Partida Rol por web

Starbuck aguantó con estoicismo la referencia de Baltar al protagonismo de su herida. Su rostro serio denotaba una abierta, insoslayable falta de paciencia. Ante las palabras de Keikeya, negó brevemente. Alzó la mirada y se encontró con la de Apolo. Lo miró fijamente, intentando escrutar en sus ojos la razón de su presencia allí, en el Camarote, junto con los otros dos. Pero luego su atención se desvió hacia la Presidente y habló.

- Sus acompañantes se encuentran bajo una fuerte tensión, como todos, pero la están resintiendo más que ninguno pues se sienten excluidos de toda decisión que se tome. Y eso les hace tener muchas dudas y reparos - dijo, sin que se le subiera un ápice el tono informativo y sin que se le moviera un pelo. Giró hacia el Comandante - Toda la comitiva está junta, con excepción del doctor Baltar aqui presente.

Miró a Adama, luego a Apolo, y después a Adama otra vez.

- ¿Es momento de hablar del sistema de los Mark VII, o tenemos más tiempo para hacerlo luego? - terminó, a quemarropa.

Laura Roslin no pareció acusar la crítica implícita en las palabras de la teniente. Después de escucharla con atención y asentir se limitó a contestar en tono educado al tiempo que esbozaba una sonrisa amable.

-Le agradezco enormemente lo que ha hecho hoy, teniente Thrace...sé que no era su tarea hacerse cargo de los miembros de mi equipo y aun así lo ha llevado a cabo de una manera encomiable- la Presidenta miró brevemente a Billy- Si lo que dices es cierto creo que sería buena idea darles permiso para subir de nuevo a la Colonial Uno. Me temo que este asunto nos va a llevar bastante tiempo..- añadió la mujer desviando la vista hacia el Comandante.

Adama sí que pareció acusar las palabras de Starbuck. Tras tomar asiento pesadamente se quitó las gafas y las giró entre sus manos mientras esperaba a que la Presidenta terminase de hablar.

-El tema de los Mark VII tendrá que esperar hasta que hayamos solucionado el problema del suministro de agua, Teniente Thrace- comenzó en su característico tono serio y desprovisto de emoción. Sino fuera por el gesto de sus manos nadie habría notado su preocupación.- Me temo que el daño en los tanques va a requerir que tomemos medidas urgentes para evitar que la crisis alcance a toda la flota. La Presidenta y yo hemos decidido convocar una reunión de emergencia para analizar el asunto- añadió alzando la mirada para mirar primero a Starbuck y luego a Gaius- Está usted invitado a asistir doctor Baltar. Sus conocimientos científicos sin duda nos serán útiles a la hora de estimar la disponibilidad de recursos y para cuántos días van a dar éstos. Me pregunto si podría hacer un cálculo de cuánto alimento y agua necesita una persona media por día de cara a dicha reunión.

Por supuesto contestó Gaius, no quedando muy claro si contestaba al hecho de que lo invitaban a la reunión o a la pregunta sobre si podría calcular la tasa de supervivencia de la población colonial que quedaba.

Levantando un dedo en gesto admonitorio, pero sin señalar a nadie en particular, el doctor Baltar prosiguió Necesitaré una lista muy detallada de los víveres disponibles, del agua potable y del número de coloniales supervivientes hasta el momento. Con eso podré hacerle un cálculo exacto de cuánto debe... o puede consumir cada uno de los miembros de esta... expedición.

La trasmisión de la inspección de los tanques que había escuchado minutos antes no dejaba de dar vueltas en el interior de mi cabeza. Nuestras peores sospechas se habían pues confirmado y mientras la conversación se desarrollaba entorno mío no podía dejar de preguntarme quién habría sido el responsable del daño sufrido. Justo cuando todos empezábamos a pensar que quizás habríamos dejado el peligro atrás negros nubarrones volvían a pender sobre la flota y las implicaciones de ello eran demasiado vastas como para no hundirse en ellas. A pesar de ello no me pasó desapercibida la mirada inquisitiva de Starbuck como tampoco su tono impaciente cuando preguntó. Así era ella, directa, dura y cortante, empeñada siempre en golpearnos con la cruda realidad en la cara. Suponía que por eso mi padre la quería junto a él, por eso y por su aguda inteligencia que a veces sorprendía con las más disparatadas y arriesgadas ideas. Le sostuve la mirada unos segundos, serio y solemne, antes de desviarla en dirección al Comandante y la Presidenta. Permanecí en silencio pues poco tenía que añadir.

