Partida Rol por web

El cuerpo de Boomer se alejaba de mi una vez más. Esta vez no era en un raptor ni era para siempre, pero el haberla sentido tan cerca, tan cálida, tan amable, hacía que encontrarse separado de ella y más aún cuando estaba en peligro su vida, la echara de menos. Boomer avanzó cautelosamente mientras yo vigilé el perímetro intentando dislumbrar cualquier movimiento, destello o ruido procedente de los árboles. Sus compañeros debían estar en alguna parte y si no lo estaban quizás si lo estuvieran los Cylons.

Por un instante pensé que un disparo que no había visto podía alcanzar y matar a Boomer. Por suerte aquella visión no fue más que un flash pasajero que atravesó mi mente y que no tuvo mayor consecuencia. Ni siquiera fue una premonición ya que Boomer llegó al Raptor. Se parapetó detrás de la nave y dejé de verla.

Boomer, ¿estás ahí? cambio. -el chasquido del walkie daba paso a instantes de angustia. Aún no sabía si había cogido el walkie o si mi voz será su guía hacia él, pero la espera de una respuesta era eterna. ¿Podrían los Cylons intervenir las comunicaciones por radio? ¿Podrían simplemente captar nuestra señal y escuchar todo lo que decimos ubicándonos en el mapa con apenas un palmo de error? Debíamos darnos prisa en salir de allí. No me gustaba que aquello estuviera tan tranquilo y abandonado.

Durante unos segundos que se te antojaron eternos sólo el ruido de la estática salió del altavoz del walkie. Apretanto ansiosamente el botón contemplaste el aparato con intensidad como si el mero deseo de una respuesta fuese suficiente para conjurarla. El bosque a tu alrededor estaba en completo silencio, pero era un silencio antinatural y cargado de sospecha. Si quedaba algún animal vivo después de una semana de lluvia contaminada éste permenacía dentro de sus guarida, demasiado asustado como para desarrollar una actividad normal y los árboles y los helechos que se aplastaban bajo tu cuerpo parecían contener el aliento expectantes. Casi como si puedieses contemplarlo caer grano a grano en un reloj el tiempo fue pasando y agotado por el esfuerzo tu mente se fue embotando....

-"¿Helo?"-la voz ansiosa y nerviosa de Boomer te sobresaltó y en respuesta tu corazón comenzó a latir acelerado. Sin esperar respuesta tu compañera continuó hablando deprisa, como con urgencia-"Helo...aquí no hay nadie...hay...hay un arma tirada en el suelo y el walkie también lo estaba...hay pisadas...parece que hubo un combate no sé..Helo creo que los han capturado."

Tras una eternidad el walkie volvió a chasquear y al otro lado, una voz divina procedente del mismo cielo pronunció mi nombre. El corazón volvió a latir tras la tensa espera y la alegría volvió a mi rostro. Alegría contenida ya que además de mi nombre, solo traía malas noticias.

-Si Boomer, estoy aquí. Nada a la vista de momento y ni un solo ruido alrededor. -¿Capturados? -maldita sea, ¿qué hacemos ahora? Debemos buscarles y traerles de vuelta o comprobar que están muertos. No voy a dejar atrás a los mismos que han venido a salvarme. Aunque tenga que patearme este planeta con la pierna debajo del brazo.

Mi idea era clara, rescatar o cerciorarme de que estaban muertos, sin embargo... no podía arriesgar la vida de Boomer, me sentía responsable por su situación, por haber vuelto a mi y salvarme de aquellos Cylons. Le debía la vida y no iba a obligarla a venir conmigo -Boomer, debes irte. Yo los buscaré. Vuelve al Galáctica y ayúdales en lo que necesiten, les harás falta.

Mi corazón se partía en dos, pero era lo justo. Ella debía volver y ayudar al Galactica a luchar contra los Cylons. Una misión de rescate era un lujo que no se podían permitir y pilotos como ella había pocos. Yo era prescindible en esta guerra, pero ella no.

Al menos no para mi.

Casi antes de que terminases de hablar la voz de Boomer te llegó alta y clara, en un tono cargado de resolución.

