Partida Rol por web

Burgi Ambulandi

♦ CAPÍTULO QUINTO ♦

♦ PAGARÁN JUSTOS POR PECADORES ♦

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31/08/2014, 13:52
El Cortalenguas

Cuando la mujer desparramó las cuchilladas, dejé de oprimir el cuerpo cada vez más inerte de Imanol. La confesión del tabernero era similar a la de Matilde, la loca de San Emeterio y Celedonio (que de loca ni un pelo tenía, por cierto, ni andaba febril ni atontada). Dejé que el cuerpo feneciera a causa de las heridas de la despechada esposa, y entonces dejé caer el cuerpo sin vida del Imanol, observando cómo las dentelladas de la hoja hacíanle mella en el alma. La mujer estaba fuera de sí, y ni tan siquiera traté de calmarla, pues había hecho ella misma justicia, pese a ser su esposo.

Sentía ahora un fulgor interior que me resquebrajaba aún más la piel por dentro, como si mis heridas, lejos de cicatrizar o ser extenuadas, se me abrieran, por contra, aún más. Era como el sentir de un agravio incorrompible y eterno, un despecho propio de quien tiene lo anhelado en sus manos y acaban arrebatándoselo con ensañamiento.

Mateo, el Regidor Blas, las muertes, el Josu, ¡el Concejo del Mena entero!, ¡y quien sabe si la Santa Inquisición! ¡Todos en la escaramuza!

Aquello era una bandada de buitres sobrevolando sobre un estercolero infestado de gusanos, cuyas heces no eran sino algunos de los campesinos honrados de aquestos pueblos, por muy pocos que fueran... Si oscuro eran los bosques del valle, no fuera por la frondosidad y la altura de sus montes, sino por la negrura de los corazones de aquellos que gobernaban estos lodos...

¡¡Y tienen temor de mí!! ¡¡¡Y son ellos los demonios!!! -pensaba para mis adentros, mientras recordaba cuán veces había de soportar las miradas ajenas, llenas de un terror inmundo; o en cuántas ocasiones las gente apretaba el paso para huir de mi cuando notaban el hedor de mi máscara y mis pústulas-.

OoOoOoOo ¡¡¡AAaaaaah!!! -grité mientras sacaba el cuchillo, me agachaba y segaba de cuajo la lengua de Imanol, ya yaciente-.oOoOoOoO

Sin embargo, esta vez no se la dí a comer a Becerrillo, sino que ese fulgor que les narro, que tan harto de ira quedóme repleto, hizo que la sostuviera aún en la mano; fue entonces que me quité la máscara con la siniestra, allé mismo, delante de la Belarda, el Urraca y la esposa, dejándome ver las heridas que mi mal hacer y tal vez el castigo divino me afrentara, dando a observar mi antiguo rostro. Mis ojo azabache (aun eficaz), tan lleno de negrura y experiencia, no era digno de asquerosa admiración en comparación con las heridas que mi rostro mostraba. Ahora la alcahueta y el mendigo me veían como quien era, como el antiguo "Bernat", como Ohtmán, hijo de Badis, siervo de Alláh y precursor de la Señora Muerte cuando éstar tarda en aparecerse por no abarcar tanta alma segada entre sus manos:

 

 

Fue entonces que levanté la diestra, con la lengua de Imanol aun goteando líquido parduzco, y gire la cabeza un poco para atrás hasta que la conduje directamente a mi boca. El Becerrín me miraba con frialdad, y no sé cómo lo hicieron el resto de acompañantes del fogón (aunque igual me daba): allí mismo mis pútridos dientes, tan roídos y llenos de herrumbre como mis heridas, despedazaron en soberanos mordiscos la lengua del tabernero, y acabé por comérmela en un tedioso y tremebundo espectáculo para los presentes...

Sin embargo aquello me sentó bien.

Pareció como si la ira provocada por la gran mentira de cuantos reinaban en el valle aplacase un poco, pero ahora necesitaba una nueva dosis de justicia (y no precisamente un remanente, sino un consejo entero de castigo para los demonios que dábanselas de ricos y buenhombres).

