Partida Rol por web

Mi estocada no impactó en ninguno de los dos asquerosos pieles verdes, aquella no era la mejor situación para mi. Debería estar lejos, cazando con la ballesta a los pieles verdes, no dentro del despiadado cuerpo a cuerpo donde mis habilidades no eran sino la sombra de las de mis compañeros. Pero aquellos dos me habían rodeado y no dejaban de acosarme.

Leo por fin pudo ver con claridad todo el panorama, tras la falsa impresión que había tenido al empezar todo esto. Respiró hondo para calmar su herida y fijó sus ojos donde eran más necesarias sus flechas. Kurdrim tenía varios goblins... pero intentarle quitarle uno sólo lograría que la hacha del enano acabase en su cabeza. Adalberto y Otto tenían más de un goblin, pero el estaliano parecía que iba a solventar tales problemas con más facilidad. El único parecía de momento que lo llevaba bien, a Gerard también se le escurría el objetivo. *

Así pues, conociendo a sus compañeros, priorizó primero en ayudar a Otto, y disparó a uno de los pieles verdes (AR1). Tras ello, meditó durante un momento atacar al segundo, pero finalmente intentó sacarle de una vez el goblin a Gerard. Pero parecía que se resistía a morir, ya que eludió la segunda flecha (AR2). Desde luego, si necesitaban a uno vivo para interrogar, quería uno de esos escurridizos... para poderlo torturar bien, y aprendiera a no hacerle malgastar sus flechas.

El combate se recrudecía y parecía que por fin los malditos grobis se habían decidido a luchar en serio, aunque eso hubiera sido después de juntarse un puñado de ellos para reunir el valor suficiente como para plantarme cara

¡AJA!¡Ahora la cosa se pone interesante!¡Ahora nos vamos a divertir!- azucé a los goblins con la mirada fija en todos ellos mientras eludía sus patéticos ataques

¿Eso es lo mejor que sabéis hacer, peleles?- añadí mientras desviaba la última estocada con un movimiento seco del escudo

Alcé el hacha, cogí el escudo con fuerza, e inicié lo que esperaba fuera una carnicería entre los pieles verdes mientras descargaba mi acero sobre sus cuerpos esmirriados

Aquel momento sin duda habia plasmado la situacion de aquel pueblo, entre la espada y la pared. No tenian una defensa digna de llamarse asi, y el bosque a escasos metros. No toda la guardia que gustaria tener, y aunque muchas de las casas estaban hechas con piedras en sus bases, un atacante decidido hubiera solventado ese problema.

La comitiva de cazadores de brujas, habian llegado en un momento ideal y aunque parecia que no estaban ofreciendo toda la ayuda que podian lo estaban empezando a pasar mal. Aunque hoy era uno de esos dias en lo que uno se preguntaria en un futuro, realmente tuvimos suerte?

Adalberto consiguio destrabarse de sus contrincantes, no por el hecho de matarlos como bien sabia hacer, si no porque los goblins vieron en el una amenaza mayor de lo que aparentaba huyendo del combate como salvajes. Los miembros del grupo seguian aun trabados, pero se dieron cuenta como sus verdosos contrincantes echaban miradas de un lado al otro dudando de si aquella idea realmente habia sido buena. Botin! -habian dicho- Carne! -rezaban otros - Oro! -mientras reian por lo bajo- todo aquello habia desaparecido y sin el numero ni el empuje necesario solo faltaba un pequeno empujon para que todo se fuera al traste. La guardia con sus pesadas alabardas hizo lo propio y consiguio casi simultaneamente que algunos goblins murieran alli mismo y que otros tambien dieran rienda suelta a su imaginacion en otro sitio.

Con la mitad de los goblins muertos o huidos, y la otra mitad temiendo mas por sus vidas que haciendo un ataque serio, aquel combate se estaba desmenuzando a pasos agigantados, y con un pequeno empujen podrian ir a celebrar la victoria a otro lugar lejos de este maldito bosque apestado de Goblins.

Los  pieles  verdes  comenzaron a huir   y ni siquiera  había podido  acabar con uno de ellos..Segun pasa uno a mi lado aprovecho para  golpearlo y quitarme la espinita .Ahora  si , engendro del demonio .Digo  satisfecho al  conseguir impactarlo aunque  solo de  refilón .

La contienda llegaba a su fin. Esos seres estaban huyendo en desbandada al no tener una cabeza visible entre ellos que los mantuviera organizados. Sin duda no poseían la técnica para hacerles frente uno a uno, pero su gran número les convertía en enemigos formidables cuando estaban organizados.