-"No...no pienso irme sin tí, Helo. No pienso volver a hacerlo...-hubo una pausa en la que sólo oíste su respiración contra el micrófono, lenta y constante-voy a ver si funciona el raptor. Podríamos intentar hacer un vuelo de reconocimiento"-concluyó la piloto antes de cortar la comunicación con un chasquido. Segundos después, la silueta de Boomer volvió a aparecer detrás de la cola de la nave. Su cara se alzó en tu dirección durante unos instantes, su rostro mostrando una expresión decidida, y luego miró alrededor, atenta a cualquier sonido. El arma que habia encontrado pendía ahora de su cinturón, lista para usarla si era necesario y en su mano izquierda llevaba el walkie. Con pasos cautelosos se dirigió hacia la rampa de entrada donde varios maletines, entre ellos uno de color rojo, se hallaban apilados.

No podía dejar que ella fuera quien arriesgara su vida. Yo ya estaba malherido y no merecía la pena arriesgarse más por mi, así que yo debía ser quien buscara a esos compañeros o morir en el intento. Vi como Boomer entró en el raptor y no pude decir ni una sola palabra más por el walkie. No sabía qué hacer mas que mirar a un lado y a otro por si había algún enemigo cerca.

Busqué cualquier brillo metálico o cualquier ruido de servomotor, pero no había nada, solo el silencio de la muerte. Los árboles, carcomidos por la radiación eran meros espectros pútridos que morían lentamente. Las hojas caían como copos de nieve y las flores se marchitaban mientras las miraba.

Todo estaba muerto, no había esperanza -Voy para allá -ella ya estaba dentro, así que era hora de levantar del suelo y llegar al raptor. Me convencí a mi mismo de que yo solo y andando no era más que una presa fácil para los Cylons, así que un vuelo de reconocimiento rápido para buscar a los supervivientes era mejor que esperar discutiendo quien lleva o no razón. Cuanto antes partieran, antes saldrían de aquel lugar y pondrían a salvo la vida de Boomer.

Un ardiente latigazo de dolor te recorrió el muslo cuando te incorporaste y, agarrándote al tronco de un árbol te pusiste lentamente en pie. Apretando los dientes para no chillar te sacudiste las húmedas y pútridas hojas que se habían pegado al traje de vuelo y comenzaste a descender la pendiente en dirección al claro. En circunstancias normales aquel trayecto no te habría llevado ni cinco minutos, pero mientras avanzabas el tiempo pareció detenerse. A cada paso que dabas tu pierna era un torbellino de agonía y cuando no tenías que parar para ahogar tus jadeos, tenías que hacerlo para agarrarte a alguna rama y evitar así resbalar en el manto de hojas y barro que cubrían el suelo. A penas habías llegado al final de la cuesta cuando un pitido te hizo detenerte.

-"¿Helo?..No sé si vamos a lograr poner en marcha el aparato...creo que lo han inutilizado"-cuando habías expresado tu intención de ir hasta la nave Boomer no había añadido nada pero ahora su voz te llegó clara y preocupada. Por el rabillo del ojo viste un movimiento y al alzar la mirada la descubriste en la rampa de la nave haciéndote gestos con el walkietalkie en la mano. A pesar de la escasa luz a esa distancia su rostro era bien visible-"¿quieres que vaya a ayudarte?"-se ofreció mirándote con ansiedad.

Preocupada contemplé el lento avance de Helo hacia el claro. Incluso a la luz mortecina que se filtraba a través de las copas de los árboles podía ver que su rostro estaba pálido y sudoroso por el esfuerzo. No quiero ni imaginar cuánto le debe de doler...sintiendo cómo la desesperación me embargaba comencé a bajar la rampa sin esperar su respuesta. Sin dejar de observar las sombras que nos rodeaban me acerqué a él a pasos largos mientras colgaba el walkietalkie de mi cinturón.

