Partida Rol por web

*¿@#$%&?*

Una voz te trae a la realidad. No has muerto, o eso crees. Es una voz masculina la que te trae a la consciencia. Abres los ojos y ves el rostro de un hombre enmascarado, un joven bien parecido, bueno, realmente guapo, de largos cabellos negros recogidos en una elegante coleta. Viste ropas ajustadas rojas y negras, con una extraña capa llena de picos que parece simular las alas de un ave, y un largo bastón en las manos. No comprendes sus palabras, pero parece amigable, aunque el modo en que se fija en tu cuerpo desnudo hace que te sientas incómoda.

No tanto como el dolor, eso sí. El dolor de las tres graves heridas que aún sientes. Tratas de moverte y sientes un espasmo. Nada que vaya a impedirte moverte, pero lo suficiente para que te lo pienses. Sobre las heridas tienes una especie de vendajes, bastante bien colocados, y parece que has dejado de sangrar. A tu alrededor hay más hombres, vestidos con colores oscuros y portando bastones de fuego. Pero el desconocido enmascarado parece el único que muestra interés en ti.

Abro los ojos y doy un respingo. Aún siento la ráfaga de fuego y metal en mi cuerpo. ¿Qué clase de armas son ésas? Han logrado hacerme muchísimo daño, a mí, que era capaz de frenar una carga de caballería a base de resistir la embestida y los lanzazos. El Mundo ha cambiado, desde luego. Y estoy despierta por ello.

Mi cuerpo aún está en tensión, aún tiene espasmos en las zonas donde han impactado las armas mágicas de mis enemigos...bueno, de mis enemigos adoptivos, puesto que me he enfrentado a ellos para poder hablar con el hombre bestia que entendía mi idioma. Y he fracasado. Qué desastre.

Miro el rostro que me da la bienvenida. Enmascarado como un bufón y vestido para parecer...¿un ave? Es atractivo, desde luego, aunque no me gustan mucho los bufones, prefiero los guerreros y los sacerdotes.

- An miste leat labhairt níos moille? - "¿Puedes hablar un poco más despacio?" pregunto con voz dolorida

El hombre de la máscara tuerce el gesto, pero no pierde la sonrisa. Gira su bello rostro y hace un gesto con la mano, con el que otro hombre se acerca a la carrera. Joven, aparentemente inseguro, delgado hasta considerarse raquítico... todo lo alejado que alguien puede estar a lo que tu conoces como un verdadero guerrero. Intercambian unas palabras, y el delgaducho empieza a hablar mirándote, aunque cada palabra te suena igual de incomprensible que la anterior. Además, no las encadena en frases, sino que te lanza palabras sueltas, como si esperase que las reconocieras. Hasta que oyes una que te hace reaccionar.

¿Celta? -Dice, y en tu mirada se ve que has comprendido- ¿Hablas celta antiguo?

- Ní leor teanga amháin - "Una lengua nunca es suficiente" es una forma de decir que sí, creo, pero sin dárselo mascado a este...a esto. Menudo esmirriado, ¿Qué hace un tipo así entre los hombres que han conseguido derrotarme con tanta facilidad? Tenían la sorpresa a su favor, claro, y la suerte, y yo no conozco estos días a los que he sido lanzado, pero bueno, algún mérito deben tener. ¿En qué año estaremos? Tengo que preguntarlo...pero no quiero mostrar debilidad

El chico escuálido se muestra satisfecho al comprender tus palabras, al identificar tu idioma. Para ti misma es un cierto descanso saber que podrás comunicarte con alguien, ahora que Lobisome ha desaparecido.

Por eso yo las conozco todas. -Dice sonriente en tu idioma, con un acento absolutamente perfecto, como si el celta fuera su idioma materno. Entonces se gira hacia el guapo guerrero e intercambian unas palabras, antes de volver a centrarse en ti- Mi nombre es Marcos, y este es Gavilán -El guerrero levanta una mano a modo de saludo, y su sonrisa se vuelve un bálsamo para tus heridas- Nos encontrábamos en la zona, en una... partida de caza, y te encontramos malherida. ¿Podrías explicarnos qué hacías aquí y que ha sucedido?

Marcos suena a latín, a romano. Recuerdo a los romanos y no me gustan. ¿Serían romanos los que nos atacaron al hombre bestia y a mí? No lo creo, en Iberia, que es donde fui confinada, los romanos habían dado paso a las tribus del norte y éstas a las del desierto. "Gavilán" suena a los apodos que los guerreros poderosos disfrutan autoimponiéndose. Estoy con un tipo que podría ser romano y con un guerrero poderoso con, al parecer, cierto ego.

