Partida Rol por web

El Caballero Bermellón

1 - Encuentro

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15/03/2010, 22:28
Lady Anabella

 

La mañana estaba cargada de pesadumbre. El olor a viejo y rancio invadía vuestras fosas nasales, la humedad calaba en los huesos y el frío era omnipresente en norte. A un lado del Camino Real, a resguardo de arco de Despedida un comitiva a pie esperaba a sus invitados. Diana, Ian y James Lanewood ocupaban el centro, Lady Rose había insistido especialmente en que los recibiesen en el camino. A fin de cuentas cada uno esperaba a su posible cónyuge en aquel convoy y Ian era el castellano, rango suficiente para representar a su Señoria. Lastima que la humedad se le metiera en el pecho y le costara respirar, su mala salud siempre se resentía con aquel clima, prefería mil veces más el Sur. Lord James en cambio gozaba ahora de la calidez del fuego en su habitación, seguramente con su esposa que ahora mismo le estaría tratando con paños calientes. A todos les había parecido mejor que el Maestre Marcus se quedara con Lord James, pero un mensajero les había hecho saber que el grupo había sufrido ciertos contratiempos y Lady Rose temía que alguno llegase herido. Estaba claro que no le importaba lo mas minimo la edad y la salud del anciano. También estaba Nieve con un par de sus hombres, que hacían a su vez de guardias de honor. Seguramente todos se sentiría más seguros con la presencia de Mance o Nyrio pero este lo había reclamado Lady Rose y Mance no se tomo la molestia ni de contestar.

- ¿Siempre hace tanto frío por la mañana? - Pregunto Diana, pero era una pregunta obvia y nadie se tomo la molestia de contestar, ni a Diana pareció importarle.

Hubieron que pasar dos horas hasta que finalmente recibieran alguna señal del convoy. Primero fueron el ruido de los caballos, pero al poco se pudieron divisar a la primera vuelta del camino. Era medía docena y solo tres iban a caballo. El emisario había llegado anoche y Lady Rose pudo respirar tranquila despues de una larga semana. Los Rocafreda se habían tomado la molestia de recoger a Lady Lotte en su viaje, y los Deerhunter no pusiero pegas a la escolta  ya que los Deerhunter y los Rocafreda estaban enparentados por una prima/sobrina del Lord de esta ultima familia y Lady Lotte un joven demasiado rebelde como para querse hacer cargo personalmente. Durante un breve tiempo los prepativos para su llegado tubieron que ser prospuestos hasta la fecha. Lo que había quitado el sueño fue lo que pedía el bardo para esperar otra semana más el acontecimiento.

Al fín el convoy llego a la altura del grupo. Eran en su mayoria hombres de armas a pie y criados que llebaban el equipo y enseres encima de un par de mulas. los jinetes se componian de un joven de buen ver a quien no costo mucho identificar com Arnau Rocafreda, una joven aún más apeticible y de porte indomable que dejaba mucho a entender que se trataba de "Lady" Lotte, y una mujer de mediana edad, pero de buen ver, que viajba entre los dos jovenes. De ella no sabías nada al respecto.

Los recien llegados desmotaron con ayuda de algun sirvo y se acercaron a la comitiva de bienvenida. La primera en adelantarse fue la mujer desconocida.

- ¡Oh! ¡Oh! Soís muy amables por esperar nuestra llegada - Hablaba en general y con cierta jobialidad, pero sus ojos estaban clavados en Ian. La mujer lo había confuncido con su hermano Lord James, hasta Arnau y Lotte se habían dado cuenta - Nos retrasamos en el ultimo tramo. ¿Pero donde estan mis molades? Dejadme que os presente a mi sobrino, Arnau, y a Lady Lotte Deerhunter aquí presente y yo... eh.. soy Anabella, es un verdadero honor  -

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17/03/2010, 16:29
James Lanewood

James había sido obligado a ir. Obligado con todas las palabras. Él hubiese preferido quedarse en el campo de practicas, peleando con la espada hasta que los callos de la mano se le abrieran otra vez, lo que, en ocasiones, era normal.

Sin embargo, estaba allí, recibiendo a la corte de a saber que tratos tendría su padre. No conocía a nadie de alli, no personalmente, pero si habían llegado a sus oidos quienes eran. Le daba igual. No iban a tratar mucho con él, ni siquiera tenía el rango suficiente como para recibirlos al lado de Ian.

