad

La esfera de oscuridad se desplaza en un parpadeo sobre la muralla envolviendo a los 2 ballesteros encima de la muralla, dificilmente se podra ver que ocurre dentro de esta area

Uno de los soldados que se enfrenta a Malark, sin ver que la esfera de oscuridad cambia de sitio, vuelve a atacarlo. Sus esperanzas son nulas, se le nota en la mirada, pero aún así ataca. Indicativo quizá de que teme más la ira de sus líderes que morir. Ya sea por falta de habilidad, de fuerza o sencillamente de ánimo, no logra penetrar la armadura. Sabe que su sentencia está escrita.

Sobre la muralla, el soldado que se enfrenta a la pantera sí ve el cambio de lugar de la esfera, pero no puede prestarle atención. No con un...caballo con garras delante suya. Con más miedo que tino, lanza un espadazo que pasa muy lejos del blanco.

Mis dos disparos dieron en el blanco, aunque podría decirse en lo gris, y es que aquel era el verdadero color de la criatura que los recibía. Las descargas de los proyectiles me dejaron vislumbrar el aspecto del impostor, aunque a aquellas alturas ya estaba segura de que no se trataba de mi amado.

Su forma de arremeter contra mi, aquel odio en su mirada, la duda en aquellos ojos que jamás se hubieran planteado hacerme daño... La petición de aquella marca no había sido mas que un modo de liberar mi ira, liberarla de un modo que no me hiciera perder el rumbo de lo que debía hacer.

Los movimientos de mis compañeros sr hacían audibles, al menos en parte, y entre ellos la voz de Endozal alertando a Lothlouin.

No, no... Esa no es buena idea, Fik.

Sabía que aquello sería una distracción para mi prometido, y no podía permitirse bajar la guardia en mitad de una batalla. Me disponía a contrarrestar la voz de alarma cuando el doble se giró y desapareció, haciéndome agudizar todos mis sentidos para seguir su rastro.

Mi fino oído y sus pisadas me permitieron saber hacia donde se dirigía, y sin pensármelo saqué una flecha, que al tacto con mi arco se imbuía de aquella energía que afectaría a mi objetivo como si fuera ácido.

Llevé el brazo hacia atrás, estirando la cuerda y soltando el proyectil al llegar esta a su máximo de tensión. Aquel ser era invisible, pero no mi flecha, que parecía haber acertado en algo.

- Estoy bien! - grité en cuanto pude - No os detengáis! - añadí, queriendo dejar claro mi mensaje.

La flecha impacta en el doppleganger, que cae sobre la muralla, muerto. Poco a poco se desliza hasta caer al otro lado.

Sientes como Loth II destroza a otro rival, la balanza se inclina a vuestro favor ¿O no? Al menos nadie te amenaza de cerca. Podrás volver a apoyar desde lejos, que es como más útil eres sin ninguna duda. Y ya no hay una amenaza como la del cambiaformas, que podría sorprenderos a cualquiera.

Todos podéis escuchar la voz de Caelny, los ruidos de la batalla son cada vez más escasos, aunque el rugido de las llamas vaya creciendo conforme el golem va atravesando la barrera.

-¡Estoy bien! ¡No os detengáis!

También lo escuchan los soldados enemigos. Uno de ellos gruñe, sabiendo que pronto habrá otra enemiga más. Como si no tuviesen ya bastante agua al cuello. Ataca de nuevo a Malark, con el mismo éxito nulo que en las ocasiones anteriores.

Sobre la muralla, la pantera de la elfa destroza a otro rival, con insultante facilidad.

El impacto de Brisa de Tormenta en ese soldado me produce una sacudida en los brazos, pero también una doble sensación de satisfacción. Moral, por ver su caída inminente ante el mortal golpe de mi espada; y física, pues la hoja escarlata revitaliza mi cuerpo a costa de la vida de mi enemigo. Es una solución de emergencia, algo temporal, pero útil para lograr seguir combatiendo.

A mi espalda, el sonido de los aceros se mezcla con los últimos estertores de otro de los soldados, señal inequívoca de la victoria de Tarkas. Pero no es su voz la que me impulsa a moverme, enarbolando sobre mis espaldas la pesada espada. Es la de Endozal, al que no logro ver, advirtiéndome de que Caelny puede estar en peligro, posiblemente enfrentándose al cambiapieles.

