Partida Rol por web

Año 354 de la Era de los Dragones, dos años después del final de la guerra de la lanza. La paz ha llegado al fin, pero el mundo dista de estar sereno; mientras las fuerzas del bien se han retirado de la guerra para concentrarse en su recuperación, las fuerzas del mal siguen controlando buena parte del territorio.

Aunque poca lucha real ha tenido lugar en el norte de Estwilde, sus habitantes han sufrido las consecuencias junto con todo el resto de Krynn. El norte de Estwilde, un terreno yermo de pobres aldeas rurales; la mayoría de los residentes luchan por ganarse la vida mientras miran inquietos de reojo a los soldados del ejército drgonil rojo que constantemente patrullan la frontera de Estwilde/Nordmaar al este.

Sorprendentemente, los dragones parecen haber desaparecido de la faz d Krynn. Desde el final e la Guerra de la lanza, los avistamientos de dragones han descendido prácticamente a cero. La razón de esto es desconocida, aunque no hay carencia de rumores, algunos dicen que los dragones han abandonado Krynn, como hicieron hace siglos, otros dicen que los dragones están muriendo a causa de  una enfermedad....

Sea cual sea la razón, a pocos parece impórtales...con un mundo que reconstruir...los ciudadanos ya tienen suficientes problemas....los dragones tendrán que ocuparse de sí mismos.....

Hace unos 6 meses, Frohm Mrick, el alcalde del pequeño poblado de Hermosos prados, acudió con una buena idea. Desde el final de la Guerra de la Lanza ha habido poca comunicación entre las comunidades de Krynn y todos han sufrido como consecuencia de ello; Frohm decidió crear un Consejo Interpueblos a fin de que los representantes de las comunidades pudieran reunirse con regularidad para discutir sus problemas en común.

La idea fue recibida con entusiasmo y se establecieron reuniones mensuales a celebrar en Hermosos Prados.

Desgraciadamente, el entusiasmo se deshinchó después de las primeras reuniones, en parte debido a la tradicional reluctancia de los poblados a cooperar entre sí pero sobre todo las naturaleza de las propias reuniones ya que el principal problema era donde se realizarían las reuniones.

Fue entonces cuando Frohm tuvo otra idea, con ayuda de otros líderes de las comunidades, planeó una enorme celebración que se llamaría la Feria de Hermosos Prados, la celebración duraría todo el fin de semana y coincidiría con la siguiente reunión del Consejo, la Feria no solo ayudaría a revitalizar la economía, sino que también esperaba que estimularía el interés y la asistencia a la reunión del consejo.

Debido a ciertas circunstancias, vosotros habéis sido enviados como invitados de vuestros grupos para el consejo, así que partisteis de vuestros hogares para llegar a tiempo a la reunión llegando a última hora de la tarde del día anterior, al llegar al pueblo veis  que es un hervidero de actividad, la gente ha comenzado a montar los puestos para el día siguiente poder abrirlos y que la gente disfrute desde primera hora; os dirigís hacia la única posada que existe, apenas una casa de dos plantas del tamaño de un  granero.

Al entrar podéis ver como la posada esta a reventar, no solo por representantes del Consejo sino también por diversas razas que han venido ante la novedad. El posadero del establecimiento no es otro que Frohm, el alcalde, al acercarse a vosotros y estrecharos la mano.

---Saludos caballeros, os agradezco muchísimo que os hayáis tomado la molestia de venir, supongo que todos estamos ocupado con regresar a nuestras vidas pero me alegra ver que todavía existe relación entre las distintas razas, espero veros mañana por la mañana en la reunión, la espero con ansias, la verdad- dice con calidez mientras os deja para que podáis tomaros vuestro tiempo en dejar el equipaje y tomar algo- Sí necesitáis algo estaré encantado de complaceros.

