Partida Rol por web

27 DE OCTUBRE DE 2008
Cuatro días para Halloween, 20:07

Es Lunes, cómo cualquier otro lunes más aunque evidentemente sin ésa maldita rutina de empezar a trabajar dicho día y que por tanto se convierta en todo un fastidio. Algunos de vosotros de hecho ya hace cierto tiempo que no trabajáis, pero os costeáis los escasos gastos haciéndole pequeños favores a Anastasia u otros vástagos de los cuáles fiarse a no ser que alguno de los "adinerados" de la cuadrilla arrime el hombro más de la cuenta en ése detalle.

Algunos ya hace algo más de media hora que han despertado, otros empiezan su nueva noche en la no-vida ahora mismo pero sea cómo fuere todos estáis en plena actividad a éstas horas y todavía dentro del refugio acabando de decidir personalmente que tareas llevar a cabo.

En ésos momentos, tras asegurarse de que la mayoría de vosotros ya ha despertado, empiezan a distinguirse de forma lejana y sorda los primeros rasgueos de guitarra y algún que otro "grito" procedentes del piso inferior, no tan bien insonorizado cómo alguna de vuestras habitaciones.
No hace falta ser ningún genio para darse cuenta de que Roman ha empezado con uno de sus conciertos personales ahora que puede relajarse un poco, aunque muchas veces tiene que acabar usando auriculares por petición de unos u otros.
 

Interior del Refugio, 20:42

Los minutos pasan inexorablemente en el interior del refugio comunal y todos los vástagos han despertado ya, aunque algunos llevan el suficiente rato en pie para haber acometido algunas de sus tareas habituales mientras otros empiezan a desperezarse y vestirse en estos momentos.

La probablemente atronadora música de Roman ha cesado, pero ha sido substituida por la de Toxic en el interior de su habitación. Por suerte las paredes están debidamente insonorizadas y lo único que deja escucharla de forma amortiguada es la propia puerta.

En esos momentos el anticuado sistema de megafonía chasquea de manera incómoda, sobretodo para cualquiera que pueda encontrarse por los pasillos.

Comunica la voz de Roman con su habitual tono excesivamente confiado y maleducado, aunque por suerte para él a muchos de los integrantes de la manada eso no les molesta.

Otro día más, otro día más...

Sus ojos se abren lentamente con el sonido atronador de la música, previamente programada a modo de despertador por si Roman se olvidaba, aunque normalmente no era ni la música ni el ghoul lo que despertaba a la joven vástago sino su sed. Y esa noche tenía una sed terrible, llebava un par de días sin salir del refugio y eso la había pasado factura en su estado físico y anímico. Se lavó la cara como cada mañana y tras quitarse el pijama, cambiarse y adecentarse un poco abrió la puerta de su habitación de par en par mirando a un lado y a otro, pensando en un plan para esa noche. En ese momento sonó la irritante megafonía anunciando y tirando por los suelos su plan de aquella noche.

Pffffrrrrrr. ¿Y este qué quiere ahora?-Preguntó, como si aquel trasto fuera a responderla.

Con paso desganado e intencionadamente lento fue caminando hacia la sala de reuniones, dejándose caer en uno de los asientos con un gruñido de molestia.

¿Qué es lo que pasa? Tengo tanta sed que me bebería a Roman..

Baal sale de su habitación con un traje azul marino oscuro y raya diplomática. Cierra con firmeza su puerta, se ajusta una vez más la corbata, aunque ya estaba perfectamente en su sitio y se dirige a las escaleras para bajar al primer piso. Lanza su habitual mirada de desagrado al estrecho pasillo, y a las habitaciones de los otros integrantes de la cuadrilla, y entonces baja las escaleras.
Paciencia. Recuerda. Sólo provisional. No puede ser tan difícil volver a tener una casa para mí sólo, y que tenga todas las comodidades y lujos que preciso, aunque he de admitir que este refugio tiene sus ventajas. Y mi habitación mantiene su independencia...
Con una mano en el bolsillo de la chaqueta y la otra balanceándose al compás de los pasos se dirige a la sala de reuniones. Justo en la puerta se queda parado con el ceño ligeramente fruncido y mirando al suelo, intentando recordar que tenía que hacer algo. Inspira entre dientes y agita su dedo índice cerca de su cara como si lo ayudase a pensar.-¡Oh, claro!-susurra cuando encuentra lo que estaba buscando en sus pensamientos. Entonces gira sobre sus talones para dirigirse un momento a la destartalada habitación de Roman. Odiaba esa habitación. Al llegar se asoma por la puerta evitando cualquier contacto con ella y se sacude las manos.
-Eh...Roman.-dice para captar su atención sin mirarlo directamente. Se humedece los labios y asiente repetidas veces con la cabeza mientras mira al suelo. Entonces eleva la mirada.-Ya sabes lo poco que me gusta ese lenguaje que utilizas. Así que no vuelvas a dirigirte a mí en ese tono. Ser educado es gratis.-habla con total naturalidad mientras una sonrisa que no deja ver sus dientes y los ojos ligeramente entrecerrados dan esa expresión de estar hablando con un compañero de trabajo de inferior categoría, por supuesto. Sin darle tiempo siquiera a contestar da media vuelta y vuelve a dirigirse a la sala de reuniones, a la que entra esta vez sin vacilaciones.
Todavía no se porqué no he matado a este tio...Ah! no espera...si lo se. Sólo espero, por su bien, que no se me olvide.

