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Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

IX - El Cierre del Círculo

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30/11/2015, 06:52
Director

Una victoria. Triste, sí, pero una victoria al fin y al cabo. Las canciones envejecieron, se tergiversaron sus significados, muchas se olvidaron y en otras se reemplazaron a sus protagonistas. Pero algo permaneció fiel a la historia, algo que sobrevivió a todo cambio y siguió anclado a la tierra durante años para evitar que el mayor ataque sufrido por la ciudad fuese olvidado: los restos de la guerra.  Sí. Cadáveres irreconocibles abrazados a sus enemigos, ropas descoloridas y convertidas en andrajos, antiguas casas de las que sólo asomaban los puntales, juguetes y muñecas dejados atrás por niños inocentes…recuerdos, sólo recuerdos en definitiva. La tierra se encargó de enterrar el desastre que los carroñeros no pudieron limpiar. Durante lustros, cada primavera, las riberas de Álandor aparecían salpicadas por unas misteriosas manchas de color blanco; no eran otra cosa que huesos limpios y pulidos arrojados a la orilla por las aguas con cada deshielo. Al parecer, ni el mismo río que tan decisiva ayuda aportó a la ciudad, quería aquellos restos en su seno. No obstante, antes de que lo anteriormente expuesto sucediese, un pequeño grupo de aventureros, insignificante si lo comparamos con los enormes ejércitos que en esos momentos asolaban las tierras circundantes, iba a ser el encargado de llevar a cabo una de las mayores gestas que los Reinos deberían, y sí, digo deberían, haber recordado.

La débil luz del sol de invierno saludó a los cansados caminantes cuando éste comenzó a asomar por encima del horizonte. Al principio fue sólo una claridad casi imperceptible, empero, más que suficiente para permitirles observar las enormes nubes de color violáceo que agrupaban sobre sus cabezas. Hacía tiempo que aquellas impresionantes formaciones habían perdido su belleza. Tras cinco días de marcha, cansados, abatidos y ateridos por el frío debido a las continuas lluvias, los cinco aventureros divisaron su destino en la lejanía.

La última loma que habían coronado, que no era más que un apelmazamiento de tierra que levantaba poco más de cincuenta pies sobre el terreno circundante, permitió divisar el monumento a las tres razas. Tres inmensas espadas de piedra de decenas de pies de altura que señalaban las fronteras del condado de Cherrybroof. Los ojos de Kormack y Ogna, los dos únicos miembros con vida de los Ocho de Váligar, buscaron de forma inconsciente el mismo punto en que Spujnur había caído fulminado por un rayo. Lógicamente no lo localizaron. Distaba mucho de donde se encontraban en ese momento, tanto que Torre Alta, aquel túmulo donde encontraron la primera mención a Aranar Brusta en un legajo de papel, era tan sólo un diminuto punto negro en la lejanía. Sin embargo ambos sintieron que tenían frente a sí a las mismas llanuras que los habían visto llegar en condiciones parecidas de la trágica e infructuosa expedición al mausoleo de Harrum-Zhasal.

Oaksville, la pequeña villa donde debían encontrar respuestas en la boca del mediano Aranar Brusta, quedaba aún a varias horas de viaje. Un extraño presentimiento sobrecogió  a los cinco aventureros al ver alzarse en un punto lejano, justo en la trayectoria que debían seguir, un penacho de humo oscuro. ¿Habría corrido Oaksville el mismo destino que la multitud de pueblos y granjas que el grupo había dejado atrás desde su partida en Crímmor?

Notas de juego

Es el amanecer del quinto día desde que os reunisteis con Allen en la arboleda cercana a Crímmor. Durante los cinco días de marcha habéis sido testigos de que, al igual que los orcos de las montañas se habían cernido sobre las ciudades y pueblos de las riberas del Álandor, otras muchas partidas lo habían hecho sobre los pueblos del interior. Sin embargo, no parece que los ataques a las zonas que habéis dejado atrás hayan sido de la misma intensidad. Al contrario, son pocos los cadáveres de personas con los que os habéis topado.

 ** Oaksville está a 4 horas de camino. Vuestra posición es justo en la punta superior derecha de la T de Tor.

Recordatorio:

1 - Renovad hechizos.

2 - Subid niveles.

 

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30/11/2015, 21:32
Jeldrich

La decisión estaba tomada, de forma casi unánime los aventureros sabían que el siguiente movimiento debía ser la aldea de Oaskville… todos, menos Jeldrich…

Con la amenaza sobre Crimmor paliada, el clérigo veía imperiosa  la necesidad de volver a Althkatla y asegurarse que su familia no corría peligro alguno. Para él, su papel en la ayuda por los habitantes de Crimmor había concluido. No podría aportar mucho más a aquella guerra que el cuidado de los heridos y el paso de los días a la espera de asestar el golpe final al ejército orco si éstos no terminaban abandonando la contienda por ellos mismos.