James resopló, el vaho de la fría mañana salió por su boca, como si fuera la extensión de su propia alma. Apoyó, de forma muy "campechana" las manos en la hebilla de su cinturón, el cual sujetaba una espada de buena manufactura pero bastante humilde comparada con las del resto. Vestía un traje de buena manufactura, pero para nada sobrecargada, odiaba eso, no en vano, cuando estaba en el castillo, solía vestirse con una camisa blanca casi desabrochada y sus pantalones de cuero, ademàs de sus botas casi destrozadas por el uso, pero ahora tenía que dar buena imagen, eso le dijeron, así que le habían puesto un jubón blanco y rojo, con el blasón de la casa Lanewood en el la parte derecha del pecho, sus pantalones de cuero fueron sustituidos por unos de tela de color azul oscuro y unas botas muy incomodas, que por supuesto, no eran las suyas. A su espalda, una capa azul oscura, a juego con los pantalones, hondeaba levemente empujada por el viento. También le habían obligado a afeitarse, ¡con lo varonil que le quedaba la barba! pero por lo visto, eso daba sensación de dejadez si no eras un guerrero o un caballero.

El joven dibujó una sonrisa bastante fingida cuando la comitiva se acercó. Se aclaró la garganta, llevando el puño de su mano derecha a la boca y luego emitió un leve ruido de la tos mañanera.

Lo que allí pasaba le importaba mas bien poco, sus recuerdos estaban en lo que había ocurrido anoche, en el burdel del pueblo, y aquella hermosura que yació con él, creía que se llamaba Sharon o algún nombre muy común. Por supuesto, ella no era común y se lo había demostrado durante la noche.

Negó con la cabeza cuando oyó la voz de la mujer y sus palabras, pero sin que se notara mucho.

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17/03/2010, 16:39
Arnau Rocafreda

 El joven que había desmontado de su parafrén de color grís moteado, menteniendo las riendas de este en su zurda enguantada. Vestía un tabardo y pantalones gruesos de lana, teñída de color gris piedra, una pesada capa de color negro colgaba a su espalda, su tronco lo ceñía un camisote de mallas. De su cintura,colgando de un pesado cinturón de cuero, se encontraban las vainas de una pesada espada y una daga. Saludó cuando Lady Anabella le nombró.

 - Ciertamente es honor el que nos hayan venido a recibir, gracias por haberos tamado las molestias.- Dice galante, el joven Arnau Rocafreda, mirando a los presentes para posar finalmente los ojos en la joven Diana. Esperando con paciencia a que los presentes se presentaran. 

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17/03/2010, 17:08
Lotte Deerhunter

Por fin habían llegado, el viaje se había hecho bastante aburrido y agotador por la incesante conversación de Lady Anabella, no podía reprimir los bostezos, pero se tapaba la boca para disimularlos.

Cuando se detuvieron, vieron que les estaban esperando, que había una comitiva. Suspiró al ver tanta gente congregada allí, eso la ponía nerviosa, no estaba acostumbrada a esas cosas. Ayudada,consiguió bajar del carro para no estropearse el vestido que se había hecho a posta para el momento, si no, habría bajado ella sola, pero no quería estropearlo, le habían recalcado que cuidara su imagen, que la primera impresión es lo que cuenta y hasta ahora, lo lleva a rajatabla.

Se acercaron al grupo y observó a todos los que allí se encontraban, como no.. Lady Anabella los presentó a todos. Se inclinó en modo de saludo y miró a todos, pero a ninguno en concreto al no conocer sus nombres.

- Es un placer estar aquí - sonrió levemente, intentando esconder sus nervios.

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17/03/2010, 18:16
Maestre Markus

Viendo que ninguno de los Lanewood se decidía a hablar, el anciano se adelantó arrastrando la basta túnica propia de su cargo- Estamos encantados de recibirles, no todos los días tenemos el honor de tan nobles visitas

Yo soy Markus, el maestre de la casa Lanewood -hizo una pequeña reverencia, lo que le costó un brusco acceso de tos que se prolongó durante largos y angustiosos instantes- *Coff*Coff*... Lo siento... *Coff* -consiguió articular al fin- Mi...*Coff*... salud ya no es la que era... -carraspeó algo más aliviado- Mi señora lady Rose me encargó deciros que siente no poder haber venido a esperaros, y que será un placer para ella recibiros en el castillo de manera adecuada a vuestra posición...

