Partida Rol por web

 El viaje de vuelta hacia Desesperanza transcurre tranquilo sin mayor pena ni gloria, ninguna tormenta de arena trata de destrozar el vehiculo, ningun animal de los yermos se abalanza contra vosotros, solamente llanuras desoladas y colinas resecas. Puede que sea por la batalla que habeis ganado contra el demonio... O tal vez por que se esta preparando para la guerra.

A pesar de que Susan, maneja el vehiculo correctamente, no es tan buena conductora como Raven, el cual sacaba el maximo partido al todoterreno, quizas por eso vuestra llegada al campamento se retrasa un poco.

Llegais a Desesperanza 1 hora despues de que el sol se oculte, y nada mas llegar ya intuis que algo no marcha bien. No hay guardias en las puertas, ni sobre las murallas y no se puede ver ni una sola luz encendida en todo el pueblo, salvo un extraño y leve fulgor que ilumina el contorno de la catedral sobre la colina.

Al llegar a la zona en cuestion aparco el vehiculo cerca de Desesperanza sin tener las luces encendidas, bajo del vehiculo artillando a Betsy y desenfundo a Esequiel mientras observaba tranquilamente a medida que se acercaba veloz y discreta a Desesperanza. Notaba como podia oler el intenso aroma del miedo en el lugar mientras recordaba sus viejos demonios del pasado en situaciones tan tensas como esta.

Podia observar la zona de la iglesia asi como las luces que sobresalian observando el exterior de rodillas apostada entre muros mientras observaba en silencio haciendo señales de discreccion sobre los demas de parapetarse y con cautela.

"Demasiada calma, tal como esperaba..."

Empezo a sonreir de rabia a medida que se acercaba lentamente al muro, sus demonios empezaban a llamarle clamando venganza....

Durante el camino Quintos a permanecido quieto, junto a Devi. Tal vez demasiado cerca, podría pensar la muchacha... aunque el pobre muchacho ni debe saber lo que es el calor humano. Lo cierto es que el propio cuerpo de Tecnosacerdote es una mezcla de sensaciones: la piel fría, sectores de inflamación en la interfase carne-máquina con un calor enfermizo; distintas circulaciones de circuitos de potencia con un calor extraño y antinatural, así como líneas de extremo frío por conductos de refrigerantes.

Pero así, a pesar de su joroba metálica, de lo pesado de su cuerpo, del constante click-clack de su interior... así, casi acurrucado contra Devi, parece un niño. No mucho más que un muchacho, un muchacho solo y aterrado, cercenado por el Adeptus Mechanicus. Y aceptando un mundo mucho más extraño, menos lógico, que su Mundo Forja.

Al llegar, algo parece encenderse dentro de él. Baja con cuidado, y se acerca a Raven. Podrás llevar adelante la tarea del Emperador? Harás a tu mente fuerte para castigar al Enemigo? Acto seguido busca un cuchillo o elemento cortante para soltar sus ligaduras. El peor enemigo está dentro, susurra mientras sus ojos se desvían hacia Susan, y el Orgullo es el camino al Caos.

Raven gruñó de rabia. - Joder, pensaba que nunca me lo diríais. ¡Si hay que patear traseros de demonios en nombre del Emperador seré el primero en dejarle una mancha roja en su trasero! - Raven tenía unas ganas inmensas de estar suelto y poder moverse, quedarse tanto tiempo quieto le había puesto cada vez mas nervioso durante el camino.

Devi dejo que Quintos se acurrucara, le veia tan devil, aunque aveces parecia tan seguro de si. A Devi le intrigaba, que pensaria, que reaccion tendria a cada paso, pero por ahora siempre habia estado de su lado, y ella de el, a ella todo aquello le parecia estraño, habia aceptado el ofrecimiento de la inquisición, para salir de aquel infierno, pero parece que varios de sus compañeros les habia pasado igual, aunque a otros no.

ahora se encaminaban a luchar contra un demonio, no habia visto ninguno, habia visto a sus sirvientes, pero no al "jefe", asi que estaba un poco cagada, y tener apoyado a quintos al lado, le hacia olvidar lo que la esperaba.

pero cuando llegaron, y noto el silencio se quedo helada, no dijo nada y se puso detras de los demas, mientras agarraba el arma y se preparaba para lo que llegara.

 Con sumo cuidado os adentrais por la puerta principal, lo que hasta hace unas horas era un hervidero de vida ahora es un paraje desolador, las pocas personas que veis se ocultan en las sombras en estado catatonico o en rincones en posicion fetal, tambien contais una decena de cadaveres, todos por suicidio. En general la mayor parte de la poblacion parece haberse evaporado. El brillo espectral de la catedral continua invitandoos pero algunas preguntas acuden a vuestras mentes... ¿Seguiran vuestras cosas en la posada? Nicholas estaba en la enfermeria ¿Que habra sido de el? Y lo mas desesperanzador ¿De haber resuelta el enigma antes, se podria haber evitado todo esto?

Aunque Arelix no dudaba de haber hecho lo correcto al seguir las ordenes, el caos del lugar y el olor a muerte que desprendían los cadáveres recalentados al sol le recordaban a una escena vivida hace tiempo atrás, una desagradable visión del pasado que había intentado olvidar pero que aun recordaba a pesar de los litros de licor barato y los antidepresivos que había tomado a lo largo de meses para borrarlo de su memoria.

A la mujer se le empezó a secar la garganta al ser incapaz de generar más saliva a causa de los nervios, mientras en la frente empezaban a aflorar las primeras gotas de sudor.

-Me vendría bien un trago… -Murmuraba la asesina para sí, buscando su cantimplora, aunque únicamente contuviera agua para saciar la sed.

Devi permanecia atras, acojonada, aunque eso no se lo demostraria a la arbitradora, esa de alta cuna que se creia superior a ella, pq era de los bajos fondos, ya lo veria, pero por ahora estaba en lo mas bajo de la valentia, agarrando su arma con fuerza como si fuera el unico asidero en un acantilado al que se puede agarrar para no caerse.

 A pesar de sentir el peso de las muertes y de la mismisima disformidad sobre su espalda el psiquico parecia encontrarse mas en su salsa que nunca.

Puede que su aspecto fisico diese lastima, debido a las heridas aun recientes, pero la determinacion que reflejaba su mirada le hacia parecer un hombre completamente distinto.

Una vez colocados en posicion decide avanzar junto con la maniqui hacia la posada raudamente y con las armas en mano mientras veia los cadaveres esparcidos por la zona observando el terror de aquella matanza indiscrimanda.

Observaba las siniestras luces que emanaban figuras y su sensacion le recordo a cuando entro al palacio de su padre por ultima vez, la misma sensacion de angustia y temor por lo acontecido.
Todo era igual, muerte, horror y sobre todo caos en todas las formas posibles.

Le inquieto comprobar que todo esto le era familiar a medida que su sonrisa ya estaba en su rostro y sus ansias por encontrar a su enemigo era mas que obvias mientras veia el dantesco espectaculo que le inquietaba pero no le sorprendia en absoluto ya que ella ya hizo algo parecido en su dia...