Partida Rol por web

- ¿Quienes serr, ah? ¿Perrdidos? ¿Necios? ¿Ignorrantes? ¿No saberr bosque lleno de crriaturras come-carrne? ¿Ah? ¿Ciegos, quiza? - pregunto en rapida sucesion aquel ser, bajando de un salto de su escondite, revelandoles a una figura femenina de poco mas de 40 cm de altura, vestida de forma curiosa y que llevaba un morral al costado, donde guardaba mas pelotas o esferas como las que habian ahuyentado al monstruo acorazado.

- ¡Tontos! ¡Volverr a la murrralla! ¡No saberr vivirr en el bosque! - les grito la pequeña orejuda, con gesto serio y molesto, antes de darles la espalda y comenzar a trepar otro arbol.  

Cuando veo las ¿bolas de fuego? impactar en el ¿insecto? me quedo asombrado pero no más que cuando veo el tamaño de nuestra salvadora. - Gracias. - le digo a la pequeña mujer. - Tan sólo somos unos recién llegados. - respondo. Nuestro primo Max nos dejó dentro de la muralla para ir a no se que combate. - Me llamo Archer. - prosigo presentándome. ¿Puedes enseñarnos a sobrevivir en el bosque? Estoy seguro de que con una Maestra como vos aprenderemos rápido y bien.

- ¡No! - responde la mujercita molesta, trepando habilmente por el tronco de uno de los arboles mas proximos, sin dejar de hablar para si:

- ¡Mushia no tenerr tiempo de enseñarr a sobrrevivirr en el bosque a nadie! ¡Eso no se aprrende en poco tiempo, serr cuestion de muchos dias! ¡Crriaturras demasiado necias y torrpes! ¡Volverr a su murrralla y quedarrse a salvo alla! 

La negativa de la mujer me deja perplejo más por la forma que por la negativa en sí.

- Ponnos a prueba. - le digo. Es la primera vez que entramos en el bosque.

- Aprendemos rápido. - prosigo trepando tras ella sin mucha dificultad.

- Si tú nos enseñas podremos ser de Gran Ayuda para todos vosotros. De lo contrario tendremos que aprender por nuestra cuenta y pondremos en peligro no sólo nuestras vidas sino la de otros pues involuntariamente cometeremos errores.

Seguía aún sin poder respirar por el susto con el insecto. Estaba claro que mi idea no había sido la mejor y había visto la muerte de cerca, lo que me hizo preguntarme: "Esas cosas...¿podemos morir de verdad?". Miré a nuestra pequeña salvadora y sentí unas ganas casi incontrolables de achucharla.

- ¡Qué monaaa! - Pero lo dije en voz baja, pues no quería que se molestara, además no dejaba de llamarnos inútiles. Seguí a Archer de cerca, sin dejar de mirar al diminuto ser y pensando cómo podía convencerla de que nos ayudara. No podía trepar, así que me quedé en el suelo, mirando lo que sucedía en las ramas. Entonces recordé las pistas de Revhian, "Alas de libelulas o trozos de hongos del bosque, carne de glorb, escamas de serpientes aladas". No podíamos salir de ahí sin algo que intercambiar, pero no creí que fuera buena idea preguntarle acerca de cómo beneficiarnos de otros seres del bosque. Parecía...inadecuado. En su lugar, se me ocurrió otra cosa - ¿Sabes dónde podemos encontrar un darkling?

- ¿Asi que ademas de sorrdos, tontos? ¿Buscarr Darrkling? ¿Parra que? ¿Tanto desearr morrirrr? - inquirio la pequeña mujercita, enercando las cejas y mas que exasperada con la obstinacion de ambos en permanecer en ese sitio.

- ¡Señorra? ¿Escucharr? ¡Estos tambien serr necios, tontos, terrcos! ¡Tampoco escucharr consejos! - grito la criatura, al parecer, al aire.

- Lo escuche, querida Mushia - respondio una voz proxima, a la vez que un ave que habia permanecido observandolo todo desde un arbol cercano, desplego las alas y volo hacia ustedes, transformandose en el aire en una esfera de luz, de la cual emergio una hermosa dama. 

