Partida Rol por web

-Adelante Buenaventura, haga lo que tenga que hacer- dice Jordi frunciendo el ceño. -Pero su trabajo no es ponerme las cosas más difíciles y el mio es definitivamente descubrir lo que ha pasado.- dice mirándole con seriedad. Mayo no contesta, sin embargo, guarda el teléfono. -Quizás quiera llamarlo usted más tarde.- concluye.

-Haré mi trabajo de campo, aunque usted se oponga. Ninguno de los demás miembros del escuadrón tiene ni la experticia ni la creatividad para buscar en el lugar adecuado. Ya se lo he dicho, todo está documentado en el plan de trabajo. Documento clasificado- y le mira seriamente.

-Arrésteme ahora, y pueda que yo pase una noche en la cárcel, pero usted inspector, tendrá que andar respondiendo preguntas por el próximo mes, a mandos intermedios y altos. Confíe en que soy un experto. Y si no lo hace por mí, hágalo por respeto a Mayo- concluye mientras no se mueve de su lugar.

Hace pasar a sus dos guardias y les dice claramente

- Desarmen a este hombre si va armado y enciérrenlo. Mañana será trasladado a la cárcel militar en cuanto el juez lo disponga o fije una fianza, ahora mismo llamaré al gobernador militar para dejar constancia y a su superior para que tome las medidas disciplinarias.

Dicho esto los policías armados esposan a Jordi tras registrarlo y quitarle todo lo que pueda ser importante (móvil, llaves, cordones de los zapatos por si intenta suicidarse, etc...). Lo empapelan en un abrir y cerrar de ojos.

Luego el inspector jefe Buenaventura les dice al resto:

- Lamento que hayan tenido que presenciar esto, pero un oficial del cuerpo debe comportarse con respeto ante sus superiores y sobre todo con sus compañeros. ¿Tienen alguna pregunta qué hacer? Si no pueden dirigirse hacia la escena del crimen.

Tras entrar en tu celda pasa un par de horas largas antes de que un oficial se acerque y te diga lo siguiente mientras te pasa un teléfono inalámbrico:

- Por cortesía profesional aquí tiene un teléfono para ponerse en contacto con su superior o con sus seres queridos. Tiene unos quince minutos inspector.

Dicho esto desaparece y te da algo de intimidad. El problema de estar en una dictadura es que los cuerpos policiales se rigen por normas militares y eso puede llegar a ser un problema. Tu intimidación sobre Buenaventura no sirvió, es un oficial curtido y puede que no sepas demasiado sobre él. Ahora la opción que tienes es hablar con Mayo y ver qué puede hacer por ti. Porque en una cárcel militar podrías pasarlo muy mal...

-Mayo. Es Jordi Fàbregas- dice Jordi con muy poca cortesía. -Estoy aquí, en el calabozo de Lugo, cortesía de su amigo, el inspector Buenaventura- comienza sin darle más rodeos al asunto.

-Mire Mayo. La cosa está así. Yo hago mis informes, le mantengo usted al tanto de mis movimientos y a cambio, ningún jodido en alguna tierra perdida de Dios, debería ponerme problemas. La única razón por la que acepté volver a la brigada, es porque usted es de los oficiales menos incompetentes- añade con furia. -Y me temo que me estoy arrepintiendo.- dice con poca cortesía.

-Así que Mayo, o pone en práctica la autoridad que le han investido para que Buenaventura me saque de su celda y me de una disculpa en público...- pausa para escuchar -... que sí, Mayo. O simplemente es mejor que se vaya buscando a otro analista. Seguro que harán fila y eso, pero ya quiero ver a Riego descifrando las comunicaciones del cura muerto con el arzobispo y encajando la mierda que se siente en el ambiente.-

Francisco suspiro al ver como se llevaban a su compañero, era un suspiro de alivio y hastío. No soportaba a los indeseables que se creían por encima de la ley y el orden solo por llevar una placa, tener autoridad significaba algo más que “hacer lo que a uno le daba la gana” significaba respeto y ejemplo, valores costaba mucho ganar y muy poco perder.

Por mi parte Inspector, podemos comenzar la investigación. Ha sido un placer.  Contesto con tono formal, como si no hubiera pasado nada en la sala.

Mayo suspira con paciencia y ni siquiera se molesta por lo que dices. Es paciente y ya tiene el culo pelado en situaciones así. El problema en donde te has metido es difícil de resolver pero simplemente te dice:

- Muy bien. Sacarte no será problema Jordi, tengo cierta carta blanca en esta investigación pero lo de las disculpas lo veo algo más difícil. ¿Qué ha pasado exactamente? Y Jordi cuéntame todo que no quiero descubrir luego que te habías cagado en sus muertos o acusado de ser un pedófilo...que tu genio es demasiado vivo...y Buenaventura es cuñado del gobernador...precisamente no es un don nadie...

