Partida Rol por web

Todo aquello era muy sospechoso, manchas de sangre en la escalera, en la habitacion, esa nota y esa daga con el simbolo, eran pistas muy evidentes. - Esta claro que todo esto es muy raro chicos, creo que deberiamos salir de aqui cuanto antes, y llegarnos a esa imprenta, Buchman. Quizas ahi puedan darnos alguna informacion. - Todo aquello era un estercolero y Eldar queria salir de alli cuanto antes, algo no olia bien y ellos para buscar lios eran los numeros  uno. - Salgamos de aqui - termino diciendo el elfo mientra salia por las puertas de la habitacion y cogia escalera abajo.

La imprenta Buchman era un pequeño edificio que había conocido días mejores, se situaba en las proximidades de la iglesia de Sigmar, en una bocacalle de la avenida principal de Ashendorf. No parecía un negocio muy próspero, había numerosas impresiones sobre un cartel en su fachada, como ejemplo de los servicios ofrecidos y un listado de precios en su entrada.

Rainer no esperó a los demás. Llamando educadamente a la puerta la abrió y entró. En ese momento salía una anciana con un libro y dejó pasar al sacerdote antes de irse. El dueño era un hombre imposiblemente pálido y delgado, con las manos llenas de tinta seca. Refunfuñaba y estaba nervioso.

¿Dónde estará ese chico con la tinta? Arf...Cuando le coja le voy a dar una buena...ya verá...

—Oh vaya... —musito cuando veo que Rainer golpea la puerta. Cuando aparece el hombre, y antes de que nadie diga nada, sólo puedo decir— ¡Buenos días tenga usted, buen hombre! Verá, como verá, aquí mi compañero es un sacerdote de la iglesia de Ulric. Es posible que eso no le diga a usted nada, desde luego. Pero lo que sí que es posible, es que le diga que estamos investigando unos asuntos de la iglesia de Ulric y demás iglesias. Todo el mundo sabe que unas son mejores que otras en amabilidad y modales. Eso es algo que tenemos pendiente, pero bueno... Vaya, me desvío de la conversación. A lo que veníamos es sólamente a hacerle unas preguntas, pero nada más. Habíamos oído que aquí se imprimieron unos panfletos sobre la Iglesia de Sigmar. ¿Es cierto?. Puede contestar sin miedo, sólo queremos algo de información y seguiremos nuestro camino, siendo para usted sólo una leve pérdida de tiempo de un par de minutos.

Dicho todo esto, espero la respuesta del hombre, a ver que cara pone cuando le digo que somos seguidores de Ulric.

Pero lo que sí que es posible, es que le diga que estamos investigando unos asuntos de la iglesia de Ulric y demás iglesias

El hombre se puso un punto más pálido, tan blanco que pronto empezaría a brillar. Miró nervioso alrededor, no había clientes.

Todo el mundo sabe que unas son mejores que otras en amabilidad y modales

Los ojos se le abrieron como platos y miró nervioso, varias veces a un montón de papeles. Papeles que Hugo inmediatamente se puso a revisar. Curioso por algo que había visto en ellos....

Yo, yo, yo...no sé...no sé qué puedo decirles, no sabría...no debo...son tiempos duros. Sí, eso. Necesitaba dinero para mantener abierta la imprenta...y yo..bueno. No sé...

Hugo mostgró los papeles a sus compañeros. Eran panfletos políticos. En ellos se podía ver la construcción de la nueva catedral de Nuln, cuyos cimientos eran bebés muertos. La caricatura mostraba un alguacil ahorcando campesinos que se desangraban bajo la atenta mirada de un sacerdote de Sigmar. Había algunas palabras junto a los hombres. Los que sabían leer se miraron entre ellos.

¡Es extraño! -decía el alguacil- No sale oro, sólo sangre.
Sin duda es cosa de herejía, habrá que quemarlos- contestaba el sacerdote.

—Bueno, bueno, no hace falta echarse las manos a la cabeza. Podemos ser comprensivos y ver que esto se trata de un negocio. Pero queremos saber, entonces, quién fue el que le encargo todo esto. Como verá, pese a lo que mi violento amigo le diga —hago un ademán con la cabeza para señalar a Rainer— de momento no vamos a quemar nada. Como le digo, solo queremos hacer unas preguntas y que después siga con su negocio, nada más...

Tal vez en otra ocasión hablaría más, pero sé que la boca me acaba perdiendo y parece que tengo al hombre en el bolsillo... O bueno, al menos, en una posición algo ventajosa.

Rainer se aproxima a Heisel con la maza en la derecha golpeando suavemente la izquierda. Mira sin compasion al pobre hombre mientras le habla sin quitarle ojo de encima.

¿¿Sabe usted que de ocurrir esto en Middenheim estaria hablando ante un Tribunal de herejia?? Probablemente con algunos miembros fracturados y una barra incandescente... mas le vale contarnos todo lo que sabe...

¡No! ¡No, por favor! -el hombre se arrodilló a los pies de Rainer- Soy un devoto de Sigmar. Aún conservo mi moneda natal. Las cosas están muy mal, necesito dinero. La cosecha. La cosecha ha sido muy mala. Mi hijo necesita dinero, y mis nietas. Me he visto obligado. Pagaban con oro. ¡Necesitaba el dinero! ¡Por favor!

Pues entonces cuentenos todo lo que sepa y describanos a las personas que encargaron esto... cualquier cosa que sepa puede excluirle de este asunto... no se reprima nada... y hagalo mientras toca mi maza bendecida.

El sigmarita aproxima la parte "dañina" de su maza a las manos del hombre,esperando sus respuestas.

—Bueno, no hace falta ponerse así. No vamos a hacerle daño. Como le dije, sólo queríamos saber unas cuantas cosas. Lo que pasa que los métodos de mi amigo es algo menos "pacífico" que el mío. Por suerte, antes de nada estoy yo. Así que tranquilícese y cuéntenos despacio quién le pidió que realizase esos trabajos. Después de esto, no tendrá que preocuparse más por nosotros, como le dije, no queremos hacerle daño.

No sé quienes eran. Llevaban capas verdes oscuras. ¡Con capuchas! Pagaron de inmediato. Vendrán a recogerlos panfletos la tarde del Festival de las Marionetas.

El hombre seguía arrodillado, suplicando.

Esta bien... podeis levantaros. Has servido bien llevala siempre contigo ... EL te protegera... dice mientras le entrega al hombre una de las pequeñas reliquias de Ulric que posee (*).

Se aleja un poco y susurra a sus compañeros mirando a ambos lados.

Tal vez debamos esperarlos cuando vengan a recogerlas...