Partida Rol por web

Chicago ~ Réquiem

· Privada: Quincey

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11/02/2009, 13:02
Director

EXPERIENCIA
Ritmo 2/3
Narrativa 4/4
Acumulada 3
TOTAL 9

 

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23/02/2009, 18:22
Director

Alguien llama con suavidad y cuidado a la puerta de tu habitación, esperando a que accedas y des tu permiso para que pueda pasar lo cuál te da una ligera idea de quién puede tratarse. O al menos de quién no.

Gabrielle abre con su típica delicadeza silenciosa, volviendo a ajustar la puerta tras ella y dedicándote entonces una pequeña y leve reverencia que puede resultar incluso algo arcaica y desfasada, pero es un gesto tan automatizado en ella que apenas se da cuenta de que lo efectúa a menos que alguien le llame la atención al respecto.

-Mi señor, Odín me envía a informarte de que requiere tu presencia en tus aposentos cuánto antes- se sujeta las manos a la altura del regazo y después de transmitir el corto pero conciso mensaje se atreve a levantar la mirada con cierto pudor hasta poder mirarte de forma directa apenas un instante, moviéndose enseguida como si pretendiera que éso gesto no se notase, desviándose a una de tus muchas estanterías para empezar a quitar el escaso polvo acumulado. Lo cierto es que tu habitación es la que limpia con más asiduidad incluso cuando no parece sucia.

Notas de juego

*Ya debatiremos si es apropiado o no el término "mi señor" y que te tutee

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25/02/2009, 21:40
Quincey Bell

Estaba escribiendo. Mejor dicho, había estado escribiendo en mi diario, pero mis pensamientos se habían perdido en el silencio y mi vista se había detenido en algun lugar más allá de la ventana. Aunque delicados, los golpes en la puerta me devolvieron a la realidad. Aún sostenía en la mano mi querida pluma, que, en mi descuido, había dejado caer alguna gota de tinta sobre el papel. Aireé ligeramente la mancha con la mano para que se secara y empecé a recoger los utensilios de escritura. Cerrar el bote de tinta, limpiar la pluma... Al fin y al cabo tampoco estaba inspirado.

- Adelante, Gabrielle.

Sabía perfectamente que era ella. No había nadie más en la casa con aquella suavidad. Oh, como adoraba la tranquilidad que transmitía mi pequeña, a pesar del amargo lamento que asomaba en mi eternamente agónico corazón cada vez que la veía.

- No hace falta que me llames señor, Gabrielle, ya lo sabes. - respondí terminando de limpiar la pluma - Gracias, ahora iré.

Dejé hacer a mi niña casi con una sonrisa en los labios, a pesar de que las estanterías se encontraban ya casi relucientes. Cerrando mi libro de notas con la aterciopelada cinta de que disponía, me levanté del sillón y me dirigí hacia mi caja fuerte, convenientemente escondida tras un pequeño tapiz oriental que traje de Hong Kong. Allí dejé, junto el resto de tomos que había estado llenando durante décadas, mi diario personal y, tras asegurarme que dejaba todo como estaba, dirigí mis pasos hacia la habitación de Odín.

Hacer que Gabrielle le dijese que viniera él habría sido muy poco educado por mi parte, pero la verdad es que también era algo soberbio por la suya mandar a alguien a buscarme. Porque por las prisas que parecía tener y el tono del mensaje no creía que se tratase de un invitación cordial para tomar una copa y jugar al póker, precisamente... Creo que tendría que adaptarse a su nuevo nivel social. Fuese cual fuese el que hubiera tenido.

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08/03/2009, 12:05
Gabrielle Mercier

Ella parece quedarse ensimismada por unos segundos mientras tú te abstraes acabando de recoger y limpiar con esmero y cuidado todos tus utensilios. Emite un pequeño suspiro apenas perceptible y acaba por sonreír.
-Pero tampoco te molesta, ¿verdad?- responde a la mención de tratarse de "mi señor", algo que bajo su punto de vista es lo más correcto para denominarte ya que es ni más ni menos lo que te considera, aunque evidentemente sin una carga negativa en ello. Podría ser considerada una sierva... y eso no la molestaría lo más mínimo mientras el "amo" seas sólo tú.

Se aparta a un lado dejándote paso, observando cómo te marchas de inmediato con cierta decepción hasta que cierras la puerta y su expresión se vuelve más pícara girándose hacia ese tapiz tras el cuál se esconde tu preciada caja fuerte...