Convencido de que esa debía ser su misión principal, fueron las palabras del sirviente de Tyr las que hicieron que el aparente buen juicio de Jeldrich comenzará a titubear. Allen calmó las preocupaciones del clérigo con argumentos sólidos. Athkatla permanecería a salvo gracias a sus grandes defensas y los acertados actos de los aventureros pudiéndoles prevenir del ataque. Además, Allen subrayó fehacientemente la importancia de descubrir qué estaba tramando Aranar Brusta. Para Jeldrich aquel nombre no significaba nada, pero para sus compañeros parecía que podía tratarse del máximo responsable de las desgracias que asolaban la costa de la espada. - ¿Anteponer un bien global a uno propio?, era la duda que rondaba la mente del clérigo, la respuesta a ella sería evidente si tan sólo echamos la mirada atrás a los últimos viajes de Jeldrich. Su vocación le hacía mirar siempre más allá de su beneficio propio…y si viajando a Oaskville tenía la posibilidad de construir los primeros cimientos para acabar con aquella horrible guerra, estaba obligado a intentarlo… 

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01/12/2015, 06:46
Director

El resplandor que siguió a la entrada del primer soldado en el área de absorción del portal fue tan intenso que, de no haber sido porque en el exterior de la torre ya clareaba el día, cualquiera que hubiese prestado atención a la desvencijada puerta del edificio hubiese visto como un rayo de luz dorada escapaba por cada una de las hiendas de la misma. El brillo cegador obligó a todos los presentes a cerrar los ojos y apretarlos con fuerza pero, incluso así, el dolor era tan intenso que más de uno estuvo a punto de perder la conciencia y caer al suelo. Sin embargo, ninguno llegó a tocar con sus rodillas la fría piedra debido a lo que siguió en la décima de segundo siguiente.

Desencadenado el poder del hechizo en suspenso, la realidad se combó y distorsionó hasta que una grieta de un color más oscuro que la noche rajó el espacio acuoso del portal, generando así un vórtice que abarcó casi la totalidad de la habitación. No hubo tiempo para reaccionar, pues éste comenzó a engullir uno tras otro a todos los soldados que se encontraban frente a la puerta y, una vez desaparecidos estos, a todo aquel que se encontraba en la torre. Morwing y Selpen, los dos últimos miembros de la arriesgada expedición en ser atraídos hacia el portal por un viento mágico contra el que era inútil luchar, recorrieron volando, literalmente, los últimos escalones que los separaban de la estancia y los metros que había desde la puerta hasta el centro de la espiral de magia desatada. Después, el silencio y la negrura de la muerte.

Cuando Morwing recobró la consciencialo hizo de un modo abrupto y sobresaltado. Intensos y agudos latidos golpeaban sus sienes cada pocos segundos acrecentando aún más el dolor de cabeza y el pitido en sus oídos. Le llevó unos segundos rememorar qué había pasado y dónde se encontraba. Lo primero que escuchó, confirmándole que definitivamente no estaba muerto, fueron los graznidos de los cuervos en el exterior. Estaba dentro de una habitación sumida en la penumbra. La poca luz que entraba, suficiente para su vista de elfo a pesar de su apariencia,  lo hacía a través de un tragaluz a la altura del techo. Gracias a ello pudo ver que, a su alrededor, además de multitud de cuerpos despatarrados y colocados en la más posiciones más disparatadas, había gran cantidad de sogas, sillas de monta y un banco de herrador. Era un establo, sí, o más bien la habitación en la que se guardaban los arreos y demás. Aquello le era tan familiar…

Los quejidos y murmuraciones de los primeros soldados que recobraban el sentido le sacaron de sus cavilaciones. Habían sobrevivido todos pero su estado en ese momento dejaba mucho que desear, como bien comprobó Morwing al tratar de ponerse en pie. Estaba tan aturdido que de no ser por lo apremiante de su misión a buen gusto se hubiese puesto a dormir. De pronto, como quien no quiere la cosa, recordó donde estaba. ¡Eran las caballerizas de donde la guardia de la pequeña Casa del Representante encerraba a los caballos!

Notas de juego

TS de Fortaleza CD15 o a -2 a todas las habilidades durante 1 hora.

Tirada de escuchar.

Estáis en el edificio número 8 en el mapa, detrás de la Casa del Representante del Consejo.

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01/12/2015, 11:32
Losse

Había pasado poco más de un mes desde que Losse pisara aquellas tierras por las que ahora se disponían a caminar con la esperanza de haber encontrado a su compañero de viaje, Spujnur. El motivo de su llegada ahora distaba mucho de la anterior, pues ahora ya sabía el haciago destino que le deparó al joven semielfo, y cómo habían transcurrido los acontecimientos a lo largo de ese tiempo. Pero el panorama que encontraron fue muy diferente al esperado. En su interior, Losse, tenía la esperanza de que la guerra no hubiera alcanzado estas aldeas y, sobre todo, que Aranar estuviera por allí cerca para poder echarle el guante y acabar con todas sus confabulaciones, pero, cuando alzó la vista, la espigada columna de humo que emergía de Oaksville.

