Partida Rol por web

El hombre se te queda mirando sorprendido, pues evidentemente no era cualquier fulano aparecido en el horizonte, tu sabias de él desde hace mucho tiempo, no con mucha profundidad, pero lo recuerdas cuando eras mas joven, lo que ocurre es que no sabias de donde eran amigos.

Es curioso que no lo sepas Victor- sonrie con algo de tristeza de repente al hablar de ello- tu padre y yo nos conocimos en la escuela militar- dice mirandote a los ojos mostrando sinceridad- tu padre y yo teniamos  algo en común, bueno en realidad, teniamos mucho en común, pero ese algo que nos llevó a conocernos fue que ambos teniamos unos padres que pensaban que  estabamos desperdiciando nuestras vidas y que decidieron por alguna ridicula razón que era mejor internarnos en una escuela militar....

Sonrie bebiendo la copa que acababan de ponerle al frente.

Tendriamos unos quince años y ambos eramos unos descerebrados adolescentes, luego de muchas cosas tu padre se convirtio en mi único amigo...

Dice con tristeza

Miro a ese hombre con dudas, aunque su edad me indica que no tiene tiempo para juegos, pero mucho menos para las mentiras.

- Oh.. entonces era usted, claro!- digo mientras agito un poco los hielos del  vaso y le miro distraídamente.- Mi padre le menciono muchas veces... pero siempre pensé que se refería a usted como un hombre de negocios.- sentencio mientras apuro  mi vaso.

-Siempre he pensado que los amigos se cuentan con los dedos de una mano, señor Martin. El resto simplemente son ... conocidos. Ya sabe... deposita usted la confianza en alguien y le... apuñalan por la espalda, ¿ no es cierto? ¿Alguna vez le han defraudado tanto como para querer vengarse de alguien? - pregunto mirándole de reojo sin esperar la respuesta mientras pido otro trago al camarero.

-He de suponer que mi padre siempre fue su mejor confidente y usted el suyo... -Mientras niego con la cabeza de forma distraída y teatral hago una gran pregunta para acercarme a la presa.

-Se que algo tenia en mente mi padre antes de fallecer... ¿sabe usted de que podría tratarse?

El hombre mira de manera triste a un costado, y te dice, sí, lo vi preocupado y creo saber que ocurre, aunque- suspira apenado un momento al ver a la peliroja- creo saber por donde va el asunto, pero...no me malinterprete señorita, pero, ¿es posible que pueda conversar con Victor en privado un momento?

Mire de reojo a Tania. No me gustaba la idea de que se separara de mi pero si quería que el señor Martin hablara sin tapujos quizá tendría que separarme de mi amiga ... por un momento.

- Claro... Tania, disculpenos unos minutos, por favor. Quizá deba llamar a mi próxima cita y decirles que llegaremos algo mas tarde. - Digo dirigiéndome a ella.

Sabia que eso no la gustaría. Pero ella era lista y entendería que no teníamos otra cita más que con mi tío, y seria bastante mas tarde. De esa manera, ella se mantendría apartada de nosotros, pero atenta a posibles problemas. La idea de que nos estaban esperando en algún lugar era una buena coartada. Sobre todo cuando se pensaba que pudieran aparecer problemas.

El carácter hosco  del señor Martin me dejaban ver muchas cosas. Primero que estaba bastante unido a mi padre. en el funeral se mostró distante y apartado. Quizá supiera algo y le estuviera carcomiendo por dentro. O quizá esperase una buena oportunidad para hablar. Y por otro lado, que su pensamiento militar le hacían ser precavido. No quería testigos.

Cuando Tania nos dejo hable al señor Martin.

- Bien, señor Martin... tiene toda mi atención.

La mujer se retira mientras se va hacer unas llamadas de teléfono, y  el hombre observa que se va apenado. Veras muchacho, con esto que te voy a comentar no quiero que se malinterprete mi lealtad y cariño a tu padre, pero - niega con la cabeza- pero ciertamente pensé que tú y tu madre se enterarian de algún modo, lo que pasa es que son asuntos tan personales que realmente a mi como amigo de tu padre poco podía hacer, y siento que las preocupaciones de tu padre estaban asociadas con ello...

Te mira un poco apenado diciendo

Sin embargo siento que es algo que es hora que ustedes sepan ahora que él no esta con ustedes,  dado que ciertamente el problema siempre queda a los vivos..

