Partida Rol por web

¿Dónde está Iberia Inc.?

6- Fundación Lince Dorado para Jóvenes Especiales

Cargando editor
11/12/2015, 09:38
[FD] Juan García

Al observar los informes sobre la mesa, antes de que el director los guarde, no te pasa desapercibida la naturaleza de las heridas que se ven en ,las fotografías. Por extraño que parezca, llama tu atención que los escenarios de crímenes reflejados muestren heridas producidas por objetos cortantes, no balas ni hematomas de golpes, sino como el escenario de un duelo protagonizado por espadas. También ves en algunos cuerpos objetos clavados. Dardos, estrellas de metal propias de películas de ninjas, ese tipo de cosas. Hay también algunas fotografías de sospechosos, y en un informe ves un nombre que se repite: La Orden del Loto Rojo. Incluso hay una especie de logotipo.

Señorita Norniella, atender las necesidades y problemas de los alumnos no es una molestia, es mi obligación como director de esta institución. -Aclara el director, aunque su tono es tan seco que cuesta darle credibilidad a su disposición a ayudar. Aún sí, le explicas tu situación, ante la que el señor García entrecruza los dedos de sus manos, escuchando con el ceño fruncido, lo que con ese parche que cubre su ojo le da un aspecto siniestro. Cuando finalizas, guarda silencio unos instantes, que se vuelven tensos.

De modo que el Doctor Morell ha dicho eso... -Medita en voz alta el director- Si conozco bien al doctor, supongo que se habrá tomado como algo personal el revertir la intervención a su teléfono, ¿me equivoco? -Una simple mirada tuya, como reacción a su pregunta, parece ser suficiente respuesta para él- Bien, hablaré con él más tarde acerca de eso. Si quiere que podamos ayudarla, señorita, necesitaré que me ofrezca cuanta información disponga. ¿Tiene alguna pista más con la que trabajar además de ese móvil? ¿Contactos, lugares, algo...? Usted le conoce, ¿qué cree que está pasando, exactamente?

Cargando editor
11/12/2015, 10:00
[Abandono] Romasanta

La bestia que hasta hace unos instantes era vuestro compañero, una vez liberado de las ataduras vegetales de sus pies, ruge con fiereza dispuesto a atacaros. Neithan concentra su energía interior, el chi, preparado para descargarlo contra él en un único y brutal golpe concentrado. Lo ha hecho cientos de veces, aunque no muchas en combate real. Los monjes le hacían entrenar en la naturaleza, golpeando rocas, liberando el chi en el aire, pero eran muy cautos en cuanto a su aplicación en combate, por el gran daño que podía llegar a causar. Sin embargo, esta parece una situación de suficiente necesidad para que esté justificado.

Y sin embargo, algo falla. Romasanta no se lanza a por él. Flor del Ocaso ejecuta un hechizo y un árbol cercano adopta la forma de uno de esos manifestantes, dispuesto a arrojar objetos contra el hombre lobo. Este, furibundo, se lanza a por él alejándose del joven artista marcial, quien ve cómo su chi concentrado se desvanece en el ambiente, perdiéndose. Alejo ataca brutalmente a la ilusión, destrozando la corteza del árbol con sus garras afiladas y deshaciendo el engaño. Lo hace desesperadamente, golpeando una y otra vez, dejando profundos surcos en el tronco, hasta que se detiene con respiración entrecortada, sin aliento, y se deja caer al suelo de rodillas. Su pelo va desapareciendo, su cuerpo mengua, y los rasgos salvajes se desvanecen. En unos instantes, tan sólo queda un chico con la ropa destrozada y completamente extenuado, con las manos apoyadas en ese árbol que evidencia lo que podría haberle pasado a una víctima humana de su ira.

- Tiradas (1)
Cargando editor
14/12/2015, 16:31
Neithan Algren "Hijo del Dragón"

La situación le da que pensar al joven chico oriental. Al final, no había tenido que enfrentarse al hombre lobo, una de las chicas debía haber hecho... algo. Aquello evito males mayores. Tragó algo de saliva, impresionado por aquella fuerza de la naturaleza asilvestrada. Mientras el chi se desvanecía de su mano, se giro para dar la espalda a Romasanta. Hacía nada era su compañero de habitación, ahora lo veía como un grave peligro... casi tuvo la tentación de rematarlo, pero él no era un monstruo como hacía poco le jaleaban.

Le dió la espalda al chico, con un poco de animadversión... no era su problema, la escuela se encargaría de ello, y sino, seguramente huiría.  Una parte infinitésima hubiera querido que usara su poder contra aquel magnífico ser pero era mejor que no... tenía otras cosas que hacer. Comenzó a caminar rápido, en dirección a la escuela, para alejarse de más problemas... a ver si alcanzaba a Rocio y Oráculo....

