Partida Rol por web

La primera impresion que tienen es que acaban de arribar a un lugar totalmente diferente

Al bajar del ascensor escuchan como las puertas se cierra detras de ustedes, pueden notar que las mismas estan bien camufladas con un gran cuadro de Gardel, que hace aparentar que no hubiera nada mas en ese lugar.

En la barra hay un viejo, que les hace una seña para que se acerquen.

El hombre tiene una cara muy noble y tipica del norte Argentino. Una vez que se acercan a el comienza a hablar.

Bienvenidos al bar "El Viejo Obelisco", mi nombre es Florencio. Dice en forma de saludo. Seguro el pesado de Hector les conto ya algunas cosas, la verdad que ese tipo me cae pa´ la mierda y seguramente a ustedes tambien, boludos como ese le dan mala fama a la camarilla, la verdad es que no somos todos asi, aunque es cierto que sus metodos son... apreta un poco los puños No estoy deacuerdo con los que le hacen pasar, pero el principe "paga mis cheques" asi que nada puedo hacer al respecto.

Atravesar las puertas del elevador supone cambiar de mundo en apenas dos pasos. Entramos en un viejo bar, lleno recuerdos, cuadros, viejos muebles, viejos suelos, viejas paredes ocultas por la memoria de hombres y quizá también vástagos. Cada raya, cada desperfecto de cada silla tiene una historia a cuestas y este lugar está lleno de ellas.

Sin perder palabra de lo que cuenta Florencio me doy una vuelta por el garito, examinando todo a mi paso. Puertas, ventanas, luces, interruptores, obstáculos, todo queda registrado por mi ojo incansable y curioso. Mis manos se deslizan suavemente sobre los muebles a mi alcance, puedo oír el levísimo chirrido producido por mis uñas al rozar el barniz de las sillas. Me siento fuera de lugar aquí.

El bar es de tamaño mediano, tiene unas 7 mesas para cuatro personas y unas 4 para grupos mas grandes en las esquinas todo esto sin contar las sillas de la barra, esta completamente vacio exepto por ustedes, parece que la noche todavia es joven.

Natalia salió disparada del ascensor, detrás del Nosferatu. Tras pasar todo el breve recorrido acariciando el metal de las paredes con las uñas, a un ritmo entre frenético y hedonista que no hacía ruido, pareció ver en aquella apertura la salida que esperaba. De pie en medio del bar, ese genuino bar antiguo de Buenos Aires ambientado en tiempos nostálgicos y valores de antaño, miró hacia afuera a través de las ventanas intentando ubicarse. La oscuridad era muy joven aún, aunque la soledad del bar parecía mucho más artificial de lo que podía resultar a primera vista. Difícilmente en Buenos Aires existiera, a esa hora de la noche, siquiera un bar de mala muerte que no tuviera a un hombre en la barra tomando una taza de café.

Tras contemplar las afueras, miró al hombre en la barra. Sus puños apretados. Su discurso partido.

Se acercó a él y, al llegar a la barra, apoyó los antebrazos contra el filo. Sonrió al hombre, toda ira olvidada, y asintió.

- Todos podemos entender eso... todos los que seguimos acá para contarlo - dijo, inclinando un poco la cabeza. Hablaba muy tranquila y sin rastro alguno de la agresividad con la que había tratado a Héctor - Y pelotudos hay en todas partes. El de arriba es uno de los grandes, ¿eh?

Se sentó en una de los taburetes de la barra, como si fuera a pedirle un café.

- Soy Natalia- dijo, y sonrió - Decime, Florencio, ¿nos va a decir algo sobre las misiones? ¿O estás sólo para darnos algo de tomar antes de que nos vayamos?

Angel salió del aquella caja de metal transportadora detrás de sus otros dos compañeros de celda. Se lo nota claramente más sosegado de que de costumbre, quizá todavía golpeado por la combinación de catástrofes, visiones y golpes. Un cóctel duro para cualquiera, por más demente que sea...

- Casi lo mato al muy hijo de puta, casi... Pero mi cuchillo se fue,  la emoción se fue lejos de mí. Ahora que todo terminó solamente quiero saber mi misión, y mi corazón de vuelta... - Eso fue lo que balbuceó el lunático una vez se encontró sentado en la barra sumido todavía en un lapsus de frustación e impotencia. Pronto su ánimo cambiaría como era normal.

