Espero poder llegar a controlar el Ghur como mi maestro lo hacía, pero es un viento muy salvaje... Tardaré un poco en conseguir dominar lo... - Dice con un poco de timidez.- Creo que deberíamos bajar a cenar algo...-Se dirige hacia la puerta para bajar al comedor.
Si, la verdad es que tengo el estómago en un puño. Bajemos. Respondo mientras termino de extender el resto de mi ropa por el cuarto para que se vaya secando por la noche.
Viendo que nadie me sigue, subo las escaleras y me meto en el cuarto.
Veis como Magnar sube las escaleras.
No le añadais en los posts.
Abres la puerta de la habitación, y al encender la lámpara, ves que es una habitación bastante bien amueblada. Dos camas se disponen a cada lado de la ventana. Te sientas en una de ellas, y un agradable aroma a lavanda te embriaga los sentidos.
Me siento y respiro profundamente. La fatiga del viaje empezaba a hacer mella en mi. Pero recordar una comida caliente y una mala cerveza, me despertaban las ganas de bajar. Extiendo mi equipaje por los muebles para intentar que se seque, y me dispongo a bajar para la cena.
Tras ver a Magnar subir y recibir la brusca respuesta del tabernero, Eckel se dirigió a la habitación que había escogido Magnar. Lo único que le preocupaba ya, era descansar y comer.
Por mí no hay problema en golear la noche.
Entras a la habitación que escogió Magnar, y ves al enano extendiendo la ropa y enseres de su mochila
Hola Eckel, prefieres aguantar mis ronquidos a los del matatrolls eh? Comento al humano mientras termino de extender mis cosas. Que ganas tengo de coger un buen plato de estofado, mis tripas rugen como si tuviera una manada de trolls dentro.
Me quedaré a beber un par de cervezas antes de irme a dormir, luego subiré a mi cuarto a descansar.
Por mi parte tampoco hay problema
-hahahaha, pues no lo había pensado. Aunque creo que ni una marcha imperial me despertaria esta noche.
Eckel comenzó a hacer lo mismo que hacía el enano con su ropa, al tiempo que observaba la habitación en busca de una ventana.
Perdón por no poner negrita a la conversación pero estoy en el móvil.
Si, la verdad es que yo también estoy cansado. Pero...... ya estamos en lugar seco Respondo con una sonrisa de satisfacción.
Por mi no hay problema. Pasa la noche si quieres. Yo no voy a hacer nada que no sea cenar y dormir.
¿Dormir?, trae cerveza y carne tabernero, que con eso y un fuego, creo que estaremos servidos, y que sea cerveza de verdad, no ese meado de Elfo que beben los humanos...
me siento al lado de Gunnar, reposando mi mirada en el fuego, ¿y mañana que haremos Matador?, no parece que haya buenas muertes para ti por aquí. y no podemos estar en una posada de 5 Co por más de una noche, ¿donde buscaremos un trabajo para mantenernos?
extiendo mis piernas hacia crepitar del fuego, y su danza me lleva a lejanas fortalezas en las grandes montañas del fin del mundo, caídas hace tiempo bajo los odiados pieles verdes; hacia los recuerdos de una infancia feliz.
-Alguien pagara unas monedas encantado por alquilar nuestras armas.-Digo con despreocupación- Sólo debemos encontrar una caravana que parta pronto de la ciudad o algún humano que se muestre incapaz de limpiar sus tierras de pieles verdes u hombres bestias. Pocos de estos humanos saben luchar como toca-añado sonriendo-, así que no será difícil.
Ahora bien, ¡por grungni que si alguien menciona la posibilidad de subir a un cascarón de nuevo le estampare mi bota en sus nalgas!-Sentencio con auténtico enfado.
Nada mas decir esto se bebe la jarra de un solo trago y pide otra ronda.
-Y mira que le hemos pedido cerveza de verdad, en fin, bastará-refunfuño decepcionado con el orín de cabra que me han servido.
La jarra parece pequeña en nuestras manos, tomo la mía y la vacío poco a poco, bueno, cosas peores hemos bebido, lleno nuevamente nuestras jarras y levanto la mía, ¡Por Grungi, Matador, que tengas una buena muerte y que los agravios sean vengados!, vaciando la jarra de un solo trago.
Tomo un trozo de carne con pan y me lo como con calma.
"será una buena noche"
-Hay una larga lista de agravios, si señor, y los pieles verdes y yo tenemos muchos asuntos pendientes. Espero tachar algunos agravios antes de pisar las salas de mis ancestros.-añado con rostro inescrutable.
Nada mas decir eso mientras me bebo con algo mas de calma mi segunda cerveza, lo que tampoco quiere decir lento, mientras corto un gran pedazo de queso y me lo como junto al pan que había traído el tabernero. Tras probarlo digo con melancolía:
-No es solo la cerveza, ¡Maldición! ¡Como añoro el pan negro y nuestros quesos de cabra!
Pasa la noche, y os despertais al día siguiente, entrado ya el día, pero descansados. La lluvia también parece haber cesado su actividad, dando paso a un día claro y despejado. Bajais a la taberna, y en ella se os prepara el desayuno. Unas buenas bandejas de huevos revueltos con bacon, salchichas, pan tostado, y una buena jarra de café.
Tras terminar de hacer vuestros petates, y sentiros personas nuevas, bajais a la recepción y pagais el importe.