Partida Rol por web

El grupo subió hasta el piso 138, debajo de la azotea donde se había estrellado el helicóptero. Allí se encontraban los grandes depósitos de agua que abastecían a toda la torre. Decenas de miles de litros encerrados en aquellos tanques metálicos. Agua suficiente para apagar cualquier incendio.

Luego de llegar hasta el piso donde se encuentran los depósitos de agua me dirijo a todos. – ¡Atención señores! Estos depósitos que ven a mis espaldas contienen decenas de miles de litros de agua que podrían ser la salvación. Necesito vuestra ayuda para localizar alguna válvula de escape o cualquier herramienta que sirva para perforar los tanques. El tiempo se agota. ¡Vamos! -   con los brazos señalo los depósitos tras ubicarme enfrente de ellos. Luego hablo en privado con el jefe de bomberos. 

Con aires de preocupación hablo en susurros para O´Hallorhan mientras los demás se organizan. – Jefe, es posible que no encontremos nada aquí arriba para liberar el agua de esos depósitos. ¿Ustedes no tendrán alguna herramienta en caso que la búsqueda sea fútil?  - el sitio se encontraba libre de llamas pero el humo pronto comenzaría a acumularse. No teníamos mucho tiempo.

Miro los inmensos depósitos con asombro... y me pregunto a mi mismo que pasaría si los hubiera instalado mi contrata, posíblemente con una silla podríamos romperlos, o tal vez en lugar de un incendio hubiéramos sufrido una brutal inundación... 

Miro a Doug, y le pregunto... ¿Quieres que busquemos una válvula o una manguera? Romperlos lo veo complicado, podríamos usar la cabeza de Duncan para romper uno, eso sí, pero solo nos vale con un depósito...  Suelto con toda malicia... !Qué cojones!... él lleva tocándome los huevos desde que se inició el incendio.... Doug, tú eres el arquitecto de este edificio, tu lo has diseñado, y tú has puesto estos enormes depósitos, supongo que tú también sabrás por donde van las conducciones y las válvulas....

Le pregunto al jefe...¿llegaría con abrir las válvulas para apagar todo el incendio, o sería necesario soltar toda el agua de golpe? Lo digo porque si necesitamos toda de golpe, no nos queda otra que usar algún tipo de bomba o explosivo.... Dicen que el C4o el Semtex vá de lujo para estas cosas... yo lo usaba en mi finca para acabar con las toperas, al final con tanto bujero acabé rellenando de arena y poniendo un campo de golf...

Acompaño a los caballeros hasta el depósito de agua en absoluto silencio, era ilógico pensar sobre esto pero jamás había puesto un pie en este sector y eso que gracias a mi dinero se ha construido este edificio.

Al llegar me encuentro sorprendido por el tamaño de esos tanques y bufé para mis adentros en contra del arquitecto que recién ahora se le ocurre esto. Si hubiera sabido que estaban no estaría durante horas quemándome como un malvadisco.

Pero las palabras de mi adorado y dulce yerno me quitan el malhumor porque tenía un objetivo con quien descargarme. -¿Desde cuando Rogers sabes sobre explosivos? Desconocía tu faceta de inteligencia superdotada porque si la hubieras usado en comprar mejores materiales esto no hubiera pasado. Hazme un favor, ponte sobre uno de los depósitos y te atamos allí, cuando explote adiós yerno. Eso si, te haré un lindo funeral con el cajón de "buena madera" -replico irónicamente esbozando una sonrisa maliciosa, en cierta forma me agradaba pelear con mi yerno un rato.

Pasado unos minutos y ya dejando las bromas de lado con mi yerno le pregunto a Doug como piensa hacer esto. -Oye... ¿Cómo haremos esto? - no lo veía tan fácil hacerle un agujero a esos depósitos. 

-Tal y como ha dicho el señor Simmons, tendríamos que utilizar C4. Nuestros Departamentos siempre cuentan con especialistas en demoliciones por si hay que entrar en sitios semiderrumbados y abrir huecos -se acerca a uno de los tanques y lo acaricia con la mano-. Va a ser la única manera. Pero vamos a cambiar un incendio por una inundación...

-Señor Duncan, como le decía al arquitecto, vamos a tener que volar los tanques. Pero el peligro reside en que todos los escombros, sin contar con aproximadamente cien mil litros de agua, caerán sobre nosotros en el Promenade. Todo aquel que no esté bien sujeto acabará rodando por las escaleras o volando por las ventanas...

