Partida Rol por web

Con una inclinación de cabeza me despido de los presentes y sigo a Lady Rose.

La poca educación del impulsivo James había vuelto a dejar sin palabras al viejo maestre, que no obstante no pudo más que contemplar como se retiraba apresuradamente Si no fuera por nuestros invitados le obligaría a escribir cien veces la genealogía de los Stark desde los primeros hombres... pensó con frustración, al tiempo que abría y cerraba las manos compulsivamente.

Sin embargo, la propia actuación de Lady Rose le dió una oportunidad para enmendar aquella falta de cortesía ¿Que mejor que darles a los jóvenes una oportunidad de conocerse mejor? Rápidamente, Nicholas se dirigió hacia donde se encontraba Nieve antes de que éste pudiera irse- Mi señor Hallis -le habló con gran respeto Al final los bastardos demuestran tener mejores modales que los de sangre pura...- ¿Seríais tan amable de mostrar a la joven Deerhunter el castillo? -dijo señalando a la dama ligeramente- Especialmente el campo de entrenamiento; estoy seguro de que le interesará enormemente ver como se entrenan los que podrían ser sus hombres en un futuro... -Si conozco bien a James, estará allí aporreando su espada contra cualquier incauto que se cruce en su camino- Recordad que ella está destinada al heredero, no a vos -le susurro a Nieve con firmeza cuando éste pasó a su lado, intentando que nadie más le oyese No sería la primera vez que le pierden sus impulsos... Satisfecho con su acción, se apresuró a seguir los pasos de su señora Rose

El maestre renqueó tras Lady Rose, esforzándose por seguir los todavía vigorosos pasos de Ian- Mi señora, el... -dudó un instante sobre que título adjudicarle a esa serpiente de Dorne, pero enseguida recordó el aprecio que ella parecía tenerle- Caballero Nyrio nos informó de que su señor esposo ha sufrido una recaida, pero insistió en que no se requerían mis servicios... ¿Es eso cierto? -sus pensamientos vagaron por todo lo que sabía acerca de la larga enfermedad de Lord James, intentando buscar rápidamente que era lo que le podía haberle hecho empeorar

Intento alcanzar a la dama siguiendo los consejos del sabio Maestre para mostrarla el castillo.

El maestre tiene razón, esta mujer no es ni lo será nunca para ti, mas te vale que la veas como una hermana

Nieve llega hasta la muchacha y cortesmente la ofrece enseñarla el castillo, pero la deja una salida sencilla por si prefiere descansar

- Lady Deerhunter, puede que querais descansar, pero si os place puedo enseñaros el castillo tal y como el maestre ha sugerido, creo que quedará muy complacida

Se detiene cuando caminaba hacia las habitaciones, se gira y mira hacia atrás.

- Me parece bien.. ¿no os ocasionaré ningún problema..? - pregunta antes de seguirle.

Bob, ya más suelto, se adelanto medio paso entrechocando su hierro con el tuyo de forma rudimentaria y torpe. Creaba aberturas en cada uno de sus movimiento: su estilo era obvio y predecible, y con esfuerzo conseguiste hacerle retroceder a base de alguna entrada con estoque, no sin salvarse este por los pelos gracias a la cota.

Sin embargo no había que subestimar a Bob. En la practica seguía siendo un soldado, y a pesar de estar de la falta de tacto, se había curtido en más de una escaramuzas. Solo los años de inactividad habían entorpecido sus movimiento.

Se hizo notar esto ultimo con su ultima arremetida, recuperando el vigor perdido y emparejando de nuevo las tornas, o casí, porque con seguridad esos moretones te iban a doler más a ti que a él.

Eduar os guía escaleras arriba, dos pisos por encima del salón hasta un pequeño rellano que da a una galería de puertas a un lado y a otro y acaba en lo que parece ser otro rellano y otro juego de escaleras. Sin duda Lady Rose se había escabullido por la otra ala, a los aposentos de la familia, que se encontraban un piso más abajo de vuestra localización actual. Tambien otra puerta, esta mas cerca en mismo rellano que quedaba en frente de la escalera por la que habías ascendido pero que Eudar ignora sin mas, aunque sospechabais que había otra igual en el otro extremo y con la misma disposición. En general la sensanción era de austeridad. Había un par de tapices colgados donde no hubiese puertas, pero en su mayoria era un monotono de gris piedra las paredes.