-Serás cabezota...-murmuré cuando llegué a su lado-ven, agárrate-antes de que pudiese protestar pasé su brazo derecho sobre mis hombros y enlacé mi brazo izquierdo a su cintura-yo también quiero liberarles Helo...pero reconoce que antes de nada tienes que descansar, tenemos que encontrar un lugar seguro...-argüí echando a andar entorpecida por el peso extra.

Caminé hacia el raptor sin contestar a Boomer. No quería que se moviese de donde estaba para venir a cargar conmigo. Podía valerme por mi mismo y si no, moriría en el intento. No iba a ser un lastre para nadie ni una molestia. Debía hacerlo solo mientras ella me cubría y se cubría a si misma.

El raptor tenía problemas. Normal, lo habrían inutilizado. Ellos no lo necesitaban para nada y así nadie más lo usaría. Boomer se acercó a mi cuando ya estuve bastante cerca y un fuerte dolor hizo que me temblaran las rodillas. Por suerte me sujetó justo antes de doblarme y caer al suelo, con lo que no se notó más que un peso extra sobre sus hombros.

-No sirve de nada descansar si nos quedamos aquí. ¿Cuanto crees que tardarán en encontrarnos de nuevo? -La miré a los ojos -me encontraron en el bosque a pesar de que puse todo de mi parte por ocultar mi rastro. Ahora que hay una mujer muerta donde me dejaron los Cylons ¿Cuanto crees que tardarán? No hay tiempo para descansar, debemos irnos de aquí ya.

Entendía la urgencia de Helo por salir de allí. Mientras le ayudaba a llegar hasta el raptor, no podía parar de mirar en todas direcciones, convencida como estaba de que sólo era cuestión de tiempo el que nos alcanzasen.

-Está bien...nos iremos en seguida pero, antes de nada, tienes que sentarte aunque sean cinco minutos-concedí ayudándole a tomar asiento en la rampa de metal. Al hacerlo miré por encima de su hombro los maletines de plástico que apenas había podido examinar antes-mientras.. yo registraré el raptor por si hay algo que nos sea de utilidad. Una vez hecho esto nos vamos. Necesitamos descansar, no creo que ninguno de los dos estemos en condiciones de realizar ninguna misión de rescate-Tras asegurarme de que estaba bien me separé de él y subí a la nave para echar un vistazo al contenido de los mismos. Al partir con la misión nos habíamos asegurado de llevar suficiente comida y material de supervivencia a bordo y algo me decía que, por extraño que fuese, los Cylon no se lo habian llevado junto con nuestros compañeros. Dioses que eso rojo sea el medikit...

Me apoyé en Boomer y me sentí francamente aliviado. A veces no me daba cuenta de que necesitaba ayuda, o al menos que con ayuda los problemas, y las heridas, son bastante más llevaderos. Sonreí a Valerii y me dejé llevar hasta la rampa del Raptor. Si, un descanso me venía bien y mi pierna lo agradecería. Si no lo hacía ella ya lo haría yo al dejar de sentir su dolor durante un rato. Estar de pie me mataba lentamente, así que me dejé caer en el suelo mientras respiré profundamente.

El aire viciado y contaminado era todo lo que llegaba a mis pulmones, así que no pude disfrutar mucho de aquella sensación. Debíamos irnos -Está bien, cinco minutos. Me quedaré aquí de guardia, tu busca la forma de poner esto en marcha -Me incorporé un poco para poder ver a mi alrededor. Éramos un blanco muy fácil, pero no teníamos muchos sitios más donde ir.

-Vamos maldito trasto, funciona.