OoOoOoOo ¡¡Acabaremos con todos!! -anuncié a pleno grito (sin importarme quién oyera) y, ahora, arrojando mi máscara al fuego-, empezando por ese Antón que susurraba este desgracido -Imanol-, y luego por nuestro benefactor, ¡¡¡el de Vallejo!!! -el nombre de Mateo, aquel que jugó con mi libertad para hacerme preso de esta locura, resonaba en mi mente, y yo mesmo daría matarile en cuanto pudiera-. Belarda, Diego... Vamos a buscar a esos hombres, hay que darles de Justicia-no era una pregunta, pero quería saber si contaba con su apoyo- Han de pagar por lo que han hecho durante tanto tiempo, ¡tantas muertes! -y pareciera como si un sentimiento de catársis se me antojase y me invadiera por el hecho de tanto asesinato. Mas, sin embargo, que uno antes mataba por el asalto y el bandidaje, y aquesto diríase más honrado que matar, figúrense, por el Demonio. Además, no hubiera yo nunca matado crío si no fuera necesario-.oOoOoOoO

Mientras limpiaba en el mi pantalón la sangre de la lengua cercenada, obervaba con mis verdaderos ojos (que un día dejaron de serlo), cómo la máscara del Cortalenguas, del Negro de Burgos, se perdía en la inmesidad del fuego, haciéndose rápidamente ceniza y polvo. Et que no era yo quien tenía que esconder la identidad, sino que más bien tenía que sacar a la luz quien pretendía esconderla.

Notas de juego

El Cortalenguas está un poco fuera de sí ahora mismo, un poco eufórico y rabioso. Dejo que comenten mis compis.

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31/08/2014, 15:22
Diego "el Urraca"

El crepitar del fuego vióse ensordecido por el asqueroso sonido del vómito del Urraca impactando pesadamente contra el suelo del fogón. Pensó el mendigo que hasta las higadillas iba a echar por la boca, pues jamás había visto espectáculo tan repugnante.

Recuperó la compostura como pudo, con ese regusto amargo y a la vez dulzón que deja la comida a medio digerir en la boca, et tragó saliva mientras limpiábase el sudor de la frente con el dorse de la mano. Pensaba que había visto el rostro de la muerte, mas agora ardía pasto del fuego et podía contemplar el verdadero horror de la parca ante sí: aquella cara llena de heridas non podía ser otra cosa. Asintió a las suyas palabras que sentenciaban al Concejo et todo implicado, deseando que aquesta pesadilla terminare cuanto antes. De poco valía un mendigo venido a menos, más charlatán que corredor, et más pícaro que luchador, para impartir justicia, mas estaba decidido a dar por terminado aquel asunto lo antes posible. Et por su puesto, non atreveríase, bajo ningún concepto, a contradecir a aquel ente que facíase pasar por omne. Estaría de su lado, pero en cuanto acabaran lo que debían facer, non quería volver a verlo jamás, ni volver a estar si quiera a diez mil varas del Valle de Mena, del mismo Infierno.

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01/09/2014, 13:40
Belarda Olayes

Con asombro contemplé el espectáculo que brindáranus aquella tarde primero Imanol, con su confesión de cuanto había ocurrido allí en el Valle, luego la su mujer apuñalándolo hasta la muerte, e por fin el Cortalenguas, que, haciendo honor a su nombre, arrancósela al muerto Imanol e comiósela, ante el arrugo de mi gesto y el vómito del Urraca, que no pudo contenerlu. Nada dije deste acto caníbal, e por poco acompaño al Urraca en el echar el estofau, mas resistí, pues mujer de pueblu no se asombra ante tales, e bien sabía yo de ritos paganos en que se comen los muertos, aunque no tan mal cocinaus.

- A ver ahora que le damos a Angulo... - dije, al ver expirar a Imanol a manos de su esposa primero. No díjelu en voz alta, porque fue un pensar que me vino sin más. Que con esa confesión tenía el atormentador para entretenerse de largo, y ahora, desangrado e deslenguado Imanol, no había quien se la sacare.

- Bien está que vayamus por ellos. - pensaba más que en nadie en Antón, que habíame arrastrado al valle con sus maniobras malnacides, e bien gustaría yo de meterle un cuchillo tan hondo como el que la Ordunete habíale clavau a su marido. - Pero dejemos al menos uno, que fable, e que lo queme Angulo.

¡Mi mari, si que hube de hallar valor para decir tal cosa! Que el negro de Burgos era aún más negro y hediondo sin la máscara, e mascando lengua ajena paresciera cualquier cosa menos hombre. Mas, aunque diere miedo aqueste, no era yo de las que gustan de ser atades a un poste, e quemades vivas, e bien claro estaba que el inquisidor no iba a irse del valle sin encender más de una pira.