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08/03/2009, 12:12
Odín

Sales de la habitación, caminando por el pasillo y distinguiendo el tecleo acelerado en el cuarto de Bastian antes de llegar hasta la puerta de Odín, a escasos metros de la tuya. Llamas y enseguida te cede el paso por lo que entras cerrando tras de ti, encontrándote en esa especie de ante-sala-biblioteca tan repleta de libros en la que acostumbra a pasar tantas horas.
-Espero no haberte importunado demasiado- dice sentado en una de las mullidas sillas, levantando la severa mirada amarillenta de una nota que sujeta con sus palidísimas manos. Espera pacientemente a que tomes asiento o sencillamente te acerques y entonces te la tiende para que la leas tú mismo.

-Me la ha entregado Gabrielle en cuánto me he despertado- se levanta entonces con esa lentitud tranquila que le caracteriza y empieza a caminar de un lado a otro de la sala en actitud pensativa, con sus pasos amortiguados gracias a la extensa alfombra que cubre el suelo.
Nota :

Querido Odín,
Te envío esta nota como petición. Sabes que te he concedido muchos favores, y agradezco que me los hayas devuelto en la medida de lo posible, sin embargo es bien cierto que he financiado el refugio que toda tu manada ostenta sin pediros nada a cambio, así que me preguntaba si por ésta vez podríais ser vosotros los que me otorgarais el beneficio de vuestras habilidades.

Estoy teniendo algunos problemas con un compañero de clan que quiere derrocarme y quitarme el puesto, uno de esos vástagos ambiciosos dispuestos a cualquier cosa por escalar puestos. Lamentable, pero algunos están así de desesperados... El caso es que no consigo dar con él, parece que se haya esfumado por completo de la ciudad, sin embargo sé donde dar con uno de sus ghouls. Sé que parece algo fácil y ridículo pero te aseguro que no quiero ofenderos, lo entenderéis cuando sepáis más detalles.

Acudid esta noche a las 22.00 bajo el puente de Lower Michigan Ave., ribera norte. Mi chiquillo os dará más detalles.

Tras esto se encuentra la firma de Anastasia Kuznetsova, y cuando tu mirada se detiene Odín hace lo mismo.
-¿Qué opinas? En realidad no parece que tengamos mucha elección- admite con tono calmado aunque su ceño fruncido parece dejar claro que no le agrada demasiado la idea de tener que estar ejerciendo de "recadero".
No es la primera vez que antes de una reunión general te pide tu opinión concreta y privada como segundo vástago más antiguo de la manada.

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10/03/2009, 14:01
Quincey Bell

 

(Extracto del diario de Quincey)

 

Chicago, Illinois

27 de octubre de 2008

Hoy he estado ojeando mis numerosos escritos. Algunos más que otros. Algunos menos que otros, mejor dicho...

Me he dado cuenta que nunca he escrito sobre Evelyn en profundidad, lo cual, pensándolo bien, es realmente singular. ¿Cómo es eso posible? Supongo que las palabras que escribiría son tan claras para mí que nunca he sentido la necesidad de escribirlas.

¡¿Qué decir?! Fue ella quién me abrió los ojos a la inmortalidad y me guió sabia, aunque prudentemente, por los caminos de la noche. Fue ella la que me enseñó la pasión por el arte y casi todo lo que sé sobre los vástagos. Pero sobretodo fue ella quien estuvo y ha estado a mi lado durante todos estos años, observándome desde las sombras y preocupándose de mí a pesar de que nunca quiso confesarlo.

Aunque a veces he llegado a odiar lo fría y burlona que suele mostrarse estoy seguro de que, en el fondo, aún le queda algo de humanidad, que solo puede sentirse libre de volcar, a veces, en mí. Ella, aunque muy a su manera, ha sido el hombro sobre el que apoyarme cuando todo mi mundo se venía abajo. De hecho dudo que ahora estuviese aquí escribiendo si no hubiese venido a visitarme poco después de aquella noche fatídica.

¡Ay, ésa dulce y arrogante pintora! ¡Quién sabe qué pasa por su mente cuando me ve! Lo que sí sé seguro es que yo siempre le estaré agradecido. ¡Conservaré el cuadro que me regaló hasta el fin de mis días!

 

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10/03/2009, 14:06
Quincey Bell

- No Gabrielle, no me molesta - contesté con una sonrisa en los labios provocada por aquella picardía. Ella era de las pocas personas que aún me hacían sonreir...