Con un atillo echado al hombro entro al pueblo, con ganas de aventuras... con una gran sonrisa en la cara saludo a todo el mundo que me voy encontrando por la calle, como si los conociera de toda la vida, la gente, algo excéptica al ver un kender no familiar, se me va quedando mirando...
En un puesto de los tantos que habian montandose, me acerco... Discúlpame... busco la taberna... No se si es por el jaleo que había o por la desconfianza al ver un kender que no conocían, me hacen caso omiso, lo único que noto es como una mano me tira del puesto hacia atrás, con la mano misma que me habia apartado, me señala la dirección que tenía que cojer para llegar a la taberna... ¿Por ahí?... gracias... salgo disparado hacia el sitio indicado...
Por el camino encuentro un lobo algo desnutrido... ohhh... pobrecillo... seguro que necesita algo de comida, algo me queda en el atillo... saco el último mendrugo de pan, el lobo algo reticente se acerca a olerlo y empieza a mordisquearlo... vale amigo, tengo que seguir mi camino... al alejarme veo que el lobo me va siguiendo a pocos pasos de mi...
Al llegar a la taberna le explico al lobo que no podía pasar, que se quedase en la puerta mientras que buscase a alguien que tenía escrito en uno de los bosillos de mi pechera... Aquí está... abro la nota... ehhhmm... Frohm... ¿estará dentro?...
Al entrar, veo a mucha gente... acercandome a la barra veo a varios que estaban hablando con el tabernero... de un salto me escaramo en la barra para escuchar al tabernero... ¿puedo ayudar...?, veo que tienes mucha gente por aquí y se recojer platos, vasos... enumero casi tropezadamente todo lo que se hacer y espero contestación como si no hubiera mañana...

Trás escuchar al alcalde, que además es el posadero, darnos la bienvenida, me dirijo hacia la barra para coger una habitación, si es que queda alguna, para dejar los bártulos, cenar y descansar un poco antes de la reunión del día siguiente.

Adanedhel se adentró en el lugar, procurando que nadie de los que había allí le pasara demasiado cerca ni le rozara. Ugh... en qué momento habría aceptado eso de salir de su dulce hogar para meterse entre tanta gentuza maloliente. 

Fijó su mirada en el posadero-alcalde y asintió levemente  - Agradezco su amable recibimiento. Es cierto que las cosas todavía no están bien, aunque podrían haber estado mejor si el resto de las razas no fueran de carácter tan belicoso y miserable.  Lo peor no fue lo que dijo, sino que lo dijo con todo el agrado del mundo, en un tono amable, como quien pregunta a su vecino qué tal está su familia.  - Ah, gracias, descansaré un poco, quizá fuera posible algo para beber? Preguntó tras el ofrecimiento del buen hombre. 

La llegada tras el viaje me ha animado bastante. Es cierto que no estoy acostumbrado a este tipo de cosas tras mi vida en Solace, pero siempre es bueno viajar y descubrir cosas nuevas. Tras saludar al hombre que me da la bienvenida, miro alrededor con un vistazo rápido. Y aunque no estoy prestando demasiada atención, no me cuesta adivinar lo que me está diciendo.

-Eh... Si, disculpe. La verdad es que no estaría mal descansar un poco. Y si pudiera beber un buen vaso de leche fría se agradecería - respondo intentando mostrar una sonrisa algo amable - ¿Le importa si nos sentamos un rato por aquí mi fiel compañero y yo antes de guardar mis pertenencias luego? - pregunto al hombre refiriéndome también a mi cuervo antes de sentarme con él apoyado al hombro y sacar un libro para estudiar un rato. -Mmm... No está mal este lugar. Aunque acostumbrado ahora a encerrarme a estudiar, supongo que muchos lugares me parecen "novedosos". También parece haber de todo aquí... Sólo espero no encontrarme con Silvanestis... - me digo pensando a mí mismo, centrado en el libro que estudio - En fin, Álthim... Habrá que ver qué te deparan los hados en un lugar como este.

"Que lugar mas increible!" pensaba para mi mientras miraba todos y cada uno de los puestos. Habia muchas cosas divertidas que comprar, algunas exposiciones, sobretodo de animales de los ganaderos y en algunos lugares, hasta habia algunos juegos ¡con premio incluido!

Iba a ir directo a la reunion, pero con tanto atractivo por la zona, no puedo evitar participar en cualquier cosa que veo divertida, es decir, en todo.

Casi dos horas mas tarde, cargado con varias bolsas de regalos varios y acompañado de un adorable cerdito que me regalaron en un extraño concurso relacionado con mucho barro, llego al lugar de reunion, donde parece que ya estaban todos

-Hola~~-un chico joven, con aspecto atemorizante entra... comportandose como un crio, mal escondiendo los objetos detras de la espalda-¿Soy el ultimo? Eeeh... mmmm...-se nota que estoy pensando una excusa en el momento-Habia trafico.. ¡SI! ¡eso es! habia mucha gente en las calles y por eso no pude llegar antes-el cerdo gruñe un poco detras de mi

-Bueno, da lo mismo, ya est... ¿Eso es un cuervo?-me acerco rapidamente hacia Althim, lo que produce que mi capucha caiga, revelando un rostro de orejas picudas bastante atractivo-Woooow, ¿lo has domesticado? Es muy lindo~~-sin darle tiempo a contestar, doy un par de palmaditas en la cabeza del animal

---Esto...no, gracias, quiero seguir conservando la vajilla entera- comenta como única respuesta el posadero mientras agarra al joven Flind y lo saca fuera de la barra con cierta suavidad aunque con mano firme, tras haber hecho eso se centra en Kyras y le ofrece por 5  monedas de plata una habitación con desayuno, tras realizar el trato le entrega la llave mientras le desea buenas noches.