Dicho esto miró a la comitiva con la duda dibujada en su rostro- Perdonadme Ser, pero me dijeron que habíais tenido un percance en el camino y que quizás alguno de vosotros estaría herido... -se dirigió directamente a Arnau Y por eso me he visto obligado a venir hasta aquí añadió para sus adentros con fastidio

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17/03/2010, 18:57
Arnau Rocafreda

 El rostro del joven Arnau refleja sorpresa, para cambiar de nuevo a una expresión serena.

 - Mucho gusto Maestre Markus, pero no os dirijaís a mí como ser, todo y que estoy en el camino para convertirme algún día en caballero ungido, aún no me he ganado las espuelas.- Hace una pausa en la que su rostro recupera el semblante de sorpresa, tal vez duda sería más acorde a la expresión- En cuanto a lo del percance... desconozco el como pero... creo que ha habido un mal entendido. Nosotros no hemos tenido ningún percance durante la travesía, ninguno al menos que requiriera la atención de un Maestre. El viaje ha sido plácido.- Dice mirando al maestre.- Puedo saber quien les informó de que habíamos sufrido percances?

 Todo y que parece ser muy joven, por su rostro y constitución, sus modales y forma de expresarse rebelan bastante madurez.

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17/03/2010, 20:47
Maestre Markus

Sonrió con aire paternal al comprobar la humildad del muchacho Una buena virtud, ciertamente pero su cara cambió a la incomodidad en cuanto escuchó su preguna- Bueno, verá... no se si debería deciros esto... -decidió que no valía la pena callar, era un detalle sin importancia y seguramente se trataría de una equivocación Una MALDITA equivocación- Fue la propia lady Rose la que me dijo que habíais sufrido dificultades... -Aunque de lady a su edad ya tiene poco...- Seguramente la informaron mal

Pero no os preocupéis por eso -añadió echándose a un lado- Todos nos alegramos de que halláis viajado con comodidad, y ya es hora de que os presente a mis nobles señores...

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17/03/2010, 20:58
Hallis Nieve

El joven Nieve estaba junto a dos de sus hombres esperando en una de esas cosas que a los señores les gusta hacer, perder el tiempo, sin duda no tienen muchas que hacer ni prisas. Sin duda era una muestra de educación y cortesía, lo había leído en multitud de libros, pero no terminaba de entenderlo, que mayor gratitud que esperar en casa con la leña ardiendo y una buena pieza de caza dispuesta para llevarse a la boca. Aunque no lo entendía y se aburría sabía que era necesario.

Aunque vestía unas de sus mejores galas eran poca cosa comparadas con las del resto de la comitiva.

Al fin vio aparecer a los visitantes y respiró tranquilo, ya queda menos para poder ir de caza. Pronto estuvieron presentándose, y fue una grata sorpresa, el joven era agradable y educado, nada altivo, y la muchacha era muy bella.

Hallis sabía que de momento era mejor permanecer callado, pero observó con atención a toda la comitiva, especialmente a los hombres de armas, sus caras, sus gestos, sus miradas.

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18/03/2010, 23:59
Ian Lanewood

La mañana estaba siendo como otra cualquiera en el Norte, fría y húmeda, algo que no le sentaba demasiado bien a Ser Ian, la ultima "campaña" unas fiebres le habían cogido cariño a su pecho y no lo abandonaban, en mañanas frías como aquella si estaba demasiado tiempo a la intemperie su respiración se volvía difícil.

Perfecto - pensó sofocado - me falta el aire y tengo que hacer las presentaciones.

Tres venían a caballo, a unas pocas varas de distancia se bajaron, el joven debía de ser Arnau de la Casa Rocafreda, la muchacha era sin duda Lady Lotte, pero la Dama que los acompañaba no entraba en sus planes.