hacía un buen rato que el sueño había acabado, pero por los bordes de las cortinas aun podía ver la luz del atardecer, fiel carcelero de nuestras no-vidas. estiro una pierna y aparto ligeramente la cortina con el pie, en la pared de enfrente veo como los rayos del sol se esconden tras las montañas. es raro como se aprecian las cosas cuando uno está muerto, todo se ve igual, pero aterradoramente distinto. la voz de roman me saca del aturdimiento momentáneo, suelto la cortina, estiro todos mis miembros, desentumeciéndome, haciendo crujir las articulaciones. me arrastro por encima de la cama, remoloneando, hasta el armario. la variedad de ropa es nula, ropa negra y ajustada es todo cuanto necesito. lejos quedan todos los modelitos que llevé y la imperiosa necesidad de poseer inútiles cantidades de trapos ridículos y sus accesorios. definitivamente la muerte cambia a las personas... prescindiendo de la ropa interior me enfundo en unos pantalones y un top. me calzo unas botas que lanzan desesperados gritos para que las jubile ya. otro día. salgo al pasillo. para ser una casa donde no vive nadie está muy concurrida. sonrío mientras miro a toxic y a baal. lo pilláis? no vive... voy hacia la habitación de roman y con un par de golpecitos en la puerta anuncio mi entrada. me acerco a el mediante grandes zancadas y le cojo la cara con ambas manos pero con suavidad, obligándole a mirarme. voy bien peinada?

Tras las nada apropiadas (al menos bajo el punto de vista de muchos de los vástagos del refugio) palabras de Roman, os empezáis a poner en marcha, unos de forma más directa que otros.
Toxic se topa con Bastian en la puerta de su habitación al parecer con claras intenciones de llamar o espiar hace apenas un segundo, pero ella acaba pro bajar llegando a la sala de reuniones en primer lugar y eligiendo su butaca favorita... seguida de cerca por Baal, que sin embargo se desvía hacia la habitación del ghoul.

La puerta se encuentra entreabierta, apena suna rendija, así que sólo tiene que darle un pequeño empujón con uno de sus dedos (evitando tocarla lo máximo posible), contemplando la pocilga que se supone ser la habitación del ruso.
Roman se gira extrañado, con el largo flequillo cubriéndole la mayor parte de la cara, lo cuál hace dudar si realmente es caapz de ver lo que tiene delante... aunque en realidad con un par de segundos viendo el enrojecimiento de sus ojos y sus pupilas dilatadas queda claro que aunque vaya ciego no es precisamente por el pelo.

-Claro tío...- se limita a responderle con una amplia sonrisa, más reluciente de lo que cabría esperar para alguien tan dejado, sin ninguna intención de meterse en discuiones con uno de sus "amos". "Suena tan jodidamente bien... Amo".
Cuando Baal abandona la puerta, probablemente sin disimular su hastío, el ghoul vuelve su vista al escritorio que tiene delante, extendiendo el brazo para retirar la distinta ropa sucia acumulada sobre él, dejando que caiga al suelo sordamente.

Desenfunda entonces su robusta pistola de gran calibre y la deja sobre la madera preguntándose si alguien se apuntaría a jugar a la ruleta rusa... No, no sería muy sensato, si no se llevara tan mal con Baal seguro que podrían convencer a un grupo de ilusos para divertirse.