Siento decirte que tu padre le  mintió a tu madre por mucho tiempo, realmente nunca comprendi como pudo suceder siendoque tus padres parecian ser muy unidos, pero  pasó, tu padre se involucró con otra mujer, y tengo entendido que el asunto no fue solo de sabanas sino tambien hubo un hijo, es decir que tienes un hermano...

Se acomodo mientras hablaba.

Tu padre no hablaba mucho de eso, parecia tener todo ese asunto controlado, mantenia el otro hogar, y tenia una doble cara.... sin embargo nunca conoci ni a la mujer, ni al muchacho, aunque debo ser honesto no estoy seguro que sea hombre.

Te mira al frente

Tu padre y yo nos encontramos hace un mes y medio a cenar, y mientras lo haciamos  le entró una llamada, eso le alteró inmediatamente, le decia a la persona que no tenía porque hacer un escandalo, que iba a pagar... sospeche de la mujer esa, aunque no estoy seguro de ello.

El hombre se lamenta... los secretos pueden atormentar mucho a los hombres...

El comentario caló en mi como un cubo de agua en la arena de la playa: el agua resbalaba por la superficie de la arena, pero el fondo estaba lleno de barro. Intentaba no mostrar exteriormente mis preocupaciones, era un hombre paciente, pero por dentro, la furia ardía en mi interior.

Por unos instantes odie a mi padre. El demonio de mi interior me hizo entrecerrar los ojos y dejar el vaso en la mesa. Luego, pensándolo fríamente, tampoco sabía si era cierta esa información. Mi padre tenia una doble vida... o mas bien familia.

¿Estábamos seguro de ello?

Si el señor Martin sabía algo , aunque la información no estuviera completa, seria por que mi padre le contó algo. Sin detalles, quizá. Si Martin no sabía quién era esa otra familia, siendo tan amigo y confidente de mi padre, la cosa podía ser mas que una simple aventura. Los hombre entre ellos, hablan... sobre todo de mujeres. Una fea tradición humana. Pero cuando el alcohol corre por las venas, la lengua se dispara.

Y al final un hermano. Eso me hizo entrecerrar los ojos. Idolatraba a mis padres. Todo esto lo hacia por él. Y por mi madre. Aunque siendo egoísta, también lo hacía por mi. ¿Que me supondría tener un hermano bastardo? Económicamente un desastre. No solo para mi, sino también para los accionistas de VICORP.  Con la muerte de mi padre, su parte quedaba a mi cargo. La otra mitad ya era mía por derecho propio. Pero un nuevo heredero supondría repartir la mitad de la de mi padre. Un accionista mayoritario mas. A los viejos adinerados no les gustaría nada que nadie desconocido metiera las narices en asuntos de la empresa, sobre todo si ese "otro" no tenia ni idea de como llevar  este imperio.

Pero como bien ha dicho el señor Martin, podría ser un buen foco para disputas, rencores y... sobre todo dudas en la dirección de la empresa. Chantaje. Había que encontrar a esa mujer y mi hermano bastardo.

Quizá mi tío Arthur supiera mas de esto.

-Señor Martin... reconozco que es un buen golpe para mi en estos momentos ese tipo de... información. Sin embargo , le agradezco la delicadeza del asunto. - Digo volviendo a coger el vaso de la mesa. Tenia que aparentar serenidad aunque mi interior era como el fuego.

Con la edad podría indagar en eso. En cuanto a donde podría encontrar  a esa mujer o , de donde procedía la extorsión sobre mi padre, era fácil. Sonreí ante la idea. ¿ Como no  me di cuenta antes? Si recibió  esa llamada, estaría dentro de su móvil , en el registro de llamadas. ¡¡Soy un genio, maldita sea! Un puto y maldito genio!! Solo tenía que ir a casa de mi madre, recuperar el móvil de mi padre y sacaría mucha información de allí.

-Le seré franco, Señor Martin. Deseo saber sobre mi hermano, si es que realmente existe. Puede que aclare muchas cosas.- Digo dándole un largo trago a mi bebida - Dígame, ¿desde hace cuánto tiempo mi padre rondaba con esa mujer? ¿Y lo mas importante... sabría la edad que podría tener mi... supuesto hermano?¿ Quizá una dirección, o rumor de algún paradero ?-

Muchacho quisiera decirte más detalles, como su edad, o donde vive, pero..dice negando la cabeza... no lo sé, lo que si es cierto, y en eso estaria casi seguro es que aquello con esa mujer fue muy sexual pero no muy afectivo- se limpia la garganta- es posible que la conociera desde antes de que nacieras por algunos terminos que utilizaba, pero sea lo que sea, no parecia tenerle real afecto...