- ¿Es aquello humo? - Preguntó Losse a sus compañeros con la certeza de que lo que estaba viendo era real. Debía imaginar que lo que sus ojos le decían era la cruda realidad, pues él gozaba de mejor vista que ninguno de sus acompañantes. - ¡Démonos prisa! Quizá podamos averiguar algo ahora que está todo reciente. -

- Tiradas (5)

Notas de juego

Fabrico flechas durante los 5 días de camino (con 20 basta).

 

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01/12/2015, 17:51
Ogna

- ¡Mirad, Las Tres Razas! - Harta de tanto viaje y caminar los ojos de Ogna se volvieron a llenar de ese brillo tan característico en su mirada al rememorar las aventurar corridas en aquella zona.Allí estaban los supervivientes de los ocho de Valigar. Sólo Kormack y ella podían contarlo y Losse podría ser el sustituto perfecto de Spujnur, formando así el reflejo viviente del monumento. Precisamente los ojos de su amado, tan sagaces siempre, lograron discernir en la lejanía una columna de humo, presumiblemente de Oaksville.- ¡Ah no! No me da la gana.- Decía pensando en que un incendio o alguien llegara a matar a Aranar Brusta antes que ella.- ¡Vamos! Tonto el último.- Sí, sabía quién iba a quedarse atrás.

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01/12/2015, 21:22
Morwing
Sólo para el director

Un resplandor, tan luminoso como cálido, fue engullendo a cada uno de los hombres del hechicero. Poco a poco todos fueron absorbidos hacia el portal hasta llegar el turno de Morwing y Selpen. Este último reflejaba una expresión de incredulidad, ya no sólo por lo que estaba sucediendo en esos momentos, si no por ver el rostro de su señor totalmente inmutable y dejándose llevar por el poder mágico de aquella misteriosa habitación.

Las lenguas de luz les fueron arrastrando literalmente hasta el interior de la habitación. El resplandor, cada vez más brillante pronto obligaría que ambos cerraran los ojos a la espera de que todo aquello acabase. Tras cruzar, ambos quedaron sumidos en la más absoluta oscuridad y comenzaron a notar un intenso dolor que hizo que Morwing apretara tanto los dientes que sus encías comenzasen a sangrar. El viaje fue toda una tortura, que si bien no sabían cuánto había durado, para todos los afectados les había parecido una eternidad.

- Oscuridad y Silencio…  - “ñiiiiiggg ñññññiggg ñññiiggg”

Ese inconfundible sonido grabado a fuego en el subconsciente del hechicero fue disminuyendo gradualmente para convertirse en el graznido de cuervos mientras poco a poco recobraba el conocimiento.

Tardó varios segundos hasta que su visión de elfo le permitiese ver dónde se encontraban. La escasa luz, acompañada del intenso dolor de cabeza tras la experiencia con el portal, hicieron que Morwing no cayese en la cuenta de dónde se encontraba hasta que poco a poco fue identificando el establo – Oaskville…, se autoconfirmó a sí mismo mientras trataba de recomponerse y se aproximaba a la única fuente de luz que le permitiría descubrir que había en el exterior. – ¡¡¡Shhh!!!, callaos todos… manteneos en silencio ahora…, ordenó a sus hombres tras sus primeros quejidos…

- Tiradas (3)

Notas de juego

Con la varita de Restablecimiento Menor podría quitar ese -2 a los soldados que fallasen la TS?

*Sorry por no poner en oculto la tirada...si me pasó xD

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01/12/2015, 22:33
Director
- Tiradas (2)

Notas de juego

TS de Fortaleza de soldados: 13 éxitos. 7 afectados por jaqueca y mareos.

TS Fortaleza de Selpen: éxito.

Sí, podrías utilizar la varita para quitar el penalizador.

Resultado de escuchar

Aparte de los cuervos no escuchas nada más, y precisamente es eso lo que te escama. Oaksville, a esas horas de la mañana, ya debería estar rebosante de ruidos; como por ejemplo el de las conversaciones de las personas haciendo cola para hablar con Aranar Brusta, quien normalmente comenzaba a resolver los asuntos de los ciudadanos antes de la hora nona de la mañana. Sin embargo no se escucha nada en absoluto.

De hecho, normalmente esos establos siempre tenían más de cinco caballos para uso del personal de la Casa del Representante. No se escucha a esto piafar, cosa extraña.

Resultado de Avistar

Alzándote a pulso hasta el tragaluz consigues ver el patio trasero de la Casa del Representante. No hay ni rastro de los caballos ni indicios de vida en la parte de pueblo que puedes ver. Sólo grandes bandadas de cuervos sobrevolando los tejados o posados en ellos.