Adalberto no quería acabar con su contrincante, solo quería dejarlo a merced de alguno de sus compañeros para que lo inmovilizasen o para que lo conmocionaran para luego interrogarlo, como su "líder" les había sugerido

Así que escogió a su víctima y con la destreza propia de un profesional como el, sacó todo su arsenal de juegos de piernas y golpes de estoque al aire para mover a su oponente hacia sus compañeros.

Gerard vió como los goblins empezaban a huir, atemorizados por sus compañeros. Maldita sea y yo aun no he empezado... Se dijo. Cuando el pielverde con el que peleaba se giro, el saqueador vio una oportunidad para intentar de acabar con aquel bicho escurridizo.

Con un fuerte golpe de su hacha, sintió como atravesaba la carne del asqueroso goblin. Porfín. Pensaba mientras alzaba la vista y observaba el panorama. El espadachin intentaba desarmar a uno de aquellos seres y, recordando las ordenes de Otto de capturar uno con vida, Gerard decidió ir a ayudarlo.

Empezó a correr hacia el goblin con su sorprendente velocidad para intentar rodearlo, y placarlo cuando no hubiera riesgo. Aquel bastardo iba a a tener que verselas con el sacerdote, y con Morr.

¡Por fin! - Tras el impulso inicial, el ataque goblin perdía fuelle, con muchos de ellos muertos, el resto se disponía a huir.

Leonar había echo un gran trabajo hiriendo con sus flechas a uno de mis contrincantes, estúpido bastardo verde. Cuando se giro para huir lanzé un golpe directamente a la cabeza con mi espada, si no lo esquivaba acabaría muy mal herido.

El otro estaba fuera de mi alcanze, pero no de mis boleadoras. Solté la trevilla del cinturón donde las sujetaba y me dispuse a lanzarlas para atraparlo.

El ataque en tromba de los goblins se había convertido, como de costumbre, en una desbandada generalizada cuando se haía topado con una defensa mucho más férrea y tenaz de lo esperado, empezando primero por alguno piel verde disperso y después contagiándose de forma vírica a la totalidad de los pequeños y malignos agresores, que había puesto todas sus esperanzas en llegar al cercano bosque

Pese a todo, en mitad de la huida y a la desesperada uno de los goblins me lanzó una puñalada que desvié con un fuerte golpe lateral del escudo hacia el exterior, escuchando como la muñeca del agresor se fracturaba por la brutalidad de la respuesta a su patético golpe. No contento con ello, viendo como la vil criatura me daba la espada, di un paso hacia ella y descagué, de revés, el escudo sobre su nuca con la clara intención de noquearlo, impactando de lleno en el punto deseado... pero la sesera del goblin parecía mucho más duro de lo esperado y el escurridizo piel verde únicamente soltó un quejido mientras trastabillaba hacia adelante, poniéndose incluso a cuatro patas antes de seguir corriendo ya en pie`

¡NO HUYAS SUCIA ALIMAÑA!¡AUN TENEIS AFRENTAS POR LAS QUE PAGAR!- rugí furibundo viendo como la presa se escabullía

Apreté los dientes con rabia viendo como el goblin no solo no refrenaba su carrera sinó que parecía incluso acelerar. Aquella bestezuela no se me iba a escapar así como así

Con la calma de quien se sabe fuera de peligro por completo clavé el hacha en el suelo con un movimiento brusco, y dejé caer el escuro al suelo mientras me descolgaba la ballesta de la espalda, listo para abrir fuego contra el huidizo goblinoide... apretando el gatillo buscando la pierna de este para dejarlo incapacitado y así poder darle caza, viendo como la saeta se clavaba en el suelo lejos de su objetivo

Bien, por fin la cosa empezaba a ponerse bien. Quizás iba a ser complicado hacerse con uno más o menos en condiciones, pero dado los problemas iniciales, mejor era acabar con esto antes que pudiese empeorar. La mayoría ya sólo tenían un piel verde o incluso estaban intentando dar caza a los cercanos, así que dedicó las 2 flechas al otro goblin que estaba atacando a Otto.

La primera se clavó, pero no tan bien como con su compañero piel verde, ya que logró eludir por poco el segundo ataque. Desde luego, no estaban saliendo muy a cuenta las flechas esta noche, y eso no era algo muy propio de él. Sólo esperaba que Otto terminase de despacharlos ya sin problemas, y que alguno no resultase estar tan muerto. Para interrogarlo...