 

Cargando editor
17/12/2015, 18:34
Eclipse "Flor de Ocaso"

Por suerte, Romasanta se lanzó contra el árbol y comenzó a destrozarlo con furia. Yo, desde mi posición, me dediqué a ver cómo despedazaba el tronco mientras desahogaba toda la furia de su interior.  Esto es muy interesante…-  me gustaba observar el instinto primitivo de la lucha en otras personas,  me ayudaba a valorarlos.  Poco a poco, el extraño poder del que hacía gala comenzó a menguarse y yo aproveché el momento para estirarme. Quizá sería un buen momento para enseñarle una lección, pero debe estar exhausto.

Mi compañero empezó a alejarse, dejando solo al chico. -¿Pero qué haces? ¿No vas a ayudarlo? Al contrario que él, yo comencé a caminar hacia depredador. Había tenido un momento de debilidad, pero quería creer que había sido capaz de controlarse en un último momento.  Este lugar empezaba a parecerme más complicado por momentos.  Creo que este sitio está provocando que me preocupe demasiado por los débiles. Quiero regresar a casa.

Llegué hasta Romasanta y me apoyé en un lateral del árbol que había destrozado. ¿Estás ya mejor? Venga, volvamos ahora. No vayas a decirme que eres un peligro y que sería mejor que te marcharas porque sabes que eso es una gilipollez- a pesar de que sentía cierta empatía por él mis palabras no la mostraban- Levanta tu culo de ahí y camina conmigo.  Al menos he entendido porqué me he decidido por ponerte ese nombre. Ha sido casi increíble. Le tendí una mano por si necesitaba ayuda para levantarse y suspiré. Si padre me viera ahora mismo… 

Cargando editor
21/01/2016, 12:53
[FA] Alejo Romasanta

Alejo boquea como un pez fuera del agua, respirando con dificultad mientras su cuerpo tiembla, tal vez por el frío que supone perder de golpe una capa de piel y quedar expuesto, con la mayor parte de su piel desnuda y sudorosa. Pero también, posiblemente, de miedo. El muchacho sabe perfectamente lo que podría haber llegado a hacer, sin ser capaz de controlar sus impulsos asesinos. Depredadores.

E-estoy bien... -Responde a Eclipse, viendo que la mujer se interesa por su estado- N-no pienso marcharme... He v-venido, precisamente, en busca de... ayuda, con esto. P-pero tendré que hablar con alguien, el director o quien sea... contarlo... Y que pongan los medios para que no se repita.

Alarga su mano, dubitativamente, aceptando la ayuda de la terrana para ponerse en pie. Se fija entonces en que su camiseta ha quedado hecha jirones, ha perdido el calzado y sus pantalones tan sólo podrían reformarse para convertirlos en unas bermudas. Avergonzado, aún con el miedo en el cuerpo, se encoge ligeramente al verse casi desnudo.

Supongo que un traje de tejido coherente de esos será demasiado caro... -Comenta, bromeando con amargura, pero en seguida se fija en Neithan, que se aleja, y más adelante en la presencia de Rocío y Cassandra- ¿E-estáis todos bien...? ¿No he... no he llegado a hacer... daño a nadie... verdad?

Cargando editor
21/01/2016, 19:34
Neithan Algren "Hijo del Dragón"

No pensaba que Romasanta se fuera a recuperar tan rápido. Daba por hecho que se quedaría inconsciente un rato. Se giró un momento y lo miró pero sin decir nada. No tenía heridas, tampoco iba a contestarle, podía ver que todos estaba bien. No se sentía estafado con aquel lugar pero si un poco decepcionado ¿no calibraban bien los peligros potenciales? Aquello como mínimo había sido negligente.  Siguió caminando hacía el colegio porque poco más podía hacer.Todos allí eran desconocidos, no había caras amigas, estaba sólo...  y lo pasado aquel día no lo iba a olvidar, le habían prometido una oportunidad, una ayuda... esperaba una disculpa como mínimo.

Cargando editor
24/01/2016, 01:54
Xandra Norniella
Sólo para el director

Lo informes y fotografías me habían resultado inquietantes desde un principio, pero más aún al darme cuenta de que no parecían crímenes “al uso” o al menos lo que se solía oír por las noticias: disparos, puñaladas, palizas… No. En estas fotografías se veían varias cosas, pero destacaba la presencia de cortes, como si se hubiera tratado de peleas con espadas; así como distintos objetos afilados que se clavaban en la piel de las víctimas, como esa especie de estrellas y dagas de metal que usaban los ninjas de esas películas que le gustaban a Saúl. También llamó mi atención un símbolo, un precioso símbolo a decir verdad, en un llamativo tono rojo. Este parecía ser el motivo de algo que se mencionaba varias veces en esos documentos: “La Orden del Loto Rojo".