- Empiezo a creer que ese es un rasgo que comparten todos los seres humanos. No escuchan ni siguen advertencias o consejos, ni siquiera los que se les dicen para su propio beneficio - agrego la femina, tan alta como ustedes y resplandeciendo con un halo luminoso.

- Soy Kieran, Guardiana de Zanzarah. Y ustedes deben irse cuanto antes de este mundo. Debo decirles que se bien como y porque estan aqui y tambien que fue lo que les han dicho para embaucarlos y atraerlos hasta este paraje mortal, pero deben saber que quien les envio aqui, no es su amigo. Seguramente queria deshacerse de ustedes. Verlos muertos - explico la guardiana, mirandoles detenidamente a cada uno, hasta que agrego, un poco sorprendida:

- ¡Tambien son niños, igual que el! ¡Deben irse ahora! ¡Michael los trajo aqui y por lo tanto no quiero volver a verlos! ¡Regresen a su mundo, donde el y sus darklings son menos poderosos y hagan lo que quieran con el, pero no regresen!

- Mi Señora Kieran. - digo haciendo una ligera reverencia. Michael o Max, como aquí se le conoce, es nuestro primo.

- En nuestro mundo sufrimos el ataque y las amenazas de los Darklings. - comento. No me gusta que me amenacen y menos esas malditas criaturas.

- Michael nos encomendó conseguir amuletos contra los Darklings y eso es lo que tratamos de conseguir. - prosigo. Mas me temo que necesitamos ayuda para llevar a cabo dicho cometido.

La dama alada y luminosa esboza la mas ligera de las sonrisas, mientras responde:

- Mushia tiene razon. Ustedes simplemente no escuchan. Asi que se los repetire por ultima vez, antes de forzarlos a volver a su mundo, que es donde deben estar. 

- Michael, Max o como quiera llamarse, es el Amo de los Darklings. O al menos eso cree el - explica la guardiana, caminando unos pasos con la cabeza baja, como recordando algo especialmente doloroso, antes de agregar:

- El vino aqui con el Auryn, el amuleto que une Zanzarah con su mundo. Yo lo recibi, como Guardiana y le ayude durante los primeros dias. 

- Michael, como todos los humanos que consiguen descubrir su poder, obtuvo la capacidad de alterar las cosas aqui en Zanzarah. De crear, modificar y dar tanto forma como vida a cualquier cosa que pueda imaginar. El dio rienda suelta a ese don para hacer muchas cosas hermosas y fantasticas, engrandeciendo este Reino, haciendolo mas bello, luminoso y grandioso que antes. Pero el queria otras cosas. Deseaba el amor de sus padres y ser un heroe legendario, lo que no podia tener en su hogar. Deseaba ser fuerte, veloz, astuto, el mas grande guerrero que halla existido. Y para serlo, creo criaturas malignas a las cuales enfrentar.

- Finalmente, su ansia de demostrar su poder lo llevo a crear el Mal Supremo de este mundo, a mi contraparte oscura. La Reina de los Darkligns. La encontro en el Templo de la Oscuridad, pero en lugar de destruirla, fue atraido por ella. Se dejo persuadir. Y la Oscuridad se apodero de su alma, contaminandola.

- Michael ya no es un niño. Ha sido corrompido por la Oscuridad, y si los trajo aqui, fue para deshacerse de ustedes. Esa a la que ustedes conocen como "Revhian" es solo una de las multiples formas que puede adoptar la Reina Oscura, para engañarlos. Ella recibio el encargo de Michael de eliminarlos. Y a mezclado verdades con mentiras, para convencerlos de venir aqui. A morir.

- Ahora saben la verdad. Vuelvan a su mundo y encarguense de su primo en el, donde es debil, mientras que aqui es casi invencible - concluyo Kieran, entregandole a cada uno un fragmento de la luz que la rodeaba, el cual se solidifico, en la forma de un cristal luminoso, que al tocar sus manos, los envio de vuelta a Inglaterra.