La venganza inundaría sus muertas venas. Venganza contra los jefes, contra sus criados y los criados de sus criados, contra el setita encargado de robarle el corazón o quizá contra todos los su raza por si las dudas, contra los muebles de la maldita estirpe de aquél duro escritorio que casi le había partido en dos el rostro, entre otros...

Mateo salió tranquilo y sosegado del ascensor, analizando el nuevo ambiente.

Algo entrañable y nostálgico penetró en las fibras del Toreador...La estética lo remitía a una pulpería del siglo XIX, con una barra íntegramente de madera y una antigua caja registradora. Imaginaba entre su clientela a diversos personajes excéntricos, ávidos lectores, poetas delirantes, artistas y “gente común” como parte de su escenografía. Lo cierto es que entre sus paredes, se respiraba bohemia y el aroma casi tangible de un buen café. Hasta el mismo Florencio combinaba con el lugar...

Casi sin darse cuenta esboza una amplia sonrisa, olvidando por un momento la situación en la que lo habían metido. Una chispa de luz se encendió en lo más profundo de Mateo, llenandolo por completo...

Y queda parado detrás de sus compañeros esperando la respuesta del viejo.

Salgo del ascensor y me dirijo a la barra. El lugar parecia un bar tipico donde los viejos se reunen a envejecer metodicamente. El hombre se acerco a la barra y escucho las conversaciones para luego agregar - Decinos para que nos trajeron aca, y para que de este modo tan brusco. - Digo crusando los brazos a la espera de la respuesta.

-Hacele caso a el Barbas y empezá a cantar, viejo. ¿ O nos vas a boludear vos también como el otro gil de la oficina? - Protestó el malkavian incorporádose bruscamente a la corversacion, levantando su rostro hacia el anciano Florencio y  dando a su vez un fuerte golpe sobre la barra para hacerse escuchar.

Si iba a morir quería hacerlo peleando de frente y no en su lugar podrirse eternamente en trámites burocráticos para recuperar el corazón robado. Estaba dispuesto a cualquier cosa por ello, pero si había sangre y acero  de por medio mucho más. Necesitaba "canalizar" su ira de alguna manera, y no importaban demasiado los medios. Nunca habían importado en realidad para él...

Bueno bueno, se ve que ustedes no andan pa´ rodeos, solo dejenme decirles que esto va a ser largo, esto no va de una mision y me voy pa´ mi rancho, la verdad de la milanesa es que los tienen agarrados de las pelotas y seria bueno que lo aceptaran ¿no han tratado de conocerse? seria una buena idea, porque les guste o no, van a pasar un rato largo juntos... frente a la impasiencia en las caras de varios, se queda callado, da un suspiro y empieza a hablar mas seriamente.

Su primera mision es hacer contacto con los anarcos, el tema es que  capturadon a un par de los nuestros y queremos saber que mierda fue de ellos, para empeorar la cosa, el tema es muy tenso... los problemas con el sabbath estan poniendo calentitos y solo nos faltaria que los anarquistas nos declaren la guerra, por ahora nos conviene seguir siendo neutrales con esos gatos.

Afuera hay una combi esperandolos dice señalando un gran vehiculo blanco que esta estacionado afuera, muy grande para ser una camioneta y muy chico para ser un colectivo. Ahi esta pepe, el es mi ayudante, los va a llevar a una especie de esos barsuchos nuevos con miusica fuerte, luces y toda esa gilada, los anarquistas saben que tienen que hacer contacto con un grupo de vastagos de la camarilla que van a negociar con ellos, de seguro pondran alguna señal que solo ustedes entenderan para hacer contacto.

De todas formas, antes de que se vayan tienen que entender algunas cuestiones, la verdad que el saber de esos vastagos capturados es solo una excusa, el objetivo principal es en parte medir fuerzas, apurar un poco a los rebeldes esos... que no se crean que son mas poderosos que nosotros, ademas quiero que consigan toda la informacion sobre ellos que puedan, es esencial conocer bien al enemigo.

¿Comprenden lo importante de la mision y la responsabilidad que significa? Esto no es un paseo por el parque.

- Perfecto. O sea que en realidad tenemos que ir a mostrar lo violentos que podemos ser si se llegan a hacer los locos. Eso suena bastante sencillo... - Reflexionó el lunático con una macabra sonrisa triunfal que no pudo disimular en su ya perturbado rostro. Su extraña teoría se confirmaba: Habían venido por él recordando la fiereza de su pandilla, pero en especial la suya que solía ser exagerada o brutal en ocasiones.