Para su sorpresa otra visita tiene lugar, aunque esta vez para cuando se da cuenta Nica ya le está sujetando la cara para que le preste atención. Y hace bien, porque de no ser así la atención del ghoul ya estaría perdida en su escaso escote.
-Tan deliciosamente despeinada como siempre, sí- responde dejando escapar una pequeña risa por lo bajo que enseguida reprime -¿Después me contarás de qué va ese rollo de la reunión?- pregunta con interés a la gangrel, poniéndole cara de no haber roto nunca un plato sin demasiado éxito.

Este chico no aprenderá...y eso que es mayor que yo...un día de estos enfadará a alguno de los peligrosos...

Justo cuando voy llamar a la puerta de Toxic para ver si viene de caza sale lanzada hacia la sala de Reuniones...me quedo con cierta cara de Ups! Me encojo de hombros y me preparo para bajar a la habitación del ghoul.

Bueno por lo menos ya estaba despierta...

Bajo hasta la habitación a paso lento ya que realmente no quiero ser de los primeros en llegar, no me gusta tener que esperar sentado hasta que todos lleguemos. Mi cuerpo muerto me pide algo de actividad...cazar un poco...y esto puede que ralentice las ganas que tengo de salir de caza. La sed aumentará a lo largo de la noche y realmente no quiero tener que aguantarme las ganas de besuquear el cuello del algún mortal...

Siempre puedo preguntarle a Roman si saldrá si Toxic no quiere salir o ya tiene planes...aunque tendré que cambiar mi vestimenta para esta noche...si va al Excalibur no pinto mucho allí con mi ropa, llamaría demasiado la atención...me apetece algo de marcha...y no se si los demás querrán salir...

Miro a Roman que está en la puerta de su habitación y lo saludo levantando la cabeza levemente mientras le pregunto en voz baja:

- ¿Saldrás esta noche?...bueno ya me dirás mas tarde que haces ¿ok?

Mientras sigo caminando hacia la sala cruzando la sala. Cuando entro por la puerta de la sala de reuniones saludo a todos los presentes algo desganado y arrastrando algo las eses:

- Buenassss...

Me siento en una silla y me acomodo para soportar mejor la espera. Aún quedan algunos de nosotros por llegar.

sonrío satisfecha, pero sin soltarle la cara. claro, luego te cuento todo lo que quieras saber. junto mis labios con los de él y a los pocos segundos le suelto. eres un encanto. sin despedirme de roman salgo de su habitación, esquivando cuantas cosas hay en el suelo. sigo por el pasillo hasta llegar a la sala de reuniones donde ya estan bastian, baal y toxic. ei. es mi escueto aunque suficiente saludo a los presentes, ocupo una de las sillas y me dispongo a esperar a que lleguen los demás. a todas luces odín será el último en llegar. subo los pies a la silla, pego las piernas a mi pecho y descanso mi barbilla sobre las rodillas. podría rellenar el silencio hablando de algo trivial, pero ni me apetece pensar en un tema, ni me molesta el silencio. me molesta los segundos que pasan sin estar haciendo nada. me fijo en toxic y en el color de su pelo. que coñazo tener que peinarse todos los días y cambiarse el color de vez en cuando...

Roman se limita a asentir tras la pregunta de Bastian dejando que éste se marche, recibiendo las "atenciones" de Nica con gustoso placer esperanzado ante la idea de que se le abra el apetito tras el aburrimiento de la reunión.

Todos váis llegando a la sala en cuestión tomando asiento en vuestras butacas favoritas y habituales, mirándoos unos a los otros algo dubitativos hasta que el propio Odín, el "jefe" como le denominó Roman, cruza el umbral de la puerta con la decisión y la tranquilidad que le caracterizan.
-Buenas noches a todos- saluda con su típico tono educado pero algo distante antes de situarse en su sitio, en uno de los extremos de la demasiado-larga mesa pero sin encontrarse liderándola.

-Parece ser que esta noche vamos a tener trabajo que hacer. Anastasia nos pide un favor personal para que la ayudemos a dar con el ghoul de un vástago que la está... incordiando- dice esto último arqueando ligeramente una de sus "cejas", como quien habla de una chiquilla caprichosa.
-No creo que podamos negarnos, ha estado financiándonos éste lugar sin pedir nada a cambio... hasta ahora- tiende una carta que llevaba perfectamente doblada en una de sus blancas manos a Toxic, la más cercana a él, situada justo a su izquierda, dejando que la lea por sí misma y la vaya pasando al resto.