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01/09/2014, 13:57
El Maligno

Que dirían los sabios, si por allí los hubiera, que el infame Negro de Burgos era un mal menor, un mal necesario. Que la negrura que allí en Mena se hallaba arraigada, profunda, filtrada en el mismo suelo como la sangre de los inocentes que allí se derramaba en infames rituales y sádicas orgías, no podía ser erradicada sólo con luz y justicia. Comparado con aquello, el mal del Cortalenguas era puro, o al menos, claro y directo, sin dobleces o engaños.

Y con aquello en mente, sus compañeros lo aceptaron en cierta manera...

 

Candil y antorchas en mano, los pasos de los tres sonaban firmes entre la espesa niebla en dirección al caserón de Antón de Anzo; el siguiente que pagaría por sus pecados. El caserón se encontraba en la zona acomodada de Villasana, entre la propiedad de los Ortiz y la parroquia, y fue allí, en una calleja anexa a la parroquia, donde una figura os llamó la atención: era don Nuño de Barriuso.

El hombre de armas lucía desmejorado, herido y cansado. Estaba pertrechando una montura, una montura que no era la suya, y junto a él habían tres soldados preparandose también. Parecían tener intención de partir con brevedad. De Tancredo, ni rastro...

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01/09/2014, 16:36
Diego "el Urraca"

Sin duda, la niebla non hacía si no más escalofriante el caminar junto a aquel avatar de la muerte que era el Cortalenguas. El Urraca asegurábase de caminar a una distancia prudencial: ni muy cerca, pues aquel omne provocábale pavor, ni muy lejos, non fuera a ser que algo peor que el de negro pudiere acechar entre las densas nubes que atravesaban.

Encontráronse a la partida de Nuño, et parescían tener prisa mientras ensillaban et pertrechaban los suyos animales.

Tragóse el Urraca el suyo odio que tenía por aquel omne et dirigióse al de Barriuso, quien non paresciere ya tan bravo caballero. Parescieren venir él et los omnes que acompañábanle (los que quedaban con vida, temióse el toledano) de participar en una refriega, et non había ni rastro de Tancredo. ¿Habían, acaso, cruzádose con La Bestia? ¿O es que el Concejo había intentado eliminarles? O quizás una cosa non era contraria de la otra, si no la misma, pensó el Urraca teniendo el cuenta las recientes revelaciones sobre el Mal que habitaba en aquel pueblo.

-Don Nuño, ¿qué ha sucedido? ¿Por qué marcháis, et dónde están nuestro compañero Tancredo et el resto de los vuestros omnes?

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01/09/2014, 20:33
El Cortalenguas

Ascos dignos de lo corriente que mostró el Urraca, y no en queriendo cuestionarle ni criticarle pensé que era lo normal; que muchos hombres cristianos ya hacen ascos e incluso daño a los hijos de Alláh y a los hebreos, por lo que en la contra mucho más repudio hubo de dedicarme el mendigo. Sin nada decirle ni reprocharle (en él y en la Belarda confiaba más que en nadie ahora), me sorprendió no ver a la mujer no asombrarse más de la cuenta (quizá por dentro lo hizo, si, y tal que se vió en su expresión, pero no cabía duda que la alcahueta tenía reaños y aguantes bien colocados bajo las faldas...).

En éstas que aceptaron ir a por el de Anzo, y sin dilación alguna, al salir por la puerta y tomar el caballo (con el Becerrillo a paso lento detrás del otro cuadrúpedo) que tornamos a ir a dar Justicia, si es que el siervo de la Muerte se dedica ahora a ésto y no a segar almas et lenguas.

Mas que en encontrando al de Barriuso, que teníale ganas desde un principio, viéndole tan a la prisa como queriendo marchar con sus tunantes, que ganas diéronme de desenvainar. Sin embargo, el Urraca se adelantó.

Mi euforia se calmó un instante (sólo uno), y dejó que respondiera el Nuño.

Becerrillo estaba alerta.

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02/09/2014, 10:56
Nuño de Barriuso

Se giró don Nuño, altivo, al escuchar las palabras del mendigo.

─Cobardes, ¡cobardes todos! malnacidos sin arrestos ni reaños ─bufó ─que cuando habíamos hallado a la bestia, et aquesta fizo frente, huyeron todos como estampida de gallinas ─se echó la mano a un costado, como si la rabia de recordar aquello le diera fuerte punzada donde albergaba una herida.