Peculiar caso… Normal que hayan tenido que recurrir a la Fundación…

El director manifestó que mi petición no era ninguna molestia, ya que se trataba de su obligación, pero su tono dificultaba saber si esto era verdad o no. Aun así había decidió contarle lo que pasaba, y pareció reaccionar bien ante lo que le había contado del Doctor Morell. Entonces me dijo que hablaría con él después, pero que ahora necesitaba que le diera cuanta información me fuera posible, con el objetivo de poder ayudarme.

Dejó caer algunas preguntas, con el propósito de facilitarme la labor, supuse, pero ello sólo me aturdió más. Decidí entonces contarle lo que sabía, aunque sin seguir estrictamente las preguntas propuestas.

- B-bueno, le contaré todo desde el principio... T-todo iba bien, normal, c-como siempre… - comencé a contarle al director, algo nerviosa, pero intentando tranquilizarme pensando en que esto ayudaría a Saúl. – Le dije que volvía a Asturias, porque no sabe lo de… - posé mi mano sobre el brazalete un momento, agachando la cabeza. Quizás tendría que habérselo dicho. Si supiera lo que me pasa, quizás se hubiera quedado a mi lado… - Q-quedamos en que le llamaría cuando llegara, pero me retrasé, y al final llamóme él... M-me llamó él. - rectifiqué ante aquel lapsus producido por los nervios. - V-varias veces... Al ver las llamadas perdidas le llamé, y tardó en cogerme, pero lo hizo y… E-estaba raro, no estaba bien, él… Él lloraba, y el no suele llorar, ¿Sabe? – apunté, apretando mi muñeca con la mano que aún tenía sobre el brazalete. – Me dijo que no estaba bien, que no podía aguantar aquello. Me pareció entender que le hicieron algo, pero luego dijo ser él quien hizo algo horrible… Saúl es medio japonés, y trabaja en la embajada de Japón. Bueno, trabajaba… - desvié la mirada y cerré los ojos un momento, dolida con todo aquello. – Allí tenía unos duros contratos de confidencialidad que apenas le permitían contarme nada, así que pensé que ahora no me lo contaba por eso. P-pero…

En ese momento caí en la cuenta de algo y enmudecí, con mis ojos más abiertos de lo normal, tratando de ordenar mis ideas.

- Antes de colgarme. Antes de colgar un hombre comenzó a gritarle en japonés. N-no sé japonés, pero lo reconozco perfectamente. Pensaba que sería alguien de la embajada pero… Su madre me llamó después, y me dijo que hace días que ya no trabaja allí. Así que no era nadie de la embajada. – solté de repente, casi de carrerilla, pensando en voz alta. – N-no sé que puede pasar… Lo único que se me ocurría es que tuviera algún tipo de deuda y le estuvieran obligando a hacer algo que no quiere, p-pero… ¿Juego? ¿Drogas? Es un chico muy sano, no fuma, apenas bebe, hace mucho deporte… Realmente no le veo en algo así, pero… Ya no sé que pensar. – agaché la cabeza, superada por la situación, soltando un profundo suspiro.

Cargando editor
04/02/2016, 22:03
Eclipse "Flor de Ocaso"

Asentí a las palabras de Depredador. Claro que necesitas ayuda, no has sido capaz de controlarte por una mierda como esta. No iba a decirlo porque lo veía lo suficientemente hundido como para necesitar más carga encima.

-Sí, bueno, cuando lleguemos se lo cuentas y confiemos en que no te suelten un discurso, porque esto es culpa suya. Si se supone que nos van a proteger han empezado bastante mal, los muy inútiles.

Aunque yo no necesito que me protejan, solo que me devuelvan a mi hogar.  Enarqué una ceja cuando habló del supuesto traje, pero eso se debió a que no entendí lo que me decía.  Negué, restándole importancia, cuando preguntó por los demás.

-Creo que lo único herido ha sido tu vestimenta y el árbol. Si hubieras atacado a alguien te habría dejado inconsciente antes de que llegaras a aullar- bromeé. Ahora volvamos y no le des más vueltas. Ya aprenderás a controlarlo, supongo.

No iba a darle falsas esperanzas porque ni lo conocía ni tenía intención de hacer amistades. Pero de los que están aquí parece que es de los pocos que se salvan- sí, eso era algo a tener en cuenta para evitar ser más borde de lo necesario.  Comencé a ponerme en marcha al paso de Depredador para llegar con el resto a las instalaciones. 

Notas de juego

Perdonad la tardanza. No volverá a pasar. 

