Partida Rol por web

Al principio, el cambio es quizas demasiado dramatico para ser confortable, pasando de un tranquilo jardin de un hospital en plena noche de verano, a una red de caminos limitados por sendos muros formados por plantas afiladas y largas como jeringuillas, donde de vez en cuando sale a la superficie pequeños huecos del laberinto con estatuas del personal medico sin caras y sujetando serpientes que susurran a sus oidos, siendo rodeadas por rosas de un color rojo que gotea y se filtra por las quiebras del suelo humedo.

La luz de la luna negra no parece ayudar a las temperaturas bajas del ambiente, lo que algunos os habria hecho desear traer abrigo en vez de armas afiladas, pero Andrew se muestra comodo trabajando en este ambiente, y aunque no conoce la zona, es capaz de guiaros por las encrucijadas del laberinto, siguiendo su estela de pisadas en una nieve inexistente, llegando a vuestro destino, otra estatua de las que plagaban el jardin, una escultura alada y rota por el cuello, donde ahora crecia un racimo de Blushberries en vez de cabeza y razon. Solo hay tres frutas maduras y listas para consumicion, pero Elias podria usar su poder y madurar algunas partes de la planta para cosecha posterior.

-Este sitio siempre me da escalofríos- admite Lobo removiéndose de forma incómoda nada más traspasar el portal. Observa alrededor todo el siniestro lugar que les rodea, nada que ver al ambiente que acostumbra a gustarle, así que se deja guiar por Andrew de manera mansa hasta llegar a la estatua. Por suerte no ha sido muy difícil, aunque habrá que esperar al retorno para cantar victoria.

-¿Qué hacemos?, ¿nos conformamos con tres?- desde su punto de vista con eso es suficiente y así no habrá que volver, pero sabe que el resto suelen tener opiniones contrarias a la suya y, desde su punto de vista, un poco más suicidas y menos prácticas, así que espera.

Debo admitir que este lugar me persuade de no salir disparado a buscar mas frutas.
A un metro de la planta Elias comenzo a pedirle de froma amable sus frutos mientras atocaba una de sus ramas, si habia aprendido algo en Arcadia es que arrebatar las cosas, en especial a seres vivos, son actos de la Buena Gente. Y las plantas no eran la escepcion, despues de todo tambien son seres vivos.

Planta de blushberries, necesitamos tus frutos para curar nuestras heridas por favor danos un pco mas de frutos y a cambio yo prometo que sus semillas encontraran una buena tierra en la cual seguiran tu legado. Por favor solo unos cuantos frutos más
Su mirada se encontraba fija en aquella planta, esperando que respondiera a su plegaria.

Tranquilo Lobo, quiero ver que decision a tomado despues nos podremos marchar.

Kim por su parte camina en silencio con sus compañeros, se mantiene alerta en todo momento. No deja de mirar a un lado y a otro con sus rasgados ojos. Ya que la población del Seto no suele ser amigable, y si parece amigable suele ocultar una amenaza muchísimo peor, no hay que despistarse ni un solo segundo.

-Si nos adentramos más nos arriesgaremos mucho más. Eso significa que podemos encontrarnos con algo con que no podamos enfrentarnos, recordad los Blackgators. Y podemos perdernos, cosa que sería incluso peor que enfrentarse a monstruos errantes.-

Eckhart suspiró, era cierto que habia peligro oculto en este lugar, pero algo en él lo hacia querer internarse, sin embargo, pensó en sus compañeros:

- Cierto, si con estas nos valen para plantar más, nos piramos... Recordad la ley de este sitio: "Toca lo que no debas, y te quedas sin cabeza"

Llevaba la pistola y la espada listas para poder atacar a quien osase aparecer... Sobre todo la espada, pensó que sería más eficaz con ella que con un arma de fuego.

Estoy totalmente de acuerdo. Ya hemos tenido demasiada suerte con no encontrarnos a nada ni nadie peligroso hasta el momento. Cuanto más nos adentremos, más difícil será salir, y más probabilidades de tener un altercado.

Ver a Elías tan entusiasmado con esta "excursión" me hace pensar que, o bien está como una cabra, o bien no es plenamente consciente de lo peligroso que resulta estar aquí. En este momento preferiría estar en cualquier otro lugar del mundo, hasta tomando el té con Rollo.

Elias usa su contrato con el Otoño, para madurar la rama que esta tocando, logrando solo sacar de botin una fruta goblin curativa mas, aunque por lo menos es mas que nada, sin embargo Elias se sentia timado, no habia gastado Glamour, y aun asi notaba un cansacio digno de haber intentando hacer un salto entre edificios, digno de una pelicula de artes marciales poco realista. Solo despues, viendo junto con sus compañeros, como la planta maduraba y se marchitaba en gran medida hasta convertir de los brotes mas verdes en seis Blushberries bien grandes y jugosas, acompañadas de las cuatro que ya habiais encontrado o madurado por vuestra cuenta.

