Partida Rol por web

Hound, despidiendose de sus compañeros, les deja atrás mientras se adentra en las oscuras calles de Nuevo Londres...

La humedad se introduce en tus huesos como una sábana helada que te hace estar incómodo... Dicha atmósfera rodea las farolas de la calle, haciendo que su luz sea más ténue y delicada, casi como si se pudiera aplastar con los dedos. 

Apenas ves a gente por las calles, aunque sí que hay bastantes luces encendidas en las casas...

Estás de vuelta y todas estás cosas se echaban de menos... Antes, como humano, no se te ocurriría ir solo por la noche, sin embargo, ahora, tu nueva naturaleza se siente atraída por la oscuridad, la noche y las criaturas que se esconden en ella.

Y así, tras una media hora de caminata y casi llegando a las afueras, llegas a la casa de tus padres.

Una gran casa Inglesa tradicional, con un extenso jardín y una gran verja a la entrada que te impide el paso. En la parte derecha hay un pequeño telefoníllo.

El trío se separa y la peculiar pareja se ponen en marcha.

Las calles de Nuevo Londres son frías, húmedas y oscuras... Hay una ligera niebla en el aire que parece querer consumir el aire de las farolas... Hay poca gente en la calle, pero a medida que vais internandoos en el centro, va apareciendo más y más...

Parece que os encontráis en una zona relativamente céntrica, con algunos restaurantes y comercios, siendo uno de ellos el que os había indicado Hound: un restaurante bastante bonito y donde se ve bastante gente.

Esperaba que Londres fuese bastante diferente de Liverpool, pero estaba claro que las frias y húmedas calles de la vieja Bretaña eran iguales en todas partes. Cunato más se acerban al centro, sin embargo, más se parecía a lo imaginado de la arcología.

 - "¿Y esto es lo que Hound entiende por un lugar discreto?" -

Había que reconocer que restaurante tenía buena pinta, tal vez inlcuso demasiada buena comparado con los que él acostumbraba a frecuentar, pero la pared de cristal lo hacía bastante expuesto y estaba bastante lleno. Aunque por supuesto también permitía a los comensales hechar un vistazo a la calle mientras cenaban, tal vez por eso lo había recomendado su compañero.

 - Hola - se dirigió al primer empleado que les salió al paso - ¿tienen mesa para dos personas? -

Me gustó el buen gusto del lugar que nos habia recomendado Hound. Era obvio que habia reparado en mi buen gusto y nos habia mandado a un lugar lleno de estilo y clase. Me sentia como en casa. 

Entré con Talon, y se me adelantó a la hora de pedir mesa. Aún así intervení. - Danos la mejor mesa que tengas. - Dije dedicandole mi mejor sonrisa. Sabia que seria dificil puesto que serian las mas solicitadas, pero nos permitiria ver dentro y fuera del local con mayor facilidad. - Y empieza por traernos un buen vino. - continué diciendo, como si estuviera en mi salsa. - Tu que quieres beber, Winters? -Le comenté a mi compañero. 

Nuevo Londres estaba menos concurrida que como recordaba, aunque considerando la situacion no era de extrañar.

La quietud, sin embargo, le sentaba bien: Amaba la arcologia y a sus habitantes, pero no podia evitar que un aire melancolico lo llenase cuando recorria sus calles. Suponia que era porque relacionaba a la ciudad con su vida con los Byrd y la perdida de sus padres biologicos, pero lo cierto era que ni siquiera se podia acordar de sus rostros aunque hiciera esfuerzo.

Sin darse cuenta, sus pasos lo llevaron hasta la puerta de la Mansion. En otras epocas, la reja con la enorme "B" siempre habia estado abierta: Una señal de bienvenida, muy comparable a sus dueños. Se complajo, sin embargo, de que esta vez no fuera asi. No eran tiempos seguros.

Se acerco hasta el pequeño telefonito de servicio a un lado de las puertas, y llamo.

- Claaaaaaaro... - Dice el camarero mirando a Hollow. - Y yo quiero una casa en Marte.

El hombre os mira mientras saca una copa de debajo de la barra.

- Aquí tienes el vino. - Y te sirve. - ¿algo más?

Escuchas un pequeño pitido y escuchas una voz metálica que dice:

- Identifiquese.

-Soy Max dijo, y la voz le salio mas cansina de lo que hubiera querido.

- Gracias. -  Comenté cogiendo al copa y tomando un sorbo. - Está bastante rico. Pero en serio no nos vas a dar una buena mesa? Acaso no sabes quien es este? - Le dijo fingiendo sorpresa, y señalando a mi compañero. Me acerqué a susurrarle al camaerero al oido para simular algo de secretismo. -  Es Nath Summers, un famoso escritor de novelas de misterio, y yo, soy su agente, y si no nos das una buena mesa se puede cabrear bastante conmigo y largarse de aqui. Pero ojo, no comentes nada, le gusta ir de incognito. - Me gustaba tirarme faroles de ese calibre era divertido. Y lo seria todavia mas cuando viese la cara de "Nath Summers". 

El subterfugio siempre había sido la mejor arma de la Sociedad Arcana, y parecía que Hollow entendía bastante del tema, si bien era cierto que Nathaniel solia poner su empeño en pasar más desapercibido, en lugar de menos.