Entré a la habitación de Odín en cuanto éste me dió paso y me acomodé en una de las sillas a su invitación.

- No, tranquilo - mentí como respuesta a su "excusa de cortesía".

Leí pausadamente la carta que me tendió entonces a pesar de la ligera incomodidad que provocaba aquel vampiro de aspecto inquietante paseando por la habitación.

- Maldita sea, una noche que tengo planes urgentes... - maldecí en mi interior - A este paso voy a morirme de sed. O algo peor...

Alguna vez había padecido ya el advenimiento de la bestia que yace, acechante, en mi interior y ya una vez destrozó mi existencia en mil pedazos. Estaba claro que no nunca más permitiría que ello pasara de nuevo y aquel "pequeño favor" no corría tanta prisa como para ponerse en mi camino. Iría a la reunión, sí, pero después tendría que saciar mi apetito sin excusas. Aunque aquel pobre ghoul podía tener muchos números de adelantar la comida...

- Pues parece que no, muy a mi pesar...
- respondí a mi interlocutor, tan disgustado o más que él por el hecho de tener que hacer de "recadero" (¿Desde cuándo era yo un matón que tuviese que hacer el trabajo sucio de la gente?) - Pero espero que nadie quiera a ese ghoul vivo, porque esta noche iba a salir a tomar algo, precisamente...

Mi mirada se encontraba perdida en alguno de los libros de las estanterías y mi expresión denotaba el fastidio de la situación, incluso por encima de mi habitualmente neutro semblante. No había dicho aquello último en broma, eso seguro.

Justo en aquel momento tronaron los altavoces con la voz de aquel pesado ghoul. Suerte que las habitaciones estaban insonorizadas... Miré a Odín de nuevo, buscando complicidad en el hastío que me producía Roman

Notas de juego

Juas, pensaba que no habría manera de interpretar mi "trauma" y ¡voilá! me ha salido la oportunidad perfecta ^^ ¡Acabo de descubrir que a mi pj le inquieta en sobremanera la Bestia! xD

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10/03/2009, 15:15
Odín

-No estoy seguro, la carta no es muy explícita en los detalles pero al parecer Evan se encargará de ello cuando lleguemos al lugar- responde a tu comentario acerca de la supervivencia del ghoul, recuperando la nota de tus propias manos y tomando asiento en la pequeña banqueta que forma parte del conjunto de sillas de aspecto arcaico y poco cómodo entorno a la pequeña mesa de su biblioteca personal.

-Hay tiempo de sobra para que puedas alimentarte de camino allí o incluso en el refugio, no te preocupes por eso... seguro que algún otro miembro de la manada lo necesitará- dice convencido de ello mientras su amarillenta mirada vuelve a las letras con actitud tranquila y pensativa, viéndose interrumpido por la antigua megafonía de la casa a través de la cuál se distingue la voz de Roman inequívocamente. Odín emite un leve chasquido de lengua.

-Es imposible que aprenda algo de disciplina... Dudo mucho que Anastasia llegue a abrazarle alguna vez- vuelve a levantarse de su asiento y se gira hacia una estantería concreta, en la cuál descansa un viejo, pero bien conservado, reloj de cuerda -Le dije que diera el aviso a las nueve- musita por lo bajo, negando con la cabeza y dando así al ghoul por imposible -Aún así es útil. Supongo que por eso sigue vivo- de todos modos no parece que llegue a importunarle demasiado, sea porque es más paciente o sencillamente le da igual de verdad.

-Será mejor que bajemos antes de que el resto se tiren las sillas por la cabeza- añade poniéndose en marcha en dirección a la sala de reuniones, pues como bien acaba de decir muchos de vuestros hermanos son jóvenes o demasiado violentos y los conflictos a veces se producen con más facilidad de la deseada.

Notas de juego

Cuando empiezas a postear con un PJ nuevo puedes auto-sorprenderte xD

Ah sí, cambié la hora de la nota para que cuadrase =P

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10/03/2009, 17:45
Quincey Bell

- Eso espero - respondí al Nosferatu - También podría comerme a Roman... - pensé traviesamente.

Negué con la cabeza ante los comentarios de mi interlocutor sobre el ghoul. Realmente no tenía remedio... En fin, al menos cumplía bien su cometido. Aunque entonces mencionó al resto y no pude reprimir una media sonrisa. Aquello era una casa de locos, definitivamente. Pero esa locura me estaba activando un poco a la vez así que algo es algo.