Las palabras tenian mas poder y significado en el seto, y Elias entendio, que al igual que la planta habia sacrificado su vitalidad y glamour en tan suculento botin y puesto en peligro su existencia, ahora estaba atado a un voto que le obligaba a viajar mas por ese peligroso laberinto para buscar algun hogar para la progenie de la planta, antes de que estas se marchitaran.

El cansancio que sintio junto con lo lastimado de su pierna provocaron que Elias cayera hacia atras de senton para observar como un simple fruto brotaba de la planta. Con hacha en mano y un poco molesto se levanto, sin nisiquiera estar conciente de que la habia tomado para apoyarse o para algo mas... No hubo tiempo de cabilarlo pues se vio inundado de jubilo al ver como salian mas frutas goblin de la planta.
Lo que siembres, es lo que cosecharas... ese era el voto hecho entre el y la planta de blushberries.

Tomo la primera frutilla llevandosela no a su boca sino en frente de el. Hola pequeña, tu seras un retoño en este lugar, creceras sana y daras belleza a este lgubre lugar.

Al termino de sus palabras comio la fruta hasta encontrar la semilla la cual inmediatamente le busco un buen lugar en el escenario para ser sembrada. Despues se dirijo a sus compañeros con un tono serio. Recojamos el resto y marchemonos de aqui que quiero cumplir lo mas pronto posible mi juramento

Lobo se muestra un tanto reacio a la petición de Elias a una simple planta y da la razón al resto cuando remarcan el hecho de que lo más prudente será largarse del Seto cuanto antes, sin embargo parece que el muchacho está un poco "ido" porque sigue hablando con la fruta después de prometerle que la transplantará.

-Em... ¿piensas plantar eso en el balcón de tu casa? Porque me parece que llamará un poco la atención- se queda con un fruto y deja que los demás cojan sus respectivos, parece lo más justo. Lo mira con curiosidad pero pierde pronto el interés, la verdad es que a simple vista no parece gran cosa pero como Elias ya se ha comido uno sus efectos quedarán patentes en breve.

-Vamos Andrew, espero que el camino de vuelta sea igual de rápido y fácil- comenta un poco más nervioso ya que en el fondo no lo cree así. Es fácil que te dejen entrar pero salir siempre es lo complicado. Aunque quizá esta vez haya suerte, ¿quién sabe?

-No creo que se pueda plantar fuera del Seto. Sino tendríamos a otros Perdidos como nosotros con huertos enteros de estas plantas goblin. Si quiere plantarla deberemos encontrar un sitio en el Seto.-Dice con cierto desagrado en su tono de voz.

Cuando Elias separa del fruto la semilla del tamaño de una nuez que es escondia dentro de esta, y toma festin de su parte, nota como su glamour aumenta ligeramente y parte de la herida recede a un tamaño y forma menos grave, aunque no al instante. Despues de eso, Elias planto una de las diez semillas en un pequeño rincon del lugar, a los pies de la misma estatua. La planta esta agradecida y su estomago lo revela a traves de una templada y agradable sensacion, pero sabe que este acto no sera suficiente, para cumplir el voto, tendria que buscar un territorio lo suficiente lejos de aqui y fertil para que la planta pudiera seguir su legado, y como Kim indico, si se pudiera cultivar las frutas goblins fuera del Seto, ahora el Abuelo estaria metiendo en el gobierno una ley para cultivar palmeras azuladas y hojas tan duras como el adamantium en cada zona turistica de la ciudad.

Una vez recogido cada uno su parte, a dos frutas por cabeza, y una en el estomago en el caso de Elias, el grupo retomo el camino a casa, deseosos de acabar su segunda aventura por el Seto sin recibir ninguna herida mortal en el pecho como souvenir, y Elias de salir de esa zona y buscar nuevas tierras donde crear su granja casera y libre de impuestos. Pasaron varios minutos, cada uno de ellos llenos de una marcha lenta dirigida por el frio camarero, y a cada segundo el ambiente a vuestro alrededor tomaba un caliz mas oscuro y silencioso, aun mas de lo que ya era y podias haber imaginado en vuestra vida, y por si eso ya no fuera preocupante, lo que al principio solo era un molesto silbido de fondo, se habia metido en las cabezas de Lobo y Elias y escalado de volumen hasta rozar un zumbido que sino derretia el cerebro de sus craneos, por lo menos les hacia sentir asi.