─Que el Tancredo fue quien único combatió a mi vera, pero cuando la bestia hallábase mal ferida e a mi me había propinado un brutal golpe en la testa et dejóme fuera de pendencia, el vuestro amigo dejóla escapar et luego dejóme a mi allí tirado, mal ferido et en soledad. ─tras decir aquello ajustó con fuerza la última de las correas de sus alforjas y montó la cabalgadura. ─Daré caza a la bestia aunque sea lo último que haga en aquesta vida, que demasiado mal ha permitidose ya campar a sus anchas en aqueste valle.

Notas de juego

Don Nuño marcha con energía renovada y nuevos refuerzos a por el Engendro. Marcha ya y no se va a quedar a charlar. Podéis intentar detenerlos si queréis, pero no lo recomiendo, son cuatro jinetes diestros y bien pertrechados.

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02/09/2014, 15:33
Diego "el Urraca"

El Urraca sorprendióse, pues había imaginado la situación bastante distinta: pensó en un primer momento que Don Nuño et los suyos omnes no facían si no huir tras haber descubierto la maldad que moraba en el valle. Escuchó con asombro las palabras del omne del barón et costábale de creerlas. ¿Huir? Aquello non parescía propio de Tancredo, el otrora omne de Pelayo que conosciera hacía ya un tiempo et a quien nunca había visto ceder una sola migaja de terreno en combate, ni mucho menos huir. Sin embargo, pensó, muchos cojones había que echarle para enfrentarse a aquella bestia mitad omne et mitad animal, que una cosa es un omne rival, et otra muy distinta tal criatura del averno.

-Vos deseo la mejor de las suertes, don Nuño -dijo, aunque realmente non lo tenía demasiado claro. Por un lado detestaba a aquel omne, mas por otro, aún detestaba más a la bestia. Demasiados dilemas morales estábase cruzando en los últimos momentos el pobre Diego, quien hasta ahora lo más difícil que había tenido que decidir era si acostarse con la Dolores o la Hortensia, a cada cual más fea.

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02/09/2014, 19:20
El Cortalenguas

Justo antes de dejarles marchar, Bernat, como un día fuí, fue quien se dirigió al de Barriuso.

Y a vuestra pequeña manceba de palacio -díjele sobre Manolete y a pústula descubierta a Nuño, sin miedo a consecuencia alguna debido a la euforia del momento, la cual me corría por dentro dándome, a su vez, viveza- atadlo en corto, os lo aconsejo. No vos creo lo que digáis, Nuño, y tampoco a vuestro juglar entre otros muchos, que encontréle donde menos me esperaba. Cuidad de a por quién bestia vais a buscar, no vaya a ser que el más simple ratón os devore la propia lengua... No sólo hay demonios en los bosques, sino entre la multitud.

Nada más hice.

Nada temía.

No era "hombre" de largas palabras hasta que vine al Mena, y desde luego que aquí las parladas no salíanme como las de bardo alguno, sino más bien escupía rabia y fuego. Y ésta era una de esas ocasiones. Sin embargo, centrado andaba en dar prisión al de Anzo, que desde que hízome a Tancredo y a mi citarnos con el desgraciado Josu, comprobé que sabía más de la cuenta.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He tirado empatía para intentar discernir si miente en lo de dar caza a la bestia o si de lo contrario, y como sospechaba Diego, en realidad huyen. Sospecho que no, pues siendo cuatro se hubieran largado sin dar cuentas (pues como bien dice, son cuatro bien armados contra cuatro no tan bien).

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02/09/2014, 19:52
Belarda Olayes

Desde donde estábamus vi marchar al de Barriuso, al que en una ocasión tratare de atar. De nada valíame ya tal hatajo de herrumbre y feridas, que empeñau parescía en fazerse destripar, e a buen seguro que lo acabaría consiguiendu. Tampoco sentí lástima alguna por lo que contó de Tancredo, pues en nada habíanus ayudao el silencioso hombre, ni hubimos tiempo de cambiar palabras que nos unieren.

- Dejadles que vayan a encontrar la muerte si gustan. - díjeles a mis compañeros - Que tenemus asunto pendiente con los adoradores del demonio. - e un inquisidor al que satisfacer.

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04/09/2014, 12:36
Nuño de Barriuso

Mostró ser tan rápido de entendederas como lo era manejando mandoble, pues fue casi instantaneo el replique que le dedicó el de Barriuso al desenmascarado:

─Non sodes el más adecuado para hablar de mancebas de palacio, pues vos sodes una, pero de Concejo. Et recordad que las ratas también mueren, sobretodo las que comen lenguas. Su propia inmundicia acaba con ellas mesmas; sólo hay que mirarvos.