- Me atacaron con armas que no conozco - digo en gaélico -. ¿Qué año es? 

Marcos se muestra desconcertado ante tu pregunta. Cruza unas palabras con Gavilán, quien te mira detenidamente con gesto serio antes de volver a sonreír. Mira alrededor, la estructura de las ruinas, los símbolos en las grandes piedras, y vuelve a hablar con Marcos, quien muestra extrañeza ante lo que acaba de oír.

Nos... nos encontramos... -Vuelve a mirar a Gavilán, poco convencido- Han pasado más de dos mil años de la muerte de... nuestro Señor Jesucristo.

Echas cuentas. Más o menos conoces la antigüedad de las costumbres de los cristianos. Pero ¿tanto tiempo? ¿Tanto ha pasado?

¿Qué hacías tú en este lugar? ¿Quién eres?

Ha pasado más de un mileno. Casi dos, de hecho. ¿Qué habrá sido del mundo? ¿Cómo puedo localizar a mis hermanas? ¿A mis adoradores? ¿A alguien que me explique la voluntad de Gaia al liberarme?

- Necesito... - ¿Un mapa? ¿Un vidente? ¿Un sabio que me cuente todo lo que ha pasado? - Respuestas

Luego miro al que está traduciendo. ¿Será de fiar? Quién sabe...el tipo atractivo no me inspira demasiada confianza. Y estoy en la desventaja lingüística. No sé que se dirán el uno al otro. Pueden mantener las mentiras al día delante de mi cara. Es mejor ser sincera.

- Samhain - digo. Espero si respuesta, ¿Sabrá lo que significa mi nombre? ¿Lo que implica mi existencia y mi despertar?

Ante tu respuesta, ambos hombres se miran, y sabes lo que expresan sus rostros. Incredulidad, desconocimiento, desconcierto. No saben a qué atenerse, ni qué hacer. Sin embargo, todo eso queda en un segundo plano cuando oyes una especie de trueno, un rugido continuo procedente del exterior, de los cielos.

Y ese rugido se posterga de un modo imposible, mientras los dos hombres cruzan miradas. Marcos no parece comprender. Gavilán tampoco, pero de un modo mucho más enfadado. Te guiña un ojo, sonriendo, y se pone en pie para dirigirse al exterior. Sin embargo, no alcanza la salida, cuando otro hombre entra acompañado de una escolta de dos hombres vestidos de igual manera y con armas en las manos. Ese hombre, mayor y con el pelo blanco, cojea ostensiblemente, apoyándose en un bastón, y tiene unos raros cristales en lo ojos. Gavilán se detiene al verle, y ambos cruzan algunas palabras. Notas el tono burlón de Gavilán, aunque con un toque serio y desafiante. El desconocido, por el contrario, se muestra serio aunque con un toque paternal. Hay algo en su tono de voz, cálido y lleno de sabiduría, que te reconforta. No sabes lo que dice, pero de alguna manera estás deseando saberlo... y darle la razón. Marcos se incorpora a la conversación, algo que parece molestar al desconocido, como si hubiera una vieja historia detrás que se te escapa.

¿Samhain? -Oyes tu voz en boca del desconocido- Bien, tus servicios no serán necesarios, Moya, puedes irte. Recuerda quién fue el que te enseñó todo lo que sabes.

La voz del desconocido habla un perfecto celta antiguo, con acento incluso de la zona en que habitabas. Es como regresar a las conversaciones con los sabios de la aldea. Gavilán se encoge de hombros, da una orden a Marcos y al resto de los hombres a sus órdenes, y abandona el lugar.

Traed ropa para esta mujer, por favor.

Lo curioso es que habla en tu idioma, pero sus hombres parecen captar el mensaje. El desconocido se acerca a ti y te ofrece su mano.

Tendrá que disculpar que no me incline, mi señora Samhain, pero temo que esta vieja herida no me lo permite. Me presentaré, soy Juan Pedro Lázaro, Delegado del Departamento de Asuntos Metahumanos del Ministerio de Interior del Gobierno de España. Seguramente todo eso no significará nada para usted, pero le garantizo que le será explicado a su debido momento. Mientras tanto, baste decir que soy un hombre influyente que se sienta cerca del... llamémosle rey. Estoy encargado de los asuntos referentes a aquellos que son más que simples humanos, para que me entienda, y creo que usted lo es. Si no recuerdo mal, el nombre de Samhain pertenecía según las leyendas a una diosa celta. ¿Sería posible que me concediera más información al respecto?