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02/12/2015, 15:28
Director

Descendieron la suave loma por su costado oeste y caminaron durante una milla en dirección suroeste hasta encontrar el serpenteante camino que discurría a través de las llanuras y que los llevaría directamente hacia la encrucijada de las Tres Razas. Para cuando llegaron al monumento los cinco compañeros estaban completamente calados hasta los huesos. El cielo, el cual seguía encapotado con las mismas nubes cerradas y amenazantes, no había parado de soltar agua en toda la mañana.  Por un momento, alguno pudo llegar a pensar era precisamente debido a la lluvia por lo que se habían topado con ninguna patrulla de soldados, algún mercader o granjero camino de sus tierras de labor. Sin embargo aquella idea pronto sería descartada al ver, ahora con claridad, que las delgadas columnas de humo se elevaban directamente desde el interior de la pequeña villa.

Si no hubiese sido por el preocupante humo, que era mucho más oscuro que el que hubiese dejado escapar una chimenea en caso de estar encendida, y las bandadas de cuervos que lo sobrevolaban, Oaksville, a la distancia desde la que el grupo la observaba, parecería un pueblecito sereno y tranquilo. Aguardaron unos momentos oteando el horizonte y siguiendo con la mirada la línea que formaba la empalizada que defendía el pueblo desde el lado sur. Losse, que era el que mejor vista tenía de todos los allí presentes confirmó lo que se hacía cada vez más evidente: no había silueta alguna de soldados caminando por ellas ni defendiendo la puerta.

Notas de juego

Estáis a 1 milla de las murallas.

Aunque el pueblo parece desierto, sí que se ven huellas de carros que han rodado por el camino en los últimos días, eso sí, ninguno en el día de hoy ni en el anterior.

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02/12/2015, 15:30
Morwing
Sólo para el director

Mirando a través de uno de los encajes de la puerta, Morwing descubrió el más absoluto silencio acompañado de la falta de presencia de gente, inusual dadas las horas en las que se encontraban. Sin duda aquello resultaba sospechoso, e incluso inquietante, aunque bien era cierto que les daría el margen suficiente para poder recomponerse después del accidentado viaje a través del portal.

-Oíd…, dijo aproximándose a sus hombres y manteniendo el tono silencioso que tanto demandaba. - …creo que el poder de esa habitación nos ha enviado hasta Oaskville. No sé cuántos de vosotros la conoceréis pero os aseguro que el hecho de que no haya rastro de nadie ya es sospechoso de por sí, comentó mostrando preocupación. – Bien... Nos tomaremos unos minutos para reponernos antes de salir al exterior, apuntó tras una pequeña pausa y ver como muchos de sus hombres se encontraban aparentemente castigados.

Tras esas palabras y recordarles que debían tratar de no llamar la atención, Morwing se fue aproximando a los soldados que peor aspecto presentaban. Para fortuna del hechicero tenía en su poder una varita que podría eliminar de un plumazo el mal que sufrían… lo cual no dudó en hacer ni por un instante. Aquellos soldados eran ahora mismo su mejor baza así como su gran apoyo una vez salieran del establo, era imperativo mantenerlos en las mejores condiciones.

– Déjame ver, soldado… con esto te recuperarás…

- Hay que reponerse, debemos avanzar….

- Tranquilo, esto te hará sentir mejor…

- Un dolor de cabeza no impedirá que cumplamos nuestro objetivo, ¿verdad?…

 

Fueron algunas de las frases que Morwing utilizó para aliviar y recuperar a sus hombres mientras hacía uso de su varita mágica.

Notas de juego

**Utilizo 7 cargas de la Varita de Restablecimiento Menor (Descontadas)

Dudas:

Distancia del establo hasta la casa del representante del consejo?...que por cierto, es Aranar, no?

Morwing recuerda si la casa tiene alguna entrada trasera? Pasadizo o algo así...?

Entre los soldados hay alguno con habilidades para infiltrarse? Moverse sigilosamente? Esconderse... 

 

 

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02/12/2015, 15:48
Losse

- Bastante curioso que siga habiendo humo con la que está cayendo. - Dijo Losse mientras intentaba seguir refugiándose de la lluvia con su capucha. - ¿Creéis que puede deberse a algún tipo de invocación? No me extrañaría que esa sabandija de Morwing se hubiera vendido, con amuleto incluido, al enemigo. -

El silencio se apoderó durante unos segundos del grupo tras el comentario del explorador. Quizá no fuera bueno retomar todo aquel asunto al fin y al cabo. Finalmente, el everlunita decidió romperlo de nuevo y desviando un poco el tema. - Por cierto, bonita corona, Jeldrich. - Decía mientras señalaba al objeto recién adquirido por el humano. -  ¿Sabes? Mis hermanos elfos suelen utilizar ese tipo de coronas. Lo ven como algo cultural. Nunca me había planteado llevar una, pues siempre me crié entre humanos pero, ahora que la veo en ti puesta, quizá decida emular a mis parientes si consigo encontrar una parecida a esa que llevas. Es de una manufactura exquisita -

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02/12/2015, 16:15
Selpen Ilmerin

Los soldados agradecieron el gesto de su señor con veladas palabras denido principalmente al desconcierto. Era para todos, sin excepción, la primera vez que tenían un contacto tan evidente con una magia de esa índole. A más de uno se le cambió el color del rostro cuando Lord Eradack, visiblemente tranquilo y confiado, les confesaba que se encontraban en Oaksville. ¡Ni más ni menos que a dos días de camino de Athkatla!