Seguí a Odín fuera de la habitación cuando éste se levantó, pero pasaría primero por mi habitación para coger el revólver. Mis habilidades marciales, al contrario que las de muchos de los habitantes de aquel refugio, eran casi nulas, así que almenos con el arma me sentía algo más seguro y más teniendo en cuenta que podríamos meternos en problemas aquella noche. También cogería algo de abrigo para no destacar en manga corta en las frías noches del octubre de Chicago

- Ahora bajo - le comenté, haciéndole un gesto

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10/03/2009, 21:41
Gabrielle Mercier

Odín te "responde" con un asentimiento de cabeza, dirigiéndose al fondo del pasillo para después girarlo y bajar las escaleras que le conducirán al piso inferior.
Por el silencio que impera en el superior parece obvio que el resto de miembros de la manada ya ha descendido y probablemente esperen con impaciencia (y quizá desagrado) lo que tenga que decirles su supuesto "líder".

Llegas hasta tu habitación confiado, abriendo la puerta con normalidad pero aún así alarmando a Gabrielle, la cuál se incorpora de golpe situando sus manos tras su falda en un extraño acto reflejo, pretendiendo evitar que se viera algo indebido en su corta falda al estar haciendo la extensa cama... como si no le hubieras visto veces la ropa interior (y quizá incluso más allá).

-Qué rápido...- admite con un suspiro de alivio cuando queda claro que eres tú, observándote con curiosidad e interés, deseando recibir algo de información al respecto pero sin cometer el descaro de preguntar por algo que teóricamente no la atañe.
Te sigue con la mirada, todavía junto a la cama, y observa como rebuscas tu viejo revólver hasta dar con él y comprobar que está cargado, momento en el que frunce el ceño al percatarse de que la situación puede ser problemática y opta por girarse y continuar con sus tareas mordiéndose la lengua.

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10/03/2009, 23:41
Quincey Bell

Cuando entré, con total normalidad, a mi habitación sorprendí a Gabrielle, la cuál se encontraba haciéndome la cama y sus ojos encuriosidos me siguieron con interés mientras me dirigía hacia el cajón donde se encontraba mi viejo revólver. La conocía demasiado bien ya para saber que su educación y "timidez" le impedían hacer las preguntas que su curiosidad le imploraba hacer.

- No te preocupes, - le comenté con una tierna sonrisa mientras comprobaba el arma - ya sabes que no soy de los que se meten en problemas.

Una vez comprobado y enfundado el revólver me acerqué a ella y le puse suavemente la mano sobre su cabeza - Supongo que no llegaré demasiado tarde. Acto seguido descolgué una chaqueta de cuero negro del perchero que había junto a la puerta y salí de la habitación poniéndomela.

Cuando llegué a la sala de reuniones estaba ya todo el mundo allí, de manera que saludé con el tono de voz justo para ser oído - Buenas noches - y me acomodé en una de las sillas.

Notas de juego

Cita :

(y quizá incluso más allá)

¡¿Pero qué piensas que hace Quincey con Gabrielle, pervertida?! xDD

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13/03/2009, 19:56
Director

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14/03/2009, 11:59
Quincey Bell

El hospital.

Para alguien como yo se trataba del lugar perfecto. Mis habilidades de ofuscación me permitían pasar desapercibido y llegar a cualquier habitación. Mis conocimientos de medicina me permitían elegir a los pacientes apropiados e improvisar cuando se tuviese que poner una inyección de anestesia allí o un poco de suero allá.

Los pacientes solían estar dormidos a las horas en que los visitaba así que lo habitual era tomar algo de vitae de dos o tres personas diferentes sin ni siquiera interrumpir su sueño. Más bien mejorarlo, de hecho. Lo único que les pasaría es que se sentirían algo débiles la mañana siguiente y yo, a cambio, me ahorraba trabajo y, sobretodo, víctimas. Sí, al contrario de la mayoría de vampiros, yo aún conservaba algo de humanidad y además tampoco necesitaba matar a nadie para alimentarme.

Pero aquella noche era diferente: era demasiado pronto y tenía poco tiempo., pero tenía soluciones para situaciones como aquellas: la zona de los pacientes en coma.

Así pues, equipado con el abrigo y unos guantes de cuero oscuros además del bien guardado revólver, me dirigí hacia el hospital más cercano al sitio donde habíamos quedado y volví a representar aquella eterna danza macabra...