Tras una breve pausa el criado se atrevio a avanzar directo hacia la primera puerta a mano derecha, a la que abrió despues de forcejear un poco con la cerradura.

- Señora, esta es su habitación. La del caballero es la del fondo a la izquierda  - se hizo atras para que dejar a Lady Lotte examinar la su estancia mientras daba unas ultimas indicaciónes - He mandado que suban su equipaje en breve. Este piso esta ahora despejado, es para su uso exclusivo, pero si necesitan he dispuesto que la ama de llaves se aloje en la primera puerta de la derecha, si necesitan algo durante la noche ella os podra atender -

Esa ultima medida, un bonito gesto de cortesía, no era más de que para asegurarse de "quien" podía dormir con "quien". Por así decirse. No sería de extrañar que pronto hicieran alojar aqui también a James y Diana.

Por lo que referia a las habitaciónes eran modestamente amplias, sin demasiados adornos pero con todas las comodidades. Había una cama matrimonial en cada, con sabnas limpias y almohadas de lino, una comoda, un armario y una estanteria con algún libro, ademas de un espejo de latón y un taburete a un lado. Tambien  estaba tapizada las paredes con motivos gemometricos, y se había dispuesto de una alfombra que cubria la mitad del pavimento. A pesar de su sencillez y su utilitarismo todo parecia de buena calidad bastante nuevo. tambien se agradecía los ventanales, que proporcionaban cierta calidez, y un fuego de hogar medio escondido en un rincon.

Lo único que no encaba era una puerta al fondo de cada una de las estancias, de roble anciano y cerrada con cal y canto. Eduar se dentendio si alguien el preguntaba.

- Me parece que hallis puede guiarles a dar una vuelta si lo desean... si es necesario tambien les podemos acondicionar la habitación para descansar o quizas un baño... Lady Rose no podra presentarse durante el Almuerzo, pero prepara una cena en su honor esta noche... ah...  Y a mi señora... - refiriendose a Anabella - no tenemos habitación acordes a su disposición en esta planta, pero si me acompaña le mostrare donde podria alojarse.

- ¡Ah! sí.. claro! - no se deberia sentir muy comoda - Sobrino, Lady... nos vemos más tarde -

Ambos desaparecieron por la escalera, guiandola un piso más abajo.

Ascendisteís por las escaleras interiores, evitando así a los recién llegados.  Los aposento de Lord James y Lady Rose estaban un piso por encima, y quedaba a mano derecha desde las escaleras por donde habías subido. Para orientaros, enfrente mismo al subir estaba las estancias de Maestre Markus, quien hacía ya un año se había trasladado del piso superior (que quedaba cerca de cerca de las pajareras) al antiguo estudio de Lord James para que el maestre pudiera tratar en urgencia este ultimo si fuera el caso. Sin embargo el estudioso de la ciudadela había salido perdiendo porque era imposible eludir su tarea con los cuervos y acaba viendose forzado a subir otras tanto pisos restantes para llegar a la cima de la torre.

Con las luces de la mañana la piedra gris del reciento parecía tomar calor, compensando así el frío invernal que siempre hacia en estas latitudes. Pero no servia de nada al final tras ver a Lord James postrado en su sillón cara a la ventana, con las piernas tapadas con una manta y los nudillos hinchados, durmiendo dificultosamente bajo los efectos del vino del sueño.

Lady Rose se hizo a un lado para dejar a los tres hombres paso a su dormitorio. Debío de notar la preocupación del Mastre, porque enseguida tomo la palabra:

- Esta durmiendo, Celia, la criada de la habitación a convenido que seria apropiado darle vino del sueño para que descansara. Ha sudrido ciertos "dolores" a primera hora... pero ya se encuentra mejor -

Aún que en la practica las palabras carecián de valor. Los ojos delatabam sinembargo el deseo de que el medico en servicio se hicera cargo de su paciente.

-  Sin embargo hay un tema que ahora mismo que me intranquiliza de asunto del paso. Y James... - se permitio acariciarle la megilla al somnoliento esposo - no se puede hacer precisamente cargo en este momento... Ian, Nyrio ¿Puedo contar con vosotros?   -

 Antes de que el mozo Eduar se despidiera le hablo.

