Partida Rol por web

Ciudad Cáprica es la capital del planeta verdeazulado Cápicra, una de las doce colonias fundadas tras el éxodo del planeta originario Kobol. Además sirve de sede para los tres poderes del Gobierno Colonial por lo que es de elevada importancia. De aspecto futurista y líneas curvas con numerosos jardines y rascacielos integrados entre ellos, la ciudad está rodeada de numerosos pueblecitos y aldeas como Oasis.

Intranquila avancé por el empedrado de la acera sin dejar de escrutar con detenimiento las sombras de los soportales y callejones que se habrían entre los edificios. El sol resultaba tan cegador y brillante tras días de haber caminado tras el manto protector de las nubes y las copas de los árboles que no podía evitar guiñar los ojos molesta y en el interior de mi traje protector gruesos goterones de sudor resbalaban por mi piel.

-¿la señal sigue indicando en esta dirección?-pregunté en un susurro nervioso a Helo sin dejar de mirar nerviosamente a los lados. Mi mano en tensión descansaba sobre la culata de la pistola dispuesta a disparar ante la menol señal de peligro. Estamos demasiado expuestos pensé observando con detenimiento los altos edificiones que nos rodeaban, los cristales tintados que podían ocultar cientos, miles de rostros enemigos...el silencio resultaba tan sobrecogedor-¿dónde...dónde están todos?-me daba cuenta de que no paraba de hablar pero ahora que había comenzado no podía parar. Estaba demasiado nerviosa.

Al fin llegamos a la ciudad. Dejábamos atrás días de lluvias y el abrigo de los árboles a los ojos y radares enemigos, pero llegábamos a la civilización. Al menos lo que quedaba de ella. Edificios, vehículos y sombras era todo cuanto había a nuestro alrededor. No había ruido, bullicio, vida en aquellas calles. El silencio era todo cuanto llenaba el espacio por el que caminábamos. Podía escuchar mi propia respiración y el crujir de la ropa al caminar.

Mis botas caminando por el asfalto eran como dos barcos en un mar en calma. Demasiada calma. Los Cylon habían llegado, destruido todo cuanto había y se habían marchado al extrarradio a acabar el trabajo. Como habían hecho pocos kilómetros atrás con aquel coche lleno de gente.

Asentí levemente con la cabeza en respuesta a la pregunta de Valerii, mientras me dejaba guiar por la radio. Donde nos llevaría o qué nos encontraríamos al llegar era algo que no podía preveer. Lo único que podía imaginar, era que no encontraría nada que nos pudiera ayudar.

No sabía si encontraríamos la forma de salir de aquel lugar. Solo la esperanza de que aquel sonido repetitivo de la radio, nos condujera a una posible salvación. Una huida de aquel planeta desolado.

-Espero que a salvo

Apenas Helo había terminado de susurrar su contestación cuando oísteis un ruido metálico proveniente de un callejón cercano. Sobresaltados os parásteis en mitad de la calle y os mirásteis el uno al otro meditando que hacer. Salvo por el eco del sonido que se iba propagando en todas direcciones, vuestro entorno permaneció en silencio, tan tranquilo como había estado minutos antes. Pero aún así, vuestros corazones latían acelerados y no pudisteis preguntaros qué había sido aquello.

Con los nervios de punta como los tenía, reaccioné ante el ruido pegando un salto y echando mano de la pistola. Girándome hacia la dirección de la que provenía con el arma firmemente agarrada lista para disparar. Nerviosa, mis ojos recorrieron las sombras del callejón, atenta a cualquier movimiento, en un intento de discernir si había algún peligro o no. Sintiendo a Helo detrás de mi susurré sin separar los ojos ni un segundo de la boca del callejón.

-Quizás deberíamos ir a ver que ha sido eso...-estaba tan asustada que me costaba tragar saliva pero sabía que no podía continuar hacia delante sabiendo que quedaba detrás nuestra un posible enemigo.