---Bueno, señor, todo es discutible puede en el que pasado fueramos una raza muy beleidosa pero ahora estamos avanzando y quizas pronto consigamos que nuestras respectivas razas vivan en armonia ¿no cree?- responde de manera sumamente respetuosa ante el comentario ácido de Adanedhel- Son 5 monedas de plata por la noche y el desayuno, nada de carne por supuesto, fruta y leche de cabra famosa por esta región....tambien por una moneda de Oro tengo un Vino elfo de excelente calidad importado de Qualinost.

Mientras deja a Adanedhel meditando atiende al  siguiente invitado, este al verle parece que se pone un poco nervioso aun así trata de disimularlo lo mejor posible.

---Por supuesto eee...señor, sigame- dice algo nervioso mientras ignora las miradas de la mayoria de invitados al ver a los nuevos inquilinos, sobretodo al último- En esta mesa nadie le molestará ¿desea algo más señor? La habitación será a 5 monedas de plata por la noche y desayuno pero creo que podriamos....

No llega a terminar la frase cuando irrumpe un elfo que viene directamente en la charla atraido por el cuervo que le acompañaba, el alcalde palidece mortalmente y agarra a Dzarklex

---Caballero, se lo ruego, no moleste al señor Mag...- se calla incapaz de decir la última palabra aunque el tono que lo a hecho es bastante suplicante.

Con una sonrisa en la cara le contesto agitando el brazo... Nada... nada, no te preocupes, yo puedo... en mi aldea pasaba lo mismo... me voy dirigiendo a la primera mesa para ir cogiendo los platos... me giro, con los brazos alzados y le digo al tabernero... Venga... hombre... seguro que nos puede bajar un poco mas el precio de la habitación, somos gente muy importante, estamos aqui en "una misión especial"... guiño el ojo a todos los compañeros... cojiendo un plato de las manos de un humano sentado en una de las mesas, termino diciendole al humano... ¿has acabado ya?, ¿no?... la cara del humano no sabría decir si era de sorpresa o de estampar a un kender cotra el suelo, pero no importa... "me gusta ayudar"...

Pago las 5 monedas a posadero y subo a mi habitación para dejar mis pertenencias. Reviso que todo quede bien ordenado y colocado, haciendo inventario y luego, cerrando la puerta con llabe detrás de mi, bajo de nuevo a la planta principal para ver qué se cuece, no estoy muy acostumbrado a este tipod e ambiente, ya que casi toda mi vida me he dedicado al cuidado del bosque y de los cultivos y campos de los granjeros, y ésta era una oportunidad de oro para salir de ese pequeño mundo que hasta ahora era mi vida y expandir mis horiontes.

Es vispera de la celebración, así que deduzco que las calles estarán atestadas de gente preparando los chiringuitos y mercancías para el día siguiente, así que busco un sitio donde dejar mi culo sentado en la planta baja de la posada, pido algo de bebida (algo suave, leche o algún tipo de nectar sin demasiado alcohol), y me dedico a escuchar y fijarme en la gente que por ahí concurre, eso sí, sin parecer indiscreto o mal educado.

Me fijo que hay una diversidad de gente y razas que me cuesta de crrer, algunas de las cuales no conocía, incluso un par de personajillos que han entrado antes de que yo suba a mi habitación, bastante peculiares y ruidosos.

Cuidado con lo que haces con mi compañero. No suele gustarle mucho que un extraño llegue de buenas a primeras a darle palmaditas y a acariciar - advierto al recién llegado con un tono con una cierta mezcla de pesadez, pero a la vez, ligera preocupación por lo que pudiera pasar, guardando mi lectura - Descuide, no es la primera vez que me pasa algo así. Y claro, estaré encantado de pagar el precio por la habitación - añado mirando al posadero con un poco de dejadez, intentando relajar la ligera tensión que parece que tiene con la situación.