Valla, es posible que a mi sobrino le cueste cazar a esta cervatilla.... (Refiriéndome a Lady Lotte)

Mientras trataba de ordenar su mente para darles la bienvenida como era debido a la vez que luchaba contra un acceso de tos el Maestre Markus se le adelanto y respondió al jovial saludo de Lady Anabella. Intento aparentar que esperaba la intervención del maestre y prosiguió ante la presentación.

(… Ser Ian Lanewood, castellano de Torre del Retiro…)

Es un placer Lady Anabella. Como castellano de Torre del Retiro es un honor daros la bienvenida y escoltaros el resto del camino.

Volviéndose hacia Arnau

Joven Arnau, un placer conoceros, estoy seguro que pronto nos referiremos a vos como ser.

Lady Lotte un verdadero placer. Dirigiéndome a todos: Me alegro de que las preocupaciones de Lady Rose fueran infundadas, espero entonces que el viaje no haya sido muy pesado.

Ser Ian intenta blandir su mejor sonrisa al presentar a sus sobrinos.

Permitidme presentaros a mi sobrino James Lanewood y a mi preciosa sobrina Diana Lanewood.

 

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19/03/2010, 01:13
Arnau Rocafreda

 Nada más ser Ian presenta a la joven Diana Lanewood, el joven da unos pasos hacia delante, en dirección a ella, y se inclina por la cintura a la vez que dobla un poco la rodilla de la pierna derecha, dejando la izquierda un tanto atrasada, agachando la cabeza, en una bastante elegante salutación a la doncella. Tras un leve instante levanta su rostro, sus grises ojos norteños puestos en los de ella.

 - Lady Diana, permitidme que os diga que soys como la dama salida de la mayor canción cantada jamás por los trovadores, muero por tener la ocasión de conocer vuestras muchas otras virtudes a parte de vuestra deslumbrante belleza.

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19/03/2010, 01:35
James Lanewood

James observó todo desde la distancia, callado, a veces hacía un gesto poco apreciable de sopor ante todas esas formales reverencias y chanzas de la corte. No era lo suyo, evidentemente.

En cambio, la muchacha rubia que seguia a la comunidad si que llamó su atención.

El, un poco rudo James, la miró un tanto disimulado de abajo hacia arriba, y cuando sus ojos se cruzaron le guiñó uno de ellos, dibujando una sonrisilla leve torcida a un lado.

James estaba acostumbrado a tratar con damas de los bajos fondos...pero él creía que lo mismo daba ramera que reina: ambas entendían el mensaje.

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19/03/2010, 13:45
Diana Lanewood

Diana acepto los cumplidos del joven Arnau con una ligera inclinación de cabeza y un mueca de diversión en su rostro.

- Tenis el don de la palabra, y por lo que veo no es vuestro único don. Os agradezco profundamente tales cumplidos y espero que disfruteís de nuestra humilde hospitalidad - Su voz se hizo más debíl, pero aún audible - Ojala mi hermano tubiese ni que fuera la mitad de vuestro porte - 

Miro de reojo a James, y luego a Lady Lotte, y en esta se  demoro un tanto más antes de encarselé. Su voz se hicho un tanto más distante.

- Lady Lotte, es un placer conocerla al fín. Sentíos como en vuestro... hogar -

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19/03/2010, 13:55
Lady Anabella

- Castellano... ¡Ah, Si! Ser, Ian... -  Parecía algo confusa, buscando las palabras adecuadas - He oído hablar de vuestras gestas...¡Si!, Se comentan por todo el norte. Gracías por vuestra comitiva. -

Se llevo las manos a la cintura para ponerse bien el bajo de la tunica, que le venía demasiado largo y le quedaba colgando de forma comica. Seguramente se había alargado el vestido al llevarlo recogido todo el viaje. Su rostro parecía reflejar una confusión continua.

- Lord James esta.... -

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19/03/2010, 15:21
Ian Lanewood

Mi hermano se encuentra bien mi señora, sin embargo, sabéis que sufre de gota, y esta humedad le ha impedido venir a recibiros personalmente como, estoy seguro, era su deseo.

Debéis estar cansados del viaje y deseosos de llegar a un lugar seco y cálido, cuando deseéis reanudaremos la marcha, nos espera un agradable chimenea en Torre del Retiro.