¡¡Maldición!! -Exclamo, calculando la ruta por la que huyó esa horrible criatura y dónde ésta se cruzaría con la posición de mi prometida. Sin embargo, es la propia voz de Caelny la que me disuade de acudir, abandonando la contienda de esta plaza del campamento.

Sólo espero que sus palabras estén cargadas de verdad y cautela, y no de orgullo. Aunque ese es un defecto del que soy yo el culpable normalmente.

La criatura que brota de las demoníacas entrañas de la tierra reclama mi atención más que ese ser informe. Con el dragón plateado desplazándose ya en su dirección tras dar buena cuenta del líder de estos rufianes, y Tarkas liberado de sus obligaciones con su rival, una carga conjunta debería ser lo más adecuado. Con la hoja de Brisa de Tormenta crepitando por la corriente eléctrica, corro hacia ese ser dispuesto a asestarle el primero de los golpes que le lleven de vuelta a su infierno.

Mientras me desplazo para sacar a la niña del lugar y buscar la espalda de Malark para protegernos, veo como los dos guerreros utilizan las malas artes que a mi me reprochaban, uno habiendo atacado por la espalda por como se estaban moviendo al acabar con él y el otro que perjuraba por el uso de los venenos utilizando artes nigrománticas en combate. Sin duda el honor de esos hombres era tan alto como su ego, todo lo que ellos hicieran estaría bien y sería loable y las habilidades y subterfugios de su compañera y él serían dignos de ser desprestigiados.

Ya se había dicho así mismo de no hacerles caso ante esos absurdos comentarios y más después del espectáculo que acababa de ver.

Continuó su marcha pensativo, había visto como cada vez era más grande aquello que emergía del suelo del suelo. De nuevo estaban en problemas, esperaba que Tarkas recordará el porqué fue objeto de la ira del aquella monstruosidad y dejara el honor de lado para luchar con la cabeza y dar ventaja a sus compañeros. Quizá lo mejor fuera retirarse. Al girar la esquina de la empalizada vió la espalda del clérigo y se alegro. Llegó lo más cerca que pudo de él y le dijo:

- La hemos recuperado, retirémonos antes de que la bestia emerja.

El combate es vuestro, está claro. La única amenaza que queda, aunque es una grande, es la criatura que está surgiendo. Pero mientras lo hace es muy vulnerable, como demuestra Lothlouin al asestarle un potente mandoble acompañado de una descarga eléctrica.

La criatura parece distorsionarse, pero se estabiliza de nuevo y continúa sus intentos de entrar.

Se puede, practicamente, oler la desesperación en los cuatro soldados que quedan, lucharán hasta la muerte pues ya han abandonado toda esperanza de victoria. Lo curioso es...¿Y el resto? Había más antes de que entráseis. Se metieron en los barracones ¿Por que no ayudan?

El combate debe estar acercándose a su final, cada vez hay menos ruidos. ¿Vencéis o sois vencidos?

al menos el Doppleganger parece haber caído muerto. No se escucha ningún sonido más.

Mis impactos han sido dolorosos, pero no letales. No me cabe duda de que aquellos que se oponen a mi no durarán mucho más. Pienso en gritarles, en apartarme para que huyan pero, entre que siento a Endozal tras de mi y que los ojos de los dos soldados parecen aceptar su destino con dignidad, sé que no me queda más opción. En cierto modo, pese a su servicio hacia un mal primigenio, no puedo evitar sentirme mal por dar fin a sus vidas. Elevo una pequeña y rápida plegaria a Pelor para que acoja sus almas en su seno y les enseñe el camino de la luz. Las almas perdidas pueden enderezarse, después de todo.

Mi arma se eleva de nuevo, cortando el aire, sólo para caer sobre los dos soldados. La sangre vuelve a salir de sus cuerpos. La sangre sigue tiñendo el suelo. Pero no es la mía. Mi dios me protege. El de ellos, no.

El agrandado clérigo, al fin, se deshace de los soldados que lo retenían ni ellos sabían como. Tan solo quedan dos enemigos, dentro de la oscuridad de Airel. Y el elemental que está a punto de entrar, claro. Tampoco se escucha llorar a la niña por lo que el lugar está casi en silencio.