Al mandato de don Nuño el grupo espoleó con fuerza las monturas y no tardaron en perderse entre la niebla...

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04/09/2014, 12:42
El Maligno

Notas de juego

Sin duda sus palabras suenan sinceras. Es más, dirías que de las más sinceras que has oído desde que estas en Mena. Parece incluso otro hombre podrías aventurar...

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04/09/2014, 12:45
Antón de Anzo

Tras el breve encontronazo con don Nuño, no tardáis en llegar al caserón de Antón de Anzo...

La puerta era de una gruesa madera noble y recia sobre la que hicieron falta dar repetidos golpes en la aldaba para que apareciera un criado decrépito, bastante mayor y que de no ser por la presencia intimidante de Bernat hubiera mostrado tener horribles modales. Éste se quedó como petrificado ante la dantesca escena de aquel rostro horadado por la enfermedad y, antes de que pudiera articular sonido alguno, el enmascarado le propinó un fuerte empujón haciéndolo volar varias varas antes de caer bruscamente sobre sus posaderas.

Sin más miramientos cruzáis varios corredores oscuros, siniestros, impregnados por un olor viciado difícil de calaficar. El corredor acabó en una puerta, y tras la puerta, una sala. La estancia es amplia y luminosa en contraste con el resto de la casa. Don Antón está sentado tras una mesa, en un viejo sillón. Junto a él están varios de sus siervos*.

Ninguno articuló palabra.

Notas de juego

*Tres hombres y dos mujeres. No tienen armaduras de ningún tipo y tampoco parecen estar armados.

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04/09/2014, 16:20
Diego "el Urraca"

La encarnación de la putrefacción y muerte que era el Cortalenguas a su lado non fizo si no envalentonar a Diego, quien no cabía en sí del desprecio que sentía hacia todo habitante de aquel pueblo infernal. Nadie, y de verdad nadie de los que allí moraban merescían seguir respirando el mismo aire que el resto de los mortales. Aquellos engenderos degenerados non merescían otra cosa que la más horrible de las muertes, et el otrora moro que caminaba junto a él a buen seguro proporcionaríasela con sarna et gusto.

Viendo la respuesta de Antón, quedándose sentado sin moverse siquiera un ápice, el Urraca supo que el omne ya era consciente del suyo destino, et ni siquiera pensaba facerle frente.

Desenfundó el suyo arma, su viejo estilete, et dirigióse al de Anzón.

-Supongo que ya sabéis a qué venimos, Antón...

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04/09/2014, 20:00
El Cortalenguas

OoOoOoOo Aguardad... -y extendí mi potente brazo delante del estilete de Diego-. Imanol. Mateo de Vallejo. Niños sacrificados. Rituales... A eso se refiere este hombre -señalé al Urraca mientras hablaba al de Anzo-, mas... ¿porqué nos enviaste al alguacil Tancredo y a mi a visitar al Josu en aquella misteriosa cita? Llegamos, lo vimos huyendo de un linchamiento y lo salvamos..., mas no sobrevivió, pues murió en mis manos -notaba las miradas de los criados focalizadas en las cicatrices y heridas abiertas en mi rostro-. Aclaradme aquesto y os daremos muerte rápida como buen favor. Si calláis, la tortura del inquisidor afincado en la Iglesia será tu último destino... oOoOoOoO

Nada más decir aquello, bien seguro de lo que pronunciaba, una duda me corroía por dentro justo al poner de nuevo la mirada en el Urraca y en su arma. ¿Qué clase de justicia daríale él? La que yo contemplé en el Fogón no fue sino la muerte, la que yo representaba para bien o para mal.

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05/09/2014, 11:57
Belarda Olayes

Nada dije al llegar donde el Antón había de fenecer, mas mirele con un brillo en los ojos que bien claro dejóle que en aquesta sala acabaría la suya vida. Este, que habíame separau de los míos fillos, que habíame arrastrau al mesmo inferno con sus conjuras e luego habíanus fecho creer que andaba del nuestro lao'. Saqué dentre mis fardos cuchillo, e acerqueme un tanto, fablando entre dientes para el Cortalenguas.

- Aqueste es mío. - díjele - Que cuentas ha conmigo, e no pocas.