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19/03/2010, 15:27
Maestre Markus

Creo que puedo imaginarme que otras virtudes de Diana le gustaría conocer al galante Rocafreda pensó con una media sonrisa al observar el intachable saludo de Arnau. Aprovechando que los nobles empezaban a conversar, se retiró disimuladamente hacia atrás disponiéndose a esperar que terminasen de intercambiar saludos.

Perdido ligeramente en sus pensamiento, no pudo sin embargo dejar de advertir desde su privilegiada posición la apreciativa mirada que James le lanzó a la que podría ser su futura esposa ¡¿Que modales son esos?! se dijo a si mismo con furia ¿Es que se ha olvidado de como tratar a una dama? Ni siquiera se ha presentado y ya está intentando seducirla como si fuera una vulgar pescadera

Enfadado como sólo podía estarlo alguien que había visto crecer al joven Lanewood y había intentado instruirle desde que era niño, se dirigió hacia él con la intención de reprenderle, pero la entrecortada intervención de lady Anabella le interrumpió a mitad de camino Hay algo que no termina de encajarme ¿Porque la dama se mostraría tan aturdida?- ¿Os encontráis bien, mi señora? -le preguntó con amabilidad mientras se acercaba a ella ligeramente

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19/03/2010, 15:48
Arnau Rocafreda

 Arnau se incorpora de nuevo.

 - Me halagaís con vuestras palabras, lady Diana, soys muy amable. Y estaré encantado de recibir esa humilde hospitalidad.- Termina diciendo con una tímida sonrisa en los labios.

 Ante la invitación de ser Ian, el joven estuvo a punto de aceptar cuando el maestre Markus se preocupó por el estado de Lady Anabella. El joven se interesó por ella.

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19/03/2010, 19:25
James Lanewood

Sentía la mirada de casi todos en el. Eso no era raro. Aunque le hubiese gustado que fuera por sus virtudes en vez de por sus defectos.

Torció el gesto de nuevo, regañándose, cuando su hermana se interpuso en su camino, privándole de la visión de la otra muchacha.

Luego, por puro azar, su mirada se cruzó con la del maestre, temiéndose una reprimenda por algo que había hecho mal (aun le daba vueltas para saber qué de su larga lista) dio un paso atrás y vocalizó sin emitir ningún sonido:

"¿Y ahora que he hecho?"

Resopló y miró hacia otra parte, evitando el contacto ocular con nadie. Ya estaba empezando a cansarse de aquellas miradas.

"¿Que hago? ¿me presento? ¿me quedo aquí? ¿le doy chanzas al bastardo? ¡por los nueve! que complicados son los pisaverde"

Pensó.

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19/03/2010, 20:31
Lotte Deerhunter

Su mirada se paseaba por todos los que allí se encontraban, pero al encontrarse con la de James no pudo evitar sonreir por su guiño y su sonrisa, bajó la cabeza enseguida dándose cuenta de que no debía haber hecho eso, ¿ahora se pensarían que era una cualquiera? Vaya impresión acababa de dar..

La voz de lady Diana la sacó de sus pensamientos cuando la hablaba, levantó la cabeza, tenía la impresión de que no era muy de su agrado.

- Es todo un placer Lady Diana, estoy impaciente por conocerlos a todos y todo este lugar.

Dijo mirando hacia la chica y sonrió levemente.

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22/03/2010, 16:28
Maestre Markus

¿Y bien? -insistió otra vez el maestre a lady Anabella, algo más impaciente pero manteniendo las buenas formas en todo momento Como deberían hacer otros su pensamiento voló hacia el joven James- Si se encuentra mal podría tratar de prepararle algún remedio provisional contra el dolor de cabeza con las hierbas que llevo encima... -añadió dando por supuesto que ese era el mal que aquejaba a la señora

Notas de juego

¡A volver a coger el ritmo después del puente! XD

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22/03/2010, 19:16
Nyrio de Dorne

- ¿Que? ¿Eh?... No, no  Gracias por su ofrecimiento maestre... ¿Markus? Es solo el cansancio de este largo viaje, no estoy acostumbrada a ir a caballo ¿Sabe?... - Se volvió hacía Ian, tal como requería la etiqueta y le dedico una leve reverencia - Sera un honor para nosotros... agradecemos profundamente vuestra hospitalidad... -

Se erguío de nuevo, pero por algun motivo difícil de entender hizo otra reverencía más, esta vez mucho más breve, como asintiendo en silencio a sus propias palabras.