Selpen Ilmerin, que era quien mayor confianza tenía con su señor, principalmente por haber servido a sus órdenes desde que Lord Eradack se convirtió en un prominente mercader, se acercó a rastras hasta Morwing con el rostro denunado.

Señor...señor... ¿Qué está pasando aquí? ¿Cómo que estamos en Oaksville? - Preguntó atropelladamente a medida que más y más preguntas aparecían en su mente.

Notas de juego

Sí, el Representante del Consejo es Aranar Brusta.

Del establo a la puerta del servicio, por la que salían los guardias y el personal, habrá unos 100' (50 hasta la valla que separa el jardín de los corrales y otros 50 hasta la puerta trasera del edificio).

Los soldados, sin armadura, se mueven bien sigilosamente. Dos que son más jóvenes, podrían tener mejores facultades para ello.

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02/12/2015, 21:14
Jeldrich

Según se acercaban a la ciudad de Oaskville la sensación que recorría a Jeldrich era que más que aproximarse al lugar donde podría estar el centro de mando de los ataques orcos, lo hacían hacia a un pueblo fantasma.

Las columnas de humo así como la poca presencia de soldados y aldeanos no auguraban nada bueno… para colmo la mención de un tal Morwing y las sospechas de algún tipo de invocación terminaron por alarmar definitivamente a un Jeldrich, que a falta de respuestas buscaba de manera impotente los rayos de sol en un cielo totalmente encapotado.

- Es demasiado ostentosa, la verdad, respondió a Losse cuando le preguntó por la corona que portaba. – Sin embargo, también posee un gran poder, aclaró. – Gracias a Lazhánder que no dimos la más mínima oportunidad a Muzhal para poder hacer uso de ella, comentó aliviado. Cuando Losse comentó las historias de su pueblo y que ahora se replanteaba llevar también una corona después de ver la suya, Jeldrich no pudo evitar sonreír mientras le escuchaba con gran interés. – Seguro que terminarás llevando la tuya…y quién sabe, quizá se trate de alguna que represente algo mucho más importante que un puñado de monedas de oro sobre la cabeza, comentó cuando sus ojos, una vez más, ascendieron a la lejana aldea. – En serio, amigos, ¿qué esperáis encontrar allí?, preguntó confundido… 

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02/12/2015, 23:48
Kormack Quebrantahuesos

El enano se desilusionó al ver que el nuevo les seguía, pero pronto olvidó todo aquello y dio más importancia al hecho de que un mediano le había engañado. Le había hecho recorrer mucho mundo teniendo las respuesta tan cerca. -En cuanto le coja, le aprrrretarrrré el gaznate. OH, si lo harrré... Como a Hebrrrrafina...- decía pegando piedras a los guijarros. Buena parte del viaje lo pasó meditando en lo que haría a aquel sagaz mediano y la otra media intentando adivinar si en realidad no se habían perdido. El enano no tenía mucha idea de planos al igual que tampoco tenía mucha idea de otras muchas cosas. Como aquellas tres espadas que Ogna llamaba las tres razas. Lo había visto antes, pero no le dio ninguna importancia nuevamente. Finalmente, Losse hizo un comentario inapropiado que hizo sacar una mirada fría al enano. Bien le hubiese respondido lo que se merecía, pero en vez de eso, le respondió de otra forma. -Amigo mío...- dijo levantando una ceja y echando el humo de su pipa -La última viez que estuve aquí, también llovía...- dijo recordando aquella nefasta noche. Los ocho de Valigar habían menguado hasta cuatro. -Uno de tu raza quedó abrasado por un rrrriayo...- decía con tranquilidad, pese a que llovía a mares. -Yo si fuerrrra vosotros no llevarrrría cosas metálicas tan alto.- y ya fuese Morwing quien hubiese creado aquellas nubes, la corona de Jeldrich era un buen reclamo para emular la hazaña de Spujnur. Quizás ese rayo abrazó en aquella ocasión al semielfo, peor también de no haber estado él, seguramente hubiese elegido al enano, quien iba embutido en metal. Por suerte, su altura supuso una ventaja.

