Partida Rol por web

El ataque hacia el X-7 fue más rotundo de lo que Warden había esperado. La acción del otro robot fue igualmente extraña, se abalanzó hacia él para apresarlo con sus potentes brazos, pero el druida instintivamente se escurrió y avanzó unos pasos. Había logrado escapar, contra todo pronóstico.

El robot parecía haber razonado que inmovilizarle era una buena forma de anularle, pero se había equivocado. Ahora, Tizón y él podían encargarse de esa desagradable máquina.

- Me parece que después de esto nadie va a querer comprar vuestro modelo, queridos amigos.

Se estaba convirtiendo en una derrota humillante para los cacharros y la única salida que a Warden se le ocurría para ellos era como robots malignos en Dr. Who, porque allí aceptaban cualquier cosa...

El druida desplegó las alas y se alejó un poco. Sabía que si era atrapado, Tizón tendría más difícil incinerar, así que era necesario moverse de un lado para otro. Mientras volaba, sus ojos no dejaban de brillar, pero esta vez no atacó, sino que invocó unas fuertes raíces que comenzaron a reptar por el suelo, extendiéndose alrededor del robot y creciendo tanto a lo alto como a lo ancho. Iba a crear un muro que retuviese a la máquina y le impidiese atrapar a nadie. Aquello era un jaque en toda regla.

- Veamos si puedes escapar de ésta, ratoncillo.

La maraña de plantas le rodeaba, mientras que Warden volaba y Tizón estaba a una distancia prudente. Quizá su compañero necesitaría elevarse un poco para ver el objetivo, pero eso no parecía un impedimento para él.

Un robot menos. Lo peor de luchar contra máquinas era que daba igual cuantas tumbaras, estás nunca se rendían. En momentos como este echaba de menos a su compañero superhéroe de España "El dragón", su primer compañero, el cual podía controlar aparatos electrónicos con su mente, algo que en estos momentos era de agradecer.

Tras ver como uno de los robots intentaba apresar a Night Warden, Tizón no se lo pensó dos veces. Una cosa era mantener la distancia en los combates y otra dejar que sus compañeros se llevaran los golpes. Con otro de sus fogonazos, el flamígero metahumano apareció encima del X-7 para lanzar otra descarga de fuego sobre la cabeza de la maquina.

Esas servopelotas estaban a puntito para un golpe final, pero hay que ver cómo ha mejorado la inteligencia artificial desde los tamagochis que el X7 había introducido variaciones en sus patrones de movimiento para empezar a protegerse sus partes nobles. Se llaman partes nobles porque es ahí donde los robots tienen los circuitos de metal de oro.

En cualquier caso, si el Acróbata Americano en particular y la Justicia en general querían hacer subir la temperatura de aquella entrepierna, primero necesitaban una distracción. Por suerte, un hombre en mallas de vivos colores es una distracción andante.

El Acróbata Americano amagó con golpear de nuevo la entrepierna, y cuando el X6 (va perdiendo números a medida que se le estropean los componentes internos) se tapó con el brazo robótico, el Acróbata Americano rodó por el suelo saliéndose del radar. Porque... ¿qué científicio loco en su sano juicio pondría un sensor de movimiento en el culo de un robot?

Bajo las piernas del robot, la visión era titánica. Era como estar delante de un espectacular jugador de fútbol americano, que es el futbol de verdad, y no esa mierda que tiene los postes de las porterías para abajo en vez de para arriba. Por supuesto, las manos robóticas seguían protegiendo las servopelotas, pero al colocarse en un punto ciego obligó al robot a girar la cabeza hacia abajo. Ese momento fue aprovechado por el gran héroe americano para golpearle con la punta del bastón la cabeza.

El efecto combinado del bastón subiendo y la cabeza bajando fue como un choque de trenes... a baja velocidad. El blindaje de la cabeza resistió el envite, pero a partir de entonces cada vez que se movía el robot sonaba a que había una pieza suelta dentro de su carcasa que se movía por dentro.

¡No pierdas un tornillo por mí, ciberprostituta!

Aún así, el Acróbata Americano estaba en una posición complicada, y podía ser pisoteado por el robot en cualquier momento. Por eso volvió a rodar por el suelo, aunque lo que vió desafiaba la cordura del chalado más acrobático, porque tras pasar bajo las piernas de la cafetera andante vino el momento de pasar bajo las piernas de Demon Queen.

Oooooogh... blurg... ¡qué asco! Alguien debería decirle a esta chica que lo de la no depilación solo queda bien en el Acróbata Americano y en David Hasselhoff.

Golpean al acrobata, que resiste el golpe mejor de lo que pensaba que lo haría, casí esperaba que se fuera llorando como una niña. Supongo que tiene más experiancia de la que parece... aunque parece mentira en alguien que se comporte así.

Cuando dejo mis pensamiento veo al acrobata pasando entre mis piernas.

¡Donde crees que te metes! grito agarrando al robot y esmagandolo contra el suelo donde momentos antes estuviera el acrobata americano