Partida Rol por web

Tras un cansado viaje, pues habéis estado forzando la marcha durante lo que quedaba de día y toda la noche, dejáis atrás la planicie de Izdrel y, tras avanzar de nuevo por un desierto de dudas, llegáis a lo que suponéis que es vuestro destino: el poblado de tiendas de Dir al Qasy. Está amaneciendo.

Habrá como unas 20 tiendas en el característico estilo Uridimmu, situadas en torno a un oasis en el que abrevan unos camellos. Una figura sale de la más grande de las tiendas y se acerca a vosotros, con los brazos extendidos. Ekurzakir la reconoce instantáneamente: es Ashraf, el comerciante Uridimmu poseedor de la mujer objeto de esta expedición.

Bienaventurada sssea vuessstra llegada, amigoss. Dice Ashraf con un marcado acento Uridimmu.

La sssuerte sssonríe a aquel que alcanza sssu dessstino al amanecer. Ashraf pronuncia este viejo proverbio Uridimmu a voz en grito mientras se acerca a Ekurzakir, para ayudarle a bajar del camello y darle un efusivo abrazo.

¿Qué tal ha ido vuessstro viaje? ¿Ningún contratiempo?

Este Uridimmu gesticula continuamente, y se mueve muy deprisa, como impaciente. Como si tuviera muchas cosas que hacer y poco tiempo para hacerlas.

¿Puedo atenderosss en algo? Sssin duda el viaje habrá sssido duro.

Tras decir esto se gira hacia Mahir, y le dice en el idioma de los Uridimmu, mientras hace una reverencia:

As-Salamu Alaykum.

- Por fin, un lugar en el que descansar las posaderas.- Lo dijo en un tono alegre, pues realmente, tras la forzada marcha quería tomar un descanso, aunque lo mismo Mahir no opinaba lo mismo. Viendo que iban a estar alli al menos un rato se bajó del camello ágilmente y se acercó a la dama para ayudarle a desmontar de la bestia. 

- Mi señora, permitidme que os ayude a bajar. 

Visiblemente rezagada y recostada semiinconsciente sobre el amplio espaldar del Camello que la llevaba llega por fin la exhausta mujer al Campamento de los hombres chacal. Os juro... Os juro.. que prefiero ser cabalgada por diez hombres a volver a sufrir esto, dice mientras se señala las doloridas pantorrillas y su torneado trasero con visibles muestras de dolor y a sabiendas de las enormes rozaduras que le deben haber provocado sus poco convenientes ropas. Necesito sentarme y descansar, descansar mucho, y un baño bien caliente.

No era la primera vez y seguramente no la última que Kushar se veía obligado a forzar la marcha durante horas y días bajo el sol del desierto.

Aunque rezagados por los menos habituados a estas labores, consiguieron llegar cuando

Os juro... Os juro.. que prefiero ser cabalgada por diez hombres a volver a sufrir esto

Ni siquiera el hombretón, más tentado por la bebida que por las mujeres, pudo evitar hacer un brusco movimiento con la cabeza y mirar a la mujer con los ojos como rodelas. Cuando se dio cuenta, se sonrojó ligeramente y se volvió, sonriendo a la espera de la contestación de su hermano.

As-Salamu Alaykum. respondió Mahir devolviendole la reverencia al inquieto Ashraf. El explorador Uridimmu ayudó a descargar a los cansados animales y a llevarles algo de agua.

- Que interesante reflexión mi señora, pero por favor, no pretendo nada indecoroso con vos, solo ser gentil y educado. Apoyaos en mi y os dejaré descansar, yo mismo descargaré vuestros bultos. 

Al girarse vio el movimiento brusco del que le han pillado escuchando la conversación que no debía y se sonrió a su vez para sus adentros. 

- Tu verás, pero como le arrimes lo que no debes te quedas como el gordo. 

Gracias, mi buen amigo. Los posibles contratiempos no son importantes ahora. - El eunuco se acerca con la sonrisa mas afable que su rostro es capaz de dibujar, adquiriendo la mano del Uridimmu con las dos suyas, en una muestra de exagerado afecto. - Lo que importa es que estamos aqui, preparados para hablar de negocios. Pero si preguntas que puedes hacer por nosotros sin duda necesitamos descanso. - Como para dar importancia a sus palabras adopta un gesto de consternacion exagerado. - Sin duda el viaje ha sido agotador. Necesitariamos de un lugar tranquilo para descansar y, por los dioses, un buen vino. - Nuevamente se dibuja esa exagerada sonrisa. El eunuco gira levemente la cabeza, observando a su anfitrion. Desde luego no se fia de el. No es posible fiarse de alguien que se esfuerza por ser educado. No se fiaria de si mismo. Al menos el eunuco no tiene cara de perro...

Por sssupuesssto, querido Ekurzakir, faltaría masss.

Dice Ashraf mientras hace un gesto a su tienda. De ella sale otro Uridimmu, más joven y claramente de una tribu distinta, que se acerca con paso firme hacia vosotros.

Dejadme que osss presssente a Hazim, un buen amigo. Él ssse encargará de enssseñarosss el lugar en el que dormiréisss y asssegurarssse de que todo essstá a vuessstro gusto.

Este Uridimmu, que no hace más que frotarse las manos continuamente, se acerca a vosotros y os hace una reverencia en silencio.

Ekurzakir devuelve con modestia la reverencia del Uridimmu, sonriendo mientras piensa en lo poco que le gusta no tener pleno control de la situacion. Un guia del que depende, un guardia demasiado preocupado en el culo de Ushkanni, un comerciante e esclavidos avido de riquezas que se muestra impaciente y ahora un nuevo Uridimmu con evidentes sintomas de nerviosismo. Tendra que buscar la forma de hacer entender a sus "anfitriones" que es mas valioso vivo que muerto. Desde luego tendra que ocultar a toda costa ciertos detalles de su "equipaje". Los amigos de Ashraf son sin duda mis amigos. Ekurzakir sonrie en general, aprovechando su vision para ver esos posibles detalles importantes que se les puedan haber escapado. En especial que posible relacion pueda tener su guia con Ashraf y si tales evidencias de nerviosismo son motivo de preocupacion.

- Saludos Hazim, espero no seamos una carga demasiado pesada en vuestro quehacer. Sonrie la mujer mientras observa extrañada el continuo movimiento de las manos del Hombre Chacal, Una semana fuera dle Harén y este mundo lleno de bestias no me gusta, lo tranquila que estaba en palacio sin tener que aguantar todo esto, ojala pasemos rápido este mal trago y regresemos. Piensa mientras saluda al nuevo interlocutor.