Asiento educadamente. Los ancianos son gente a la que respetar, especialmente los heridos. Por cómo habla parece un guerrero, un general o un noble. Ya era maldita hora de encontrarme con alguien con un poco de dignidad, y no con lerdos que no saben ni en qué año estamos. Es una pregunta simple, por Gaia.

- España - digo lentamente -, ¿Hispania? ¿Iberia? - pregunto. Nuestra patria occidental, el Fin de la Tierra, desde donde vinieron los Tuatha y desde donde llegará la Novena Ola del Más Allá. Suspiro, parece que este tipo es importante y descendiente de mi gente, ¡Pero no me recuerda! -. Soy Samhain de la Rueda, la Cacería Salvaje y la Noche de los Espíritus, soy lo que mi pueblo hizo de mí

Un hombre aparece con lo que parece una manta plateada, extraña, fina, pero cálida cuando te la pones por encima. También trae una especie de bata, algo que podrías convertir en un vestido para salir del paso. El hombre se marcha inmediatamente, a un gesto de Lázaro, y este sigue hablando.

Una diosa entre los hombres, una inmortal entre mortales -Comienza a decir- No sucede a menudo que un dios se aparezca al mundo, aunque no hace tanto desde el último que se alzó de su largo sueño. -El hombre se frota la barbilla, pensativo- Dígame, Samhain ¿A qué debemos tal honor? Supongo que habréis regresado al mundo de los mortales por alguna razón...

Este hombre anciano sabe cómo tratarme. Sabe lo que soy. Eso me tranquiliza, pero en cierto modo también me inquieta. Si yo estoy perdida y él no, él tiene ventaja...Y además no sé cómo responder a la maldita pregunta. Ojalá fuera como mi hermana Imbolc, ella sabía hacer profecías oraculares muy bien.

- El Mundo ha cambiado - digo simplemente, entonces me asaltan dudas más serias -, ¿Quién es el rey de aquí? ¿En qué reino estoy exactamente? Necesito un caballo

Tengo que encontrar algún lugar sagrado, algún druida, algún espíritu, alguien que me explique algo.

Juan Pedro enarca una ceja cuando sueltas tan críptica respuesta. Era de suponer que no tendría ningún sentido para él, ya que apenas lo tiene para ti. Sin embargo, sí que se muestra visiblemente sorprendido cuando preguntas por el rey y el reino, y por algún motivo esboza una amplia sonrisa cuando nombras el caballo. No lo entiendes bien, pues es una sonrisa muy parecida a la que muestran los padres ante una ocurrencia especialmente entrañable de sus hijos.

El sistema político ha cambiado mucho, Samhaim -Comienza a explicar, con aire de maestro paciente- Hoy en día, los hombres no son gobernados por reyes con derechos de nacimiento. Los pueblos eligen a sus dirigentes, y los renuevan cada cierto tiempo. En estos momentos te encuentras en el Reino de España, donde sí tenemos un rey, pero es una simple figura institucional, un representante del reino ante otros reinos. Aunque actualmente no todos los "reinos" tienen una figura así. Pero bueno, eso es muy largo de contar, y lo comprenderás mucho mejor cuando arreglemos todo este desaguisado. Como lo de los caballos, que ya no los usamos para desplazarnos.

Es mucha información, y muy compleja, de modo que tardas un poco en asimilarla. El mundo sí que parece haber cambiado, y mucho. Juan Pedro te ofrece su mano para que te levantes y le acompañes hasta la salida del templo, cojeando como puede. Mientras tanto, en su lento caminar herido, continúa hablando.

Hay una posibilidad para vos, Samhaim -Dice, meditando un poco cómo continuar- Hay un cetro, uno muy antiguo, que una deidad aún más antiguo que los celtas creó para recopilar toda la información necesaria para el alzamiento de su amo. Melkart, dios de los fenicios, su legítimo dueño, regresó de un largo confinamiento al que había sido forzado para reclamarlo. Con él, aprendió nuestra lengua y nuestra historia, todo lo necesario para adaptarse al nuevo mundo tras un sueño de cuatro mil años. Más tarde, trataron de arrebatárselo, y lo fundió con su propio cuerpo como una pequeña esfera cicatriz en su frente. Tocarla, os permitiría adquirir el conocimiento necesario para adaptaros a nuestro mundo, y ¿quién sabe? quizás a comprender mejor lo que os ha pasado...