Es entonces cuando Quincey llega a la reunión y se coloca en su sitio sin que Odín se altere lo más mínimo, como si a esperase su llegada algo retrasada.
-Nos darán más datos cuando lleguemos al sitio, todavía falta más de una hora hasta que tengamos que dirigirnos allí- apoya las yemas de los dedos en la pulida madera de la mesa, permaneciendo todavía en pie, y escruta a los presentes con su amarillenta mirada esperando reacciones y alguna que otra queja.
Si no estuvierais tan acostumbrados a su presencia probablemente ya os estaríais removiendo de forma incómoda en los asientos.

Cuando me pasan la carta la leo detenidamente. Realmente le debo bastante a Anastasia así que para mí será un placer cumplir con este encargo. Así podré agradecerle la ayuda prestada en el pasado ya que nunca me ha gustado deber nada a nadie y menos a alguien que se cobrará cada uno de los favores realizados.

Tras leer la carta la paso a uno de mis amigos de colmillos largos y digo en voz alta y clara:

- Por mí de acuerdo...no habrá incoveniente en cumplir este encargo...aunque no me vendría mal alimentarme antes de realizarla...me gustaría estar plenamente centrado en la misión y no preocupado por la sed...

Miro al resto para ver en sus rostros lo que piensan. Espero que no haya ningún problema aunque no sería algo raro. Somos muy diferentes entre todos nosotros y que haya algunos roces son normales...nadie en su sano juicio viviría con cinco asesinos sedientos de sangre...

Observa a Odín hacer acto de presencia en la sala, nunca se acostumbraría del todo a su presencia, era espantoso y siniestro, por suerte su interior era un poco más hospitalario, o eso les hacía creer ver. Coge la carta y la lee por encima con cierta actitud de pasotismo, no le gustaba ser la recadera de nadie pero no había más remedio: en el mundo vampírico los favores no eran más que futuras obligaciones. Termina de leer el documento y lo dobla finamente para pasarselo a Bastian, dedícandole una mueca de fastidio y susurrando:

Nos ha jodido los planes de esta noche..

Frunce el ceño cuando acepta tan rápidamente, a ella le gustaba más hacerse la remolona y buscar cualquier manera de escaquearse de estas cosas.

Bueno, vaaale. Pero el guapito tiene razón, necesitamos un buén batido de glóbulos rojos antes de lo que quiera que sea ese trabajo. Ya encontraremos algo por el camino.

Por cierto.. ¿Recogeremos nuestros juguetes del arsenal o no serán necesarios? -antes de darles tiempo a contestar añade sin poder evitar parar de hablar-¡Yo no pienso salir sin mis cosas!.

Parece sencillo, sólo es un ghoul , ¿pero y si hay que cargarse al amo? Eso ya son palabras mayores..

....

¿no?

Baal recibe la carta con sumo cuidado. La lee con atención y con ojo crítico. De pronto muestra todos sus dientes en una siniestra sonrisa y se deja caer en el respaldo de su silla con las manos extendidas. Parece estar diciendo "Estais de broma". Vuelve a incorporarse apoyando los codos en la mesa pero si abandonar su expresión para dirigirse al grupo.
-Por favor. ¿Está de broma?. ¿Cómo podéis aceptar esto?. No somos niñeras. Si aceptamos la próxima vez puede que nos pida que le cortemos el césped.-comenta exasperado por la actitud de los otros vástagos ante una petición tan..."degradante".-No deja de ser más que un maldito ghoul. Que vaya Roman.-dice con desprecio mientras se levanta lentamente y arroja la carta sobre la mesa.-Yo tengo cosas mejores que hacer.-añade recuperando la seriedad de un hombtre de negocios que decide abandonar una importante reunión mientras se ajusta su chaqueta con toda la intención de marcharse. Sentir agradecimiento hacia otro vástago o persona nunca ha sido una de las cualidades de Baal.
Un puto ghoul. ¿En serio se pensa que somos tontos?. No tengo tiempo para tonterías, además es a no es manera de empezar bien la semana.

escucho lo que tienen que decir los demás y antes de que la carta llegue a mi ya me hago una idea de por donde van los tiros. la hoja se desliza por encima de la mesa, la intercepto poniendo una mano encima y girándola hacia mi para leerla. con un rápido vistazo y sus comentarios me pongo al día de la situación. los favores, con favores se pagan. digo a nadie en concreto, aunque solo baal ha demostrado su disconformidad. además, hacer algo diferente de vez en cuando se agradece. le paso la carta a odin y vuelvo a rodear mis piernas con los brazos. podeis contar conmigo.