Lamento mucho no saber más, pero creo que la información es suficiente para que hagas algo con ella.

La reunión con Tom terminó rápido, no había otra cosa que añadir, así que luego de despedirse te encontraste con la hermosa peliroja a la salida mientras tu en tu interior tratabas de masticar esa noticia tan desagradable que acabas de recibir.

Cuando la conversación se dio por terminada,  simplemente sonreí al Señor Martin.

-Gracias por todo... Señor Martin. Le diría que me  alegro de haberle visto... pero seguro que mentiría.- Digo mientras me levanto de la mesa y suelto unos dolares en la mesa para el camarero.

-No me mal interprete... Tengo una deuda con usted. Era amigo de mi padre y ahora puede que también sea el mio. Solo le pido que esta información no salga de aquí. Sobre todo por le corazón de mi madre... ella.. no lo soportaría.- Digo despidiéndome de el mientras miro mi reloj, fingiendo que se ha hecho tarde y con la otra mano me despido como un saludo militar, llevándome el indice a la frente.

Mientras llevo hasta Tania, mi rabia se vuelve ira y mi ira  e ciega los sentidos. Con un gesto hosco cojo a Tania por el brazo y me la llevo con desgana hasta el coche. Tan solo de mis labios salen unas palabra.- Vámonos... ahora.

Una vez en el coche conduzco a toda velocidad por la autopista. Mas rápido de lo que me gustaría. Tania me mira desde su asiento, y noto que esta asustada por la velocidad. Cuando pienso en ella... relajo el pedal del acelerador, pero no es hasta un rato que empiezo de nuevo a hablar con ella.

-Problemas Tania. Al parecer mi padre tenia una amante y probablemente también un hijo bastardo.- No digo mucho mas pues espero su reacción. Parece mentira que mi padre tuviera este secreto tan bien guardado. Tantos años y nadie se entero? ¡Mentiras! Una persona de la importancia de mi padre esta continuamente vigilado, por paparazzis y demas carroña. ¿Que hay de sus guardaespaldas? Esto es un secreto demasiado grande para que no se le escapase.

Es como si al Presidente de los Estados Unidos le viniera en gana irse con fulanas de la calle... ¿y nadie se enteraría? Me temo que alguien mas esta metido en esto, ocultando los pasos de mi padre. Borrando sus huellas hasta que ha sido demasiado tarde. El Señor Tom Martin sería un viejo en decadencia, pero no era un mentiroso. En su ojos vi verguenza por mi padre y pena por mi. Eso sólo lo puede hacer un familiar o alguien que crea en lo que dice. Y mi intuición me decía que Martin no iba muy desencaminado en su veredicto.

¿Podía fiarme de Tania?

!Que tonterías digo! Tania no solo era mi amiga, mi secretaria... también podría haber sido mi mujer de no ser por la muerte de mi padre. Eso era ahora lo que mas me centraba.

Afloje la presión de mis puños en el volante y mire a Tania de reojo.

-Lo siento...- Quise decir a modo de disculpa por mi brusquedad mientras mis nudillos volvían a tener un color normal.

Tranquilo. Dice ella con voz dulce. Yo tampoco me lo esperaba, creo que... señala ella sin saber que pensar... no sé que decirte, nunca me imagine a tu padre así.

Dice ella preocupada.

Debes relajarte un poco, igual no sé que puedas hacer al respecto.

Dice ella en tono de duda, pues no sabía que iba a pasar.

Escuchaba a Tania y sus dulces palabras apaciguaban mi animal interior. Por fin se aclaraban algo las cosas. O mas bien tenia algo con lo que poder empezar.

Un par de días después de la muerte de mi padre consulte  a un par de investigadores privados, abogados, administradores... nada. Todos eran unos malditos inútiles. Cada vez que uno de ellos volvía con las manos vacías me daban ganas de arrojarlo desde el gran ventanal de mi casa.

Y ahora, tras hablar con un viejo hombre, al que por lo visto no le importaba ya vivir o morir, las cosas empezaban a  tener algo de sentido. El señor Martin sería viejo, pero si realmente hubiera sido amigo de mi padre o bien no hubiera querido problemas, habría tenido la boca cerrada. Quizá quería tener la conciencia tranquila. O quizá deseaba hacer algo bueno por mi padre una última vez, suponiendo que ero fuera bueno. El caso es, que en mi corta vida, sabía de sobra que nada era gratis, cualquier información se pagaba con algo, y muchas cosas no era con dinero.