Llevados hasta el punto de tener que deteneros un momento la caminata y recuperar la compostura de Elias y Lobo ante lo que sea lo que les estaba volviendo locos de dolor, el grupo para en otro pequeño hueco donde la nube de oscuridad se paraba ante la fortaleza otorgada por la antorcha sujeta de las manos de una estatua femenina de marmol blanco desnuda, y a diferencia de las demas, mejor cuidada y esculpida que cualquiera de las que habeis encontrado por el camino, e incluso habian tenido la amabilidad de rodearla de bisuteria, aunque era dificil imaginarse a las criaturas del seto adorando a un idolo, cuando sus dioses/señores ya venian por sus cuentas a pedir tributo.

¡Nngh! mi cabeza hincado y con la hacha en mano para apoyarse Elias trata de no caer desmayado. Con la vista casi borrosa y su cabeza semi aturdida se vuelve a incorporar Pero que dem...?

-¿Que os pasa?- Preguntó Kim con tono nervioso mientras miraba a todas partes en busca de una amenaza invisible e intangible. Sus ojos se detuvieron en la estatua de un bello cuerpo femenino como si tuviera la culpa, como si solo fuera un atractivo disfraz para un ente maligno.

Eckhart observó que la oscuridad se detenia en el borde de esa zona. Tampoco pasó por alto el zumbido que incapacitó a Elias y a Lobo... Algo estaba pasando.

- Debemos esperar aqui que no hay oscuridad, será un santuario a una Diosa... O eso espero. - Echó un vistazo en derredor.- Preparaos para partir y descansad un rato, no pienso perder a nadie en este lugar... Y menos por unas bayas.

Mientras iba caminando a través del seto, tratando de encontrar el camino de regreso, decidí que era un buen momento para comerme una de las frutas y así recuperarme de las heridas. Después le di la semilla a Elías para que la sembrase. No se me había ocurrido que la idea de Elías de prometer a la planta sembrar sus semillas terminaría convirtiéndose en un voto, pero, claro, llevaba demasiado tiempo viviendo en Miami y tratando de olvidar con todas mis fuerzas cualquier cosa remotamente relacionada con las hadas.

Cuando se trata de hadas y magia, lo mejor es no hablar, ni siquiera pensar.

Algo iba mal. Cuanto más caminábamos, más extraño se hacía el entorno. Había estado en el seto dos veces en la última semana, y eso no podía traer nada bueno, así que, a pesar de lo que acababa de pensar sobre la magia y las hadas, decidí que era un buen momento para hacer valer el contrato que tenía con el sueño.

Descansaremos un poco si es necesario, mientras me reoriento. Pero tratad de recuperaros rápido, cuanto más tiempo estemos aquí, peor.

-Esto cada vez se pone peor...- es lo último que comenta Lobo mientras mira la oscuridad creciente a su alrededor para después proseguir con el camino de manera cada vez más silenciosa y taciturna hasta que empiezan los mareos y la confusión causados por ese extraño zumbido.
Se lleva las manos a la cabeza varias veces y la sacude pero aún así intenta proseguir, cada vez con más lentitud, percatándose cuando el grupo se detiene de que a Elias también le sucede algo similar.

-Es ese maldito zumbido. ¿No lo oís?- vuelve a cerrar los ojos con fuerza conteniendo un quejido que termina en un simple resoplido.
-Andrew, dime que ya has encontrado el camino de nuevo...- le pide al susodicho con cierto tono de súplica.

Hay una salida para fuera del seto, una puerta relacionada con carruajes sin caballos y vallas blancas invisibles, aparte de eso, no obtienes mas informacion.

Mientras Lobo y Elias se sobreponian al ruido, todos menos Kim, escucharon un golpe seco contra el suelo y una respiracion agitada detras suya, girando su mirada hacia el camino que habian recorrido, pudieron ver un niño mortal de quizas 10 años, retorciendose en el suelo intentando taponar sus orejas, respirando y gimiendo de manera frenetica pero debilmente. Solo Elias pudo reconocer donde lo habia visto antes, habiendolo ignorado hara unas horas en el otro lado de la realidad del jardin del hospital.

Un mortal no podia cruzar ninguna puerta al Seto por voluntad propia, lo que quizas significaba que era una trampa bien diseñada por las criaturas del Seto, pero habia excepciones, una de ellas era el uso de una "llave", una puerta al Seto tan utilizada que incluso los mortales podian abrirla, siempre cuando supieran el ritual para abrirla, la segunda era seguir un Perdido o un Hada a traves de una puerta, antes de que esta cerrara tras cruzar el ultimo, lo cual queria decir que el grupo no solo habia sido responsable de haber abierto el camino a un mortal demasiado curioso, sino que tenian un testigo entre manos que habia experimentado por cuenta propia la magia de Arcadia y vuestras verdaderas formas, ya que aqui la mascara era obsoleta.

-!A...ayuda¡.- Gimio con todas sus fuerzas, que eran pocas, el pequeño.