Partida Rol por web

Llegas a casa después de un duro día... enciendes tu ordenador como siempre. Pero algo no es normal. El ruido que hace no es habitual. Miras alrededor a ver si hay algún otro aparato que pueda hacer un sonido tan raro y te das cuenta de que... ¡Tu habitación se está haciendo gigante! O quizá tú te estás haciendo pequeñ@... cierras los ojos con fuerza, convencid@ de que es una alucinación.

Mientras cierras los ojos, repitiéndote una y otra vez que todo es normal, empiezas a escuchar una canción...

Abres los ojos sorprendid@ y ¿qué ves? Estás dentro de un tunel... ¡Flotando! Vas hacia algún lado, pero no puedes controlar tu dirección. A tu alrededor, puedes ver algo que no son paredes. Tampoco puedes distinguir el color. No sabes si es por la "curiosa" decoración o por la dulce melodía, pero nunca antes te habías sentido así. Una maravillosa sensación de calidez te envuelve, se distribuye por cada célula de tu cuerpo. Te das cuenta de que ya no intentas resistirte al movimiento... Simplemente te dejas llevar. Hay más gente contigo, flotando a tu alrededor, pero no puedes hablar con ellos. Estas demasiado relajad@. Cierras los ojos de nuevo... hasta que la melodía parece desaparecer poco a poco. Cada vez la oyes más lejana... Y la agradable sensación que te llenaba también. Va desapareciendo, haciendo que vuelvas a sentir ganas de salir de allí. Abres los ojos de nuevo y ya no hay túnel. ¡Estás flotando en el cielo! Miras hacia abajo apesar de que siempre hayas oído que no debes hacerlo cuando estás a gran altura y puedes distinguir un bosque repleto de árboles de un verde tan intenso que parecen de mentira.

Justo cuando miras al suelo la fuerza que te aguantaba flotando a ti y al resto de personas que están contigo parece desaparecer y....

¡PLOF!

Al abrir los ojos os encontráis en un paisaje de un bosque fantástico... con unas montañas de fondo nevadas, parece una imagen de postal. El caso es que a ninguno de vosotros os suena en absoluto el lugar...

Y de repente escucháis una voz chillona detrás de vosotros, al giraros, os encontráis con una chica muy mona, rubia de ojos verdes que os mira sonriendo y... ¡volando! se mantiene por unas alas pequeñas, alargadas y transparentes, que deja a la imaginación las alitas de libélula pero... es difícil de creer.

¡Bienvenidos a Mokona Modoki! ¡Mi nombre es Layla! ¡Y seré vuestra acompañante hasta que lleguen los Ancianos!

Daylen abre los ojos lentamente. Se sentía de maravilla pero todo cuanto veía era extraño: flores, árboles... era un bosque maravilloso pero aquello no era su habitación.

¿Estaré soñando? Conforme se fijaba en todos los detalles se le aparecía una y otra vez la misma pregunta en la mente.

Al poco de admirar el bello paisaje, vió al resto de gente así como a aquella especie de "hada" que les hablaba amablemente y, aunque tuvo un pequeño sobresalto al inicio, se tranquilizo y decidió seguir soñando. Allí se estaba bien al fin y al cabo.

Hola Layla, me llamo Daylen. Daylen Silverstone, encantado.

De pronto, Daylen se percató de que su espalda tenía tendencia a irse hacia atrás, como si llevase algún tipo de mochila. Al ir a comprobarlo su sorpresa fue aun mayor ¡¿Son alas?!.
Adheridas a la espalda del joven, había dos alas grandes y grisáceas que permanecían plegadas.

Daylen esperó la respuesta del hada como si nada ocurriera, pero su rostro mostraba cierta inquietud.

Me levanto un poco aturdido debido al golpe que me acabo de dar contra el suelo. Sacudo mi cabeza tratando de quitarme el mareo que este extraño viaje me ha producido y comienzo a mirar hacia todos lados para ver donde me encuentro.

No conozco nada de este lugar, sin embargo, es un bonito paisaje. Ains... creo que otra vez estoy soñando. Pellizco mi hombro y doy un respingo cuando siento la punzada de dolor que recorre mi brazo y entonces me doy cuenta de la realidad.