Estaba claro que si mi padre había sido extorsionado por alguien, sería por dinero. Y si lo encontraba ... ese alguien estaba muerto. Yo me encargaría de eso.

- Gracias Tania- Dije con suavidad mientras ponía mi mano es las suyas. - Cambio de planes... Voy a casa de mi madre. Quiero recuperar algo de allí: El télefono movil de mi padre. Es posible que consiga sacar algo de la ultima persona que le llamó. Como tendremos tiempo , después iremos a ver a mi tío Arthur. - Miro de reojo a Tania para hacerla una advertencia.- Sabes que mi madre te aprecia como si fueras su hija... no digas nada sobre esta reunion con Martin o mi tio Arthur. No se si su corazón lo podría resistir.

 No hasta saber algo mas, desde luego. Pienso para mi mientras tomo la salida de la autopista que lleva a la casa de mi madre.

Cuando tu padre fue hayado muerto la policia luego de la investigación les devolvió las cosas que tenía encima, además tu padre guardaba en su oficina una agenda personal a la vieja usanza, pues si bien tenía celulares de última generación nunca se acostumbró anotar nada en ellos, así que muchos de sus asustos secretos debian estar de algún modo en su oficina...

Llegas a tu casa luego de conversar con la mujer y te diriges inmediatamente al lugar, encuentras un sitio enorme y elegante. Tu padre tenía colecciones de arte, y gustaba de gustos exclusivos.

Allí estaba el despacho de mi padre.

Un sitio donde muchas veces, cuando era pequeño , me metía para jugar. Desde luego, no estaba igual decorado que ahora. Recordaba una viejas cortinas de color azul oscuro que tapaban las ventanas. Un escritorio viejo, donde mi padre hacía sus cuentas, siempre con sus cuentas. Había veces que llegábamos muy justos al final del mes. Mi padre jugaba con la pluma estilográfica y una calculadora prestada por mi tio Arthur. Los cajones llenos de papeles y una pequeña papelera a los pies que siempre estaba llena de formularios y cuentas para sacar adelante la economía familiar.

¿ Seria entonces cuando mi padre echaba cuentas sobre como sacar adelante dos familias? Según Tom Martin era solo una relacción puramente sexual, pero aun así...

Recordaba como mi madre paseaba por el pasillo, con una bandeja de bebida y comida caliente. Mi padre siempre trabajo mucho para poder mantenernos. Había noches que simplemente me acercaba el , antes de irme a la cama y me daba un beso y un abrazo de buenas noches. Después, seguía con sus cuentas . Sin embargo, siempre sentía el tibio aliento, con ligero olor a coñac de mi padre, la ultima copa antes de dormir, justo cuando ya casi estaba medio dormido. Siempre esperaba ese beso, y nunca me defraudaba. Después soñaba con...cualquier cosa.

Recordé aquellos momentos con el espíritu de un niño. Un niño que ya no era.

Después, con el tiempo, mas tarde de sacarme el doctorado, empezamos a ganar dinero. Mucho dinero. Pero mis padres, en especial él, siempre quiso seguir viviendo en la misma casa vieja de toda la vida. Lo que si ha cambiado es la decoración. Mi madre era muy estricta en eso. Siempre quiso un sofá nuevo. Pero no había dinero. Así que cuando llego el dorado a las arcas, lo primero que tiramos al basurero fue el viejo sofá. Un sofá en el que de pequeño derrame mil y un vaso de leche , zumos, batidos... mi primer cigarrillo. Sonreí al recordar ese cigarrillo tan asqueroso que me trajo de recuerdo una quemadura en el brazo, una regañina de mi madre y, por su puesto, una fea adicción.

Desde luego, la decoración no era la misma. Pero la disposición si. Sabía perfectamente donde mi padre guardaría las coas importantes.

Me dirigí al escritorio y rebusqué entre sus papeles algo.. cualquier cosa.

En el móvil aparece un teléfono recurrente pero el mismo ni siquiera está en la agenda del móvil como si fuera algo casual y no importante. Lo cual dada la historia pues es extraño. Buscas en papeles, en la agenda y otros libros sin encontrar algo significativo, aunque cuando abres uno de los cajones sientes que se cae algo. Revisas el suelo y realmente no ves nada, sentiste un golpe seco, pero..¿qué será?

