Partida Rol por web

 James sigue sobre el panel intentando descubrir algo que les pueda ayudar, inutilizar el sistema para que la puerta pueda abrirse sólo desde dentro o algo por el estilo. 

 Sí, Foley, nos ponemos en marcha, no me da buena espina ese túnel, démenos prisa en cruzarlo. 

 Antes de adentrarse en el túnel da un último vistazo alrededor en busca de algún vagón que pueda hacer más rápido su viaje.

El grupo, tras inspeccionar la zona y no encontrar nada que sirva como transporte, comienza a moverse a pie dentro del túnel, preparados para un largo trayecto. Van atentos, con las armas al frente y cubriendo todos los flancos, sin decir una palabra y preparados para cualquier sorpresa. Tan solo se puede oír el sonido de las pisadas, entre los rieles que recorren el suelo del túnel.

Siguen a pie hasta que el camino tuerce a la derecha, y al doblar en aquel rincón del túnel todos se detienen en seco, agachándose rápidamente, alarmados por lo que pueden ver varios metros delante: Un enorme meca LOKI, justo en medio del túnel, “observando” en la misma dirección desde la cual acaban de asomar.

Esta a unos cincuenta metros por delante, justo en medio del túnel, custodiando aquel paso. Todos se alarman, pero antes de que nadie pueda hacer algo en concreto pueden darse cuenta de que aquella cosa no se mueve, permanece ahí, con sus patas retraídas, como si se tratara de un animal prehistórico que se encuentra durmiendo. Incluso cuando los soldados vuelven a incorporarse e intercambian miradas de duda aquella maquina permanece completamente inmóvil.

Sobre aquella bestia de metal hay un panel con luces rojas, y sobre la pared derecha del túnel hay una puerta metálica para el personal. Ya están a mitad de camino y aquella puerta parece dar a la zona de mantenimiento del túnel. Otros cincuenta metros detrás del LOKI aparentemente desactivado hay una pequeña vagoneta detenida sobre los rieles, sin duda utilizada como medio de transporte.

- James, esperame aqui, quiero comprobar que realmente esta apagado esa maquina.

y ain decir ni una palabrama , sale del escondite activando el escudo y corre hacia la maquina en zig zag, lo mas rapido que pueda, si ve que la maquina empieza a moverse dara media vuelta o se protegera con algo que vea.

Rápidamente Pavlo deja a Wolf en el suelo, intentando no ser brusco, y levanta el arma. Señala con la mano la puerta del archivo. Uno y uno, revisen el archivo. Esperaba que el entrenamiento de los muchachos fuera bueno y supieran como cubrirse mientras penetraban una habitación.  

Luego se inclina sobre el piso, buscando ver en los cuerpos masacrados algún indicio; como de dónde vino el ataque, hacia donde llevan los rastros de sangre, etc.

Ráccor y Conrad se acercan rápidamente a la puerta, siguiendo las ordenes de Pavlo, mientras este y Yevgeni dejan con cuidado el cuerpo de Wolf, aun inconsciente, en el suelo. Velazquez y Mitchell miran el panorama sin poder disimular la expresión de asombro y asco que se dibuja en sus rostros, aunque sea difícil verlos por los cascos.

Ráccor se pone a un lado de la puerta, preparado, mientras Conrad la abre rápidamente, apuntando con su arma al frente. Rápidamente los dos entran y al poco tiempo dan el aviso de que la sala de archivos se encuentra despejada. No hay nada interesante en ella, tan solo un ordenador sobre un escritorio y varias carpetas acomodadas sobre unas estanterías. Es una sala pequeña, por lo que es imposible que alguien se pueda ocultar a la vista.

Mientras tanto Pavlo se acerca a los cuerpos, examinándolos para encontrar cualquier pista que le diga que diablos sucedió ahí dentro. Los demás hacen lo mismo, buscando cualquier indicio que les de alguna explicación.

