Partida Rol por web

-En realidad, no son pocos los que opinan que el chico no encaja aquí.-

Respiras aliviado, dándote cuenta de que la conversación va en la dirección que deseabas. Tu superior, el Director Lang, es una persona de decisiones rápidas y pocas veces contestadas; que esté de acuerdo contigo es motivo para alegrarse.

Todo empezó cuado el joven Viktor H. Felsberg III, el oficial de la armada espacial al que tienes que asesorar en asuntos políticos, cuyas amistades republicanas debes minimizar y romances aprovar y que tan aburrido te ha tenido con su escasa imaginación y falta de ambición, hizo todo lo contrario a lo que te tiene acostumbrado. Se presentó delante de su padre, el Barón Viktor H. Felsberg II y le dijo que quería dejar la armada espacial para ingresar en la armada mercante.

Por supuesto su padre montó en cólera, convencido de que estaba ante un capricho maś de su retoño que además llevaba a la familia a un entorno de menos nobleza y dignidad. Sin embargo, Viktor Jr. lanzó un órdago: si su padre lograba que le diesen un año sabático en la armada espacial, él, con sus propios medios, lograría fletar una nave y lograr cuantiosos beneficios materiales en ese periodo. Si no lo lograba, se volcaría en la carrera militar. Si lo lograba, su padre accedería a su conversión en, al Barón le daba hasta reparos decir la palabra, comerciante. Sin embargo, accedió.

Ahora sólo quedaba la aprobación de la comandancia de la armada, para lo cual se busca la recomendación del aparato político, representado en tu jefe, que quiere conocer tu opinión. Desde luego, te has mostrado a favor: incluso si no supusiera un ascenso, incluso su supusiera empezar de cero, cualquier cosa sería mejor que continuar lastrado por ese peso muerto en el que se ha convertido Erik.

Con tu recomendación, se le concede a Erik de inmediato el año sabático y el joven se pone a la labor. Su éxito será tu éxito, así que te aseguras de que encuentre los mejores contactos y amigos en el proceso de convertirse en comerciante.. consejos y contactos que él ignora por completo. Una mañana, te levantas con la más miserable de las noticias. Erik ha comprado a precio de saldo un carguero independiente tipo A averiado pero capaz de realizar saltos de la mitad de su potencial y con él va a embarcarse en lo que ha definido como una "búsqueda del tesoro". Pese a tu insistencia, se niega a darte más detalles pero te insiste en que le ayudes a buscar una tripulación adecuada en tiempo récord y te encuentres con él en un par de días en el carguero en cuestión, sito en el astropuerto de Regina. Su nombre: Emperatriz Nicholle.

Impotente, te pones a la labor lo antes posible. Necesitaréis un astronavegante y un piloto y aunque tú podrías llevar a cabo ambas labores a la vez, para más seguridad una nave estropeada necesitaría ambos puestos. También necesitaréis un ingeniero de a bordo y un par de personas más que aporten músculo, protección para Viktor y el equipo en general. Recordando la buena labor que Vic realizó en aquel viaje en el que os conocísteis y sabiendo que está sin trabajo en Regina, decides contactar con ella y preguntarle si conoce a alguien con esas habilidades físicas que queréis. Respecto del piloto.. bien, Regina tiene mucha oferta y poca demanda, así que cuando compruebas que la mejor opción desde un punto de vista intelectual es aquella chica, Artemis, decides arriesgarte y llamarla, ofreciéndole a ella el mismo trato y pidiéndole lo mismo que a Vic: más músculo que aportar al trabajo.

Año 1107. Día 134. Dex está en Regina, sin oficio ni beneficio, retirado del servicio y con ganas de evitar que el dinero que ganó arduamente acabe de agotarse sin haber encontrado un trabajo interesante. Sí, hay mucho empleo de estivador en el astropuerto, pero.. entonces, recibe una llamada.

El teléfono de Dex suena. No es muy frecuente recibir llamadas cuando se lleva poco tiempo en un planeta, por lo que debe ser alguien conocido o la ley y el orden reclamando impuestos, multas o similares.