 Abres el cajón  que habias revisado, lo cierras, y lo vuelves abrir rápidamente. El sonido seco persiste cuando haces esa operación.  No era necesario ser genio para darse cuenta que ese cajón tenía un doble fondo.

Sacas todo del cajón y miras interesado el mismo. Tu padre debió pagar mucho por ese excelente trabajo de carpinteria porque solo si alguién se fija bien podria encontrar ese pequeño boton de madera que al pulsarlo abre el cajón de manera vertical, semejando de manera simbolica como si fuera el baúl de un coche.

El espacio que ocultaba era de unos pocos 2 cm por mucho, lo suficiente para guardar documentos y pequeñas cosas.

Lo primero que notas, es una pequeña cajita de madera. El labrado de la caja era maravilloso, la cajita parecia vieja, de un fino roble. Cuando la abres  encuentras un anillo másculino de oro e inscrustaciones de diamantes y esmeraldas, que tiene  un labrado curioso en las orillas y la figura en piedras preciosas como di fuera una especie de corona.

Tiene escrito algo en el interior en una letra que no comprendes.  Junto al cajón hay un sobre con documentos. Los revisas, son los planos de una mansión en Miami (Florida). La dirección de la misma está en los papeles.

Buscaba cosas en el cuarto de mi padre sin realmente saber que encontrar o, mejor aún.. saber si lo quería encontrar de verdad.

Sentía la necesidad de des entramar esta locura y resarcir mis sentimientos, que pujaban por salir desde dentro de mi pecho hasta llegar a mi cabeza. Pequeña ira contenida sin realmente saber...  el porqué. Solo sabía que tenía que seguir adelante. Por mi y por mi padre. Aunque puede que lo que consiga no sea bueno.

Cuando vi en el móvil de mi padre mi corazón dió un vuelco. Allí estaba. Un numero recurrente sin nombre. Justo como haría alguien que quiere ocultar algo. Memorizaría el numero y no le pondría nombre. Así no dejaría pistas. Pero no habían dado con un policía novato. Era yo el que sacaba conclusiones y, mi padre, al igual que yo, sabíamos qué cosas podíamos hacer y que cosas no. Yo era inteligente. Quizá mas que mi padre, pero él tampoco era un hombre que fuera tonto. Después de todo, Vicorp era de los dos. Por algo sería. Anote el numero, en un papel y en mi mente y guarde el teléfono en mi bolsillo.

Pero algo pasaba. El cajón era... Que demonios! Un doble fondo? Casi sonrío pensando en lo orgulloso que estaba de mi padre por hacerle un doble fondo al cajón, esperando encontrar allí secretos. Muy inteligente, papá.

Un anillo cayó rodando por la alfombra. Lo recogí y lo mire detenidamente. No reconocía nada de los símbolos, desde luego. Pero eso no quería decir que no supiera lo que significaba.

Era un sello, de considerable peso y eso , no lo tenia cualquiera. ¿Del ejercito? Si hubiera sido así, Tom Martin lo llevaría puesto con orgullo, así como mi padre, y por lo tanto no estaría escondido... seria un anillo de honor. Este no era el caso. Pensé en los Lakers, su anillo de temporada. Desde luego ese no era su estilo. Mientras lo miraba a la luz de la lámpara justo delante de mis ojos, me llego la inspiración.

Una secta. O como mínimo una congregación, no necesariamente religiosa. Algo así como "los masones".- ¿En que andabas metido, papa?- Pregunté al viento

Las cosas empezaban a  cuadrar, y el hecho de que mi padre no había muerto de forma natural se me hacia cada vez mas real. ¡Como odio tener razón... siempre!

En el mismo papel en que apunté el teléfono, hice el dibujo del sello. Y el anillo lo guarde en el bolsillo de mi chaqueta, junto a mi, en el bolsillo interior.

Salí del cuarto cerrando la puerta tras de mi y llegando al salón encontré a mi madre y Tania.

- Tenemos que irnos , Madre... no encontré nada útil en el cuarto de papa. Una pluma estilográfica, de recuerdo.. nada mas.- Mentí. Porque habría de preocupar a una señora mayor. - Tania, creo que deberíamos irnos. Tenemos una cita, madre. Quizá el fin de semana vengamos a comer- Me despedí de ella con cierto cariño, pero con la mente puesta en lo próximo que estaba por venir.

Sales de tu casa llevando consigo lo que encuentras, tu madre sonrio un poco inocente y se despidió de un beso antes de que partieras. Al salir de la casa suspiras un momento, debias aclarar tu mente.