 - Perdone Eduar, pero sería tan amable de hacer llamar para que suban agua y jabón. Quisiera quitarme estas ropas polvorientas y sudadas del viaje por unas más acordes, y limpiarme de paso. Luego ya visitaré gustoso la zona, si se me ofrece.- Hace una pequeña pausa.- Por cierto. Y esa puerta de roble de dentro la habitación, espracticable o esté inutilizada?

James se tuvo que emplear a fondo con Bob. Los golpes de su subordinado eran duros, y James, ya sentía el hormigueo molesto, como si un rayo hubiese penetrado en su brazo dolorosamente, cada vez que cruzaba aceros con el guardia.

James tomó su espada con dos manos y arremetió brutalmente contra Bob, quizá pagando con el todo lo que había pasado dentro hace poco: todas las miradas de desprecio, de desaprovación, recordando la cara del bastardo, más querido y respetado que él solo por el hecho de no ser igual al resto.

Incluso, James se oyó a si mismo, como si fuera otra persona y no él, gritar de furia a medida que golpeaba al guardia.

El noble buscaba el costado, la cintura y el hombro de su rival, con vertiginosos golpes de espada.

Ian trato de esbozar una sonrisa para contestar a Lady Rose, sin embargo ver a su hermano mayor, postrado en ese estado, no se lo permitió y en su lugar su rostro mostró una especie de mueca cuando dijo:

 Mi señora, todos mis esfuerzos estan al servicio de la casa Lanewood.

Nyrio asintió y Lady Rose no se hizo de esperar:

- Estaréis al tanto de los rumores que circulan entre el pueblo. Hablan de un caballero que se pase de noche por el bosque y se dedica a limpiarlo de granujas y canallas...  Fabulas, mí querido James me dijo una vez que vuestro señor padre os explicaba esas historias cuando erais pequeños -

Se permitió reclinarse un poco en su butaca. Parecía que la hacía gracia imaginar la juventud de James y Ian.

- En situaciones normales no haría nada... Solo será algún charlatán que se aproveche de la inocencia de la gente para sacar tajada. Pero con el hijo de los Rocafreda y Lady Lotte con nosotros no quiero que esas habladurías lleguen a la torre. Ya he escuchado a dos criadas de la limpieza cuchichear sobre el tema, y no son las únicas. La popularidad de las historia están alcanzando magnitudes insospechadas. Por primera vez en mucho tiempo la gente a dejado de prestar atención a los farfullas semanales de mi hijo menor en pos de ese caballero fantasma. No es que me importe realmente que no sea así, pero... -

A pesar de las explicaciones la cosa no tenía mucho sentido. Era cierto que James Jr. Lanewood tenía una fama .No espero a que inquirieseis en cual era vuestro trabajo, ya se adelanto ella a explicarlo.

- No quiero que Lady Lotte y Arnau Rocafreda pensaran que somos impopulares con nuestros súbditos. Tienen que salir con una buena imagen de nosotros si queremos que esto llegue a buen puerto... dudo que pueda encontrar mejor paraje para una hija rebelde y un buscavidas como Junior. No quiero que penséis mal, quiero a mis hijos, y sobretodo quiero lo que sea mejor para su bien -

Era cierto, ninguno de los dos se salvaba.

- Así que me gustaría que formarais un grupo de búsqueda y hicierais como si os asegurarais que nadie se escondiera en el bosque... ya me entendéis. Aseguraros también de que la sepa que estáis haciendo y si puedes, intenta convencer a James, a ver si hacer algo útil por una vez. -

Bob debío sentir toda la rabia acumulada, porque a cada golpe retrocedía alarmado o mascullaba una maldición a lo bajo. Intento responder pero tu insiténcia no dejaba tiempo de respuesta y pronto se encontró acorralado en uno de los costados de la sala de entrenamiento. De aquí a hacer que su hoja resbalara de su manos solo hubo un paso. Pronto se dio por vencido y acepto su derrota.

Acalorado Bob hizo una pequeña reverencía y espero a que tu le devolvieras el gesto para irse al banquillo. Dejo en el pedestal la espada roma de entrenamiento y comenzó a quitarse la cota. No pudo, sin embargo, dejar de comentar la jugada.

- No ha hay manera señor... - en su naturaleza no estaba lo de prescindir de las formalidades - Esta que hace ¿mi septima derrota? Estaís en racha... Hehehe... pero os conozco des de hace tiempo, y si me permitís el comentario... hoy estabís mas impetuoso de lo normal ¿Sucede algo que deba saber? -

A pesar de las buenas intenciones era visible que a Bob tambien le movia la curiosidad.