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05/12/2015, 10:47
Morwing
Sólo para el director

Morwing era consciente que al hacer uso de su varita mágica las dudas de sus hombres comenzarían a crecer por momentos. Sin embargo era algo  con lo que contaba, la situación era comprometida de por sí, daba por hecho que en algún momento tendría que hacer uso de todo su poder arcano y por supuesto no dudaría en hacerlo… Por ello decidió no hacer por el momento ningún comentario al respecto. Prefirió dejar que la mente de sus hombres bordasen la razón de por qué ese poder por sí mismos y lo adaptasen a su antojo. Lord Eradack podría tratarse de un hombre que durante años había mantenido oculto y contenido el poder arcano que ahora mostraba sin tapujos dada la situación… o todo aquello podría ser debido a la compra de algún poderoso objeto conseguido en la tienda donde se detuvo camino de la torre…. Poco le importaba ya aquellos detalles al hechicero estando tan cerca de su objetivo…

No obstante las palabras de Selpen, llenas de inseguridad al encontrarse de repente en Oaskville, convencieron a Morwing de que era el momento de poner algunas cartas boca arriba y surtir a sus soldados de una información que a partir de ahora les haría actuar en consecuencia. – Total… ya no pueden marcharse a ningún sitio…, pensaba fríamente…

-Tienes razón Selpen, respondió tras suspirar y agachando la cabeza siguiendo en todo momento un papel fraternal hacia los suyos. Morwing se incorporó y palmeó la espalda de Selpen para después colocarse en el centro del establo y poder ofrecer unas palabras a sus hombres.

-En efecto estamos en Oaskville, confirmó. – Esa extraña habitación no debía ser otra cosa que alguna especia de portal… y si estamos en esta aldea, no es por otro motivo que por Aranar Brusta, representante del consejo. Esa maldita rata ha estado conspirando contra Athkatla y otras muchas ciudades cercanas…y es muy probable que esté tras los ataques sufridos estos últimos días. Estoy casi convencido que sus tentáculos llegan a los altos cargos de las ciudades, de ahí el hecho que no hay visto oportuno comunicárselo a nadie más… como os comenté esta mañana, esto es un conflicto en el que todos estamos en peligro, por ello no podemos desviar la mirada hacia otro lado y yo mismo me veo en la obligación de luchar hombro con hombro a vuestro lado, comentó cerrando el puño y dar paso a una pequeña pausa con el fin de que su hombres digiriesen toda aquella información. – Pero comprenderéis, que una campaña de tal magnitud no ha podido ser llevaba a cabo por un solo hombre…no, claro que no, se respondió a sí mismo. – No son sólo piratas y sucios orcos los que están bajo su mando… un aliado mucho más oscuro y perverso es el que ha permitido que ese mediano de tres al cuarto haya conseguido hacer temblar los cimientos de la paz…. Se trata… de un ser del inframundo, un demonio tan malvado y despiadado que si consiguiese cumplir sus objetivos os aseguro que preferiríamos estar muertos antes que ver en que convertiría nuestro mundo. Evidentemente esos seres buscan conseguir algo más que la vida de unos inocentes o algo material… y es justo eso lo que debemos evitar. Hay que encontrar a Aranar Brusta y acabar con sus planes antes de que sea demasiado tarde. Si debemos descender al mismísimo infierno para acabar con él, que así sea… ¿¡estáis conmigo!?, concluyó hincando la rodilla en el suelo a la espera de la aprobación y el respaldo de su hombres… 

Notas de juego

Más Dudas:

- Efecto y Duración de una carga de la varita de vigor (también de Davros, sí... xD)

- Altura del Vallado. Idea para salir...agachado o rastras del establo y detenernos tras las vallas como primero punto de avance... 

*Te recuerdo que llevo activo, ademas del conjuro de Nystull, falsa vida y ver lo invisible...cuando se pase el efecto de ver comunicamelo, plis... (eran 30minutos desde que crucé el portal)... 

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05/12/2015, 19:37
Davros Zokk

Cinco largos días pasaron hasta que los compañeros divisaron Oaksville. El mal augurio se confirmaba cuando vieron la oscura columna de humo y presenciaron el profundo silencio de aquella, ahora, ciudad fantasma.
El prolongado camino dio para mucho, Davros tuvo tiempo para pensar en que pronto se decidiría el final de la gran empresa que comenzaron, si eran capaces de evitar la gran invocación, o si no lo eran o llegaban demasiado tarde. Tiempo para decidir los pasos a seguir, tiempo para echar de menos al resto, Zanc, Morwing, Allen, con ellos todo sería más fácil y llevadero.. Tiempo para acostumbrarse a su nueva arma, la misma que casi no pudo soltar en todo el viaje, haciéndose con el equilibrio de ésta mientras se daba cuenta de la gran calidad de la forja y la magia imbuida en ella.
Al final de todo ello, Oaksville estaba frente a ellos, aunque no parecía la pequeña y alborotada aldea que recordaba, la guerra había llegado hasta allí.
Tras una pequeña incursión, su siguiente paso, y definitivo, sería donde pensaban que se encontraba el círculo de invocación...

 

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08/12/2015, 20:28
Ogna

- Con todos mis respetos Jeldrich... mo creo que Lathander tenga mucho que ver con esa corona...- Dijo Ogna elevando las cejas haciéndose la sorprendida porque el clérigo no reconociera la corona. La verdad es que no tenia ni idea d ecuál era el origen de la preciosa tiara dorada pero veía a Losse, sienpre tan radiante y con ese pelo blanco y lustroso, que se moría por ver al everlunita luciéndola.