Después de aquello nadíe dijo mucho más, todos presas de un silenció tensó que se había formado repentinamente. Volvisteís a montar, esta vez para regresar de nuevo a la torre, y Anabella, Lotte, Arnau y su sequito se unieron a la marcha. Resulto que este ultimo era una molestia, dado que la mayoría ibaís a caballo retrasba el ritmo de la marcha, alargando a su vez aquella tensión hasta el punto de poderla cortar con un cuchillo.

Lady Anabella intento dar conversación al sector de las damas sin mucho éxito, pero ya se las llevo a parte, dejado de lado a las dos jóvenes de sus posibles esposos. De mientras el resto de los varones avanzaban en silenció. Las miradas estaban puestas en Arnau y de vez en cuando alguien debía de hablar para romper el hielo, pero nada más allá de un par de frases de formalidad, muriendo cualquier intento de familiaridad.

Después de casi una eternidad llegastéis a la altura de la desviación del camino real hasta Lindes.  El pueblo era pequeño, de cabañas de mimbre y barró, pero resultaba acogedor por los colores salmón con los que estaban pintados los hogares. Por las calles los niños jugueteaban entre los charcos, y las madres tejían, curtían o realizaban sus quehaceres diariós a la espera de que sus hombres volviera de cazar.De allí el camino fue más corto. La mayor parte de los que trasportaban la carga se quedaron el el pueblo junto al equipaje, lo instalarían poco después, una vez realizadas la formalidades con Lord James y su señora esposa.

Desde allí hasta Torre del retiro no os demoro más de un par de minutos a trote. La fortaleza se levantaba alrededor de una torre de homenaje de piedra gris oscura. Se veía a la vista que tanto la muralla como el resto de los edifición eran de construción posterior, pero aún así los señores del paso no había escatimado recursos; el complejo era amplio, y hasta las cuadras las habían hecho de piedras, reflejando tanto la austeridad como el potencial económico de aquella gente. El castillo había sido emplazado sobre un cero orientado hacia el sur-oste hacia Lindes y hacia el norte dirección el bosque de los lobos.

Os condujeron hacía el partido de armas donde los criados se ocuparon de ayudaros a descabalgar y llevar a los animales a las cuadras. Allí os esperaba un Septon, con aparencia flaca y desnutrída que se apresuro a dar la buena nueva a los recién llegados.

- Que la Madre os proteja y la Vieja os guie; Ser, My Lady. Soy el Septon Septin, para serviros - Luego se dirijió a Ian con tono de preocupación - Lady Rose a ordenado que se les reciba en la sala del trono Ser -

La Sala del Trono se encontraba en el segundo piso de la torre, una sala amplia y ventilada de unos seis metro de ancho y el doble de largo. A Ser Ian no le quedo más remedio que hacer los honores, y el resto de seguirlo. Lady Rose había tomado muy enserio la visita y había ordenado reunirse con los recién llegados antes de acomodarles en sus respectivas estancías. Todo lo contrarío de lo habitual.

Pero quien estaba esperando sentado en el trono de los Lanewood no era ni Lady Rose ni Lor James, sino Nyrio de Dorne que de piernas cruzadas orsevaba pacientemente como todos ibán entrando en la sala, y la turbación y la ira de unos cuantos.

- ¡Bienvenidos! -

Dijo incorporandose de su asiento. Una sonrisa burlona el cruzaba de mejilla a mejilla el rostro.

- Debéis ser los que estabamos esperando, sentís como en vuestra casa. El señor y la señora no han podido recibirles debidamente por culpa  de un fuerte arrebato en el malestar de Lord James, tranquilizate Markus, tu señor se encuentra mucho mejor, no ha sido nada grabe. Lady Rose se os recibira de un momento si teneís la bondad de esperar... -

Pero no acabo la frase, sino que realizo una pequeña reverencía.

- ¡Huy! Se me oblidaban las formalidades. Espero que no se lo tengaís n cuenta aún viejo como yo... -

Notas de juego

Nota del Master: La imagen corresponde a la fortaleza de Alcaudete, el alter ego de la Torre del Retiro en la realidad, a efectos practicos solo cambiaría el material y la distribución interior del edifició.