Cuando llegué a la sala de reuniones estaba ya todo el mundo allí, de manera que saludé con el tono de voz justo para ser oído - Buenas noches - y me acomodé en una de las sillas.

Escuché las reacciones de los presentes, las cuales ya casi podía adivinar, puesto que ya llevaba un buen tiempo en aquella casa como para conocerlos a todos más o menos. La verdad es que a mi me destrozaba como al que más los planes para aquella noche, pero por lo que me había dicho Odín podría combinarlos con aquella especie de "recado". Eso esperaba, porque, si no, tendría el orden de prioridad muy claro...

- Tu lo has dicho, Nica - comenté echando una rápida mirada a Baal, aún con la neutralidad que, a mi pesar, le habían conferido los largos años de vacío por los que llegué a pasar. Aún así, aunque tenía alguna década más que él, no había llegado al extremo donde él estaba. Ni esperaba llegar nunca.

Dejé pasar la carta sin leerla, pues ya sabía perfectamente qué ponía. La idea de lavar los trapos sucios en vez de pagar un alquiler como las personas normales no me apasionaba, precisamente, pero ya hacía tiempo que me había acostumbrado a que el mundo de los vástagos funcionase así. Además no me iría mal, como decía Nica, hacer algo diferente, tomar un poco el aire, relacionarme... ¿No había aceptado vivir allí, en parte, para ello?

¿Qué pasa? ¿Es bochornoso para el principito? Uuuuhh miradlo, está indignadísimo.

Sonríe burlona mirando a Baal levantarse, era díficil que no le cayera mal se parecía demasiado a su padre y un estilo de vida del que había renegado por completo años atrás.

Para ser tan delicado deberías agradecer que te cedan un refugio ya que tu mansión aún no está disponible.

Sabía que esa bocaza suya algún dia la traería problemas, y no era la primera riña entre ellos, pero era algo que no podía evitar, casi como respirar cuando aún vivia.

Me mantengo en silencio esperando a ver que deciden. Yo ya he tomado mi decisión, Nica tiene razón...los favores se pagan con favores...y yo debo uno muy grande.

- Bueno...creo que la mayoría estamos de acuerdo...así que deberíamos hacerlo cuanto antes...si terminamos pronto antes volveremos a nuestros asuntos...¿no creéis? - comento al resto

Mi voz es firme y segura, no suelo ser el que lleve la voz cantante en las reuniones...para ser sinceros es la primera en la que me presto a ello. Soy sin duda el más joven de todos...y no solo como vampiro...soy el que mas joven han convertido. Joven y atractivo eternamente, realmente conmigo se cumple el mito vampírico que muchos desearían tener.

Miro al resto a ver si deciden comentar algo más o poner alguna condición; espero que no ya que realmente empiezo a tener sed de verdad y no me vendría mal alimentarme rápido antes de que me vea obligado a gastar algo de mi preciada vitae...podría hacer que mi bestia saliera y realmente no me gusta verla salir...

Odín se mantiene en pie y acaba por unir sus manos tras la espalda en una actitud totalmente serena y paciente, observando a los distintos miembros de la manada, sus reacciones y respuestas.
Asiente con lentitud a cada uno de los que afirma estar dispuesto a llevar el encargo a pesar de la poca gracia que pueda hacerle, deteniendo su mirada un segundo más de lo normal en Baal, con una expresión más severa de la habitual. Es el vástago que más problemas trae y sin embargo el que menos se integra. Todos hacen algún que otro esfuerzo por convivir y asegurarse la supervivencia pero su arrogancia es tan extrema que estaría dispuesto a morir por ello según parece.

-No vamos a obligar a nadie a cumplir este cometido... Pero piénsatelo bien. Te hemos dado cobijo cuando nadie más hubiera estado dispuesto a hacerlo. La paciencia tiene un límite y de momento no has demostrado estar dispuesto a hacer nada por ésta manada- las palabras surgen con neutralidad de su boca pero está claro que se trata de una pequeña reprimenda para el egocéntrico daeva. Que hagan mella en él es otro asunto mucho más distinto.

-Bien, el resto... No os preocupéis, tenemos que llegar al lugar citado en la nota a las diez así que tenéis tiempo de sobra para recoger vuestros "juguetes" y alimentaros lo que haga falta- su tono ahora sí es distinto, más paternal y comprensivo con los vástagos dispuestos a aprender y a no perder del todo su humanidad a pesar de als criaturas en las que se han convertido.