La noche ya habia llegado con todo su nombre, algunas antorchas se movian ahora dentro del bosque pero su vision se iba reduciendo mientras pasaban los segundos, lo cual todo sea dicho era una alegria. La noche recorria con un manto fresco a todo el mundo, y el olor a tierra mojada recordaba a una ligera lluvia caida de improviso, algo que no habia ocurrido alli.

Se convirtio en una huida en toda regla, derrepente como la voluntad y el intelecto goblins, estos soltaron sus lanzas o escudos, arcos o dagas, y decidieron que aquello no era para ellos. Mientras escapaban alguno salto con una risa nerviosa, y otros zig-zageaban de manera comica.

Kudrim consiga por los pelos dejar a cuatro patas a un goblins que se rasca la cabeza con dolor, y que no se mueve, pero seguido por la rabia saca su ballesta para disparar a otro, el virote recorre la nada y se pierde por desgracia en la negra noche.

El grupo termina asestando unos duros golpes a goblins que ya poco tienen que hacer, menos uno de ellos que extranamente termina en el centro del grupo gracias a una finta que engana al goblins, y lo manda practicamente encima Gerard que lo mira con una media sonrisa socarrona. Cerrais el cerco unidos como uno, y tendria que venir el mismo dios orko a sacar a aquel infeliz de alli si queria escapar, pero eso no significa que lo fuera a poner facil, el miedo es una aliado peligroso. Pero aun asi, cinco contra uno es un numero mas que favorable, para el grupo de cazadores de brujas.

Desde vuestra posicion y ya algo mas tranquilos levantais las cabezas y veis a vuestra derecha un grupo de tres goblins sacando un barril con algunas telas por encima del interior de una casa, van dando risotadas mientras ven a sus companeros huir. Este tipo de situacion es como poco absurda.

A vuestra derecha veis de reojo a un grupo de nutridos aldeanos cargados de azadas, hachas, cuchillos y toda clase de objetos mas o menos contundentes, junto con unos 10 soldados han dado buena cuenta de un grupo algo mayor que el vuestro, pero en este caso el numero a favor ha conseguido matar a muchos mas, ahora un murmullo de: Bravos! Super! Cobardes!  Y una retaila de insultos por lo alto y bajo, hacen que los animos encendidos se entibien y con grandes abrazos y palmadas en los hombros comienzan a celebrar la victoria frente a los sucios goblins. Olvidando tal vez que aun no estan tan lejos del pueblo, y que la pelea a sido solo con una parte de los goblins. El enfrentamiento ha sido desigual de todas todas, algo mas de concentracion y union hubiera arrasado quizas al pueblo. Pero la pregunta que sigue rondando a la mayoria es; que hacen un grupo de goblins entrando en una casa de un pueblo imperial?

La guardia mira de reojo al rededor, con sonrisas nerviosas, dos de ellos van ha ayudar a su companero herido y que ya esta blancuzco por la perdida de sangre, y un tajo que debe de ser mirado o ira a mas. El cabo y uno de sus hombres se mueven en direccion a la casa, donde los goblins saquean impunemente.

Bien  , compañeros   veo que  habéis  prestado atención a  mis palabras y  hemos dejado vivo a uno de  estos  engendros .Clavo la mirada  en el goblin  y  sonrío  dejando ver  los  dientes  . Para lo que  va a venir necesitare   algo de intimidad  , la herrería  estará  bien , y alguien debería de  traernos allí   comida  y bebida.Cambio al  clásico  esperando  que alguno de  ellos me entienda  .Hay  que interrogarlo  , luego tengo algo que enseñaros  y prefiero que sea en un sitio  discreto  donde  nadie nos oiga.

Moví circularmente sobre mi cabeza las bolas, conforme giraban cogían mas vlocidad y emitían su sonido característico, lo había escuchado cientos de veces antes de atrapar a una presa.

Cuando alcanzarón la velocidad necesaria las lanzé contra el asqueroso piel verde y comenzarón a enredarse por sus piernas.

- ¡A por el!- les dije a los compañeros que lo rodeábamos mientras cogía la cuerda para atarlo.

Por fin tenian a uno de ellos. Rodeado por el grupo y desarmado no tenía muchas opciones... por si acaso cerraron el cerco para que no escapara, pero Otto hizo que le resultara imposible inmovilizándolo con las boleadoras.

Gerard no lo penso dos veces, apremiado por la orden del lider, guardó su daga y agarró al goblin por la espalda, amenazandole con el hacha ensangrentada que aun sostenía en la otra mano. - Creo que tienes algo que contarnos escoria. - El goblin gritaba algo ininteligible para el saqueador, supuso que jerga goblin. - No se si alguno de mis compañeros domina el "amago de idioma" goblin, pero no me importa, porque si hace falta vas a aprender ha hablar humano en muy poco tiempo... - Sentenció escupiendo al suelo. Después miró a sus compañeros Hans y Otto buscando que hacer a continuación.