Después miré a Antón, echando mano con la siniestra al medallón que llevaba oculto también entre mis ropas, plegando a la Mari como me enseñare a facer mi madre tantos años atrás.

Que muertos han
e a la tierra tornen
que con sus cuerpos han de alimentar
e unirse a aquesta

Plegué en silencio, e ofrecile a la dama la vida que prestábame a arrancar de cuajo, cuchillo en mano. E al fin, miré al de Anzo.

- Fablad ya, e acabemus.

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05/09/2014, 14:47
El Maligno

...echando mano con la siniestra al medallón que llevaba oculto...

¿Estás lanzando mal del tullido?

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05/09/2014, 19:27
Diego "el Urraca"

Temblaba la mano de Diego cuando los suyos compañeros fablaron, de puro nervio. Allí estaba, el hijo de puta de Toledo (literalmente), el correveidile del burdel, el que mendigara facía non mucho et el que fablara con astuta lengua et apodaran el Urraca.

Considerábase buen omne, et non gustaba de joder a los demás, si no de buscar la suya propia felicidad et malvivir como pudiere. Lo que las gentes pudieren facer con la información que él obtenía y luego intercambiaba por comida o por dineros, non era asumpto suto. Nunca fabía sentídose culpable, non sentía que estuviere faciendo el mal ni lo hubiere fecho nunca. Mas agora, estilete en mano et amenaza en lengua, a punto encontrábase de acabar con la vida de aquel anciano. ¿Quién hubiérale dicho que sería capaz de facer algo tan atroz?

Mierda había visto de sobra, et escoria de todas las clases. Mas la verdadera oscuridad que habita en todo omne non era en aquel valle si no el pan de cada día. Nunca había visto seres tan retorcidos como los que allí habitaban, seres deformes por dentro et carcomidos de maldad, seres que facían sus atroces fechos, asesinatos et adoraciones que el Cortalenguas paresciere si no un arcángel al suyo lado. Algo en la muerte de aquellos chiquillos que ni siquiera conoscía fizo saber al Urraca que aquel mal debía ser exterminado de la faz de la tierra, et agora estaba decidido a ayudar a su compañero el Cortalenguas a llevar justicia a aquel pueblo. Puede que empezara a comprender los motivos (que no los métodos) del que portara el blanquecino rostro de la muerte...

Notas de juego

Sólo quería explicar el por qué del cambio de actitud de Diego. Ver la auténtica y aborrecible cara del pueblo le hizo cambiar y desear con toda su alma acabar con aquel repulsivo sitio que jamás quería volver a pisar. Y, por supuesto, acabar el mal que en él habitaba.

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06/09/2014, 12:48
Belarda Olayes
Sólo para el director

Notas de juego

No, no, sólo agarro el medallón por si tengo que lanzarlo, tenerlo ya a mano. También quiero tener cerca el cordel de pelo de lobisome, por si tengo que tirar un Embrujar.

La plegaria es para darle un poco de color al PJ, más que nada siendo de Asturias y teniendo una madre bruja, lo normal que no sea muy católica, así que la idea es que adora a la Dama de Amboto. He ido introduciendo cuñas a lo largo de la partida en este sentido. Pero no es que esté queriendo lanzar un hechizo (para representar esto suelo recurrir al vasco, que como es tan diferente al castellano suele conseguir el efecto xD).

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07/09/2014, 12:22
Antón de Anzo

─¡Guardaos vuestros conjuros et maldiciones! ¡bruxa! que cuenta ninguna albergo con vos, que vuestras malas artes et argucias son motivo de peste et desgracia allá donde pisáis. ─el de Anzo se irguió mientras soltaba aquella retahíla a voz viva ─que desde que llegasteis a aqueste a nuestro valle non han pasado sino desgracias. ¡Brujxa! ¡miradla todos! ¡es una brujxa! ─decía con grandilocuencia a los allí presentes.

El servicio del comerciante murmuraba aterrorizado sin quitar la vista de la alcahueta:

─Que el Señor protéganos ─rezaba una.
─Habemos de avisar al inquisidor ─murmuraba otro.
─Calláos ─susurraba el más cabal.

─¡¿Qué esperáis?! ─exclamó el de Anzo ─¡Prendedlos et avisad al inquisidor antes de que acabe con nos! ¡rápido!.

Pero aquellos, aún atemorizados, no se movían...

...y vosotros; Cortalenguas y Urraca, no dabais crédito al escuchar aquellas palabras.

- Tiradas (2)