-Quizás.... quizás-Boomer me asustó casi más que el sonido que aún retumbaba por los callejones. El respingo que dio la teniente me obligó a sacar el arma sin pensarlo dos veces, por suerte no le pegué un tiro y retuve el arma al lado de la pierna.-Pero algo me dice que deberíamos ir en dirección contraria a ese sonido tan rápido como podamos. Aunque por otro lado supongo que si, deberíamos ver qué es y hacia donde va antes de que nos coja por sorpresa.

-Sígueme unos pasos por detrás, vigila nuestras espaldas y no hagas ruido, no sabemos si es una tostadora o pueden ser varias patrullando la zona.-Con la Picon en la mano, pensando si serviría de algo contra un Cylon, me dirigí rápidamente hasta el edificio más cercano buscando cobertura antes de ir en dirección al sonido. Había que mirar bien cada esquina antes de salir o mi cabeza sería un bonito blanco.

En fila y medio agachados corristeis en busca de cobertura hacia el edificio más cercano al callejón de donde había provenido el sonido. Ningún otro ruido se había oído después del que os había alertado y los edificios y calles a vuestro alrededor parecían tan desiertos como siempre. Mirando nerviosamente a vuestra espalda y a ambos lados Boomer cubrió a Helo mientras éste, Picon en mano, se asomaba por la esquina con cuidado. Los nervios os carcomían por dentro ya que sabías que si se trataba de alguna tostadora no tenías ninguna oportunidad de salir con vida del enfrentamiento. 

Gotas de sudor resbalaban por tu frente cuando casi sin poder tragar asomaste lentamente la cabeza por la esquina del callejón. Al principio la fuerte luz del sol te cegaba tanto que no pudiste ver nada pero poco a poco la escena ante tí se clarificó. El callejón, un estrecho pasadizo entre dos calles comerciales en medio de dos torres de oficinas, no era muy largo y gran parte de él permanecía en sombra. Lo que parecían unos cubos de basura, de colos gris metálico y forma cilíndrica, se hallaban junto a la pared de la izquierda y uno de ellos había sido volcado, derramando su putrefacto contenido sobre el pavimento. El olor de comida en descomposición, acelerada quizás por días de constante lluvia, llegó hasta tí pero no fue eso lo que te hizo arrugar la nariz y atrajo tu atención. A pocos centímetros del cubo caído había decenas de ratas grisáceas moviéndose ondulantes, ajenas a tu presencia, sobre lo que parecía un bulto en el suelo. Al principio no pudiste discernir lo que era, pero entonces unos de los roedores se apartó y en los segundos que tardó en cubrirse el hueco pudiste ver un rostro deforme, roído hasta los huesos mirando con sus cuencas vacías hacia el cielo azul. La certeza de lo que estabas observando te golpeó como un mazo: el cadáver de lo que había sido un hombre o quizás una mujer, pues eras incapaz de decirlo desde allí, estaba siendo devorado.

Con la Picon en la mano y con mucho cuidado llegué a la esquina que daba a la calle de la que provenía el ruido. Miré hacia atrás y vi que Boomer me seguía cuidando nuestras espaldas, así que me detuve un momento y cogí aire antes de asomarme con cautela.

Un cubo de basura tumbado y unas cuantas ratas alrededor era lo que parecía haber provocado aquel estruendo. Solté el aire despacio y relajé mis músculos. Quizás fuera aquello lo que me condicionó al ver el cadáver que se estaban comiendo las ratas. Si aquella visión me hubiera cogido por sorpresa y en estado de tensión posiblemente hubiera reaccionado de otra forma, sin embargo, aparté la mirada del callejón y me acerqué a Sharon.

-Vamos, no es nada, solo un cubo de basura que se ha caído.-No quería que Sharon viera aquello o podría ponerse nerviosa, así que le pasé el brazo por el cuello y la apreté contra mi mientras caminaba en dirección contraria. Así evitaría que se girase a mirar.

-Vayamos hacia donde indica la radio-No podíamos perder más tiempo, teníamos que salir de allí antes de que el próximo ruido fuera un Cylon tras nosotros mientras disparan sus armas.

Fruto de años de entrenamiento, Helo sólo necesitó unos segundos para asomarse a la boca del cajellón y determinar la fuente del sonido que os había puesto sobre alerta. Sin que su rostro diese muestras de ninguna tensión se volvió hacia Boomer.