Hay un par de personas a mi lado, y todas parecen haber pasado por la misma experiencia que yo. La mayoría se encuentran confundidas, y alguna otra ya se está incorporando para ver mejor el paisaje. Miro hacia un lado, miro hacia otro y solo veo un enorme bosque... ¿Qué demonios es eso?

Una especie de mariposa semitransparente me da la bienvenida a Mokona Modoki... y como eso no sea un parque de atracciones...

Miro con detenimiento a la mariposita mientras intento tocarla con mi mano... ¿Que demonios...?

Comienzo a olvidarme de la mariposa rosa y observo mi cuerpo... todo mi cuerpo tiene un color amarillo naranja y está cubierto de rayas negras como la de un... ¿Tigre? Mis uñas parecen garras y tocando mis dientes con la lengua, me doy cuenta que ahora ellos tienen una especie de filo puntiagudo que hace que me pinche y una gotita de sangre recorra mi boca.

Cita:

Giro todo mi cuerpo de un salto ( menuda agilidad ) para ver quién es el que esta hablando... parece un chico... ¿con alas?

¡Dios! ¡Mokona Modoki! ¡Cuando sepa quién es esa, se van a enterar! Groooooooar.

¡Encantada, Daylen! ¡Soy Layla! - se volvió a presentar, porque sí, y se rió ante la inquietud que pareció notar del chico - Son preciosas, sí... de Halcón, diría yo. ¡jaja!

Con un movimiento rápido, la mano de la chica, se levanta para cachetear la mano de Sirius antes de que la aparte y se empiece a mirar.

¡Eh! ¡Tigretón! ¡Manos quietas! - pone los pies al suelo, y coloca las manos en la cintura, en jarra, sonríe risueña y divertida - ¡Ya sé que soy mona! ¡Pero nos acabamos de conocer! - y se ríe animada.

¡Este es el Mundo Mokona Modoki! ¡Y vosotros venís de allí! ¡De la Tierra! - levanta el brazo, extendiéndolo y señalando un planeta que se ve bastante grande con agua y tierra... desde allí se podría distinguir el continente europeo y parte del asiático.

Daylen escuchaba atónito lo que aquella chica decía. Cuando escuchó hablar sobre sus alas volvió a mirarlas, pero ésta vez sin disimulo alguno, tocándolas con las manos y tratando de comprobar si eran reales.

Tras unas pequeñas comprobaciones, se percató de que el resto de chicos tampoco estaban "normales", así que hablo hacia el hada de nuevo.

Perdona... ¿Halcón has dicho? ¿Que es ésto? Dice mientras sujeta con delicadeza la punta de una de sus alas con la mano.

Miro arriba. ( la tierra )
Miro abajo. ( la cosita rosa )
Miro arriba. ( la tierra )
Miro abajo. ( la cosita rosa )

- Una pregunta, sin que te lo tomes a mal... ¿Qué demonios hacemos aquí? -, le digo enseñando los dientes. ( Cosa que nunca había hecho )

Yo estaba tranquilo en casa, y ahora me encuentro en un mundo extraño llamado Mokona algo... Si por lo menos supiera que es una Mokona...

- Y antes que respondas... -, le digo agachándome hasta que mi cabeza se encuentra a su altura. - ¿Que es Mokona Modoki? -

Se ríe... divertida, divertidísima.

¡Qué divertidos sois los terrícolas! ¡jajajaja! - da un giro en el aire con sus alas, y se pone justo encima de Sirius, con la punta del dedo del pie tocándole la cabeza, vuelve a reirse y vuelve a hacer un giro para ponerse enfrente de ambos chicos.

Mira primero a Daylen: - ¡Un halcón! ¡Un pájaro! ¡En la Tierra también hay! ¡Todos los habitantes de Mokona Modoki tenemos rasgos animales! - se gira y muestra sus alitas transparentas mientras las mueve, con los brazos en jarra de nuevo - ¡Yo soy una libélula! ¡Wiiiiiii! - hace un par de piruetas y se gira, para mirar ahora a Sirius.