"Figura institucional"...¿Y qué se supone que es eso? ¿Y qué es eso de que no todos tienen reyes? ¿Como en Roma? ¿Y en Hispania eso se hace? Iberia, si no recuerdo mal, tenía más tribus en disputa que Albión, incluso. Es absurdo pensar que se hayan unificado y que además lo hayan hecho sin un rey fuerte frente a ellos. ¿No usan caballos? Eso es aún más estúpido.

- ¿Y cómo vais de un lugar a otro? - pregunto con sarcasmo, convencida de que intenta quedarse conmigo

El mundo ha cambiado. Sí...tiene sentido que esté despierta. Luego me habla de Melkart, me insulta y me trata como si fuera una niña perdida. ¿Querrá usarme como un poderoso títere? No osaría...ya antaño los druidas nos invocaban para usarnos contra sus enemigos, pero sólo accedíamos a sus caprichos cuando nos ataban con encantamientos. Y eso siempre tenía brechas. El Ciclo no se inclina ante nadie...bueno, yo rompí esa tradición al devolver el aliento a la joven Nimue, pero sólo siguiendo a mi corazón, no a los designios de un humano.

- Melkart no es más antiguo que yo - digo secamente -. Sé de qué objeto me habláis, anciano, pero no es mío pata tomarlo...ni vuestro para ofrecerlo

Salís al exterior, y el aire puro del bosque te embriaga con sus aromas naturales. Ante ti ves a un buen número de hombres que van de aquí para allá, preparando equipamiento o consultando planos. Ves a gavilán a lo lejos, consultando algo con unos hombres. Algo te dice que hay dos fuerzas en este lugar, pues algunos hombres visten con uniformes diferentes a otros. Unos siguen las instrucciones de Juan Pedro Lázaro, y los otros de Gavilán.

Y parece que estás en medio de todo esto.

A veces viajamos en carros, sin caballos -Responde Juan Pedro con cierto aire de paciencia- Otras veces... en otros tipos de carros.

Delante tuyo descansa lo que parece uno de esos carros que nombra.

Respecto a Melkart, yo nunca me atrevo a hacer conjeturas acerca de la antigüedad de una deidad. Se algo de historia, y me limito a hablar de la antigüedad de las civilizaciones, nada más. -Juan Pedro se encoge de hombros- Y no, no soy quién para ofreceros ese cetro, pero sí para ofreceros la oportunidad de pedírselo a su legítimo señor. Melkart forma parte de un grupo de guerreros y héroes, Iberia Inc, que se dedica a proteger este "reino", y que yo me encargo de coordinar. Son unos cuantos: Melkart, Trueno, Lobisome... -¡¡Lobisome!! Ese nombre lo conoces- Aquaviva, Dolmen... Se podría decir que tengo con Melkart la suficiente buena relación para mediar en esa negociación, si así lo deseáis. Desgraciadamente, Iberia Inc está desaparecida, aunque tengo a otro grupo tratando de encontrarles...

Me dejo arropar por el aire puro de la naturaleza salvaje. Es algo que pensé que había perdido para siempre. Hay una acidez empalagosa y turbia en el aire, como si no estuviera del todo limpio. Como si el mismo aire estuviera emponzoñado, si eso fuera posible, que no lo es. Pero aún así, me produce una gran alegría poder contemplar árboles y oler la madera, la resina y la tierra. Estoy en casa, para bien o para mal.

- Como gustéis, anciano - digo con frialdad educada, debo ser respetuosa con los sabios, pero no me agrada que sitúe a Melkart por encima de mí -. Entonces sois mucho más importante de lo que habíais dado a entender. ¿Sois un druida, acaso, que intervenís en nombre de vuestro rey ante los seres de poder?

Arqueo la ceja, con auténtica curiosidad.

- ¿Es ése Gavilán uno de los guardianes de vuestro reino? ¿Es un dios u otra cosa? - recuerdo que los Tuatha eran alienígenas, que un gran guerrero de Caledonia llamado "el Picto" era capaz de transformarse en oso, a los magos, a los demonios y a los espectros sanguinarios...¿Qué espíritu será protector y tirano de ésta gente? Me importa poco, como Hermana del Ciclo estoy por encima de ésa política estúpida. Tengo preeminencia, soy el Tiempo y el Círculo. -, he conocido a ése Lobisome y parecía un hombre, con poder y saber, pero un hombre tan solo

Me encojo de hombros.