Cita:

Dijo rodeándola el cuello con el brazo y abrazándola con fuerza contra él mientras comenzaba a andar en dirección al centro de la calle.

Cita:

Añadió en un susurro.

Parapetada detrás de Helo, la espalda apoyada contra la piedra de arenisca me dediqué a observar atentamente a mi alrededor mientras el latido acelerado de mi corazón retumbaba en mis oídos. La constante amenaza de los Cylon empezaba a pasar factura en mis nervios y pude notar cómo mi garganta se secaba y mis palmas se cerraban sudorosas sobre la culata del arma. Con el alma en vilo esperé a que Helo se asomase, todo mi cuerpo en tensión listo para reaccionar si era necesario cubrirle. Pero, por fortuna, tras unos escasos segundos él se volvió separándose de la boca.

Cita:

Comentó rodeándome con el brazo con gesto impasible. Tirando de mi para alejarse añadió

Cita:

Extrañada me revolví ligeramente para mirar por encima del hombro y avancé medio a trompicones hacia el centro de la calle.

-Pero...¿y el ruido?-pregunté vacilante todavía ligeramente intranquila a pesar de que poco a poco los latidos de mi corazón se iban normalizando.

Cuando Boomer trató de revolverse la sujeté más firmemente y la besé en los labios. Necesitaba un instante de humanidad en aquel ambiente opresivo y lo primero que se me ocurrió fue lanzarme a su boca. Su cálida y suave boca. No había pensado en ella con tanto alboroto, y sin embargo en ese momento no me hubiera apartado de ella jamás.

Tuve que apartarme para continuar nuestro camino. -Es solo un cubo de basura lleno de ratas, parece que la radiación no les ha afectado demasiado. No mires, no es agradable. Sigamos andando y salgamos de este planeta. - Si es que hay salida

Durante lo que quedaba de día continuasteis caminando sin más novedad, adentrándoos poco a poco en aquella ciudad fantasma que hasta hacía poco habíais considerado vuestro hogar y que ahora se os antojaba una maqueta abandonada o el escenario de alguna película apocalíptica. Aqui y allá vuestros ojos reconocían lugares familiares, el teatro donde habíais pasado vuestra última noche de permiso, el bar donde solíais quedar con vuestros amigos, el parque donde un día os habíais sentado a disfrutar de la brisa...lugares cercanos que sin embargo os parecía que habían sido recorridos por un extraño, alguien ajeno a vosotros. Lo que recordabais parecía haber sido vivid por otra persona, formaba parte de un pasado que se os asemejaba más un sueño que una realidad.

A medida que el sol iba descendiendo oscuras y densas nubes fueron poco a poco cubriendo el cielo y poco antes del anochecer una torrencial lluvia volvió a derrarmarse sobre vuestras cabezas haciéndoos añorar el calor que habíais pasado durante la mañana. Agotados y completamente empapados comenzábais a plantearos la posibilidad de buscar un refugio cuando la señal de vuestra radio comenzó a incrementar su frecuencia avisándoos de la cercanía de vuestro objetivo. Renovadas vuestras esperanzas os apresurásteis a seguir la dirección que marcaba y poco despues, al doblar una esquina pudisteis ver vuestro destino. El barrio en el que os encontrábais era un barrio residencial  y la calle en la que habíais desembocado parecía ser la zona comercial del mismo. Numerosas tiendas y restaurantes se alienaban a lo largo de las aceras, sus oscuros cristales lanzando destellos cuando los iluminaban los haces de vuestras linternas, pero vosotros apenas les prestásteis atención. Ante vosotros, sin nada que lo distinguiese del resto, había una cafetería completamente a oscuras y no podíais disntiguir ninguna señal de movimiento.

Estaba extenuada...total y absolutamente extenuada. Es todo lo que pude pensar mientras contemplaba sin ver realmente el escaparate de la cafetería de la que supuestamente provenía la señal. De hecho, estaba tan cansada de huir, de buscar, de esconderme durante días y días que me llevó unos largos segundos darme cuenta de la realidad de lo que tenía delante. Y cuando por fin lo hice no pude reprimir un quejido.