¡Estáis aquí para ayudarnos a buscar y encontrar a las Mokonas! Las Diosas de nuestro Mundo, las que establecen el Equilibrio para que nuestro Mundo, y a la vez el vuestro, no caiga en el caos ^^ - toda la explicación sonriendo, hasta que de un par de saltitos más en el aire se pone cara a cara con Sirius, mirándolo a sus ojos felinos - Mokona Modoki no es una cosa que se coma, tigretón... Mokona Modoki es esto - señala una hoja de un árbol - Y esto - señalando una piedra - Y también esto - señala ahora una ardilla que corría por allí - Mokona Modoki lo es todo, porque Mokona Modoki es el nombre que tiene nuestro Mundo. : D

Al ver La Tierra Daylen sintió como su bonito sueño parecía derrumbarse por momentos.

¿Quieres decir que tengo alas de halcón? ¿Así por las buenas? ¿Y todo eso de buscar a las Diosas... y éste mundo...?

El joven se sentía totalmente confundido. Finalmente se decidió por priorizar las múltiples preguntas que se algomeraban en su cabeza.

¿Por qué estamos aqui... y con esta forma?

- Vale, hadita rosa. - le respondo. - Imagino que estos razgos animales son comunes en Mokona como se llame... Sigo sin saber que es una Mokona o que forma tiene, pero bueno... ¿Hay alguna forma de volver allí? - termino señalando la tierra sobre mi cabeza.

Sigo pensando que esto es un sueño y que tengo que dejar de ver tanta televisión...

Ais... - aun sin dejar de sonreir, Layla se cruza de piernas, al aire.

Todos los habitantes de este mundo tenemos rasgos de animales... yo no sé muy bien la historia, solo soy una pobre mensajera que me han encargado haceros de niñera hasta que lleguen los Ancianos a buscaros para instruiros - se encoge de hombros, sonriendo - por lo que sé, la Bruja Yuko os eligió al azar; hay otro grupo de terrícolas como vosotros... pero no sé dónde están. ^^ Pero ellos nos están ayudando a buscar a las Mokonas.

Mira a Sirius y niega con el dedo índice de la mano - No soy un Hada, soy una Libélula. Y sí, Kairi y Akira podrían haceros regresar a vuestro mundo en un periquete... y también la bruja Yuko, pero dudo que lo hagan - y saca la lengua, divertida.

El chico se pierde un poco las palabras de Layla, ensimismado en sus propios pensamientos. Trata por todos los medios de saber si es capaz de controlar aquellas alas.

Así que soy medio animal... ¿Eh? Veamos de qué va esto.

Te levantas. Tus alas están muertas a tu espalda, inertes... ¿cómo mover la espalda? Nunca te había hecho falta... intentas moverlas, y las mueves milímetros... pero pesan, y es difícil.

- Pues nada... habrá que esperar. -, digo en voz alta mientras me siento en el suelo.

Nada me gustaría mas que comerme a esa libelula. ¿He dicho comer? ¿Que demonios me esta pasando? Ains... extraño mi cama, pero creo que el pastito también es un buen lugar para esperar.

Me tumbo boca abajo en el pasto, mientras recojo mis piernas junto a mi pecho y coloco mi cabeza sobre mis brazos flexionados. Que posición más cómoda. Creo que es la primera vez que me acuesto de esta manera. Groooooooooar.

Ehmm... somos medio animales, asta ahí todo claro pero... ¿Como hago para ser igual qué tu? dice algo vergonzoso señalando las alas. Lo de... volar y eso.

Así me gusta, que os estéis quietecitos - dice Layla, estirando todos los músculos de su espalda y bostezando - Espero que no tarden demasiado... aunque aun se tienen que despertar los demás*

Pero su descanso termina pronto con la pregunta de Dylaen, le sonríe entre amable y divertida - Bueno, ten en cuenta que yo soy un insecto, y tu un pájaro. Tus alas son más pesadas y grandes que las mías... no somos de la misma especie - le saca la lengua, a modo de disculpa - De todas formas, si quieres empezar a practicar, intenta por empezar a abrir las alas... creo que esto ya te costará un poco. Prefiero que no vueles hasta que no lleguen los Ancianos... no tengo conocimientos médicos. - vuelve a sonreir, y espera la respuesta del chico con curiosidad.