Por los dioses... acabo de llegar y ya tengo que lidiar con un elfo... cuanto antes lo digo, antes me la juega la suerte... - pienso para mis adentros - aunque cierto es que no tiene pinta de Silvanesti engreído y con aires de superioridad...    más bien parece un niño perdido en un sitio nuevo lleno de juguetes...  Supongo que no es muy distinta a la situación de un joven de dieciséis que llega a un nuevo lugar y todo le parece nuevo como puede ser la mía...

La verdad es que sí. No estoy acostumbrado a cosas así. Pero sí estoy acostumbrado a que se trate siempre a un Mago de una forma u otra...   unos te miran con miedo, otros con respeto, otros como si fueras un bicho raro o un enfermo...   En fin... con el tiempo se aprende que algo así no te debe importar y que la opinión que tengan de ti debe dar igual mientras tú estés a gusto con quién eres o con lo que haces.

Adanedhel echó hacia atrás con los dedos un mechón de su melena que le había tapado los ojos. - Me gustaría tener tanta fé como usted...  el tiempo nos lo dirá  Quizá había sonado algo altanero, pero si era así, el elfo no era consciente de ello, desde luego, para él, estaba siendo especialmente sociable y amable con las razas inferiores. - Claro, aquí tiene, 5 monedas de plata...  A riesgo de que se le fuera a desencajar la mandíbula o le salieran arrugas, sonrió nuevamente, que era sabido que esa gente era de sonreir, y de algún modo había que integrarse. - Ah... ¿de Qualinost? No, no gracias...  sin duda será el mejor vino que tengan aquí, pero el material de Qualinost no es el que más me gusta. Respondió sin ánimo real de despreciar lo que le ofrecían. Ups... ¿dos elfos? Ah, bueno, eso no era tan malo, aunque a juzgar por su aspecto, parecían un poco raritos...  Saludó a ambos y comentó - Realmente este lugar está reuniendo a gente de lugares muy dispares...  ¿Puedo preguntar de dónde venís? No habló en lengua común, automáticamente, su mente le hizo hablar en silvanesti al estar frente a otros dos elfos.

Se fijó en que al menos uno de ellos era mago, y que traía compañía. ¡Qué curioso! Para él los magos no eran de fiar al 100%, pero un mago elfo siempre era más confiable que de otra raza. - El viaje ha sido largo, ¿nos sentamos? comentó señalando una mesa libre no muy lejana. Al poco de señalar la mesa, descubrió correteando por ahí a un kender, lo que hizo que rápidamente revisara que sus pertenencias permanecieran en su sitio.

Al fijarte mejor en el mago te das cuenta de que es un SEMIHUMANO o semielfo como lo llaman los humanos

Con una sonrisa en la cara le contesto agitando el brazo mientras observaba sutilmente objetos bonitos que me pudirean gustar de las personas a mi al rededor... Nada... nada, no te preocupes, yo puedo... en mi aldea pasaba lo mismo... me voy dirigiendo a la primera mesa para ir cogiendo los platos... me giro, con los brazos alzados y le digo al tabernero... Venga... hombre... seguro que nos puede bajar un poco mas el precio de la habitación, somos gente muy importante, estamos aqui en "una misión especial"... guiño el ojo a todos los compañeros... cojiendo un plato de las manos de un humano sentado en una de las mesas, termino diciendole al humano... ¿has acabado ya?, ¿no?... la cara del humano no sabría decir si era de sorpresa o de estampar a un kender cotra el suelo, pero no importa... "me gusta ayudar"...

---Entiendo señor, es una lástima, lo reservaré para otra ocasión- comenta mientras recoge las monedas y te tiende una llave- Mi consejo es que se vayan a dormir ya, mañana el consejo se reunirá temprano y deberian estar descansado, afin de cuentas vienen en calidad de representantes y deberiais...- comienza a decir mientras pero se calla al ver como el pequeño Kender comienza a recoger platos  su cara entra en pánico- Disculpe señor elfo, debo atender unos asuntos....

El tabernero avanza a toda velocidad hasta coger al Kender por el cuello de la camisa ( solo para pararlo).

---Señor Kender, mejor vayase a la cama, ahora- dice con tono que no admite réplica

Al oír una voz nueva, no puedo evitar girarme hacia de dónde viene. Aunque cierto es que habría esperado cualquier otro tipo de saludo. Casi cualquiera menos algo así...  puede que no sea un Silvanesti 100%, pero conozco el idioma. Y no hay duda, ese elfo debía ser uno de ellos.