Un destello peligroso brillo en sus ojos al oir la mentira de Stern, pero se recompuso rapidamente y aprovechó el desdén que sentia en aquellos momentos para cruzar los brazos y mirar el local de arriba abajo con superioridad, su ojo entrenado buscando instintivamente cualquier signo de posibles problemas. Ya tendria unas palabritas luego con su compañero...

Del pequeño aparato aparece una pequeña luz verdosa que recorre tu rostro.

- Identificación correcta. - Se escucha. - Bienvenido a casa Señorito Morgan.

Al instante las puertas se abren y puedes pasar.

Vas avanzando con calma, tal vez sea por el cansancio o tal vez sea porque tu naturaleza te hace ser más cauteloso... Y parece que sirve de algo... A pesar de ser de noche, no hay ninguna luz encendida y no se ve movimiento. Tampoco ves coches en el aparcamiento... 

Echas un vistazo a la zona y, por suerte o por desgracia, no hay nada que te llame excesivamente la atención.

El lugar está lleno de gente joven que están bebiendo, comiendo y divirtiéndose. No hay nadie que supere los 40 años. Todos tienen una apariencia bastante "normal", aunque sí ves a algunos jóvenes que parece que esconden algo bajo la chaqueta. Solo son dos y están alejados. No tienen nada que te llame la atención, ya que en los tiempos que corren, es bastante normal que la gente pueda ir armada en la calle... ¿No?

- ¿Nath Summers? - Pregunta el camarero. - ¡Vaya! Creía que estaba en Estados Unidos de firma de libros.

El camarero rapidamente sale de detrás de la barra.

- Sigame por favor. - Dice mientras os conduce a una de las pocas mesas vacías. - Aunque está reservada, tenemos una mesa para usted. La verdad es que no es como me lo imaginaba... ¡Increible! - El hombre espera que os sentéis. - Si necesita cualquier cosa o quieren algo, no duden en pedírmelo.

Asintio con un cabeceo a las amables palabras del camarero y se sento a la mesa, en la posoción que le permitiese ver mejor a los dos jovenes que le habían llamado la atención.

 - Espero que tengas pensado también que soltarle cuando se le ocurra buscar por ese tal Nath Summers en el movil... - Murmuro cuando se alejó el camarero. No le apetecía nada montar un espectaculo, especialmente en el que debía de ser uno de los retaurantes favoritos de Hound. Pero si Hollow se quemaba la mano las suficientes veces tal vez aprendiese a dejar de ser tan bocazas.

 - Y hay un par de tipos armados, a tus diez* - Añadio en voz baja, con actitud relajada y conversaconal. Seguramente no fuese nada (para Talon lo ilogico era no ir armado) pero siguio vigilandoles discretamente, por si acaso, concentrando sus sentidos sobrenaturales para asegurarse de que fuesen efectivamente humanos.

Desde nuestra buena posición mientras saboreaba el vino, me dediqué a tomarme mi tiempo para estudiar al personal, buscando enemigos encubiertos. 

- Recibido. - Le susurré asintiendo. Los miré de reojo y los estudié también. No habia mucho que ahcer hasta que nos trajeran la carta y decidieramos que comer. - Y no tengo ni zorra de quien es. Me lo he inventado. Aunque parecia tan encantado de tener una celebridad en su local que dudo que quiera comprobarlo. 

Era raro que nadie lo haya salido a recibir, pensaba Max mientras caminaba por el camino principal. Quizas estuvieran demasiado ocupados, se decia a si mismo, o probablemente hayan salido. Dudaba esto ultimo la verdad, pero siempre era posible, suponia.

Con cada paso que daba, crecia su nerviosismo. Distintos temores fueron tomando forma en su cabeza. Comenzo a trotar hasta que llego a las ventanas cerradas y comenzo a dar golpecitos a los cristales. Al principio suaves, pero despues incremento la fuerza y frecuencia.

-MADRE! llamo, comenzando a preocuparse PADRE! Soy Maxwell!

Ambos os fijáis en los dos hombres que van armados, los cuales están tranquilamente tomando algo con los que parecen amigos suyos.

- Aquí tienen la carta. - Dice una camarera entregándola. - Cuando sepan lo que desean, no duden en llamarme.

Y la joven se retira.

Mientras ojeáis lo que hay, no dudáis en mirar a los sospechosos... No... No son Dhoanoides, son humanos normales y corrientes.

Al poco de estár llamando, una de las luces se enciende y, a los pocos segundos, se abre la puerta principal.

- ¿Señorito... Señorito Morgan? - PRegunta una criada que abre la puerta timidamente. - ¿Es usted? ¡Santo cielo lo que ha crecido! - La mujer te ofrece una sonrisa cansada aunque sincera. - Sus padres no se encuentran en casa. Salieron de viaje hace un par de días... ¿Quiere pasar y tomar una taza de té?

- Estás demasiado tenso. Disfruta de la cena. - Miré la carta y encontré algo que me llamó la atención. Me decanté pr el menú de degustación. A ver como era de rica la comida de este lugar. Además estaba costumbrado a comer en lugares de cierta categoría y nivel. - Ya saldremos mas tarde a cazar. 

En cuanto Talon se decidiera haria de buen lacayo y pediria por los dos.