Cuanto durará así es la cuestión, si la criatura logra salir de su plano todo se volverá mucho más peligroso. Urge terminar el combate antes de que lo haga.

Cada vez quedaban menos enemigos, pero l verdadero reto estaba a punto de salir.

Al acabar con el guarda espaldas, en un duelo fugaz y efímero, concentro mi atención en el golem que sale del suelo, al verlo, el recuerdo de los golpes de hace unas horas inunda mi cuerpo y atenaza mis músculos, aquella cosa era la misma que la anterior, o eran seres distintos con vida propia? Nada de eso importaba, su compañero, su camarada, su paradigma al honor había entrado en combate con el golem, y él, no iba a quedarse atrás.

Analizando la posición de sus compañeros, decicio ponerse enfrente de silver, al lado de Lothlouin, para franquear así a aquella cosa

Un nuevo golpe, una nueva vibración. La criatura parece acumular daño de manera mucho más rápida que la anterior que visteis. Seguramente por no estar completa aún.

¿Por qué parecen? ¿Quién las invoca? Son otro misterio más. Uno que no debe resolverse durante un combate.

Silver rememora su pasado encuentro con estas criaturas, eran temiblemente duras y destruirlas era un dolor en  el trasero. Recordaba como la criatura aguantaba sus golpes mas fuertes como si no fueran nada.  Por suerte, la criatura parece ser mas debil en este estado intermedio a juzgar por los ataques de Tarkas y Lothlouin, asi que es ahora o nunca, lo da todo contra la bestia, golpeandola con fuerza, usando sus conocimientos para realizar golpes mas efectivos.

Recuerda la explosión que ocurrio la ultima vez, espera que no sea capaz de explotar en este estado, y si lo es que por lo menos Airel se haya llevado a la niña fuera del alcance. Tras descargar sus ataques con furia retrocede un paso, no quisiendose arriesgar a que la criatura se forme encima de él.

Solo con su primer y potente golpe, el mordisco, Silver logra acabar con la amenaza de la criatura de fuego. O eso, o desestabilizar la puerta por la que entra. Para el caso, es lo mismo. La amenaza ha terminado. Por completo, al parecer, a juzgar por los gorgoteos provenientes de la nube de oscuridad. El látigo de Airel debe haber dado buena cuenta de los soldados que había en el interior.

La calma se adueña del lugar, rota solo por los jadeos de quienes acabáis de combatir.

El evento habia terminado pero aun faltaban algunas cosas por resolver, quien sabe cuantos soldados quedaban en los edificios asi que seria necesario asegurarnos que no nos sigan y escapar cuanto antes, tenia algunas dudas pero no parece que tengamos tiempo de conseguir recuerdos... o tal vez si?

Cubro la marca en mi rostro con las vendas nuevamente para que la oscuridad no impida movimientos, me traslado a M8 por medio de mis zancadas quedando un poco distraida por el cambio como de costumbre, tras reponerme hago un comentario

Parece que todos estamos bien, los presentes... quiero recoger recuerdo, (señalo el cuerpo del capitan) podria alguien ir a ver si que paso con los caballos? si de paso ven algo lindo podrian traermelo... no nos podemos permitirnos salir de aqui hasta estar seguros que somos los mismos que entramos y que no tendremos cola para pisar

No estaba segura de si alguno de los presentes fue cambiado asi que, seria mejor andarse con cuidado y no hablar de mas

Silver suelta un suspiro al ver que no tendran que enfrentarse al golem, mira hacia Malark y sonrie a su compañero. La batalla ha terminado por ahora.

- Pero más importante... -dice girandose a Ariel y con semblante serio- ¿Donde está lo que veniamos a buscar? Seria una estupidez atacar este campamento y volver con las manos vacias.  

Mira a su alrededor, de un lado a otro, frunciendo el ceño.

- ¿Y donde se ha metido Endozal?

Tanto el espadón como la armadura del comandante son mágicos. También la túnica del chamán y uno de sus anillos. Además de eso...en el lugar hay magia residual. El portal de la criatura es una fuente clara. Pero no la única...aunque no queda claro desde donde llegan esas otras vibraciones.