Laura Roslin asintió con energía.

-Tendrá la información que necesita en cuanto salgamos de aquí, doctor Baltar. Billy, encárgate de que al doctor no le falte de nada por favor- pidió volviéndose hacia su secretario que murmuró su conformidad mientras, sacando una libreta del bolsillo de la chaqueta tomaba notas rápidamente.- ¿Se le ocurre algo más, Comandante, o podemos entonces concluir que la reunión será...digamos dentro de una hora?- añadió alzando el brazo para la hora en su reloj de pulsera.

Vanas palabras que intentaban comprar su silencio salieron de la boca de la mujer del cargo político más alto de la escasa resistencia humana. Vanas, pues no generaron en Starbuck ninguno de los efectos esperados. Su rostro mostró claramente sus intenciones de decirle algunas cosas a la Presidente, de señalarle que su falta de autoridad era tan notoria como entendibles eran sus intentos de sobrellevar la situación, pero el Comandante irrumpió y Starbuck no intervino más. Miró a Adama mientras hablaba, y asintió a lo que era dicho. Por supuesto, era sensato, era lo esperable: pero también escondía un aspecto que parecían no haber tenido en cuenta, o al menos, haber aplazado concientemente para después.

Se dio vuelta, hacia el doctor. Sus palabras derrocaban el sarcasmo para decir tonterías de tamaños astronómicos.

- ¿Expedición? - preguntó, levantando una ceja. No agregó nada, pero su gesto fue tan claro como si le hubiera dado un golpe de puño en pleno rostro por la desubicación y, a la vez, se hubiera carcajeado largamente por la infantil ocurrencia.

Negó y, en cuanto la Presidente intentó arreglar la hora, Starbuck miró a Apolo y luego a Adama. No había entendido su papel en todo eso, muy a pesar de su presencia accidental en aquel recinto de las decisiones, pero no estaba dispuesta a irse tan fácilmente. Esperaría que se fueran los políticos y el llorón, y luego plantearía frente a la gente que sabía escucharla aquella duda, sugerencia, intuición o paranoia, que había crecido dentro suyo y que estaba allí, todo el tiempo, saltando frente a sus ojos, pidiendo a los gritos salir.

El Comandante negó con la cabeza.

-No, eso es todo por el momento. Si necesitan un lugar donde trabajar puedo dar órdenes de que les habiliten la Sala de Reuniones hasta que llegue la hora..., si esperan un minuto llamaré a alguien para que les indique el camino-añadió levantándose, gesto que fue imitado por la Presidenta.

-Sería estupendo, Comandante- le agradeció Laura sonriendo brevemente- Pero, primero creo que me iré a la cafetería a hacerme cargo de mi equipo. Como bien ha sugerido Billy lo mejor es que se retiren a la Colonial Uno. Aquí ya no hacen nada- añadió Roslin avanzando hasta el centro de la habitación mientras Adama asentía en señal de conformidad. Su secretario también se había levantado y se puso a su lado mientras ella se volvía hacia el doctor Baltar- Doctor, si le parece bien puede acompañarnos ahora y así vamos suministrándole la información que necesita para su informe.- Detrás suya el Comadante se dirigió al escritorio y descolgando el auricular murmuró un par de instrucciones a quién estuviera al otro lado de la línea.

-Enseguida vendrán a por ustedes...-comentó éste tras colgar en su habitual tono serio.

Será un placer, querida  respondió Baltar haciendo gala de su exquisita educación, quizá para contrastar todavía más con la impulsiva y brusca Starbuck

Comandante, con su permiso se despidió de aquel hombre enjuto, de claro origen tauriano a juzgar por su piel cetrina. Es curioso que uno de ellos haya llegado tan lejos en el ejército... pensaba mientras comenzaba a caminar hacia la salida. Al pasar junto a la mujer rubia, Gaius esbozó una sonrisa sardónica y tomó con rapidez la mano de la sorprendida Kara.

Teniente Thrace, ha sido un verdadero placer. le dijo con voz seductora Espero que volvamos a vernos en condiciones menos... tensas.