-Un momento...¿realmente una señal codificada del ejército proviene de ahí?-comenté incrédula señalando con el haz de la linterna a la puerta del local. -Debe de tratarse de una broma ¿no? o de una trampa ¿crees...crees que los Cylon han podido hacerse con la señal?-añadí intranquila mirando entorno nuestro en un intento de detectar cualquier movimiento o presencia. Lo cual fue bastante difícil ya que la lluvia resbalaba por mi frente y se me metía en los ojos continuamente.

Al ver la cafetería no daba crédito a lo que parecía ser nuestra última oportunidad de salir vivos de allí. No dudaba que podía haberme encontrado cualquier cosa, sin embargo ver una cafetería cerrada no era precisamente una visión muy alentadora.

-Sinceramente no se lo que es, pero...-me cercioré de que la señal provenía de aquel lugar-lo que está claro es que esa es su fuente. Sin embargo no creo que los Cylons se molesten en tendernos una trampa. Tienen todos los tipos de sensores y las armas más sofisticadas. Han destruído este planeta y los dioses saben cuantos más. ¿Por qué molestarse en preparar esto si ambos sabemos que no sobreviviremos mucho más sin las inyecciones. Ellos también lo saben, así que confiemos en que esto sirve para algo.

Necesitaba crear una atmósfera de confianza o podríamos venirnos abajo y perder toda esperanza. Tomé la iniciativa y con paso firme, me encaminé hacia la cafetería, no sin antes desenfundar mi Picon.

La lluvia constante, la densa oscuridad que os rodeaba y los edificios colindantes cuyas lúgubres carcasas os recordaban continuamente vuestra soledad, todo creaba un atmósfera opresiva, deprimente, que como si de una manta se tratase se instaló en vuestros corazones mientras  cruzábais el asfalto y os acercábais a la aparentemente vacía cafetería. En cuestión de segundos, todos vuestras esperanzas y sueños que durante días habíais puesto en aquel sitio se habían esfumado y una duda constante os asaltaba ¿acaso habíais llegado tarde?

El haz brillante de luz procedente de vuestras linternas se coló a través del cristal del escaparate y se reflejó en las superficies metálicas del interior. A pesar de la penumbra vuestros ojos acostumbrados a las escasez de luz pudieron distinguir la silueta de varias mesas dispuestas en hilera en lo que debía ser el comedor, y el hecho de que las sillas estuviesen todas boca abajo dispuestas sobre ellas os hizo pensar que quizás nadie había pasado por allí desde la mañana fatídica del ataque. Al fondo, apenas perceptible, os pareció intuir una forma alargada que se extendía a lo largo de la pared a aproximadamente un metro veinte de altura, aunque la lluvia que resbalaba por encima del cristal os impidió verlo bien. El local entero parecía en calma, vacío, reflejando la típica estampa de una noche normal y corriente y que contrastaba vívamente con vuestra realidad, pues sabíais que nunca ninguna conversación animada volvería a animar aquella sala y nunca nadie volvería a comer en aquel sitio.

Sí...confiemos...pensé asintiendo a las palabras de Helo antes de seguirle cruzando la calle. No sabía si realmente habría Cylons allí dentro o no pero tras días de andar por el bosque y mojarme durante horas para luego sudar otras tantas la idea de poder pasar la noche a cubierto me parecía sumamente apetecible. Y si no podía ser todo la noche pues al menos un rato, el suficiente como para secarme un poco. Debo de estar cansada ¿cómo puedo estar pensando en esto?

Con la linterna firmente sujeta por debajo de la culata de la Picon iluminé el interior del local que parecía estar sacado de una historia de fantasmas. Un escalofrío me recorrió la espalda al darme cuenta de lo definitivo del silencio que lo envolvía. Tras observar durante unos largos minutos y no ver ninguna señal de movimiento me decidí finalmente a intentar entrar. Haciendo un gesto con la cabeza a Helo para que me cubriera me acerqué a la puerta de cristal y sujetando pistola y linterna con una mano intenté accionar el picaporte. No pude evitar tragar saliva en un intento de hidratar mi boca seca por los nervios. ¿Estaría abierta?