Cansado de vagar por el astropuerto en busca de algún trabajo interesante, Dex se encamina hacia el bar más cercano, donde un buen trago (y quizá alguna mujer) le haga más llevadera su situación. El sonido del teléfono rompe la monotonía y el ex-marine mira el aparato extrañado. Sin dejar de masticar el chicle de especias, contesta con curiosidad.

-¿Sí?

Una voz tranquila, bronca, pero de enorme paz suena con autoridad al otro lado del aparato.

-¿Dex McCoy? Perdone que le moleste pero me han hablado muy bien de su trabajo. Me lo han señalado como un excelente profesional. ¿Sería posible entrevistarme con usted? ¿Dónde podríamos encontrarnos?-

-Hay un puesto de comida en la zona sur del astropuerto. ¿Lo conoce? - hace una breve pausa para pensar en alguna referencia más clara - Es el del luminoso rojo. Estaré allí a la hora de comer, dentro de un par de horas. Arroz con cerdo, no lo dude. El resto no vale la pena.

¿Excelente profesional? - sonrié para si - Bueno, no seré yo quien llame exageradas a tus fuentes. Además, eso suena a pasta... Demasiado bonito, pero no creo haberme metido en ningún lío todavía en este planeta. Naaaa, no se trata de partirme las piernas.

Dos horas después y según lo acordado, dos desconocidos se bucan en el puesto de comida señalado en el astropuerto. El zumbido de los cercanos despegues añade sabor a la comida muy especiada. El "cerdo", en realidad un mamífero vagamente rosado de Regina, no está mal, pero incluso mejor es el fermentado de Chutza traído de Jengine.

Para cuando llegó la hora de la cita uno de los dos parecía haberse adelantado. Era un hombre de envergadura poderosa muy bien vestido. Aguardaba sentado con suma dignidad frente al puesto en cuestión. El caballero cuidaba mucho su ropa, pues el traje que vestía se ajustaba a su porte de forma exacta, transmitiendo una sensación de perfección y pulcritud que le dotaba de un cierto halo.

Al intuir que un hombre de descripción semejante a la esperada se aproximaba al lugar se levantó diligente dejando apreciar con mayor certeza su estatura más que notable. Con un par de pasos se colocó frente al recién llegado y le estrechó la mano con fuerza mientras en su rostro se dibujaba una amplia sonrisa socarrona. -¿Cómo está?-

Ante el posible desconcierto del recién llegado y sin dejarle contestar se tornó hacia el encargado que se encontraba al otro lado del mostrador y alzó la voz en tono alegre: -¡Fermentado de Chutza para mi amigo!-

Al tornarse de nuevo hacia el soldado algo brilló en su solapa, una insignia de la Travellers' Aid Society, desde luego era toda una presentación que dejaba clara la calidad de aquella persona.

-¡Me encanta este sitio! Le felicito por la elección, no tenía el gusto.-

Hubiera preferido examinarle con algo más de calma desde una distancia prudente pero, cuando Dex había creido adivinar quien era la persona con la que había quedado, éste le reconoció. Sin duda, el elegante caballero destacaba entre el tipo de gente que se movía por aquella zona del astropuerto. Y aquella insignia lo corroboraba.

-Bien, bien. - dice estrechándole la mano con un destello de ligera desconfianza en los ojos. - Tutéame. - su interlocutor parece no prestar mucha atención a su respuesta.

Estaba a punto de encenderse un cigarrillo cuando el desconocido pide por él, así que guarda el tabaco y se pone a juguetear, en su lugar, con un objeto que saca de uno de los bolsillos del gastado pantalón de aspecto militar. Parece uno de esos remaches que se usan para fijar planchas y mamparos en las naves.

-¿Que te encanta? Sí, seguro que comes todos los días en un sitio como éste. Seguro. - bromea con ironía pero sin malicia, echando un vistazo general al humilde lugar que ha elegido, barato y frecuentado por trabajadores- ¿Así que tenemos una nave a la que hay que hacerle reparaciones en el casco? ¿Quizá pintarla? Porque se trata de eso, ¿no?