Recupera finalmente la carta y la dobla con cuidado guardándola en el interior de su amplio cinto, dando la pequeña reunión por concluida y dejando que cada uno se ocupe de lo que crea menester mientras se dirige a su propia habitación a por sus "cosas".

Baal detiene su repentina marcha debido a la intervención de sus supuestos compañeros de manada. La respuesta de Toxic era cuanto menos provocadora. Desde luego en otras circustancias probablemente ya estaría planeando algo para hacerla sufrir, pero seguro que eso no se vería bien a ojos de los demás miembros del grupo así que, aunque su cerebro le insta a lanzarse sobre ella y arrancarle la lengua de cuajo se obliga a quedarse quieto, y a esbozar una medio sonrisa que expresa de todo menos alegría.
-¿Sabes Toxic? Creo que algún día tendré que matarte.-dice sin la más mínima alteración de voz. La cosa queda como una broma, aunque no se puede asegurar con demasiada certeza.-Pero me niego a dicutir con alguien que como cánon de elegancia tiene el llevar el pelo como la bandera del orgullo gay.-esta vez si sonríe con más enfásis.
Desgraciadamente la cosa no queda ahí. Los demás miembros de la manada, por supuesto, están casi deseosos de besar el suelo que pisa Anastasia.
Ha hecho mucho por ellos, pero...¿no tienen orgullo? ¿se van a degradar de esa manera sin alzar siquiera la voz? (suspiro). Bueno, aunque tiene su lógica...sólo hay que verlos. Cuando vives rodeado de basura, acostumbrado a que te pisoteen, y a revolcarte en la mierda cuando tus amos te lo dicen, es normal que termines comportándote como un cerdo. El único que se salva, y por lo pelos, es Bastian. Al menos tiene un sentido del gusto para vestirse y no ir como los malditos negros del bronx.
Desgraciadamente para Baal interviene el jefe de la manada. Guarda cierto respeto hacia Odín, pues al menos ostenta una cierta categoría social, y no parece un deshecho social como otros. Por eso le fastidia bastante que intervenga para ponerse en su contra.
"No vamos a obligar a nadie a cumplir este cometido... Pero piénsatelo bien. Te hemos dado cobijo cuando nadie más hubiera estado dispuesto a hacerlo. La paciencia tiene un límite y de momento no has demostrado estar dispuesto a hacer nada por ésta manada"...Traducido: No vamos a obligar a nadie a cumplir este cometido...pero si no lo haces te echamos. En cualquier otro momento no haría falta, ya me hubiera ido yo, pero los malditos de los polis me obligaron a deshacerme de mi refugio...(suspiro) No hay más remedio...Total, ya es imposible empezar bien el Lunes...
Después de escuchar a Odín se lleva la mano derecha a la cara para restregarse los ojos, como si no pudiera ver bien, o estubiera deliberando a la fuerza. Eleva hacia el techo con los ojos cerrados, inspira por la nariz y expulsa el aire repentinamente por la boca. Después se queda con la mirada fija en la pared.
-Vale. Está bien.-dice de repente asintiendo un par de veces y encarando otra vez al grupo.-Iré con vosotros. Pero si hay que sacarle información, me lo dejáis a mi ¿de acuerdo?-accede finalmente.

¿Matarme? Creí que ya estaba muerta... -Sonrió descarada al comentario de Baal, sabiendo que de broma tenía poca- Pero estare encantada de presentarte a mi Colt y buscar por cual de tus agujeros encaja.-volvió a sonreir siguiendo el juego de "es una broma".

Pero el comentario sobre su estilo y más concretamente su querido pelo si que consiguió exaltarla.

¡¡ Hijo de .. !! -se mordió la lengua- ¡¡Vomito en tus trajes de Armani maldito cerdo clasista!!!

Apretó el puño y busco instintivamente sus armas, por suerte para todos habían aceptado la orden de guardar todas las armas de la casa en la armería evitando así las matanzas por calentones. Le señaló con el dedo y se semiincorporó en la butaca enseñando los colmillos desafiante a Baal.

Soy pequeña.. pero sabes que muerdo, y me importa una mierda hacerte un agujero en tu chaqueta de negrero de 2000 dolares...

Hpttt..

Resopló y terminó por levantarse, marchándose de la habitación aireada para no enturbiar más la situación. De paso pasaría por la armería a recoger sus juguetes.