Cargando editor
06/02/2016, 14:19
Rocío Herrera

 Me giro con Cassandra de nuevo hacia los chicos cuando oigo a los chicos. Alejo ha vuelto a la normalidad, y lentamente volvemos hacia ellos, a quienes quedo escuchando, preocupada, ahora más por Romasanta que por cualquier otro, ya que nadie ha salido herido.

Asiento después de Eclipse para tranquilizar al rubio cuando vuelve a la normalidad, y miro a Cassandra un momento, preocupada. Por la voz de Alejo ya debe saber que vuelve a estar bajo su propio control, pero aun así, no ver lo que sucede alrededor... Yo me pondría de los nervios. No me extraña que siempre parezca asustada, o al menos a mí me lo parece, que lo rarita que es a veces tampoco ayuda a pensar que está bien.

 - Estamos bien, sí. - Confirmo rápida y seria. - Vámonos ya. Tienes que cambiarte y conseguir esa ayuda, calmarte un poco. - 

 Porque es cosa suya, claro, y yo no me voy a meter. De hecho, tal y cómo ha ido el día ya sólo quiero irme a mi habitación y matar el tiempo de alguna forma, sin fuego, manifestaciones, lobos, ni plantas que se mueven solas. 

Cargando editor
11/02/2016, 12:59
Director

Una intensa luz surge de la pared lateral del despacho del director, un despacho sencillo con una mesa amplia y un par ve sillas. El señor García, un hombre de mediana edad con bastantes canas en los costados de su cabellera formalmente peinada, no parece sorprenderse en absoluto. Molestarse sí, en cambio, frunciendo el ceño y clavando en ese foco de luminosidad una dura mirada de su ojo bueno.

Director...

Una figura aparece a través de la luz, definiéndose lentamente. Es un hombre de mirada sibilina, pelo largo y el mostacho arreglado con un estilo antiguo, tanto como su indumentaria, que parece sacada de una película victoriana. Clava su mirada en la invitada del director, una hermosa joven de larga cabellera castaña a la que hace una tenue reverencia.

Lamento interrumpir, García, pero tengo entre manos un asunto que no puedo demorar.

Estaba atendiendo a una de nuestras nuevas alumnas... -Replica el director, malencarado, taladrando al recién llegado- Señorita Norniella, le presento al profesor Rasputín, maestro de artes arcanas de la Fundación.

Encantado, señorita... -Saluda el profesor, entornando los ojos al percatarse de algo- Interesante pulsera, esa que lleva...

¿De verdad es algo que no pueda esperar, Rasputín?

Oh, sí, mis disculpas... -El profesor aparta la vista de la pulsera, con gesto intrigado, y señala el foco de luz a su espalda, que permanece iluminando la sala- Necesito que la Fundación Lince Dorado preste asilo a alguien... muy especial.

En el foco de luz aparece una silueta, pero antes de que cobre forma, la luz se desvanece, sumiendo en una temporal oscuridad el despacho, debido al contraste. Rasputín hace un gesto, y la cortina de la ventana tras el director desciende, cubriendo la misma para evitar que entre parte de la luz exterior. Junto a la pared, evitando la luz, permanece una figura corpulenta, oscura, de ojos brillantes.

Cargando editor
11/02/2016, 16:18
Xandra Norniella

Justo en ese precioso instante en el que terminaba de hablar, en el más inoportuno de los momentos, una extraña e intensa luz aparecía en una de las paredes del despacho. Miré al director, entre sorprendida y asustada, pero al ver que este ni se inmutaba, el miedo de desvaneció un poco.

No tardó en aparecer una figura de aquella luz, un hombre elegantemente arreglado, pero claramente para otra época.

- Eso ya no se lleva… -murmuré con desdén, sorprendiéndome y poniéndome firme cuando el hombre clavó su mirada en la mía.

Este tío intimida…

Entonces comenzó a hablar con el director, requiriéndole para algún asunto, y es Señor García me presentó; pero el llamado Profesor Rasputín puso más atención en mi brazalete que en mí. Al mencionarlo rodeé este con mi otra mano, casi por instinto, frunciendo el ceño por su comentario. Pero los dos hombres siguieron a lo suyo.

- No quiero ser maleducada, pero… - comencé a interrumpir, tratando de poner atención en lo que nos ocupaba, lo más importante para mí en aquellos momentos; pero la luz se fue de repente, al menos en gran parte, dándome cuenta de que junto a la pared había una figura tratando de evitar la luz. – Si usted no puede… - retomé la palabra, no sin antes sentir un escalofrío por la presencia de aquellos brillantes ojos. - ¿No hay nadie más que pueda ayudarme? – pregunté al director, casi implorándole. – Tengo que ir a buscarle… - añadí perdiendo la energía de mis anteriores palabras, agachando nuevamente el rostro.

No sé a dónde, pero tengo que hacer algo...

