Johannes asintió a la pregunta de Wolfgang. Bueno, lo que pasaba por una pregunta en un mar de palabras. Esperó la respuesta de la mujer, practicamente seguro de que era el hombre que buscaban. Aunque quizás se había alojado con otro nombre, la descripción coincidía.
—¿Y cuándo dice que le vió por última vez? —añadió.
Esta semana puede que esté un poco desconectado; tengo un examen el jueves y otro el viernes. Para más inri mi ordenador ha fallecido debido a causas misteriosas. Y como hasta que no termine los exámenes no tengo tiempo para hacerle la autopsia, tengo poco acceso a internet.
El martes que viene volveré a la normalidad (vuelvo a casa por Navidad, así que al menos tendré el ordenador de mi padre para conectarme aquí mientras arreglo el mío xD).
Teodoro, Isidoro o algo así. No sé. Hace una semana que no le veo. Si no viene esta noche sacaré sus cosas de la habitación y que la ocupe otro huesped.
—Vaya, qué lástima... —Sin duda, parece que es la habitación del tipo que buscamos. Así, sin que se note mucho, le digo a la mujer— Sé el engorro que es cuando eso pasa, tener que sacar las cosas de una habitación... ¿Qué le parecería si nos encargamos nosotros de deshacernos de las cosas del inquilino si no vuelve, a cambio de pasar la noche en esa habitación? Creo que nos beneficiaría a ambos, la verdad...
La mujer miró, suspicaz, a los voluntariosos hombre que habían entrado en su establecimiento. Pensativa. Codiciosa.
Por dos coronas de oro...pueden quedarse lo que haya en la habitación.
En ese momento llegó al comida, la llevaba un halfling de visibles curvas pelo sucio y ojeras preocupantes. No era desde luego el halfling más limpio que habían visto. A Hugo no le importó y empezaron a hablar de cocina en una jerga ininteligible.
No estoy muy puesto en los precios. ¿Es mucho? ¿Es poco? ¿Tengo que tirar algo para saberlo?
Una estancia de una semana costaría algo menos de una corona, el resto es "soborno". Para que os llevéis sus cosas.
Johannes miró a sus compañeros pensativo y añadió:
-Dejémoslo en una y media y tenemos un trato. Cuando el dueño aparezca tan sólo tiene que dirigirle a nosotros y arreglaremos las cosas. Así se ahorra tratar con un cliente enfadado.
Sonrió a sabiendas de que la mujer no aceptaría. No tenía problema en pagar las dos monedas, pero tampoco quería soltar el dinero deprisa, dando a entender que iban tras algo valioso.
Motivo: Rebaja, perra codiciosa.
Tirada: 1d100
Resultado: 66
He tirado por si vale para algo, aunque no ha sido muy buena tirada :P
Dos coronas y no les cobro la cena -regateó la mujer.
-Y otra ronda de cervezas -añadió mientras mostraba las dos coronas- para borrar el cansancio de cargar las cosas. ¿Hecho?
Las monedas brillaban en la barra mientras el ladrón las movía de un lado a otro. Finalmente las empujó hasta dejarlas frente a la posadera.
La mujer asintió y cogió las monedas, le dio la espalda a la Compañía de la Alcachofa Suprema, pero todos adivinaron que estaba mordiendo el oro, para asegurarse de que fuera tal. La mujer sirvió jarras de cerveza.
Es la segunda habitación subiendo las escaleras, es la seis, pero es la única que no tiene número.
Johannes asintió sin decir palabra y dio un buen trago a la cerveza. Cuando la posadera estuvo a cierta distancia habló:
-Bien, chicos, vayamos a ello. ¿Os parece? Si terminamos pronto puede que nos de tiempo a buscar una posada murallas adentro.
No quería correr la misma suerte que Isidro y el antro en el que se encontraban no daba una gran sensación de seguridad. El ladrón se puso en pie, como animando a sus compañeros a subir. Ciertamente tenía curiosidad por lo que pudieran descubrir en la habitación de Isidro.