Aprender... ¿Eh? Bien, es lógico. Pues yo quiero volar así que... ¡Moveos! Daylen toma nuevamente las puntas de sus alas con las manos de forma delicada, casi con miedo. Su tacto era suave, cálido así que permaneció unos instantes disfrutando de lo que mientras durase aquello, fuese lo que fuese, llamaría "sus alas".

Al poco, el chico puso toda su espalda en tensión y lentamente extendió sus extremidades hasta quedar con los brazos en forma de cruz. Por primera vez fue consciente del importante tamaño de las alas, pues notaba que todavía no estaban completamente desplegadas: aun con los brazos extendidos al límite las grisáceas alas parecían envolverle sin alcanzar su máxima longitud.

Tras el reconocimiento de ésta nueva parte de su cuerpo, Daylen comenzó a subir y bajar los brazos simulando el batido de alas propio del halcón tratando de sentir en su espalda los nuevos músculos que deberían aprender a moverlas.

Mientras repetía una y otra vez el movimiento, plenamente concentrado en ello, dejó vagar su mirada por el panorama cercano. Sus ojos se detuvieron un instante en el chico anaranjado que despertó junto a él. ¿Un chico tigre... cómo se sentirá con esa forma? Tras lo cual fueron a parar a Layla ¿Y ella? parece muy adaptada a sus alas... ¿habra estado siempre aquí o acaso lleva mucho tiempo en el lugar?

Ehmm Layla... ¿Quienes son esos "ancianos"? Kairi y Akira... Preguntó el chico de sopetón sin darse cuenta de que era una duda que le acosaba desde hacía ya un rato.

Sonreía mientras miraba al chico halcón, pues ahora se había convertido en su nuevo entretenimiento y se estaba divirtiendo viendo cómo intentaba volar... él podría alcanzar grandes alturas, no como Layla, que siendo un insecto no podía elevarse tampoco mucho... y estaba sumergida en sus pensamientos cuando Daylen le habló, así que dio un respingo al escuchar su nombre.

¡Ah! Akira y Kairi no son propiamente Ancianas... ellas fueron entrenadas y educadas para sustituir a las Mokonas cuando estas faltaran... porque lo que está pasando hoy ya lo profetizó la Brujo Yuko. Sin las Mokonas, la barrera electromagnética que nos protege peligraría; y también los Nocturnos... podrían salir a la luz del día... y esto no es algo que nadie quiera... - por un momento, en su cara se dibuja el terror, pero enseguida vuelve a sonreir - Los Ancianos son los seres de este mundo que las Mokonas han dotado con magia... para que mantuvieran el orden y la seguridad ^^

Mmmm, bufff, me parece que la tarta me ha subido demasiado. Caray vaya colocón, nunca antes había sentido tal visión... mooooolaaaaa. El joven que está tumbado en el suelo, con las greñas despeinadas cubriéndole parte del rostro, y cayendo en cascada por sus ombros empieza a moverse, reclinándose primero, notándo dificultad para levantarse, sintiéndose torpe. Que coño pasa con mis piernas, las tengo dormidas o que ... huuuuaaaaa mis piernas que me ha pasado, me cago en diós!!
De golpe la figura parece alarmada e inquita llevándose las manos a las piernas, con la fomra de los cartos traseros de un cabrón. No viendo bien, con una mano se retira las greñas para atras.

- Y eso?!- su mano ha dado con un pequeño cuerno que sale de la parte superior de su frente.- Ay va la hostia!

Todo confundido mira a su alrededor confundido, mirandoos sin ver.

Abre los ojos lentamente despues de haber escuchado toda la conversación anterior.
Quería hacer tantas preguntas..., pero estaba tan absorta que no podía ni hablar.
Se encontró sentada en el suelo, y al ver a lo que anteriormente decía que era una libélula no puede evitar levantarse de golpe para dar un salto hacia atrás, sobresaltada, lo cual causó que al pisar con los pies en el suelo pisara algo mas, se tropezara y cayera nuevamente al suelo.
Aaaay...
Al pisar ese "algo" notó un gran dolor.

Como un actorreflejo se lleva la mano hacia atrás hasta poder coger una cola..., acariciandola y soplando para que el dolor se fuera.
Al abrir los ojos y ver con claridad aquello que tanto le dolia se vuelve a levantar, mirando a la libélula y a todos los demás.