Cargando editor
12/02/2016, 13:10
Nicte

Una vez dentro de la oscuridad, me siento mas relajado, mas cómodo, como quien regresa a casa después de un viaje largo y consigue quitarse unas botas pesadas llenas de barro.

El brujo me precede, acompañado de la luz, la oscuridad sin embargo, siempre aguarda, al acecho. Puedo ver como su figura se desvanece adentrándose en una sala, y en ese momento las sombras devoran la escasa luz que el hechicero dejó tras de si, me llegan unas voces del otro lado, otro hombre, y una mujer... y entonces lo percibo, me llega ese sabor tan dulce al que estoy acostumbrado, el miedo, un miedo sutil, apenas perceptible, una gota en medio de un océano.

Mientras lo paladeo, la sala se va oscureciendo, mi anfitrión se encarga de ello, mientras me deslizo por las sombras, entrando en la estancia, en silencio, como siempre se desliza la oscuridad, e inexorable, engullendo todo a su paso, y buscando el origen de ese miedo, apenas perceptible. Tan solo siseo un breve saludo, centrando mi mirada en la joven y dedicando una fugaz mirada al hombre tuerto, - hola.

Avanzo un par de pasos hacia la muchacha... - yo... sintiendo el hambre, y sus miedos, su abatimiento, una presa.

Cargando editor
12/02/2016, 14:46
Director

El director se mantiene pensativo cuando Rasputín expresa sus motivos, clavando en esa forma oscura una mirada suspicaz de su ojo sano. Posiblemente, espera algo más de información por parte del profesor. Sin embargo, es Xandra quien le hace desviar la mirada de la criatura, negando con la cabeza. En ningún momento ha dicho que no pueda ayudarla, más bien al contrario, aunque no va a ser sencillo.

Profesor... -Dice con tono rotundo, clavando de nuevo su mirada en Nicte, que avanza lentamente hacia la alumna, un movimiento que no agrada en absoluto al director. De hecho, es evidente el gesto de su mano descendiendo de la mesa, con incierto propósito. Un gesto al que se adelanta Rasputín, dando un paso al frente y situándose entre Xandra y su invitado.

Cortesía, querido amigo... -Indica a Nicte con una sonrisa condescendiente- ...a pesar de tan noble ofrecimiento. -Añade mirando a García con perspicacia, una mirada que el director conoce bien, aunque no le agrada demasiado. El mago tiene la costumbre de ocultar demasiadas cosas.

¿Lo consideras buena idea? -Pregunta secamente.

¿Los dos solos? -Pregunta Rasputín, entornando los ojos, mientras se atusa el mostacho- Sinceramente, no. El... señor Nicte, aquí presente, es un ser muy especial, un tulpa del miedo. Está claro que no estoy en compañía de gente capaz de valorar el inmenso privilegio que supone llegar a conocer uno. -Dice con cierta sorna- Actualmente, se encuentra inmerso en una cruzada personal, buscando a Signo. -El director se revuelve, incómodo, en su asiento, al escuchar ese nombre, y clava su ojo bueno en el tulpa, frunciendo el ceño- Me he ofrecido a ayudarle, algo que será largo y complicado, por lo que precisa de un lugar donde esperar por mi progresos. Y está dispuesto a colaborar con la Fundación, mientras tanto. Yo había pensado más en incorporarle al cuerpo de seguridad, aunque acompañar a los alumnos al exterior podría ser una opción en determinadas circunstancias. -El mago une sus dedos ante su rostro, pensativo- Pero ya conoces mi opinión acerca de soltar a metahumanos sin el control adecuado en el mundo real, director...

Ya, tu teoría del grupo...

Si no me equivoco, pronto recibirás noticias de un suceso en el camino del bosque, que confirma mi teoría. Por cierto, sería conveniente restringir las salidas del señor Romasanta de momento...

Juan García se muestra visiblemente molesto por el comentario, al contrario que Rasputín que no duda en mostrar lo mucho que le divierte ese sentimiento de superioridad que le otorgan sus poderes.

Hmmm... Señorita Norniella... -Dice finalmente el director, con firmeza- Tómese esto como un primer paso hacia su total recuperación para la sociedad. Es, a fin de cuentas, para lo que ha acudido a nosotros. Una misión, pero mucho cuidado con el empleo de sus capacidades, muchacha. Haré algunas llamadas, tengo contactos que pueden hacer que, con suerte, alguien la atienda en esa embajada. Allí tienen que saber algo. El... señor Nicte, la acompañará, siempre y cuando logre usted que algunos alumnos más les acompañen también. Excursión en grupo, lo haremos pasar por actividad programada de cara al resto del centro. Mientras tanto, yo trataré de contactar con algunos conocidos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y el doctor Morell continuará trabajando en su teléfono. De momento, sinsisto, de momento, es cuanto puede hacerse. ¿Estamos de acuerdo?