Vale... ahora SÍ que he tenido suerte... - pienso con cierto desdén mirando al nuevo y analizando con un vistazo rápido al elfo, de piel pálida, ropas ricas, y "cuerpecito perfecto que exhibir cual macho" - No me gusta juzgar a un libro por su cubierta, pero casi apostaría la mano a que es un engreído silvanesti. Sólo hay que ver cómo ha pasado a dejar de hablar en común al ver a un elfo... No debería dar por supuesto que todos somos como ellos.

Sí... Se puede ver que somos gente bastante dispar y variopinta - contesto con cierta sequedad al elfo en la lengua común - Supongo que es lo que tiene el que nos manden aquí como representantes de varias razas. La verdad es que ha sido un viaje largo y me habéis encontrado descansando un poco enfrascado en mi lectura. El conocimiento es poder.

En serio... ¿qué esperaba ver en una reunión de distintas razas? Parece ser un elfo mayor que yo, pero con comentarios tan obvios parece que le falte un hervor...      Aguanta, Álthim. Te han mandado para representar, no para montar un escándalo con el primero que pase.

Mi nombre es Álthim. Álthim Morgath, vengo de Solace - añado presentándome a mis "acompañantes", mostrando algo de educación -  ¿Puedo preguntar qué os lleva a tratar con alguien como yo? La gente por lo general no suele mostrar tanto interés por alguien de mi oficio. Y mucho menos si se trata de alguien de mi edad.

Intentándome inútilmente zafarme de las manos toscas del tabernero, dando botes y agitándome alocadamente... voy diciendole mientras... Tabernero... esta no es forma de tratar a un amigo... yo solo quiero ayudar... al final, me rindo... arrastrandome como a un saco de patatas veo que me dejaba en la brenca de la puerta que daba a las habitaciones, me giro y veo que con los que estaba en la barra seguian hablando... al ver que el tabernero se iba a servir a mas mesas, me dirijo a la barra... Hola... soy Flinder Hims... Flind para los amigos y los que no... tambien... ¿vosotros estais aquí por la feria?... a mi me encanta eso de que haya tanto bullicio de gente, porque sienpre se les cae cosas al suelo y las puedo recoger... anda que altos que sois, de donde vengo la mayoría son como yo... me paso diez minutos, habla que te habla, pero parece que no me hicieran mucho caso... ehhh... que estoy aquí abajo... al oir otra vez mi voz, el tabernero se gira, pero intento meterme entre el grupo para desaparecer... si viene yo no estoy aquí...

Arrugó la nariz en una mueca un poco socarrona. Que una escoria semi-humana se atreviera a hablarle de ese modo encima que él estaba siendo amable, le parecía inaudito. Siguió hablando en Silvanesti, viendo que el otro le entendía. – Es cierto, y hablar de la gente variopinta aquí reunida, es una manera educada de comenzar una conversación.  Asintió al asunto del viaje largo, y sonrió al tema del descanso. – Ah claro, por favor continúe leyendo, no es mi deseo interrumpirle ni molestarle, cuando es más que evidente que necesita ese conocimiento del que habla.   Acentuó la sonrisa con el pequeño zasca que había dado al semi-humano engreído. Si es que ya se lo habían dicho, procura no tratar más de lo necesario con los que no sean de los nuestros, no son de fiar…