Al poco un joven suboficial llamó a la puerta y esperó pacientemente a que la Presidenta y sus acompañantes se despidiesen. Tras sonreir amablemente a los dos tenientes y al Comandante Laura Roslin salió por la puerta seguida de cerca por Keykeya y el doctor Baltar. Un silencio denso y especulativo se hizo en el camarote cuando con un crujido la puerta se cerró detrás de ellos. Finalmente Adama habló por fin mientras rodeaba el escritorio para sentarse detrás de éste.

-Si no tienen nada más que añadir a lo comentado aquí, nos veremos dentro de una hora en la Sala de Reuniones- con expresión abstraída examinó un papel que había sobre la mesa y luego parpadeando alzó la mirada y os observó- Starbuck, aunque su presencia no es estrictamente necesaria en dicha reunión, me gustaría que asistiese en calidad de oyente. Esta crisis en la que estamos inmersos requiere de todas las mentes despiertas de las que podamos disponer- explicó suavizando el tono a la vez que miraba a la interpelada con expresión tranquila.

Galen, sin olvidar el protocolo militar a pesar de la amable invitación del comandante, saludó al presentarse ante su superior y tomó asiento sólo cuando este se lo dijo. Aun sentado "Jefe" parecía mantener la posición de firmes. Se mantuvo en silencio a la espera de recibir permiso para exponer su informe.

Entré al camarote del comandante detrás de Galen, y tras realizar el saludo protocolario permanecí de pié a la espera que Galen relatara su informe. Un nudo insoportable atenazaba mi estómago, pero lealtad a la Flota era firme, y estaba dispuesta a caer en desgracia, si así era necesario.

Starbuck vio cómo aquel hombre le tomaba la mano, y le decía fuese a saber uno qué cosa. Más que a sus palabras, atendió a su tono, que le explicó todo lo que quería saber. Los demás comenzaban a dispersarse y la situación iba a rotar, pero aquel estaba allí, totalmente despreocupado de todo ello, intentando algo sin pies ni cabeza. Era el ridículo mismo. Por ello, Starbuck respondió a su sonrisa sardónica con otra, de igual o mayor calibre, y no quitó su mano de la suya. Por el contrario, la rodeó con destreza. Y con la misma destreza, y medida fuerza, apretó hasta que las articulaciones de los nudillos del doctor Baltar chillaron como brisagras oxidadas e inflexibles.

- Sí, por supuesto - dijo Starbuck, sin dejar de sonreír. Ante los demás, era sólo un apretón de manos.

Y luego, los civiles se fueron.

Una vez que el Camarote quedó despejado de extraños, Starbuck escuchó con atención al Comandante y adoptó frente a él una postura relajada, pero igualmente marcial. No tenía nada que ver con un respeto hacia el rango, si no respeto hacia su figura. De todas formas, eso no le impidió lanzar su voz como una bala, aunque dudaba que fuese capaz de disparar a ese hombre incluso si fuese una situación de vida o muerte donde se decidiera sobre la vida de ella.

- Faltaría más, que me negara a participar de algo como eso. Pero, ¿en calidad de oyente? ¿Quiere decir que sólo esperará de mí escuchar sin decir nada y luego guardar mis conclusiones para mí?

Adama enarcó una ceja ante tu pregunta tan directa pero no pareció en absoluto molesto por el tono o lo que contenía. Quitándose las gafas las dejó sobre la mesa al tiempo que negaba con la cabeza.

-No, por supuesto. Con lo de en calidad de oyente me refería que de haber una votación sobre algo usted no podrá votar. Pero al asistir sí tendrá derecho a preguntar u opinar en voz alta. Si le pido que venga es precisamente por eso- aclaró con voz suave. Sus ojos se desviaron brevemente hacia Apollo que había permanecido en silencio y luego volvieron a centrarse en Starbuck.

Adama observó cómo Boomer permanecía de pie pero no comentó nada al respecto. Su expresión seguía siendo seria pero amable cuando volviéndose hacia Galen comentó en su lugar.

- Supongo que están aquí para exponer el informe de los daños...¿y bien, suboficial Tyrol, tiene ya idea de qué es lo que ha causado la apertura de los tanques?- apoyando los codos en la mesa cruzó las manos ante el mentón y aguardó pacientemente a que el interpelado ordenase sus ideas y comenzase a hablar.

- Sí señor, he encontrado indicios de que se han producido explosiones en 5 puntos del tanque. Por los restos parece que podrían haber sido producidas por un explosivo de baja potencia de tipo G-4. - expone Galen en tono profesional.