Cargando editor
12/02/2016, 16:50
Xandra Norniella

Aquel… Lo que fuera, comenzó a salir de la oscuridad, una oscuridad que no parecía dispuesta a abandonarle; y es que parecía como si estuviera hecho de sombras. Su forma era humanoide, pero lo único que podía vislumbrarse en su figura era aquella especie de ojos brillantes, que ni siquiera parecían humanos. Me eché para atrás en mi asiento, viendo como aquella ¿Persona?, no sólo me miraba, sino que me saludaba y avanzaba hacia mí, queriendo decir algo.

-H-hola… - fue todo lo que acerté a decir, inquieta y cohibida.

Era de suponer que si se encontraba con la gente de la Fundación no tenía qué temer, pero no pude evitar sentir algo de miedo ante su inquietante presencia. Y aun así, el profesor terminó interponiéndose entre ambos, lo que me hizo pensar que quizás todo esto no fuese tan seguro. Aunque lo peor de todo era no entender lo que se cocía en aquel despacho. El profesor prosiguió hablando con el director, de una forma que no me enteraba de la mitad de las cosas, bien porque parecía leerle el pensamiento o porque hablaban de temas que desconocía por completo.

Nicte. Un tulpa. Busca a Signo.

Traté de memorizar, esperando comprender aquello más adelante. Al menos ya sabía cómo referirme a aquella… A Nicte. La conversación cobró algo más de significado cuando empezaron a hablar del papel de Nicte en la Fundación, aunque nuevamente esta se desvió a asuntos que se me escapaban.

Espero que a Romasanta al menos le den alguna explicación.

En otras circunstancias no me habría quedado con las ganas de preguntar, pero en ese momento tenía muy claras mis prioridades. Finalmente, el director se dignó a responderme, dándome cuenta de que ya había estado tratando mi situación delante de mis narices sin percatarme. Convirtió mis circunstancias en una misión, intentando disponerlo todo para que me recibieran en la embajada, donde podría acudir con Nicte si conseguía reunir a un grupo. Ante el resto esto sería una actividad programada.

Así, me explicó todo lo que podían hacer de momento. Esperaba algo más rápido, la verdad, pero si era lo que había; lo tomaría. No sabía en qué andaba metido Saúl, así que acudir a la policía podría ser peliagudo, además…

Parece que la policía acude a ellos cuando necesitan ayuda.

Pensé, recordando los informes sobre la mesa del Director García.

- De acuerdo. – respondí, poniéndome en pie justo después. - ¿Cuánta gente debo reunir?  Y… ¿Contamos con algún vehículo? – pregunté, antes de volverme hacia Nicte, el señor Nicte. – Disculpa, he sido una maleducada… - le dije, aún intimidada por su presencia. – Yo soy Alexandra, pero puedes llamarme Xandra. – quise saludarle con dos besos, pero me paré en seco antes de tocarle. - ¿Se puede…? – pregunté mirando al director y después al profesor. - ¿Puedo… tocarte? – pregunté a Nicte, con cara de circunstancia.

Cargando editor
12/02/2016, 22:35
Nicte

Por unos segundos olvido donde me encuentro, hasta que el hechicero se interpone entre la muchacha y yo. Recordándome que aquí, soy un invitado. Me detengo sin dudarlo, - por supuesto.

Comienza a hablar de nuevo el tuerto, y me vuelvo a mirarle. Antes no le presté atención, desconozco sus debilidades y sus miedos, todos los hombres los tienen, y me los mostrará tarde o temprano. Hablan de la muchacha y de mi, ¿los dos solos?... sonrío al escuchar su respuesta, no se fía del todo, no es estúpido, no de debo infravalorarlo, ya me ocurrió con Enrique y con Signo, no volverá a suceder.

Mientras escucho sus palabras, observo la estancia, tan diferente de la que ya he visto... me pregunto, ¿sabrá el tuerto que el brujo encierra a una joven? Valoro lo que comentan al tiempo que mi mirada vaga. Salir al exterior, seguridad, alumnos, secretos... si, siempre subyace el miedo a ser descubierto, y dos nombres, a los que quizás pueda aferrarme de momento, uno nunca sabe donde puede encontrar aliados, un tal Romasanta y la muchacha Norniella.

La joven me sorprende alzándose enérgica, que extraños son los humanos, hace apenas unos segundos yacía agazapada en su asiento, y ahora se alza con determinación, extrañas criaturas, alzo la mano moviéndola desdeñosa, restándole importancia a mis pensamientos. Para volver a mirar a la joven realmente extrañado, después, le respondo algo divertido, - ¿maleducada?, no, ¿no te dijeron nunca que no hables con extraños?, uno de los miedos que los padres inculcan siempre a sus hijos.

