Partida Rol por web

Veo que Susy encuentra ¿una botella de whisky vacía?, y me acerco a la mesa, desde detrás de ella, acercando mi cuerpo, alargo las manos por su cintura, apoyando mi barbilla en su hombro, y le digo:

-A ver si encuentro yo algo por aquí. -le digo esto mientras me refriego-

Matar vampiros me parece que me pone.

Me pongo a rebuscar con ella delante atrapada entre el escritorio y todo mi ser.

Mientras todos estaban ahí metiéndose entre los libros y sacando botellas yo hice lo mas sensato que podía hacer.; me quité el saco lleno de sangre y me limpié el rostro para evitar ensuciar mas mis ropajes. Sí, yo era un tipo con mucho cuidado y preferia seguir limpio - Si me disculpan...

Puse la gabardina sobre el globo y me sacudí un poco la sangre de las botas. Arremangué las mangas de la camisa. Los miré a todos y luego a Raymond - Perdona que me haya metido contigo antes Raymond... si hubiese sabido que te tomarías tan a pecho lo de acabar con las mujeres... Tranquilo que puedes seguir acostado con el doctor - sonreí mientras me ponía a revisar entre los libros... - Por cierto Raymond, eso de andar recostándote de todo ser vivo y no vivo no creo que sirva de mucho. Como que mejor te sale seguir con el onanismo

Revisaron nuevamente pero esta vez fue Raymond el que hizo un hallazgo importante. Al abrir el globo terráqueo comprobó que eso era posible y que allí había guardado una gran cantidad de papeles arrollados y atados con cintas. Van Helsing le pidió que abriera uno de ellos. 

Eran documentos de compra, supuestamente el Conde había hecho unas transacciones para comprar unos terrenos de Londres. Las mismas estaban hechas con el Señor Renfield y se constataba que sería el señor Jonathan Harker el que viajaría a Transilvania para cerrar los detalles de tal trato.

Van Helsing mira la fecha y exclama.

-Eso es mañana... mañana vendrá el señor Harker a ver al Conde. Tenemos que acabar con su vida hoy mismo señores... sino entre sus planes está irse hasta Londres.

El doctor mira a todos y concluye.

-Quiere esparcir su mal en toda Inglaterra... y de allí al mundo, quiere ser imparable.

- ¿Acaso no lo es ya doctor? - dije sin levantar la vista de los papeles. ¿De veras alguno de ustedes se cree que el conde no nos ha sentido ya y no nos tiene alguna desagradable sorpresa como lo ocurrido con la muerte de nuestra primera víctima?

Se les veía a todos demasiado confiados en nuestra suerte hasta el momento, como sí la vida de un hombre inocente no pesara sobre sus conciencias. Cada paso que dabamos nos acercaba más a nuestro final, vivos o muertos.

Después de tirar la mugrienta chaqueta al suelo "sin querer", y con la tristeza de mi gran descubrimiento, ya que en vez de whisky eran papelotes, y ver que Susy no me hacia ningún caso, escucho a mi amiga Darma hablar, me giro hacia ella, y le digo:

-Tu no positifa, siempre negatifa, si hemos llegado hasta aquí, yo estoy dispuesto a ensartar cuanto vampiro me encuentre con mi estaca 2, (mi estaca 1 la guardo para coas as importantes). Ya no hay vuelta atrás, lo mejor que podrías hacer es coger una estaca e intentar hacer algo bueno. Si el conde está por aquí, ya puede comenzar a temblar. A las malas, le prendo fuego a todo el castillo.

- Inglaterra... por supuesto. Donde si no? - Pienso

- Un feudo privado de caza. Su feudo. Un lugar oculto entre la gente desde donde extender su mal por todo el mundo... desde donde extender la inmortalidad a toda la raza humana... la perpetua inmutabilidad para todos los hombres. -

Cada vuelta que mi aturdida cabeza da a la idea supone verla como una situacion no tan mala al fin y al cabo.