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14/03/2009, 12:00
Director

Te adentras ofuscado en el hospital, un recurso fácil y rápido usado a menudo para situaciones como ésta que podrían considerarse "de emergencia". Aún así, sabes que debes darte prisa, y no sólo por el hecho de que tengas un tiempo límite si no por el hecho de saber que las cámaras de vigilancia sí captan su imagen aunque sea de forma borrosa y llamar la atención de los vigilantes de seguridad nunca es demasiado agradable.

Por suerte tus pasos te llevan con la misma seguridad y determinación que si pasearas por el parque, habituado a transitar numerosos hospitales distintos pero de distribución similar.

Llegas a la zona de comatosos y pacientes de urgencia con rapidez, aunque procuras que su estado no sea demasiado grave como para acabar matándoles, lo cuál no deseas en absoluto.
Finalmente te alimentas de dos de ellos, saciándote al completo, sintiéndote lleno de vitalidad y energía apaciguando así por completo a la Bestia que asomaba en tu interior de forma amenazadora.

Sales del hospital dirigiéndote entonces al lugar de la "cita", llegando incluso antes de lo acordado. Según te aproximas a la zona inferior del puente, las calles se vuelven más oscuras, abandonadas y malolientes, pero probablemente lo importante es que no haya miradas indiscretas de por medio.

Sin lugar a duda te llama la atención el hecho de toparte con dos grandes camiones aparcados uno junto al otro en medio de ese lugar desierto, aunque tras unos segundos de observación te das cuenta de que hay alguien más paseándose entre ellos y un poco más de fijación te deja distinguir a Evan, el chiquillo de Anastasia.

Notas de juego

*3+3= 6 vitae, vas full (10/10)

*Hora aprox: 21:46

Te toca en sga eh xDD

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18/03/2009, 00:43
Quincey Bell

El calor de la sangre latió de nuevo en mi interior, al menos durante unos instantes, antes de que la frialdad de mi piel me recordara de nuevo mi condición. Aquella noche, por suerte, no había tenido demasiados problemas para alimentarme (tampoco los solía tener) así que me dirigí hacia el lugar de la cita con la tranquilidad del tiempo sobrante y sobretodo de haber apaciguado a la Bestia que empezaba a acechar en mi interior.

Al llegar a mi destino me extrañó encontrarme aquellos dos camiones en medio de la nada, aunque la presencia del chiquillo de Anastasia contribuía a relajar la sospechas. Aún así... ¿Qué hacían allí? ¿Simple coincidencia? ¿O los había traído él? ¿Tal vez había un tercero implicado?

Utilizando el útil poder de las sombras me acerqué, con cuidado hacia los camiones para ver el escenario más de cerca y, tal vez asomarme a las cabinas de los camiones. La curiosidad me traería problemas algún día...

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19/03/2009, 16:42
Director

Te camuflas entre las sombras a bastante distancia de los vehículos y del muchacho, dirigiéndote después hacia él... y siendo interrumpido por la ruidosa y "flamante" aparición del llamativo deportivo blanco de Baal, el cuál contrasta tanto como su propio dueño en un lugar como ése, aunque el atuendo de Evan también resulta más elegante de lo que debería en un lugar así.

Te aproximas hasta ellos con cautela, quedando más que claro que los camiones no son nuevos, ya han sido usados en bastantes ocasiones, así lo demuestran sus ruedas, la suciedad y el desgaste general, sin embargo no parece haber nadie más acompañando al chiquillo, al menos por ahora.

BaalBaal :

Cuando esta lo suficientemente cerca de Evan para que le ogia dice amablemente.
-Buenas noches.-se obliga a finjir una medio sonrisa de complicidad, pues el asunto, como ya había dejado claro en la reunión, le fastidiaba bastante.

 

Evan Black
Evan Black
:

-Buenas noches- saluda efectuando una pequeña inclinación de cabeza respetuosa, hablando con su típico acento inglés educado que algunos encuentran incluso repelente.
-Creía que vendrían todos juntos... ¿tiene idea de si el resto serán puntuales?- pregunta mientras arremanga parte de su camisa de gemelos dorados para consultar su reloj arqueando ligeramente una ceja, probablemente algo irritado ante la idea de que alguien pueda ser impuntual aunque de todas formas parece de lo más tranquilo.