El estaliano sobraba ahí. Los "matarifes" harían su trabajo. El se limitó a limpiar su estoque en las ropas (si eso se podía denominar ropa) de un goblin con el que había acabado y volvió al punto donde dejó su sobrero con la intención de recuperarlo. Se lo atavió a la manera estaliana y miró a su alrededor en busca de alguna posible amenaza. Mientras miraba hacia todos los lados inquisitivamente espetó lo siguiente a sus compañeros;

- Maldita sea, pareceis Tileanos! Agarrad a ese bicho y atadlo para que podamos recolectar - es la manera de decir saquear con estilo -los bienes que aquí tenemos!

Ya con su estoque limpio se dirigió a los cadaveres de los  goblins para asegurarse de que ningún aprovechado cogía algo que no era de su derecho. Era más que probable que esos pequeños seres escondieran "cosas brillantes" en sus bolsillos.

Escupí al suelo con desdén, como si la mústia hierba que allí crecía fuera la causante de todos los males que han asolado a mi raza desde el inicio de los tiempos, mientras observaba como el goblin huía campo través perdiéndose en la oscuridad creciente. Chasqueé la lengua, a aquel dudaba volver a verle el pelo pero al otro...

Me giré hacia el desgraciado que intentaba emular a su compañero, huyendo medio a gatas medio corriendo, mientras desenfundaba nuevamente el hacha dispuesto a  cobrarme justa venganza aunque, en el último momento, giré el mango en pleno movimiento y golpeé al escurridizo piel verde con la parte plana del hacha sobre la nuca herida, logrando ahora sí derribarlo inconsciente.

¡JOJO! Ahora si que nos lo vamos a pasar bien, escoria- sonreí a un pletórico Borki, quien me miraba asintiendo con la cabeza

Sin demorarme un segundo saqué de mi macuto la cuerda que portaba y até fuertemente y sin contemplaciones al goblin aturdido, asegurándome antes de que no portaba encima nada que pudiera serle útil para huir y, de paso, buscando por si tenía algo de valor que echarme a los bolsillos... ya se sabe, la guerra es cara.

Fué entonces cuando reparé en los goblins que huían con un barril a cuestas de la casa saqueada, poniendo toda mi atención en ellos

¡Eh, vosotros! ¡Venid a morir bajo mi hacha!- les increpé mientras los miraba fijamente, colocando un pie sobre mi presa recién capturada para tener en todo momento percepción de ella sin necesidad de mirarla...

Una situacion complicada, que habia pasado con el grupo ileso lo cual era una alegria. Pero habia algunos que aun querian un poco mas, como era Kurdrim que empezo a acercarse al grupo de 3 goblins que estaban saqueando, no sin antes revisar con desgana los escasos bolsillos del goblins sin resultado alguno. Seguido muy de cerca el cabo que se apresuraba y uno de sus hombres que con un corte que ya no sangraba en exceso iban dispuestos a ahuyentarlos o matar, lo que ellos decidieran, !malditos goblins!

El resto del grupo se cebo con aquel pobre y solitario goblins, que callo al suelo como un saco de cebollas podridas, en especial por el olor vomitivo que desprendia, gracias a las boleadoras de Otto. Con el grupo encima del ser y sin poder escapar de ninguna manera Gerard comenzo a amenazarlo pero sin resultado aparente, ya que el goblins seguia mostrando los dientes de forma amenazadora sin soltar prenda ni parecer que entendiera nada. Bueno si entendia una cosa, no iba a salir de alli.

Los pueblerinos seguian con sus vitores, y ya se organizada una fiesta en la taberna en algun rato, lo sabeis de buena tinta porque hablaban a gritos y se escuchaba por toda la zona. Unos hombres a caballo con el uniforme de la guardia llegaban por la calle a buen paso. Quitando de enmedio a los pueblerinos que aun no habian huido o se habian dado la vuelta para ver que habia pasado.

Ya tenian al goblins, que harian ahora

Paro al primer  lugareño que pase  cerca  y  clavando la  mirada  en el le espeto  :  La herrería  ,¿ donde queda?.Sin ni siquiera  dar las gracias agarro al goblin por los pies   y  le arrastro  en dirección al   lugar indicado.Alguno que me traiga lo que he pedido   y  Otto esto te puede  interesar  ...Sigo mi camino  sin entretenerme   y con cara  de pocos amigos  para  evitar que nadie   golpee   al cautivo.