A Pavlo se le hace difícil distinguir algo que no se pudiera haber descubierto a primera vista. Al revisar uno de los cuerpos puede verificar que los cortes son limpios y profundos, hechos por algún objeto cortante bastante mas grande que un cuchillo de combate. La disposición de los cuerpos, salpicaduras, y el orden del lugar indica que no hubo resistencia por parte de los civiles. Tampoco se efectuaron disparos. Según se pude ver, fueron asesinados mientras trataban de huir hacia fuera del pasillo, por la puerta que da al centro de la excavación. La posición de los cuerpos, así como la orientación de los cortes y la “limpieza” con la que fueron hechos da a entender que el atacante era alguien bastante hábil con su arma y con una destreza formidable, característica que inmediatamente descarta que se trate de un Bothaniano. Por un momento Pavlo piensa en la posibilidad de que un mercenario Thalonita acompañe a los Bothanianos, pues sabe muy bien, y por propia experiencia, cuanto les gusta usar armas cuerpo a cuerpo, en especial maches o cuchillos, sin embargo aquel pasillo parece muy estrecho como para que un Thalonita se mueva con soltura, por lo que tiene que tratarse de alguien mas pequeño... sin duda un humano. La sangre no parece estar muy fresca, por lo que se puede deducir que el ataque fue hace unas horas como mínimo.

Fuera de eso Pavlo no puede sacar mucho mas en claro. Las identificaciones de los cuerpos confirman que se tratan de científicos que trabajaban en la zona, y fuera de eso no presentan ningún otro interés.

Todos pueden ver como Paul, rápidamente y tomando todas las precauciones posibles, se acerca a toda velocidad hacia el meca LOKI, aun inmóvil en medio del túnel, y que no reacciona al movimiento del soldado.

Una vez Paul alcanza aquella posición puede confirmar que efectivamente aquella maquina se encuentra “desactivada”, o al menos en apariencia. El “Ojo” del meca, conocido por todos como el sistema de guía que lleva en la parte superior, algo parecido a una cámara de seguridad que usa la maquina para poder ver hacia donde se mueve, se encuentra retraído sobre el fuselaje, algo que confirma la situación de la maquina, pues cuando están activadas se encuentra visiblemente desplegado y en constante movimiento.

El hecho de que Paul pueda llegar hacia el LOKI sin que este lo deje como un colador a mitad de camino también ayuda a confirmar que no se trata de una amenaza.

Aquel parece ser el “juguete” con el que fueron capaz de derribar la nave de la Alianza, en cual se hablaba las notas del mercenario Bothaniano

Inclinado sobre los cuerpos, Pavlo busca y recoge identificaciones de los cuerpos, así como tarjetas de seguridad si las hubiera.

Pavlo revisa los cuerpos, buscando alguna identificación o algo que pueda ser de valor y les brinde algo mas de información que la obtenida tras una inspección visual mas detallada. Las identificaciones dan los nombres de ambos cuerpos, ambos científicos, uno de ellos llamado Yohannes Kidane, sujeto sobre el cual se encuentra inclinado Pavlo, un tipo de no mas de treinta años. La identificación del segundo cadáver, correspondiente a un hombre mayor, de pasados los cincuenta, y marca el nombre Włodzimierz Symanski en su8 frente. No hay mas información en aquellas credenciales, no al menos que pueda ser útil y que les diga algo que no sepan ya, pues tienen bien en claro que aquella es una estación civil con el objetivo de estudiar la superficie del planeta. Pavlo sigue revisando y tan solo en el segundo cuerpo, el de Synmanski, mas cercano a la puerta de salida, hay una tarjeta de seguridad. No es gran cosa, y el que no este en el otro cuerpo da a entender que alguien mas la tomó.

Por la radio vuelve a oírse la voz del copiloto de la nave de apoyo.

- Aquí Pájaro 1. Alfa, ¿me copia? - dice la voz, que ahora se escucha entrecortada por la interferencia que sufre la radio, seguramente por la tormenta. También se puede notar que el tono de la voz del copiloto es menos calmado de lo normal – Alfa, ¿¡en donde mierda están!? Estamos sobrevolando el punto de encuentro, apenas podemos controlar esta cosa, y tenemos que investigar la posición de Bravo ahora mismo. ¡Si quieren que saquemos a sus heridos muevan su culo hacia aquí de una vez, no podemos seguir esperando!. Cambio.

Si alguien tomó la otra, quiere decir que puede ser importante. Pavlo guarda rápidamente la tarjeta en un bolsillo de su uniforme.

Coloca ambas manos en el rifle y se cerciona de su perfecto estado. Pájaro 1, aquí Alfa, sentimos el retrazo. Tampoco estamos en un campo de rosas, sabes?

Hace gestos amplios con los brazos al resto de la escuadra. Velazquez, conmigo, abramos la puerta con cuidado. El resto, cobertura. No se olviden de los heridos. Fuera de aquí, double-time!