Influencias. Se ve que el inspector de Lugo las tiene y eso en esta España vale mucho, puede que demasiado.

-Ha pasado que he hecho la misma solicitud a Buenaventura que consigné en el informe. Sin los detalles. Joder, Mayo, no me voy a poner a publicitar mi trabajo de inteligencia a los cuatro vientos, a ver si al final se entera la gente que no debe- vocifera Jordi molesto. -Y la respuesta del jodío ha sido de amenazarme. De verdad, para qué nos sirven las credenciales si hemos de tener que pasar por la mar de funcionarios y oficiales ineptos. Si alguien de los mandos valora que se haga un buen trabajo, es el momento más que adecuado para que pongan en su sitio a estos tíos- continúa con su retahíla, mezcla de rabia y de mala leche, tras todos los eventos.

-Y el cura muerto es amigo personal del papa. Así que la veo clara Mayo, que allá los directivos si quieren lidiar con el arzobispo, la iglesia, y todos los ángeles, o con el oh poderoso inspector de Lugo- espeta venenosamente. -Vamos ya, el tío necesita saber cuando hacerse a un lado. Si él supiese hacer su trabajo, no estaríamos nosotros aquí. ¿No es verdad? Lo mínimo que me merezco es una disculpa en frente del equipo.- añade.

-¿O dejamos el precedente y que sobre la brigada pasen estos oficialuchos de pueblo?- pregunta mordaz.

- Veré que puedo lograr...lo primero será sacarte de ahí. Llamaré ahora a un amigo para que te abran la puerta. 

Dicho esto cuelga.

Pasan unos diez minutos y aparecen dos inspectores, entre ellos no está el que te metió ahí. Con ellos va un policía armado con las llaves de la celda. 

El mayor de los inspectores, que estará cerca de jubilarse por la edad que aparenta, te comenta.

- Ya puede salir inspector. Dígale a Nacho que me debe una buena mariscada cuando se digne a subir al norte... - te entrega tus pertenencias y añade - ...tiene un coche con chófer en el exterior para que pueda ir hasta la escena del crimen. Ahora Nacho está dialogando con el jefe, es mejor que no esté cerca porque tiene mala pinta esa charla.

Parece sincero en sus palabras. Los dos inspectores te acompañan. El joven lleva la mano sobre el arma aunque la lleva enfundada. Parece que están para escoltarte y que salgas vivo de esa comisaría, puede que en Lugo el Buenaventura maneje el cotarro de una manera diferente...

En la puerta ves un Santana Aníbal de color gris con un policía armada de conductor. Es un coche sin marcas oficiales, pero un todoterreno fiable sin lugar a dudas. Es lo que tiene la fabricación nacional.

El inspector te abre la puerta y te aconseja en voz baja:

- Ten cuidado con Buenaventura, intenta evitar meterte en líos y cuidado con los 'armados*'...son sus ojos y oídos. Nacho me pidió que os echara un ojo, fue mala suerte que no hablara antes de que vierais al jefe...

-Eso es lo que pasa cuando un superior llega al puesto por enchufado- dice Jordi con aire hostil. -Le pagaré yo mismo la mariscada, inspector. En cuanto examine la escena y regrese, que no debería tomarme demasiado.- dice mientras mira su reloj. Todo el despliegue de protección le da mala espina al analista, quien en su cabeza no puede evitar rumiar un resentimiento continúo en contra de Buenaventura. Al menos tendría chófer y al final podría revisar algunas cosas más de su plan de acción. Si algo bueno salía de su detención, era la ausencia del lastre de su equipo.

Asiente y se encoje de hombros. -¿Sabe que pasa cuando los peces gordos tratan de atrapar al tiburón? pues eso. Que se joda Buenaventura- dice sonriendo amargamente. -Que tengan buen día- desea con algo más de amabilidad, lo que en el comportamiento de Jordi se traduce como "no de manera completamente hostil" y se monta al auto.

-Tío, maneja despacio- le dice al chofer. -¿Conoces Puebla?- pregunta con el tono cortante que el catalán usa para todo.

Tras montar en el coche, Jordi habla con el chófer que le contesta:

- La conozco bastante bien señor, pero aquí la llamamos Pobra en lugar de Puebla. ¿A dónde quiere ir? - te pregunta ansioso por agradarte ya que no todos los días lleva a un agente de la Brigada Especial.