- Hola Xandra, digo mirando hacia el suelo que queda a su espalda, tratando de vislumbrar como sería su sombra. - Soy... comienzo a decir cuando Xandra camina hacia mi, ¿qué?, y su pregunta hace que la observe con cierta suspicacia hasta que formulo la pregunta que me asalta, - puedes, ¿pero por qué alguien querría tocarme muchacha?, inconscientemente eludo su nombre, buscando poner entre los dos cierta distancia, - ya has escuchado que soy.

Cargando editor
18/02/2016, 18:11
Xandra Norniella

Al disculparme, Nicte hizo un comentario que interpreté como jocoso, haciendo referencia a la costumbre de los padres de alertar a sus hijos con respecto a hablar con desconocidos. Aun así, no me atreví a reír, temiendo estar equivocada y que se lo pudiera tomar mal. No sabía apenas nada sobre él, y su aspecto podía ser definido de muchas maneras, pero no precisamente como amigable.

Comenzó a presentarse cuando yo lo hice, pero mi pregunta sobre poder tocarle pareció desconcertarle; incluso me pareció que entrecerraba los ojos.

- ¿Cortesía? – respondí, encogiéndome de hombres y levantando ligeramente las manos, confundida. – Al menos ese es mi motivo. – relajé mis brazos y tendí uno hacia delante, ofreciéndole mi mano para que la estrechara si así quería. – Lo he escuchado, pero no he comprendido lo que eres… Sólo sé que vamos a trabajar juntos, así que… Un poco de confianza estaría bien. – señalé con sinceridad, con mi mano aún a la espera.

Cargando editor
19/02/2016, 01:59
[FA] Cassandra Balboa

El lobo se volverá contra la propia naturaleza, la Sombra saldrá a la luz, y será la señal de la llegada de la muerte afilada...

Las palabras brotan de labios de Cassandra, sin que ella parezca consciente de ellas. Permanece impertérrita, con su vista cubierta inmóvil al frente, y cuando ha repetido la frase hasta en tres ocasiones, parece despertar de un trance, girando la cabeza, confusa.

¿Q-qué ha... qué ha pasado? ¿H-he dicho algo...?

- Tiradas (3)

Notas de juego

Todos, tiradas de Percepción.

Cargando editor
19/02/2016, 02:11
[FP] Profesor Rasputín

El profesor asiste a la escena entre esa joven y su "invitado" con evidente curiosidad, ayudándose el mostacho mientras cruza perspicaces miradas con el director, quien parece encontrar el encuentro mucho menos estimulante, aunque se abstiene de decir nada al respecto.

No se por qué, pero tengo la impresión de que todo esto va a resultar una muy buena idea. -Comenta, mirando a Nicte- Quizás deberíais salir y conoceros un poco mejor. Además, creo que tienes una labor importante que afrontar, ¿no es así, jovencita? -Está bastante claro que se refiere a lo que ha dicho García. Sólo la apoyaran en su búsqueda si logra reunir un grupo, pero ¿de donde sacar a más alumnos que la acompañen en esto?- Supongo que dos o tres serán suficientes, ¿no es así, Juan? -El director asiente- Por el transporte no os preocupéis, los problemas de uno en uno.

Cargando editor
19/02/2016, 14:20
Nicte

Cortesía, un termino que aunque conocido para mi, me resulta algo esquivo, teniendo en cuenta mi manera de alimentarme, tan intrusiva en las mentes de las personas... - si, conozco el termino.

Y mientras valoro todo lo que sustenta esa simple palabra, observo como Xandra me tiende la mano. Aguardo un instante antes de decidirme, mientras comenta que desconoce que soy, soy el murmullo que escuchas en las sombras, soy esa criatura que se arrastra bajo la cama del niño, soy esa sensación que hiela el corazón del anciano enfermo, y consume el de los enamorados... alzo la vista mientras acerco mi mano a la suya, confianza... cuando busco minarla para alimentarme, la duda, y la falta de confianza, abren a menudo la puerta al miedo, finalmente estrecho la mano tendida, - Yo soy el Miedo, Xandra.

Es extraño, la primera mano que estrecho.

Aun con su mano sujeta, me giro para observar al hechicero. - Concernos, si, estaría bien, pronuncio recordando cuan fácil resulta alimentarte de quienes conoces bien. pero entonces el recuerdo de Enrique y la afrenta sufrida por Signo, se abren camino entre mis recuerdos, y la ira que siento provoca que las sombras comiencen a fluctuar alrededor, entrando y saliendo de mi cuerpo, extendiendose sobre la mano y el brazo de la joven... apenas alcanzan a lamer su codo, cuando mis ojos se cruzan con los de la joven y comienzan las sombras a retroceder de nuevo. Retiro mi mano de la suya, tan rápido como si hubiese recibido una descarga electrica.