—Estoy de acuerdo —contesto a Johannes una vez nos hemos alejado de la barra—. Esto es peor que aquel burdel en el que es estuve, en el que la mejor de las señoritas que estaban por allí era una anciana desdentada... Aunque prefiero no entrar en detalles sobre ese asunto. Tal vez os lo cuente otro día. Ahora centremonos en la habitación.
Dicho esto, subo las escaleras, en busca de la habitación sin número, que se supone que es la 6.
El dinero salió de la bolsa común, que el clérigo siempre llevaba encima, al igual que la maza, aunque cuando cerró al bolsa no tintineó en absoluto. Detalle que no pasó desapercibido para la mujer. Subieron las, mugrientas y crujientes, escaleras y llegaron frente a la puerta. Eldarendil dio el alto a todos, como percibiendo un peligro, la maza apareció por arte de magia en la mano del clérigo.
El elfo señalaba una mancha de sangre seca en el suelo, en la misma puerta, y gotas que recorrían el pasillo hasta las escaleras.
Tirada oculta
Motivo: Percepción (Eldarendil)
Tirada: 1d100
Dificultad: 61-
Resultado: 97 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Percepción (Eldarendil)
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 15 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: Percepción (Johannes)
Tirada: 1d100
Dificultad: 36-
Resultado: 61 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Percepción (Rainer)
Tirada: 1d100
Dificultad: 41-
Resultado: 51 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Percepción (Wolfgang)
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 94 (Fracaso)
Todos: En el bote sólo quedaban tres coronas, así que ahora sólo queda 1. Habrá que poner bote.
-Si pertenece a Isidro... —comentó en voz baja el ladrón— me parece que no podremos hacer mucho por él. Y me extrañaría mucho que la dueña no sepa nada de esto —señaló la mancha mientras echaba mano al cinto donde reposaba su espada—. Estad alerta.
Miró a ambos lados, en busca de ojos curiosos y cuando se aseguró de que no había nadie acercó la oreja a la puerta. Cuando comprobó que no se escuchaba nada, procedió a entrar la habitación haciendo el menor ruido posible.
—Atentos —susurró antes de comenzar a abrir la puerta, ya con la espada en la mano.
El manchurrón... ¿parece que lo hayan intentado limpiar? ¿O está ahí de cualquier manera? ¿Y hay mucha sangre (como de alguien herido de gravedad)?
No había nadie en la habitación, la única amenaza era la espada de Johannes, demasiado usada en los últimos tiempos. La habitación daba lástima, había una mugrienta ventana medio rota, un cubo a modo de orinal, un colchón habitado por pulgas y una lamentable y manchada mesa. Sobre ella había un cuchillo de hoja larga, y junto a él un papel arrugado.
En el suelo sí que había una considerable cantidad de sangre, una mancha extensa en el suelo. Luego disminuía conforme se acercaba a la puerta. El herido dejó de sangrar.
Todos: Es poca sangre, una mancha del tamaño de..de un móvil por ejemplo, y algunas gotas sueltas. Nadie se ha molestado en limpiarlo.
Johannes guardó el arma, aliviado, al comprobar que no había ningún peligro en la habitación. El propietario de la herida —Isidro con toda seguridad— había perdido mucha sangre. Era curioso que la mancha mayor estuviera dentro de la habitación.
—Quizás llegó aquí herido y se desangró —comentó mientras cerraba la puerta tras sus compañeros, no sin antes echar un vistazo para dónde terminaban (o comenzaban) las manchas del pasillo—. Revisemos la habitación; a ver qué podemos encontrar entre sus pertenencias.
Eso si la muy pájara de la tabernera no se lo había quedado todo.
Se acercó a la mesa, tomó el cuchillo por la empuñadura y lo giró a la altura de sus ojos en busca de manchas de sangre. Después cogió el papel, examinándolo con curiosidad.