El silencio cayó sobre el claro mientras os dedicabais a vuestros cometidos. Si no fuera porque la ausencia del canto de los pájaros era indicativo de lo agonizante que estaba el bosque, aquel silencio hubiera resultado hasta apacible. Sin embargo, teníais muy presente que vuestra presencia allí era sumamente peligrosa y conscientes del paso del tiempo no cejabais de mirar a uno y otro lado, las pupilas dilatadas en un intento de penetrar en las sombras que se extendían a lo largo de la linde los árboles. Mientras Helo, estirada delante de él la pierna herida, vigilaba atento a cualquier ruido indicativo de la llegada de los Cylon, Boomer se agachó en la rampa y examinó el contenido de los tres maletines que se hallaban sobre ella. De superficie plástica y rugosa, dos de ellos eran de color negro y al abrirlos la teniente pudo comprobar que no se había equivocado. Varios paquetes de MRE pulcramente apilados llenaban uno de ellos y junto a ellos habías varias cantimploras de agua cuidadosamente envasada. El contenido del otro maletín era bien distinto pero no menos importante, bengalas de emergencia, herramientas para hacer fuego, varias mantas térmicas, munición de repuesto, unos cuantos cuchillos de campaña y una gastada  radio de largo alcance llamaron vuestra atención nada más abrirlo haciendo brillar vuestros ojos como si hubierais encontrado el vellocino de oro. El último, de color rojo y de tamaño más pequeño hizo que la piloto lanzase una pequeña exclamación. Al darle la vuelta, la letras blancas de la palabra MEDIKIT titilaron ante vosotros y durante unos segundos la alegría anidó en vuestros corazones cuando comprobasteis que su contenido estaba intacto. Un rápido cálculo os reveló que como mínimo con lo que allí había seríais capaces de sobrevivir una semana más en aquel planeta contaminado que antaño había sido vuestro hogar. No era mucho tiempo pero a lo mejor sí el suficiente como para encontrar un forma de salir de allí. Sin poder evitarlo os mirasteis sonrientes y descubristeis que apenas podíais discernir los detalles de vuestros rostros. Sin advertirlo la tarde había comenzado a caer a vuestro alrededor y la mortecina luz que un rato antes os iluminaba se había ido apagando poco a poco. Apenas os debían de quedar un par de horas de luz.

Aliviada contemplé fijamente el contenido del medikit mientras mentalmente echaba cuentas.

-Helo...aquí hay suficiente dosis antiradiación para que aguantemos una semana...-exclamé triunfal levantando la vista hacia mi compañero.-Y con éso..con éso a lo mejor captamos alguna señal..-continué señalando la radio de largo alcance.-No sabemos a dónde se han llevado a nuestros compañeros pero...pero quizás podamos captar a otros raptors, a otras misiones de rescate-apunté dubitativa meneando la cabeza, aunque ni yo misma estaba muy segura de tal posibilidad. Nerviosa me lamí los resecos labios y entonces fui consciente de la sed que tenía. Ya no me acordaba de la última vez que había comido o bebido algo y la sóla visión de los asquerosos paquetes de comida de campaña hicieron que mi estómago rugiese. Tenemos que llevarnos todo lo que podamos...pensé mirando a mi alrededor mientras pensaba en una solución. Entonces me acordé-Tenemos que encontrar una forma de llevarnos todo esto...no sé por qué no se lo han llevado los Cylon pero no podemos dejar pasar esta oportunidad-murmuré incorporándome y echando a andar hacia el interior del raptor. En mi anterior inspección de la nave no había visto nada pero quizás se me había pasado algo por alto.

Boomer trajo buenas noticias, no tan buenas como yo deseaba pero era mejor que nada. Había un MEDIKIT lo suficientemente abundante como para permitirnos vivir 7 días a los dos. -Siete días más aquí -pensé. No sabía si era mejor morir por la radiación, viendo como el sangrado interno debido a la destrucción total de mis defensas me hacía desfallecer o esperar siete días más a base de inyecciones esperando que algún Cylon me arrancara la cabeza.

Ninguna de las dos opciones me hacía especial ilusión así que decidí que o salía de allí o ya podía darme por muerto. No iba a quedarme sentado esperando ver si llegaba antes el cáncer o los Cylons. -Yo voy a echarle un ojo a la radio, tu trata de poner esta nave en marcha. Tenemos que irnos Boomer. -Me levanté y me acerqué a la radio.

Miré si tenía energía y trasteé un poco con ella antes de tratar de encenderla. Debía estar seguro de que aquello funcionaba antes de delatar nuestra posición a los cientos de Cylons que debían estar a kilómetros a la redonda. -Vamos Boomer, dime que podemos despegar de este infierno.