Notas de juego

No cambies la dif de las tiradas, siempre es 8... (excepto las desesperadas y las de Humanidad)

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20/03/2009, 01:01
Red Demon

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22/04/2009, 00:27
Director

Está claro que tanto la noche cómo la misión se han vuelto un completo caos fuera de control, y el comprobar como las bombas resultan ser en realidad de gas nervioso es la gota que colma el vaso para tu paciencia.
Por unos instantes la Bestia parece muy dispuesta a tomar el control de tu propio cuerpo y de tu mente pero consigues sobreponerte y pensar en algo que te resulte más agradable y tranquilizador.

Así pues, decides abandonar el escenario del accidente y te diriges al refugio, a solas, invisible para todos.
Durante el recorrido por las frías calles de Chicago consigues serenarte algo más, aunque probablemente el enfado por lo sucedido siga ahí, dispuesto a salir en cuánto el resto vuelvan... si lo hacen.

Alcanzas el Refugio sin problemas, entrando en el recibidor y comprobando lo tranquilo y oscuro que se encuentra, lo cuál deja adivinar que Roman probablemente no esté ahí o se haya dormido hace rato, sin embargo sí se distingue una suave melodía de violín en ese mismo piso, algo más melancólica de lo que te gustaría en esos momentos y poco habitual.

Notas de juego

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28/04/2009, 00:11
Quincey Bell

El viaje de vuelta a casa me sirvió para tranquilizarme un poco y pensar en lo ocurrido. Había ido todo mal, como era de esperar, aunque podría haber ido peor. No había ninguna posible prueba que pudiera implicarme en aquel "atentado", pero había que esperar como reaccionaría la "parte vampírica" de todo aquello. Lo que era seguro es que Baal tendría que dar explicaciones tarde o temprano. Solo esperaba que la cosa no se pusiera demasiado tensa. En cuanto a Anastasia, en cualquier caso el que tendría que dar explicaciones sería Bastian o Odín y, de hecho, sería más bien al contrario: aquella mujer me debía una buena excusa.

Entré sin hacer ruido al refugio y una melancólica melodía penetró dulcemente en mis oídos. La seguí sigilosamente hasta el lugar de dónde procedía, cerré los ojos y la escuché apoyado en la pared contigua a la habitación de Gabrielle. Demasiado bien ligaba aquella melodía con mi marchita alma. Demasiado bien escarbaba en ella hasta hacerla llorar...

Cuando terminó dejé, como debe ser, reposar el silencio que sigue a la música. Entonces piqué a su puerta y entré tras su aprobación.

- Sonaba espléndidamente, Gabrielle

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01/05/2009, 14:31
Gabrielle Mercier

El silencio llega inexorable y aplastante tras la melodía de violín, confiriéndole al Refugio una tranquilidad muy poco habitual dado que normalmente hay mucha más gente pululando por un lado u otro del mismo con sus propias músicas o programas de televisión sonando a mayor o menor volumen.

Tras llamar a la puerta Gabrielle te pide unos segundos de espera y después deja que entres en su siempre perfectamente limpia y ordenada habitación, por eso esta vez destaca la reluciente funda de violín sobre su cama y varios carboncillos, lápices y trapos sobre el escritorio, aunque al parecer ya se ha dado prisa en procurar que no encuentres las posibles láminas.
Tiene bastante talento para diversos tipos de arte, pero pro algún motivo siempre se muestra recelosa a compartirlos con los demás a pesar de que al conocerla admitió ser fotógrafa.

-Gracias...-responde escuetamente y con cierta timidez a tu halago, cambiando rápido de tema -Ya estáis aquí, qué pronto...- está claro que todavía no te esperaba y empieza a revolverse las manos mientras te mira de arriba a abajo con atención varias veces. Parece que queda satisfecha con lo que ve y finalmente te sonríe, aliviada y dulce a la vez.
-Siempre que os marcháis de ese modo sin explicarme apenas nada me dejas muy preocupada, ¿sabes?- evidentemente sabe que eso no implica que a ti te importe pero de todos modos lo dice y se conforma con poder compartir sus pensamientos sin recibir reprimendas o castigos por ello.

Es entonces cuando mira tras de ti y su frente se arruga un poco, extrañada, pues lo habitual es ir oyendo o viendo pasar a alguno de los demás integrantes de la Cuadrilla pero esta vez está claro que no es así.
-¿Ha ido todo bien...?- se atreve a preguntar finalmente mirándote de forma directa a los ojos, algo poco habitual y que a pesar de ello sólo le has visto hacer contigo.