Mientras recoge los dos pequeños vasos que le ofrece el tendero una sonora carcajada responde al comentario del soldado. Tras ella, y sin dejar de lado la socarrona sonrisa, tiende su mano ofreciendo uno de los recipientes. Una vez entregado alza el suyo ligeramente con gesto firme mientras dice: -Lo primero es lo primero. ¡Salud!-

De un solo trago da buena cuenta del fermentado de Chutza sin que su pintoresco contenido surta mayor efecto que el que pudiera haber causado un poco de agua. Inmediatamente después lo deposita en el mostrador para prestar mayor atención al hombre que se encuentra frente a él, por supuesto, no sin antes hacer gesto sutil al dependiente para que vuelva a rellenar los recipientes.

-Desde luego alguien tiene una nave. Y es seguro que necesita reparaciones en el casco y una mano o dos de pintura. Eso es lo más común entre todas las naves que arriban al mundo de Regina. Sin embargo ya contamos con ingeniero a bordo.-

La brillante mirada no deja de repasar de forma inquisitiva los pequeños detalles que destacan en el militar. Especialmente ese tic nervioso que no le permite dejar de juguetear con el perno. Es necesario valorar si esa manía no puede desembocar en una tendencia hacia el gatillo fácil, lo cual podría llegar a ser francamente incomodo.

-Lo que no tenemos es un hombre de armas. Alguien que pueda dar cierta cobertura y escolta a la tripulación. Evidentemente es un puesto meramente representativo. Nadie espera tener problemas, pero al movernos por diferentes mundos siempre hay un pequeño riesgo.-

La voz sigue siendo la misma que hasta ahora, tranquila y bronca, sin embargo el tono ha cambiado sustancialmente. Parece que se acaba de producir un punto de inflexión en la conversación que nos hace pensar que lo que se expone a continuación es importante.

-La oferta es la siguiente:

Servicio como escolta para una pequeña tripulación durante las visitas a distintos planetas y control del posible pasaje que pueda ser embarcado.

Por cada treinta días de trabajo recibirás 1.000Cr empezando la próxima semana y durante nueve meses. Al concluir este período se te pagará una mensualidad extra y tus servicios habrán concluido al retornar a este mismo planeta. A esto podrás añadir ciertos pluses.

La nave en que viajaremos será un Carguero Independiente Tipo A. Su carga, administración y destino no será algo que te ataña. No obstante, los gastos de manutención y hospedaje correrán a cargo de la misma pudiéndote tú despreocupar.

Si me decanto por un militar es por que acatáis órdenes sin hacer preguntas. Solo necesito a uno y únicamente a uno. Regina es posiblemente el mundo más prolífico para encontrar este perfil. La oferta en si no es negociable, todo lo que pueda derivar a raiz de que la aceptes sí.

¿Estás interesado?-

Y con esta pregunta una penetratente mirada se clava en los ojos de McCoy a la espera de respuesta clara por su parte. No parece que se ofrezca demasiado margen para renegociar el precio, pero esos "pluses" y la posibilidad de negociar cada trabajo posterior podría llegar a compensarlo. ¿O no?

-¡Salud! - pasada la efímera desconfianza inicial, brinda también él con efusividad y golpea el mostrador con el vaso vacío.

-¡Ah!, se trata de eso... - parece ligeramente contrariado cuando el tema de las reparaciones y chapuzas queda descartado - Nadie paga armas si las posibilidades de tener jaleo no son altas. Si llegase el caso, ya hablaremos de esos pluses, no tenía en mente correr más riesgos de los necesarios en un tiempo. - y vuelve a sonreir con su manera pícara de hacerlo. - De momento, los mil pavos me van bien.

Con cierto descaro, mira de arriba a abajo a su interlocutor.

-¿Irás a bordo? Tener un tío serio y que sabe lo que quiere como tú, es una garantía de que todo vaya como la seda. - le guiña el ojo - Desde luego, esa chapita - señala la insignia de la Travellers' Aid Society - no se la dan a cualquiera.