Adanedhel se relajó al ver que la actitud del semi-humano parecía mejorar un poco. ¡Qué volubles! Si todos eran así, socializar le iba a resultar un maldito infierno. – Es un placer, Álthim, yo soy Adanedhel, vengo de Silvanost.   Dijo pronunciando su nombre y el de su ciudad de una manera que transmitía su orgullo. Estaba diciendo que era del mejor lugar de Krynn, así que intencionadamente o no, para el elfo era difícil expresarse de otra manera.   Suspiró ante la siguiente pregunta, y tras pensarlo un par de segundos, asintió. – Claro…  esa es una buena pregunta. Se me ocurrió que saludar a otros elfos no me haría daño, aunque te pido disculpas, no me había fijado antes que eras semi-humano.   Parpadeó. Espera, ¿eso podría ser insultante para esa pobre criatura media sangre? Tenía que centrarse, su objetivo era ayudar a aquellas pobres criaturas inferiores, y para ayudarles, tenía que intentar que no se sintieran ofendidos por su inferioridad…   - Discúlpame si mi manera de hablar a veces es… confusa, no tengo costumbre de tratar con otras razas.  Y esa disculpa ya era todo un logro para el orgulloso guerrero.   – Realmente, si he de tratar con magos, los prefiero con sangre élfica, aunque sea… mezclada.   Tomó una bocanada de aire y de nuevo se forzó a una sonrisa, ser amable, debía ser amable, eso es…    ¿Mmmmh? ¿Qué era ese soniquete incesante bajo ellos? Cuando el elfo bajó la mirada, se encontró con…  - Un kender!  Y de nuevo, con rapidez, revisó que todas sus pertenencias siguieran en su sitio.  ¿Qué había estado diciendo esa criatura?  ¿De verdad se estaba presentando? Cielos… ¿De verdad tenía que ser sociable también con un kender? ¿Eso era algún tipo de prueba de los dioses? Finalmente cambió el silvanesti por el común para hablar a la criatura esa:  - Er…  Flinder Flind…?  Ahm…  es un… placer, supongo.  ¿Cómo dices que no estás?  Parpadeó unas 80 veces. ¿Qué decía la cosa esa? ¿Le intentaba volver loco?

Estoy sentado en la barra, tomando mi bebida y mirando a la gente variopinta que ha venido como representantes a la reunión. Hay de todo, incluso un kender. Una raza que he visto en raras ocasiones, pero si gama les precede.

Veo que todo el mundo de forma más o menos formal o educada se va presentando y, como no, antes de despedirme decido acercarme a ellos ya que serán mis compañeros en la reunión.

-"Buenas tardes caballeros, visto que hemos venido aquí con el mismo propósito, representar a nuestras respectivas comunidades, me voy a presentar. Mi nombre es Kyras. Será un placer compartir con vosotros la velada de mañana."-

Miro de rojo al kender, mientras hago una inclinación de cabeza a modo de saludo y compruebo que mis pertenencias están en su lugar.

Me asombro al ver con mas detalle las vestimentas de mis compañeros al hacer el mismo gesto casi al unísono, de buscar en los bolsillos y bolsas, que llevaban consigo... no os preocupeis por vuestras pertenencias, no soy ese tipo de kender... con los compañeros de viaje... otra cosa es los demás... con una sonrrisa en la boca señalo con el dedo hacia todo el salón... elegidme a una de esas perosnas y decidme que os gusta... con el jaleo que hay por aquí ni se enterará que he metido las manos en sus bolsillos... ¿que os apostais?... ehhh... ehhh???... venga, alguno, hay mucha gente... señalo a discrección a todos los que estaban en la sala, con muchas ansias...

No puedo evitar sentirme algo agobiado ante la cantidad de gente que se ha agolpado de golpe al lado. Intentando prestar atención a todos y a sus presentaciones, es como estar a mil conversaciones a la vez. Puedo escuchar cómo el Silvanesti me lanza una pulla no muy velada, y aunque luego parece disculparse, sigue hablando como si las demás razas fueran inferiores, hecho que no hace más que darme la razón sobre lo orgullosos y pedantes que son. El primero en presentárseme parece andar más callado, pero puede ser por la aparición de Kyras (que parece mucho más educado) y del pequeño kender. La verdad es que este último llama algo mi atención también, es como ver a un joven inquieto y con ganas de corretear.
Encantado de conoceros a vosotros también, Kyras y Flind - saludo "algo" más animado y agradable - Supongo que nunca está de más conocer a la gente con la que compartiremos la reunión de mañana. Y pequeño kender... - comento mirando a Flind - nosotros los magos tenemos nuestros hechizos capaces de hacer que alguien con las manos traviesas se arrepientan de tocar lo que no es suyo... Pero aunque puede que los otros no, no creo que se lo tomen muy bien si se dieran cuenta - termino diciendo con una sonrisilla. No busco que suene a amenaza de mago, pero confío en que así abandone de momento cualquier idea de jugar con mis bolsillos o de tratar de robar cualquier cosa a los que están a nuestro alrededor.
Mmmm... Menudo grupo más variopinto que hemos formado en 5 minutos... - pienso para mí - el kender y el primero en llegar aon como niños, Kyras parece ser más calmado y sereno... Y bueno... luego está el Silvanesti...
Como ya dije a los otros, mi nombre es Álthim, vengo de Solace. La verdad es que esta es una gran oportunidad para mí de estudiar y conocer cosas nuevas. Espero que la reunión nos depare algo interesante.