Y habiendo pasado dos tercios de su no vida haciendo tales trabajos sucios, poco le cambiaba su historia el realizar esa nueva tarea de la que por otra parte ahora dependía su existencia.

- Creo que nunca nos conocimos, viejo. Soy Angel y hace mucho tiempo laburaba para estos tipos, pero supongo que mi banda era apenas otro engranaje más de toda esta basura de sistema. Se me daba bien eso de romper cabezas a pedido, por eso creo que  los Jefes se acordaron de mí para este trabajo.

-Pero bueno, si todo ya esta claro lo mejor será que salgamos de este sucio lugar y vayamos a hacerles una visita a esos hijos de puta...  Volveremos pronto, y ganadores... - Concluyó con frialdad Angel antes de dar media vueltas y salir encaminado hacía el transporte de turno. Al cruzar el umbral de la puerta se detuvo unos instantes para echar un vistazo por encima de su hombro hacia la iniciativa de sus demás ex compañeros de celda.

-Siganme los que tengan huevos... -Pareció decir con su mirada desafiante antes de dejar aquél bar de mala muerte en dirección a su deformado destino.

Esa sensación de estar fuera de lugar casi desaparece tras las palabras de Florencio. Al fin y al cabo este sitio es tranquilo, me hace sentir casi en otra época, una más feliz. Y la felicidad es un recuerdo que se desvanece lenta pero constantemente, debería explotar estos lugares y momentos que permiten revivirla o rememorarla.

¿Ir yo a un lugar con música fuerte, lleno de . . . gente? Esto va a ser más divertido de lo que pensaba. Cómo echo de menos poder sonreír. Conseguir información sucia es un trabajo a medida de los nosferatu, nos movemos bien entre la mierda.

Las últimas palabras de Florencio me provocan. << ¿Comprenden lo importante de la mision y la responsabilidad que significa? Esto no es un paseo por el parque. >>

¡Ah, ssí! Co''rendo Florensio, sí. Elloss han sa'ido ganarse 'i corasón. Con los dedos mugrientos me golpeo el pecho, haciendo sonar el esternón. No sé si él sabe lo que nos han hecho ni me importa. Entiendo lo que quieren de nosotrosss. Que 'arque'oss el territorio co'o loss 'erross ¿ssí?

¿Entenderá Florencio de sarcasmos?

Asiento con mi cabeza las palabras de ese tal Angel, un tipo mal de la cabeza pero tambien con certezas - Si esta mierda tiene que terminar que sea rapido. Me largo... - Digo con furia y despues salgo de la cantina pisando fuerte y dando un tremendo portazo a mis espaldas. No necesitaba mas explicaciones de nadie. Mi objetivo estaba a la vista y la furia que sentía por la traicion me ayudaría a sobrevivir por mas palos que nos pusieran en la rueda esos desgraciados

Entiendo tu enojo le dice al nosferatu

Luego se queda serio mirando como el Gangrel y el Malkavian salen de la habitacion, una vez que estos estan lejos como para no escucharlos dice a los que quedan Al parecer no hay gran felicidad en el aire, cuiden que sus nuevos compañeros no se metan en problemas, son un grupo y como tal si uno falla todos lo hacen. Se queda pensativo unos segundos Esta no es una mision belica, si no una diplimatica, tenganlo en cuenta y recuerdenselo a esos dos. Dice observando a los dos que acaban de salir.

Que tengan suerte, una vez terminada su mision nos comunicaremos con ustedes, pero lo mas probable es que tengan que volver a este lugar en busqueda de instrucciones.

¿Una misión diplomática? ¡Ha, ha, ha! ¡HA, HA, HA, HA!

Esta vez ni siquiera intento reprimir la carcajada. Mientras me río salgo hacia el vehículo y echo un vistazo a mis nuevos . . . "compañeros". Puede que la brujah haya estado mostrando su vertiente más diplomática esta noche. Ni hablemos de los que salieron. ¿Quién va a hablar por esos locos? ¿La ventrue? No, está amoscada, no participará por gusto. Quizá el toreador, tiene algo que demostrar. ¿Y cuál es el juego del tremere?

El príncipe debe ser otro hijo de Malkav si esto es lo que entiende por diplomacia.

Antes de cerrar la puerta a mi espalda echo un último vistazo al bar, sólo he estado en él unos minutos pero ya lo estoy añorando. Creo que sí tiene algo especial este lugar.