-Iré, claro que iré. Para mi el éxito de este viaje es importante, por ello participaré de la expedición. Me encargaré de “La Presentación” de la misma. Es ahí donde siento que puedo aportar un punto de experiencia.- Las palabras suenan animosas y cargadas de entusiasmo. Parece que hablan de algo prometedor. Se denota cierta ilusión en ellas.

-Y debo insistir, no esperamos tener dificultades durante el viaje, pero tomar precauciones es inexcusable. El capitán es joven y está ansioso por emprender una nueva aventura. Yo por mi parte trato de prepararlo todo para que el periplo resulte tremendamente aburrido, sin por ello dejar de ser productivo.- La sonrisa se acentúa más en este punto -Estaré a bordo del Carguero, pero me limitaré a participar del ámbito comercial, el capitán y los especialistas se encargarán, a priori, de los demás pormenores.-

De nuevo el pequeño vasito vuelve a estar lleno y eso no es algo comedido. Por ello de nuevo extiende un brazo para cogerlo y llevárselo a los labios. Tras un sorbo lento pero contundente vuelve a entonar su voz bronca.

-Por cierto, retomando los pluses. Hay uno que pretendo proponerte ahora mismo. Como ya te he dicho el capitán es joven, no sería de extrañar que se excitase pudiendo meterse en algún tipo de problema. Su padre es un viejo amigo y me ha pedido que vele por él. Pienso que es contraproducente socavar la autoridad del capitán de la nave, por ello preferiría que fuera otro el que lo vigilase de cerca… y ya puesto, el que impidiera que se hiciera daño. ¿Te supondría eso un problema? Es de por si ya parte de tu trabajo la seguridad, pero… yo lo tomaría como un favor personal y sabría corresponderte al concluir el viaje.-

-Cuenta con ello, me convertiré en su sombra. - dice con convicción al tiempo que levanta el vaso.

Tras apurar la bebida, pide un par de platos para comer. El "¿lo de siempre?" que pregunta la camarera y los comentarios libidinosos del ex-marine encajados con paciencia por ésta, confirma que Dex es un cliente habitual.

-Por cierto, casi estoy a bordo ganándome el sueldo y todavía no sé tu nombre. - comenta entre bocado y bocado, lanzando miradas furtivas al culo de la chica.

Tras las últimas formalidades, aborda los pormenores del viaje: fecha de partida, equipo que se le va a proporcionar, nombre del carguero y su capitán, etc.

De forma un tanto dramática se echa una mano a la frente haciendo gesto casual que denota torpe descuido. Descuido que ha sido mantenido hasta despues de cerrar el acuerdo curiosamente.

-Mi nombre es Dante.-

Tras la formal presentación, se dispone a responder a los pormenores solicitados por McCoy sin extenderse demasiado. Únicamente se da lo que verdaderamente se necesita, lo demás es considerado imnecesario.

-Nos veremos dentro de cuatro días en el espaciopuerto central de Regina. Allí deberás localizar el Carguero: Emperatriz Nicholle. Al capitán te lo presentaré in situ y el equipo lo podremos tratar sobre la marcha.-

Dante se levanta de su tabure con suma dignidad y vuelve a estrechar con fuerza la mano del militar. De nuevo destaca su porte poderosa y la seguridad que desprende.

-Sopeso como un acierto contar con tus servicios. Espero no me defraudes.-

-Pues hasta dentro de cuatro días, Dante. - deja unos créditos sobre el mostrador y se aleja haciendo un gesto como si su mano fuera un arma, chasqueando la lengua y guiñando un ojo.

Con andares satisfechos, se pierde entre el bullicio de Regina.

-Cuatro días y de vuelta a la fría soledad del espacio. ¡Buff! Voy a tener que aprovecharlos bien. - habla para si mismo - A ver donde le pueden sacar brillo a Dex Junior.- dice sonriente, mirándose la entrepierna y mascando chicle con la boca abierta.