- Si creéis que puedo seros de ayuda, anciano, trataré de serlo, pero no sirvo a vuestro rey ni a vuestro país, soy guardiana del Ciclo, moldeada por Antiguos y Oscuros, y únicamente respondo ante Gea

No, mi señora, no... -Juan Pedro ríe ligeramente, de un modo algo paternal- No soy un druida, aunque quizás sea podría considerar que soy lo más parecido que queda hoy en día. Sólo soy un hombre que trató de ser un héroe en otro tiempo. Ahora... -Se detiene un instante, pensativo, casi melancólico- ...sólo trato de que otros no cometan mis errores.

Al nombrar a Gavilán, su gesto se vuelve huraño, molesto. Está claro que hay algo en ese tipo que no le gusta.

Gavilán no es dios ni guardián, y desde luego no es de fiar -Su forma tajante de decirlo te impacta. parece que haya una buena historia detrás de sus palabras- Sólo es un mercenario que vende sus servicios al mejor postor, nada más. Y su patrón es aún peor que él.

¿Has visto a Lobisome? -Se asombra Juan Pedro, perdiendo la compostura, sin apenas alcanzar a reaccionar- ¿C-cuando? ¿Donde? ¿Aquí? Llevamos mucho tiempo buscándole, a él y a todo Iberia Inc. Cualquier cosa que puedas facilitarnos, cualquier pista, nos sería de gran ayuda. Ni él ni el resto de Iberia Inc son valedores del país ni del Rey, mi señora, son héroes que luchan por mantener la paz, nada más. Con ellos fuera de circulación, me temo que esa paz durará poco. Incluso sospecho que su desaparición es el anticipo de algo grande por venir, algo que traerá dolor y sufrimiento. No se si eso implica o no a vuestro Ciclo...

Las palabras de Lobisome aparecen en mi mente, resquicios de antes de perder el conocimiento. Busca a ¡Juan Pedro Lázaro! Maldita sea. No estoy despierta del todo, por lo que parece. Bien. Tenía que decir algo. Tenía un mensaje para él. Pero él está con la gente que me ha disparado. No entiendo nada.

- Yo tampoco sé qué significa mi despertar, anciano, tal vez haya algo en común

¿Cómo saber si es de fiar? Hay algo que no me encaja.

- Lobisome me dijo que os buscara, mi señor, pero los hombres que me dispararon le dispararon a él, ¿Cómo debo interpretar eso? ¿Sois su amigo o le dais caza? 

El sabio anciano parece genuinamente desconcertado. Por aquello que rebelas, pero también por tu observación y suspicacia. Durante unos breves instantes, parece no saber qué contestar, aunque finalmente recupera algo de su compostura, se quita del rostro esas extrañas lentes de vidrio que cubren sus ojos y las limpia con un pequeño paño azulado. Cuando se las pone, mira en derredor, fijándose especialmente en los hombres que portan armas, tal como observas astutamente.

Sois lo bastante inteligente para hallar respuesta a esas preguntas sin mi ayuda, mi señora -Responde sin siquiera mirarte, con aire preocupado- Si Lobisome estaba siendo perseguido, y aún así os pidió que me advirtiérais a mí, es porque sabe, o al menos asume, que no soy yo el responsable. -Sus palabras tienen todo el sentido del mundo- Ni yo ni mis hombres estamos aquí para cazarle. Al contrario, si podéis contarme cuanto sabéis de este asunto, sobre esos hombres que os dispararon a vos y a él, pondré inmediatamente todos los recursos a mi alcance para dar con él y salvarle, así como para poner a los responsables en manos de la justicia.

Sin embargo, hay algo más oculto tras sus palabras, o más bien tras sus silencios. Algo que detectas en su mirada, la de un estratega sagaz. Tiene fe en sí mismo y en sus hombres, pero alberga dudas acerca de los demás, aquellos que acompañan al tal Gavilán.

¿Deberías confiar en ellos tú? ¿O confiar en este hombre sabio y darle lo que te pide, con su promesa de obtener ese cetro y con él todo el saber que precisas? Puede que incluso debieras buscar a ese Lobisome por tu cuenta...

Demasiadas incógnitas, y ni una respuesta del Gran Ciclo...