Natalia, que había apoyado el mentón sobre una de sus manos mientras el hombre de la barra hablaba, giró la cabeza hacia Ángel mientras él hablaba. Cuando lanzó esa mirada desafiante, se encontró con la suya, que lo observaba. Atravesó sus pupilas con facilidad y rebotó en el fondo de sus ojos, en una pared inflexible. Todo lo demás aceptaba el reto y, lo que era más, coincidía con él. El borde entre la locura y la realidad le permitió a Ángel darse cuenta que no necesitaba desafiarla, que Natalia caminaba por la senda de los que tenían los huevos cuadrados. Lo que no supo fue si eso era porque realmente se la bancaba cuando había que ponerlos, o porque por rebelde se lanzaría a cualquier cosa con tal de joder.

Natalia, que había apoyado el mentón sobre una de sus manos mientras el hombre de la barra hablaba, giró la cabeza hacia Ángel mientras él hablaba. Le miró salir, luego al otro hombre, y miró hacia los que habían quedado en el bar. Nada extraño quiénes habían permanecido y quiénes se habían largado. Incluso el Nosferatu, luego de largar su estridente carcajada, sale del bar detrás de los otros. Natalia sonrió, sin reprimirlo, y miró al tal Florencio que había terminado de hablar. Muchas palabras que no llevaban a ningún sitio, pero muchos detalles que le hacían reflexionar sobre cómo venían las cosas.

¿Diplomacia con los anarquistas?

Natalia sonrió más. Aquello era realmente turbio. Lo único bueno era que Joaquín estaba fuera de ese alcance.

- Lástima que esto no sea un paseo por la plaza. Hace mucho que no voy a una - dijo, bajándose del taburete - Por lo otro, deberían haberlo pensado mejor cuando se les ocurrió ganarse nuestro corazón. El Nosferatu lo dijo muy bien.

Se inclinó sobre la barra, sonriendo.

- Un gusto, Florencio. Aunque me gustaría no tener que volver.

Natalia miró a los que quedaban allí, silenciosos, y salió detrás de los otros.

Adrián había dejado de silbar la canción en algún punto del trayecto, y la ausencia de música funcional del ascensor acentuó el silencio, sin embargo su sonrisa irónica no desapareció.  No sabía que les pedirían, y no se hacía muchas ilusiones en cuanto a sus posibilidades si los mandaban a patear culos, por ahora seguía vivo, sólo esperaba que el error del reclutador y la buena voluntad de Gabriela no lo terminaran matando.

Después del impacto del bar porteño, de la imagen viva de un personaje del pasado de la Argentina, o por que no, del presente de varias provincias del interior, y de las palabras cruzadas entre sus nuevos compañeros y su operador de misión, se permitió hacer unos rápidos cálculos con respecto a su futuro inmediato. Cuando casi todos se habían ido se acercó al gaucho.

- Con todo el respeto del mundo Florencio... misión diplomática las pelotas, esto es una prueba para nosotros y me parece que no vamos a volver con vida. Ya escuchó al malkavian, el tipo va a ir a hacerse el pulenta con unos tipos que de base se dicen rebeldes. ¿Quiere que le diga en que termina esto? Entre los cabrones que saben pelear, o creen que lo saben, y el poco gusto de los anarcos por que les metamos el dedo en el culo, se va a armar. - sonrió - Y si piensa que yo voy a poder controlarlos, o que voy a poder resolver las cosas hablando, sepa que soy bicho de laboratorio, ni como médico se me daba bien el trato con los pacientes. En fin... - dijo encogiendose de hombros - ... un gusto haberlo conocido, si no volvemos a vernos, digale a Gabriela que la perdono... aunque creo que a ella le importa una mierda si me pasa algo.

Adrián salió silbando bajito, esta vez el tema del padrino, una vez en la van miró a los presentes y se encogió de hombros. Era una mierda tener cerebro y saber en la que se metían, al menos el Malkavian parecía feliz de ir a la guerra.

-Música ruidosa, luces destellantes, ruidos estridentes...Mateo no frecuentaba esos distritos de hacía algún tiempo, pero le daba gusto que sea un lugar populoso, ya que se encontraba más a gusto en esos ambientes que en las sucias alcantarillas de los nosferatus...

-Estoy de acuerdo con la brujah, poco entienden los anarquistas de diplomacia o buenas maneras. Espero que por lo menos sean personas razonables...dudando de sus palabras mientras que acomodala siza de su pantalón.

Se acerca a Florencio estrechandole su mano mientas que le dirige una espléndida sonrisa...-Un placer Florencio, y gracias por su efímera hospitalidad...y se dirige hacia afuera