Se acerca en dos rápidos pasos hasta al puerta, espera que Velazquez se coloque en el costado opuesto a él, y la abre rápidamente, el fusil a la altura del pecho listo a disparar a lo que se mueva.

Preparándose para cualquier posible ataque, el marine prepara su rifle siguiendo las órdenes de su superior.

Desde que bajaron al planeta convencidos de que sería una simple misión de rutina, aburrida y sencilla habían estado pasando demasiadas cosas que apuntaban a que allí ocurría algo extraño y parecía que ellos poco a poco estaban metiéndose en medio.

paul abisa a los demas diciendo:

- no hay peligro, venir rapido!!!

mientras sus compañeros avanzan busca una posible terminal remota para controlar el vehiculo pesado, que podria ayudarles infinitamente en lo que les podria esperar....

 No hemos visto el centro de control remoto en nuestro camino, algo así nos hubiera llamado la atención, sin lugar a dudas lo tendrán escondido y bien custodiado, creo que deberíamos inutilizarlo de alguna manera para que no lo usen en nuestra propia de nuevo. Quizá valga con quitarle un par de bujías, las podríamos guardar por si en un momento dado encontramos la forma de conducirla.

 Dicho esto, sigo los pasos de mi compañero hacia el mecha a ver qué puedo hacer

Apenas saben como ver a aquella cosa. En una inspección mas cercana les parece realmente imposible poder desarmar a aquella cosa solo con sus manos, y lo es, después de todo esta diseñada para combatir al frente, en condiciones adversas, y aguantarlo todo, por lo cual la idea de desactivarlo con las propias manos parece cuanto menos algo muy lejano.

De todas formas rápidamente la atención de todos se desvía en otra cosa. Kowalsky se adelanta al grupo y al poco tiempo llama la atención de todos.

- Hey – dice por sobre su hombro – esto si parece funcionar – dice, mirando la vagoneta que hay unos metros delante del Loki, estacionada en medio de aquel túnel – definitivamente podremos ahorrar tiempo si vamos en esto... ademas de que sera mucho mas cómodo – añade mientras se gira y mira al grupo.

Finalmente le grupo decide salir de aquel corredor y abandonar la compañía de aquellos cadáveres. Velazquez y Pavlo salen al frente, mientras Mithcell y Conrad llevan el cuerpo de Wolf, aun inconsciente, en la retaguardia. Yevgeni y Ráccor permanecen como apoyo. Una brisa entra al corredor una vez abren la puerta, pero nada comparado al viento que hay en el exterior. La arquitectura de aquel lugar se asemeja a la de un campo de fútbol, solo que en donde estarían las gradas hay varios edificios prefabricados, oficinas y viviendas para los investigadores, y en donde tendría que estar el campo de juego se encuentra la propia excavación, aunque no hay mas que rocas y polvo en aquel lugar. Sea lo que fuera que hubieran encontrado parecen habérselo llevado. No hay señal de enemigos, aunque si están los rastros de un combate: aquí si se ven marcas de disparos, ademas de que hay cuerpos de mas investigadores repartidos por el lugar. Todo esta en silencio, tan solo pueden oír el murmullo del viento fuera de los muros, como si se encontraran en el ojo de una tormenta. Al otro extremo del lugar pueden ver una rampa y unas puertas dobles bastante grandes. Por los planos que examinaron antes de la misión pueden saber que aquella puerta da a un túnel de unos doscientos metros que lleva a una estructura aledaña a la excavación, que no es otra cosa mas que una pista de aterrizaje para transportes mas grandes.

En el techo de la cúpula hay una abertura lo bastante grande como para que el Mohawk de transporte puede entrar y acercarse al grupo,a un lado de la zona de excavación. Toca el suelo pero sus motores siguen en marcha. La puerta del copiloto se abre y por fin pueden verle la cara a este, aunque el piloto se mantiene oculto tras el vidrio polarizado de la cabina.

El hombre se acerca rápidamente al grupo, que se amontona alerta frente a la puerta por la cual acaban de salir.

- Sargento Kyonz – saluda al oficial. Mantiene su tono frío, tal cual como en la radio, aunque tiene que levantar un poco la voz para hacerse oír – No tenemos mucho tiempo – mira a Wolf, transportado por Conrad y Mithcell – suba a sus heridos, tenemos trabajo que hacer y el tiempo esta en nuestra contra, desde arriba le han asignado nuevas ordenes – informa a Pavlo.