Rehuyo entonces los ojos de la joven y encarando al brujo le interrogo, - ¿qué hora es?, tratando de imaginar cuantas sombras pueden darme cobijo. Y antes de que pueda responderme me dirijo de nuevo a Xandra, turbado por lo que he sentido, y deseoso de abandonar la estancia, experando que el hechicero, no haya visto lo que yo he visto, - será mejor que nos marchemos ya Xandra, camino hacia la puerta y frente a ella me detengo, molesto por no poder salir, no conozco este lugar ni sus sombras, y salir sin saber si quiera si podría esconderme... me vuelvo molesto y apenas le dedico una mirada al hechicero, esta me la pagarás.

Tras lo cual vuelvo a mirar a la joven, - necesito que abras esta puerta Xandra, que sentido tiene ocultar mi debilidad, el brujo la conoce, y el otro, miro brevemente al hombre tuerto, no me preocupa, y ¿Xandra?, poso de nuevo sus ojos en ella, y es como si volviese a escuchar sus palabras, confianza, miro mi mano, la que hemos estrechado, ¿qué me pasa?, - Xandra, pronuncio de nuevo su nombre, - necesito conocer las sombras que hay al otro lado antes de salir, necesito esconderme en algún lugar, de la siempre maldita luz del sol, yo me retiraré lo suficiente, abre y desde lejos mirare por donde puedo moverme.

Me retiro un par de metros hacia atrás, y aguardo, miro al brujo antes de volver a observar la puerta, ¿qué me has hecho, sabías que pasaría esto?. - Cuando quieras Xandra.

Cargando editor
20/02/2016, 03:25
Xandra Norniella

Mientras me explicaba ante Nicte y le tendía mi mano, el profesor Rasputín intervino con cierto entusiasmo ante la situación, invitándonos a salir para conocernos mejor y recordándome mi cometido. El director asintió cuando este me respondió a que bastaría con dos o tres compañeros, y me instó a dejar el problema del transporte para después.

Me limité a asentir, aún a la espera de mi peculiar compañero, quien había dicho conocer el término “cortesía”. No entendí muy bien que hiciera esa aclaración. ¿Por qué no iba a conocerlo?

Lo normal es hacerlo, ¿No? Aunque no tiene pinta de ser demasiado normal… Pero creo que nadie aquí lo es. Ni siquiera yo…

Miré un momento mi brazalete al pensar en ello, pero en cuando Nicte se presentó levanté la vista en seguida. El miedo. Es el miedo. ¿Pero es eso posible? Me dio la mano ante mi desconcertado rostro, admitiendo ante el profesor que estaría bien conocernos, pero entonces algo le pasó; y esas sombras que parecían formar su cuerpo, o al menos recubrirlo, empezaron a moverse.

Me quedé quieta, sin soltar su mano, viendo como la oscuridad comenzaba a cubrir parte de mi brazo. Extrañamente no me esforcé en retirar mi mano, y es que no sólo era que no apreciara ningún tipo de efecto de aquellas sombras sobre mí, sino que aprecié cierta belleza en el fluctuar de estas entorno a mi extremidad. Observé aquella danza oscura con expectación durante unos segundos, levantando después la vista hacia los brillantes ojos de Nicte, tratando de vislumbrar qué pretendía, pero en ese momento las sombras comenzaron a retroceder y Nicte retiró su mano con pasmosa velocidad.

Es que… ¿He hecho algo malo?

Sin hacer ningún tipo de mención a lo sucedido, Nicte preguntó al profesor por la hora, sugiriéndome que nos marcháramos ya y colocándose después frente a la puerta. Me despedí del director y del profesor con un gesto de mi mano, viendo como Nicte no avanzaba. Me detuve junto a él, y cuando volvió a mirarme me explicó lo que sucedía y lo que necesitaba de mí. Aquello me preocupó, y es que no entendía cómo alguien con semejante limitación iba a poder ayudarme. Pensándolo detenidamente, las sombras eran algo que podía encontrarse en cualquier lugar, pero sin duda era más difícil hacerlo en determinados sitios.

Cuando se separó un par de metros, recoloqué mi blusa negra y me acerqué a la puerta. Al decirme que procediera cuando quisiera, nuevamente repitiendo mi nombre, cosa que empezaba a llamarme la atención, giré el pomo de la puerta y la abrí de par en par para que pudiera ver el exterior.

- ¿Así está bien? – pregunté a mi nuevo compañero, antes de salir por la puerta y que el repiquetear de mis tacones inundara todo el pasillo. - ¿Continúo? ¿Puedes seguirme? – le pregunté desconcertada, sin saber muy bien cómo actuar ante tal peculiar situación.