Con evidente esfuerzo, Helo se acercó al maletín que contenía la radio y cogió el objeto con las dos manos. Era pesado, con el diseño estándar de la flota y al menos externamente parecía estar en buen estado. Un estudio a fondo reveló que tenía la batería completamente cargada y al girar la rueda de conexión la radio se encendió con un agudo pitido que resonó en el claro como un trueno. Rápidamente el ECO pasó de una frecuencia a otra pero sólo el ruido de la estática salió desde los altavoces. Mientras Boomer se adentró de nuevo en el Raptor que aparentemente estaba igual a como lo había dejado hacía algunas horas. A la escasa luz que entraba por la puerta realizó un exhaustivo reconocimiento de su interior. Los Raptor eran naves de transporte y reconocimiento por lo que salvo el equipo que llevaban dentro de las cajas, normalmente su superficie permanecía pulcramente recogida, evitando en la medida de lo posible que el deslizamiento de cualquier objeto pudiese producir algún daño. Sin embargo, la piloto recordó que cuando habían preparado el viaje habían metido una pequeña caja y tras dar un par de vueltas la encontró firmemente anclada a la pared. Con un chasquido soltó las trabillas que la tenían sujetas y al abrirla descubrió varias mochilas de camuflaje prietamente plegadas en su interior. Parecía que después de todo iban a poder llevarse las provisiones encontradas aunque debían darse prisa si querían ver algo.

La apagada voz de Helo me llegó desde la rampa de ascenso a la nave.

Cita :
Yo voy a echarle un ojo a la radio, tu trata de poner esta nave en marcha. Tenemos que irnos Boomer

Será cabezota ¿cuántas veces le he dicho ya que no hay quién mueva este trasto? pensé mientras, guiñando los ojos para ver en el interior del vehículo, revisaba por segunda vez el contenido del mismo. En mi anterior reconocimiento me había centrado en los mandos y las conexiones que lo ponían en marcha por lo que interiormente guardaba cierta esperanza de encontrar algún tipo de saco o mochila para llevarnos las provisiones. Con la urgencia impregnando todos mis movimientos revisé sistemáticamente cada rincón de la nave y chasquée la lengua contenta cuando a la escasa luz del exterior mis ojos se centraron en una pequeña caja de plástico. Perfecto...cogiendo dos de las mochilas que había en su interior dejé caer la tapa y me dirigí a la puerta

-¡Lo tengo!..-exclamé asomándome al exterior al tiempo que enarbolaba mi hallazgo ante mí. Los pitidos y chasquidos de la radio me habían llegado desde fuera y mientras parpadeaba súbitamente cegada pude ver a Helo trasteando con la radio.-¿Captas alguna señal?-pregunté inútilmente pues sabía que de ser así me lo hubiera dicho a voces.

trasteé un rato con la radio mientras Boomer entraba de nuevo en el Raptor. Poco pude conseguir, salvo saber que la radio parecía funcionar y que la radiación que había en el ambiente no me dejaría contactar mucho más allá de unos metros. La estática y la radiación era todo cuanto sonaba en aquella radio.

La apagué y me tumbé en el suelo. Estaba perdido en mitad de aquel planeta, herido, cansado y posiblemente enfermo e incurable. Apareció Boomer y sin embargo sonreí. No había mejor compañía con quien pasar los últimos minutos, horas o días de mi vida que ella. -Solo capto radiación, pero parece que la radio funciona. Quizás en algún lugar más limpio o más alto pudiera conseguir algo. ¿Y tu qué tal?

Vi las mochilas que traía Boomer triunfal. Parecía que tocaba caminar otra vez. -Dame unos minutos que descanse la pierna y me haga una cura mientras cargas las mochilas. -Acerqué el medikit y lo abrí. Preparé la dosis antiradiación pertinente y me la clavé como tantas otras me había inyectado ya. Debía sobrevivir, si no por mí, por Boomer.