James luchó con rabia, incluso, segundos antes de que Bob se retirara, éste pudo ver una mirada de odio, sus ojos casi salen de sus cuencas y sus dientes estaban apretados en una expresión de furia infinita. Justo cuando Bob bajó su arma, el pareció darse cuenta de lo que estaba haciendo. Su expresión se volvió mas suave lentamente, luego, se enjuagó el sudor de la frente e hizo un gesto amigable a Bob, dándole una palmada en su hombro.

-Has combatido muy bien, Bob, como siempre.

James dejó la espada en el armero e hizo un calentamiento con el brazo, algo magullado y cansado. Acto seguido, se quitó despacio la cota y la dejó caer al suelo, en el momento en el que se agachaba, oyó a Bob hablar, sonrió orgulloso.

-La septima, Bob, pero me ha costado bastante derrotarte, eres un gran guerrero.

Halagó a su rival, amable, pasando por alto de nuevo su modo de tratarle, no podía negárselo, así debían ser las cosas. Pero su gesto cambió en la siguiente pregunta. James le dio la espalda y se inclinó sobre el abrevadero y se echó algo de agua por la cara, pecho, y cuello. Con su cabello humedo, se volvió hacia el soldado.

-Me conoces muy bien. La verdad es que estoy harto de todas estas cosas, de esas miradas, de ese trato, de que a él le traten como a un señor pese ha su sangre.... No soy un buen señor para este castillo...

Reflexionó mirando la edificación. Luego, miró a Bob de nuevo, y sonrió.

-Pero si bueno con la espada.

James volvió a darle una palmada en el hombro al soldado.

-Mañana más, si no tienes mejores cosas que hacer que recibir a tu odioso compañero de batalla

Sonrió y se despidió inclinando la cabeza de lady Anabella.

- Si, me apetece dar un paseo por el castillo - dijo mirando hacia Hallis - Después si me gustaría darme un baño para poder estar presentable para la cena, si no es mucha molestia - dijo al mozo.

Se separó del grupo para acercarse a Nieves.

- Nos vemos despues Arnau - se despidió del hombre.

 El joven se despide de la joven Deerhunter, con galante gesto con la cabeza y un ademán del brazo derecho.

 - Nos veremos después, lady Deerhunter. Espero mostrar un aspecto más correcto para ese momento.- Mirando al resto de los presentes.- Hasta más tarde, señores, señora.

 Tras esas palabras le joven se interna en el dormitorio.

En cuanto vió que la dama concentraba su atención en Ian y Nyrio, el maestre se apresuró a llegar junto a su señor, que ciertamente no tenía buen aspecto Aunque últimamente siempre está así... Rápidamente empezó a revisar las manos del enfermo, al tiempo que escuchaba su trabajosa respiración intentando encontrar algún cambio desde la última vez. Aprovechando que lady Rose aún daba instrucciones a los otros, aprovechó para oler disimuladamente la boca de Lord James, en un intento por averiguar si verdaderamente le habían administrado vino del sueño.

¡A quien se le ocurre! La criada Celia... ¡hasta mi abuela tendría más idea de medicina! Eso a sido una irresponsabilidad, darle preparados sin mi consentimiento, desde luego, parece que no tienen cerebro dentro de esas bonitas cabecitas... siguió despotricando en su interior durante un buen rato, hasta que las palabras de la dama llamaron poderosamente su atención, cortándole en mitad de una queja.

Mi señora, ¿Creeis que deberían llevarse al joven Rocafreda a la expedición para que sea testigo de, digamos, nuestra preocupación por la seguridad de los campesinos? -se atrevió a preguntar cuando está hizo un alto- De igual modo podríamos preparar algo para que las invitadas viesen el profundo agradecimiento del pueblo... -la imagen de la pequeña hija del panadero acudió a su mente Una niña adorable, lady Deerhunter se derretirá al verla con un ramo de flores para ella

Hallis se despide galante de Arnau

- Si cambiáis de opinión y preferís acompañarnos estaré encantado de enseñaros a vosotros también el castillo

Aunque supiera que no podía hacer nada, Hallis prefería enseñar el castillo a solas a la guapa visitante, pero debía ser cortés