Coge la primera salida de Lugo y sale en dirección al pueblo a la velocidad normal.

-Da igual- responde Jordi al comentario del nombre del pueblo tratando de no ser demasiado venenoso. Después de todo, necesitaba llegar pronto y ponerse a trabajar. Y quizás darle tiempo a Buenaventura para que pensase y pasase a disculparse.

-Simple. Si quisiera un lugar tranquilo, en donde pueda relajarme y también escuchar un poco lo que sucede en el pueblo. ¿A dónde dirías que me dirija?- mantengo mi mirada firme, volteándolo a ver. -Y si por demás, habrá alguna señora de buen oído a la que pueda interrogarle por los chismes del pueblo, creo que sería de bastante ayuda para la investigación que estoy llevando a cabo.- Sin un "nosotros", sin estar en equipo. Después de todo, su trabajo es recopilar información, analizarla y sacar conclusiones.

No andar cuidando los traseros de sus colegas, y mucho menos andar con revolver en mano, tratando de no ganarse un tiro en su cuerpo, que tan buena diana hacía. Lo suyo era lejos de la zona de acción y más en la oficina.

El agente piensa durante un minuto y te dice:

- Hay un bar que funciona como centro social...ahí se reúnen la mayoría de vecinos a jugar la partida por las tardes, y Marina y Manolo los dueños escuchan todo lo que se cuece allí...desde las timbas de truco hasta donde se consigue licor de hierbas...un buen sitio...¿es es el sitio que está buscando? - te pregunta.

-Está bien para comenzar- dice Jordi, esforzándose en una sonrisa en medio de su actitud de decepción. No era exactamente lo que buscaba, pero seguramente sería tan buen inicio como cualquier otro.

-¿Y que sitio tiene mala reputación en el pueblo?- pregunta mirando fijamente al conductor con su gesto adusto, casi hostil. -Ya sabe... del tipo que todos comen y callan- añade lentamente.

El chófer piensa y te contesta:

- Este pueblo no tiene ningún sitio así pero en Sarria hay algún local de mala reputación. Sobre todo un club de carretera, el Lola. Solemos hacer redadas de vez en cuando allí, nos tenemos encontrado de todo...drogas, armas, chicas ilegales... no es un sitio muy recomendable para ir. Luego hay otro par de pubs en los que se mueve bastante mierda...pero no son nada comparado con ese club...¿tiene pensado ir? Le puedo indicar dónde queda aunque nos tendremos que desviar un poco...pero no demasiado...

-Por ahora no es necesario ir- dice Jordi mientras saca su celular y anota las indicaciones de los sitios que ha mencionado el chofer. -Pero le agradecería las indicaciones. Podrían serme útil más adelante- dice mientras termina de oprimir teclas para registrar nombres.

"Ingeniería social" se dijo a sí mismo, regodeándose de su propio plan. Tendría que pasar por escrito para evitar otro problema similar, y tendría que pasarse por la escena del crimen. Detestaba tener que ponerse en campo, pero quizás algunas cosas marchasen con mayor rapidez.

-¿Y la oficina de Telefónica más cercana al pueblo?- añade finalmente.

- La oficina de telefónica más cercana está en la capital...en estos pueblos como mucho hay alguna oficina de Moviline*, si le vale puedo llevarle a una que está cerca del bar que le comenté. Es la única de la zona... - te comenta el chófer - ...aunque a las afueras del pueblo hay una especie de repetidor de telefonía...pero no sé si habrá alguien allí...

-No, no hay nada que pueda hacer desde allí. Pero Buenaventura seguro que se hará el francés con los informes de telefónica. Creo que tendré que llamar yo mismo- dice mientras comienza a sacar su teléfono.

-Por ahora, vamos a la iglesia del pueblo. No es que tenga ganas de verle la cara a mi equipo, pero si ha quedado algo sin contaminar en la escena del crimen, me gustaría echarle un vistazo. Al menos hasta que tenga que hacer mi trabajo de verdad- dice frunciendo el ceño. En realidad hablaba más para sí mismo que para el conductor, por lo que decidió que era el momento de llamar a un buen amigo en la dirección local de telefonía móvil.

Servía de algo saber los recovecos de la burocracia para hacer perder quejas formales y denuncias por desviación de fondos en el enorme aparato que era a veces la central. Y cuando eso le permitía que posiciones importantes que manejan los datos más valiosos de los ciudadanos de a pie.

-Ah Miguel... ¿Cuánto tiempo?- saluda tranquilamente Jordi.