Me quité la venda de la pierna y la limpié con un par de gasas. Mis defensas no estaban precisamente a plena potencia y me temía que aquello se infectaría más pronto que tarde y tendría un gran problema si la infección llegaba a la sangre. Moriría en cuestión de horas. Tras curarme concienzudamente la herida cogí una venda limpia y seca y me la puse en la pierna.

Ya estaba listo.

Mientras llenaba ordenadamente las mochilas observé de reojo la herida de Helo. La última vez que la había visto había sido justo antes de partir, el día del ataque, y me preocupaba que no estuviese sanando bien o que tanto ajetreo hubiese hecho que se infectase. Estaba claro que Helo estaba preocupado por la misma razón, pues pasó varios minutos limpiándola a fondo. Debe de dolerle pensé aunque no vi ningún gesto por su parte que lo indicase. Saldremos de ésta sea como sea decidí al tiempo que terminaba de guardar las últimas provisiones.

-Espera...yo también hace rato que no me pincho la dosis-le dije abandonando las mochilas y acercándome a él. Sonriéndole levemente, abrí el medikit y saqué la jeringuilla. Rápidamente me desabrché los botones del uniforme y lo bajé quedándome sólo con la camiseta de color marrón que llevaba debajo. Dubitativa la giré unos instantes entre mis dedos antes de quitar el tapón y clavármela en el hombro. Una oleada de fuego me recorrió el brazo y se extendió por mi pecho y sin darme cuenta apreté fuertemente los dientes para ahogar un gemido. Tras unos segundos el ardor desapareció y sacudí la cabeza sonriendo-¡cómo odio esto!-luego guardé cuidadosamente la jeringuilla en su caja y cerré el maletín. Visualmente comprobé que no nos dejábamos nada. Había repartido las provisiones equitativamente entre las dos mochilas, así como las bengalas, las mantas térmicas y las linternas.-Tu llevas la radio y yo el medikit ¿trato?-comenté al tiempo que le tendía uno de los cuchillos y parte de la munición.

Con eficacia y rapidez terminastéis de recoger el material que os queríais llevar y os preparásteis para continuar la extenuante marcha. El sol había ido descendiendo y alargadas sombras, densas y amenazantes, se habían ido extendiendo por el claro haciendo que la temperatura descendiese. Sin embargo, vuestros trajes de combate os protegían y no sentísteis nada cuando, cargados con las pesadas mochilas al hombro, os pusisteis en pie. Indecisos junto a la averiada nave girasteis mirando en una dirección y otra dudando cual tomar. ¿Seguiríais el posible rastro que hubiesen dejado vuestros compañeros en la creciente oscuridad? ¿echaráis a caminar sin más sin un destino concreto alejándoos de la que podía ser vuestra única vía de escape de aquel planeta? ¿o intentaráis captar alguna señal con aquella radio cuyo descubrimiento tan providencial había sido? Múltiples caminos se habrían de pronto ante vosotros y la incertidumbre de todos os hizo sentir indefensos, solos en aquel inhóspito lugar. Perdidos en mitad de aquel antiguo bosque, erais como Adán y Eva en busca del mítico Edén. ¿Lograríais poneros a salvo?

Boomer volvió con las mochilas cargadas. Me ajusté el walkie en el cinturón, la pistola en su funda y el cuchillo en la bota de la pierna sana. Era mejor no arriesgar a que me rozase la herida en algún momento y tenerlo en otro miembro reducía esa posibilidad.

Al levantarme y cargar con la mochila, noté que el cansancio hacía mella en mí. Estaba exhausto, débil, sin fuerzas. Una semana de correr por el bosque sin dormir y la herida en la pierna estaban destrozando mi cuerpo. Igualmente sonreí a Boomer tras el tambaleo inicial y emprendí la marcha sin saber bien hacia donde. Solo sabía que no iba a ir a en la dirección de la que proveníamos, quizás hacia la ciudad.

Empecé a buscar señales con la radio, quizás hubiera suerte. Bajé el volumen al máximo y me lo puse en la oreja mientras accionaba los botones y la rueda para captar alguna señal. Mientras, cojeaba sin saber bien, cual era mi destino.