Bien sabe la Diosa Fortuna que le postraría en la cama ataviado tan sólo con esa diadema...

La muchacha se acercó a Jeldrich y observó la corona dando una vuelto en torno al clérigo.

- Aja...mmm. sí, esos símbolos me son familiares y ...snif, snif...- Ogna movía la naricilla olfateando algo.- No sé si ese hedor es sólo de haber estado en la cabeza de Muzhal o si...si significa algo más...claro, claro, esos grabados...creo que podrían ser de Talona, la diosa de las enfermedades...no en vano se la relaciona muchas veces con los chamanes orcos. Seguro que fueron ellos los que se la dieron a Muzhal.- Talona era una diosa contraria a Lathander, eso era por todos conocido, al menos para los más instruidos como era ella misma. Seguro que Jeldrich la conocía bien por sus fechorías. 

Los comentarios de Kormack le llamaron la atención.

- Y no seré yo quien te impida hacerlo, mi buen amigo.- No iba a detener al enano si le clavaba un hacha en la cabeza a esa sabandija. Pero conocía a Kormack y sabía que podría darles problemas. Que si está desarmado, que si no es un combate. Ahora que sabia que podía controlar hasta a un gigante, si era necesario para convencer al enano de que hiciera su trabajo, controlaría a Aranar Brusta y le haría tomar una daga y atacarles si era necesario. El despecho que aún Losse sentía hacia Morwing dejó pensativa a la bardo. Ahora era una usuaria de la magia cada vez más poderosa y no le importaría poner alguna de sus nuevas técnicas en práctica. Una pena que Morwing no estuviera allí para verlo y, de paso, enseñarle algunos trucos más. Lo que había aprendido sola no era casi nada comparado con lo que le había visto utilizar al hechicero del Crothual.

- Pues vayamos a ver. Si no nunca lo sabremos.

 

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09/12/2015, 02:54
Losse

- Espero que la suerte me sonría y encuentre una que me encuentre digno de portarla. - Respondió Losse a Jeldrich agradecido por sus palabras. Sin duda el clérigo le caía bien. Quizá fuera demasiado estricto con sus ideales, pero sentía respetos por la enorme devoción que profesaba a su dios. Se veía muy identificado, pues él sentía lo mismo por Mielikki.

Mientras debatían qué hacer, Losse pensó que era el más adecuado para investigar por su cuenta, con lo que propuso adelantarse por si algún peligro les acechaba más adelante. - Voy a adelantarme un poco por si existe algún riesgo. Estad atentos por si requiero vuestra ayuda. - Se acercó a Ogna y le dio un beso, buscando su buena suerte. - Luego os veo. -

Y con esa despedida, el explorador de la capa amarilla, aunque ésta ya distaba bastante de la prenda lustrosa que el mercader de Crimmor le entregara tan solo unos días atrás, tomó la iniciativa para descubrir el origen de la sospechosa voluta de humo que emergía de Oaksville.

- Tiradas (6)

Notas de juego

- Menos buscar, todas las demás tiradas llevan +4 para humanos.

- Ya puedo detectar trampas y puertas secretas como un pícaro, por si no estabas al corriente.

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09/12/2015, 05:45
Guardia de la Finca Filguien

A medida que Lord Eradack aportaba respuestas a las preguntas que rondaban en la cabeza de los soldados, las cuales se habían guardado mucho de ponerlas en común, la estupefacción crecía al igual que la apertura de ojos y bocas de aquellos que lo escuchaban.

¿Aranar Brusta? – Preguntaban algunos.

¿El mediano? – Repetían los que habían tenido la oportunidad de ver a Aranar en la residencia de Lord Eradack en alguna de sus numerosas visitas a lo largo de los años.

¿Ser del inframundo? – Se dijeron todos sin excepción antes de que reinase el silencio.

El enjambre de susurros que había recorrido el pequeño establo a medida que los soldados se repetían a sí mismos las palabras que salían por la boca de su señor cesó al instante. La incredulidad generalizada dio paso al miedo. No hacía falta que ninguno lo expresase con palabras, pues el hechicero lo leyó en la cara de todos aquellos que iban a dar la vida por él, o al menos por aquél a quien él representaba.  Sin embargo, lejos de lo que uno pudiese pensar en un principio por las muecas de espanto, el compromiso de Selpen en seguir a su señor hizo que uno tras otro el resto fuese sumándose a la causa. Por supuesto, el que Lord Eradack echase mano de aquella varita para curar a sus subalternos, algo sorprendente para todos los que conocían al huraño y estricto cabeza de familia, contribuyó en mucho a aquella decisión.