Motivo: Buscar
Tirada: 1d100
Dificultad: 36-
Resultado: 61 (Fracaso)
Motivo: Buscar (suerte)
Tirada: 1d100
Dificultad: 36-
Resultado: 37 (Fracaso)
¿Tampoco se han molestado en limpiar aquí? ¿Qué clase de sitio es éste xD?
Luego disminuía conforme se acercaba a la puerta. El herido dejó de sangrar.
O que vino sangrando de fuera, ¿no? Aunque si podemos adivinar que ha sido al contrario (dejó de sangrar por haber muerto... o que se tapó la herida...) pues mejor xD
Tiro por registrar la habitación (gasto mi último punto de suerte... inútilmente. Por uno xD)
El papel era una especia de panfleto de agitación populista, que a modo de profecía anunciaba que la Iglesia de Sigmar en Nuln era decadente y corrupta, que oprimía a los hombres comunes. El papel tenía una marca de impresión, un símbolo o logotipo comercial, como las botellas de buenos vinos. Había una pequeña raja en el centro del papel, la marca que dejó el cuchillo al clavarse sobre él. Al revisar la nota se dio cuenta de que por el otro lado, escrita a mano, había una advertencia:
Mantén tu nariz fuera de los problemas locales, o sino...
El cuchillo era una vulgar daga corriente, salvo por un pequeño símbolo triangular en la empuñadura que Johannes, y todos los demás ya habían visto en algún lado. Aunque no recordaban dónde...
Miré con detenimiento el cuchillo. ¿Tal vez ese símbolo fuese el de los cultista de Nuln? ¿Otra vez nos tocaría enfrentarnos a esa escoria? Desde luego, si era eso, no tenía muchas ganas. Pero si no era eso...
Un escalofrío recorrió mi espalda. Era posible que ese símbolo nos sonase de los monstruorratas. No sabía que era peor. Al menos, los cultistas eran hombres, y no ratas gigantes.
Saliendo de mis pensamientos, dije al resto— Miremos si hay algo más, como un libro de notas o algo así, y vayamonos de este lugar. Esto empezando a sentir náuseas.
Y no era mentira. De hecho, me vino una arcada bastante fuerte. Tanto, como para salir de la habitación. Por lo poco que había visto, no parecía que hubiese nada. Tendrían que investigar el resto.
Motivo: Percepción
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 56 (Fracaso)
Johannes sonríe al ver la cara de Wolfgang.
—Adelante, adorna el suelo con más manchas. Tampoco las van a limpiar —dijo riendo por lo bajo—. No he encontrado nada más. Si había algo puede que se lo llevaran los mismos que atacaron a Isidro.
Mientras hablaba recogió ambos objetos, el cuchillo y la nota, dispuesto a a llevárselos. El cuchillo lo introdujo en la caña de su bota, ocultándolo a la vista. No existía tal cosa como cuchillos de sobra. El símbolo en la empuñadura le daba mala espina, no sabía por qué, pero algo le decía que lo mantuviese escondido no fuera a meterle en problemas. Lo mismo podría decirse del panfleto. Cosas así bastaban para hacerle pasar unas noches en una celda o incluso el cepo. Sin embargo, antes de guardarlo, se lo mostró a sus compañeros.
—Deberíamos averiguar de dónde viene el panfleto—dijo señalando la marca de impresión— y de qué va todo esto. Quizás nos de pistas sobre el paradero de Isidro.
El ladrón se detuvo unos instantes, como pensando.
—Hay algo aquí que no cuadra. Estoy pensando que no tiene mucho sentido apuñalar a alguien y luego dejar una nota como pista. ¿No creeis? Puede que quien se llevara a Isidro no fuese la misma persona. Bueno, Wolfgang tiene razón, mejor lo hablamos fuera de aquí.
¿Cómo es el símbolo que hay en el panfleto? ¿Pone algo en concreto (como el nombre de los impresores, por ejemplo)?
Todos: En efecto, si os fijáis bien hay una diminuta marca en la esquina inferior derecha: Imprenta Buchman, Ashendorf.