Miro a Darma con cierta compasion en mis ojos.

- Que le causa tanta angustia? -

Y vuelvo entonces mi mirada hacia Raymond y sus habituales comentarios obscenos que intentan ocultar la verdad del miedo y anhelo que recorre su imterior

- No engañas a nadie, encanto - Me digo a mi misma con una media sonrisa.

- Doctor, no seria mas facil entonces acabar con el Sr. Harker, y asi fin de la historia? - Digo sin perder la sonrisa maquiavelica de la comisura de mis labios...

- Sera toda esta sangre fresca que recorre mi cuerpo la que me hace actuar asi?-

Van Helsing contesta a las preguntas mientras sigue revisando el sitio.

-No lo creo, realmente no creo que pueda sentirnos. A vosotras dos quizás, pero solo cuando está despierto, y eso sucede de noche.

El Doctor sigue revisando, moviendo los libros.

-Puede haber un pasaje secreto, dadme una mano con estas cosas.

Les pide a todos. Está tan ensimismado con sus tareas que no nota un fino polvillo que cae del techo.

Veo un polvillo que cae sobre el hombro del señor Van, y pienso:

Este castillo está hecho polvo, jejeje, hablando de polvos, mierda, no te despistes ahora, a ver si son ratas.

Con cara de asco, miro encima justamente del doctor, a ver que demonios se estaba rompiendo, o si había algún bicho comiéndose algún libro.

Mientras Raymond se dedica a buscar musarañas por el techo, me acerco al Dr. y le echo una mano rebuscando entre los libros y montones de papeles.

Para ser útil y poder matar al conde cuanto antes me acerco al doctor y yo también me pongo a buscar algún tipo de pasaje. - Tiene que haber algo. En algún sitio. En estos sitios siempre hay.

Yo tambien buscaba con la mirada. Andaba un poco ofuscado, creo que lo de la ropa llena de sangre me había chocado... por ahora lo mejor era ayudar, pero no lograba nada...

Susanna intenta ayudar a Helsing pero mover libro por libro se vuelve molesto, sobre todo calculando que aquí hay cientos de ellos.

Los demás miran hacia arriba, más interesados en ver qué es ese polvillo que anda cayendo.

Lo que ve Raymond primero, pero luego Alejandro y la señorita Darma es a una araña enorme, de cuerpo pulposo y patas largas. Su tamaño es de unos 60 cm, o más. Nunca en la vida han visto a un insecto tan grande. 

El polvo es producto de su caminata arriba del grupo, observándolos...

Y quizás a punto de atacar...

El Castillo está lleno de guardianes de Drácula por lo visto, solo que no se trata de vampiros. Pero sí de otras criaturas... otras dos arañas salen de un hueco en el techo y caminan hacia los invasores.

Miro hacia arriba y grito:

-¡BICHOS!

Acostumbrado a este tipo de situaciones, rápidamente desenfundo mi arcabuz, y disparo a la araña que tiene Van encima de la cabeza.

-Muere insecto del demonio.

Mientras recargo, le digo a Alejandro:

-Tu, el rascaguitarras, si tienes la pistola, no se a que esperas. Si no quieres gastar las balas de madera, gira el tambor con la mano y pásalas de largo. ¡Mujeres y anciano, cuerpo a tierra!.

Alzo la cabeza tras el grito de alarma de Raymond y contemplo aterrada el desfile aracnoide que nos acecha.

Conteniendome el impulso de huir del lugar, obligo a mi cuerpo a ahogar la nausea que me evoca la imagen de semjantes artropodos y comienzo a pensar en como acabar con ellos.

Rapidamente, busco por la habitacion algo que emplear en nuestra defensa...

Las arañas aparecian sobre nosotros. Saqué la ballesta, aun cargada con un virote, y apunte directamente a las que venian saliendo. Las miré una ultima vez y sin mediar palabra les disparé - eviten hacer ruido