Una vez todos los soldados estuvieron recuperados del viaje planar , éstos se pusieron en pie y comenzaron a reconocer la zona. El establo estaba desierto. No había rastro alguno de los cuatro palafrenes ni del pequeño poni que solía montar Aranar, así como tampoco del carro que servía para traer mercancías pesadas a la Casa del Representante.  Uno de los soldados, tomando la iniciativa para desentumecer las extremidades, se asomó a las puertas del establo y echó un vistazo al exterior. Está todo desierto… sólo cuervos y unas volutas de humo. - Confirmó a un compañero que tenía justo al lado que acababa de desenfundar la espada.  

En efecto, tal y como Morwing apreció con su vista de elfo, no había rastro de criatura viviente a excepción de los cuervos que revoloteaban por encima de los tejados y que, de vez en cuando, se atrevían a entrar en algunas casas a través de las ventanas abiertas de par en par. Un pueblo fantasma.

Notas de juego

Varita de Vigor menor:

Otorga curación rápida durante 11 asaltos (cura 1 pg por asalto durante 11 asaltos).

Vallado:

El vallado está formado por tres listones de madera y tiene una altura de 1 metro y medio. 

Conjuros activos:

No han pasado más de 5 minutos desde que cruzasteis el portal, por lo que aún te quedan 25 minutos de cada uno.

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09/12/2015, 06:37
Director

Davros, Jeldrich, Ogna y Kormack aguardaron unos minutos prudenciales antes de ponerse en marcha en pos de su compañero everlunita. El hecho de que no existiese ni un solo árbol en millas a la redonda y de que el paisaje fuese completamente llano favorecía en mucho el hecho de seguir al explorador,  quien hubiese sido prácticamente invisible en algún lugar provisto de más vegetación. Avanzaron a buen ritmo por el camino que llevaba a la villa viendo como la empalizada sur crecía en tamaño y cómo la sensación de soledad se hacía más patente.

Losse, centrado más en las huellas que otros habían dejado antes que él, pudo averiguar que en efecto nadie había caminado por aquel camino en los últimos dos días pero que, durante la última dekhana, el tráfico rodado en dirección a la Ciudadela Felbar había sido muy intenso. Aquello que no debería haber sido muy extraño en situaciones normales lo era en grado sumo en ese momento. Los carros debían portar cargas muy pesadas dadas las impresiones que las ruedas habían dejado en el camino; y no sólo eso, sino que además ningún carro o caballo había regresado por ese camino. Sí, era fácil ir o volver de la ciudadela campo a través para un jinete o para alguien a pie pero no para un carro, incluso aunque éste careciese de carga. Las lluvias en el condado de Cherrybroof eran intensas y sustituían a las nieves durante el comienzo del invierno, por lo que un carro fácilmente hubiese quedado atascado en el lodo, sobre todo si formaba parte de un convoy. 

Llegaron hasta las puertas de Oaksville sin interrupciones ni sobresaltos, algo que más que tranquilizar puso más incómodo a los cinco miembros de la compañía. Las puertas de la villa se encontraban entreabiertas, meciéndose rítmicamente gracias a la brisa, que las empujaba hacia adelante y hacia atrás según cambiaba ésta de dirección. No había rastro alguno de los soldados ni de los lugareños; de hecho, a excepción de grandes bandadas de cuervos y cornejas, el resto de seres vivos era como si se hubiesen esfumado. Literalmente, Oaksville era una villa fantasma.

Cuando Losse estuvo seguro de que no había peligro en las inmediaciones sus amigos se aproximaron hasta él. Desde la puerta de la villa, pues no hacía falta adentrarse más en el pueblo para ser testigo de la desolación, uno tenía la impresión de que el pequeño pueblo prácticamente había sido congelado en el tiempo. Las puertas y ventanas estaban abiertas de par en par, las ropas de las coladas seguían tendidas en sus respectivas cuerdas para que se secasen y los tenderetes que formaban el mercado seguían en la misma posición con sus mercancías intactas, a excepción de las frutas y carnes que, como era lógico, habían sido devoradas por las aves tan pronto sus dueños desaparecieron.

Las columnas de humo que los compañeros habían visto desde la lejanía procedían todas del mismo lugar, del templo situado en el límite occidental del pueblo.

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10/12/2015, 20:15
Jeldrich

A pesar de ser cuidadosos con su avance, el grupo de aventureros pronto cesaría en su empeño aún más cuando Losse avisó desde una posición más adelantada que no había peligro alguno a la vista.

Al llegar a la aldea una sensación terriblemente inquietante comenzó a recorrer el cuerpo de Jeldrich. El abandono absoluto de la ciudad era tan desconcertante como incómoda. Tan solo las columnas del humo provenientes de uno de los edificios de la ciudadela permitían saber a ciencia cierta que Oaskville no se encontraba congelada en el tiempo…

-Bien…, rompió el silencio el clérigo, - ¿Sabéis…  sabéis dónde vive ese tal Aranar?, preguntó entrecortado a la espera de conocer las intenciones de sus compañeros. – Quizá deberíamos ir hacía el origen de ese humo, propuso – Si las casas están igual que el resto del pueblo… creo que allí al menos encontraremos algo de actividad…