El anciano Harlee estaba cansado. Había usado tretas para tratar de escapar si, pero estos hombres parecían malas personas. No paraban de escupirse los unos a los otros mientras se miraban por encima del hombro. Harlee era sólo un timador, no un asesino y tenía la impresión de estar rodeado de asesinos con traje.

Esperemos que el arquitecto y el bombero encuentren la solución a esta tragedia. Si no, ha sido un placer conocerlos a todo. Especialmente a la querida mujer con la que vine y que me abandonó lo más rápido que pudo.

Si los bomberos pueden hacer llegar el C4 hasta aquí entonces la mitad de nuestros problemas ya tienen solución. – Prefiero la inundación antes que el fuego y por lo mismo todos podríamos refugiarnos en los baños y otras habitaciones menores. También podríamos dejar las puertas abiertas junto a las puertas de los ascensores para facilitar el camino al agua. Sera solo resistir el embate del agua un breve momento. – cien mil litros es una fuerza imparable pero es nuestra ultima oportunidad.

Considerando que harán volar los depósitos de agua con explosivos la mejor opción es huir. -Está bien muchachos, iré al Salón Promedade para ver que tal van con la silla y avisarles que se aten a lo que encuentren a su alcance, al margen que me encantaría ver a mas de uno siendo impulsados por el agua volando por el aire. - tras decir aquello y sin esperar respuesta alguna me dirijo al lugar donde estaban reunidos mis invitados. 

Al pasar junto a mi yerno le doy una palmada en su hombro. - Ven conmigo, deseo ver como te aferras para no volar. -Sonrío por la ironía y continuo mi camino hacia el salón. 

--Salón Promedade ---

Luego de sortear varios obstáculos incendiarios llego al Salón,  reflejando una clara sonrisa en mi rostro le ordeno a Carlos que me acerque el micrófono para dar un anuncio. 

-Queridos y nobles invitados, tengo el honor de informarles que el arquitecto de éste magnífico edificio y el jefe de bomberos han creado un plan para salvarnos del infierno que desea consumirnos. La idea es perforar los depósitos de agua con explosivos, la recomendación es atarse con lo que tengan a su alcance ya que el torrente de agua nos lanzará al vacío. Dicho todo esto, romperé una cortina y me atare bien. Hasta pronto. - sin mas que decir y con toda la paciencia del mundo ajusto la cortina desde la cintura a una columna, tomo asiento y recreo la vista con el perturbador paisaje de los ricachones buscando algo con que sujetarse.

Escuchó al arquitecto atentamente. Su plan no sería tan malo si no fuera tan arriesgado.

-Intentaré avisar a mis hombres para que se sujeten y hagan lo propio con los civiles que estén junto a ellos. Además, no tengo explosivos a mano*, deberé pedirlos por radio.

Miró fijamente a Doug.

-¿Está seguro de que funcionaría? Si lo hacemos deberá elegir con cuidado los piares, o se derrumbará todo con nosotros dentro.

Esperaba que como arquitecto supiera de esas cosas, a menos que los familiares políticos de oro hubieran escatimado también a la hora de contratar el arquitecto.

Mire Jefe, mucho no entiendo de explosivos pero si logramos abrir un boquete en cada uno de los depósitos entonces el agua hará su trabajo por nosotros. No creo que haga falta que derrumbemos los pilares. Tan solo hay que agujerear los enormes tanques de agua y lo único que podría lograr atravesar el grueso metal de ellos es una carga de explosivos. – la idea era simple: mucha cantidad de agua en pocos segundos y ello sería suficiente para acabar con el incendio.
La única dificultad era el peligro de ser arrastrado por el agua o perecer bajo algún escombro que la correntada generase. - Antes de las detonaciones es necesario cortar la electricidad en todo el edificio por obvias razones. - ese era un detalle que casi olvido. El agua y la electricidad no son buenos amigos.
 

Me giro, hacia Duncan... Comparto el deseo, de hecho te acompañaré y si me permites yo mismo me aseguraré de hacerte un buen nudo para que no salgas arrastrado por la corriente... 

Vuelvo con Duncan al salón Promenade y empiezo a buscar algo con lo que poder atarme, cojo uno de los tiradores de las cortinas y me siento contra uno de los tabiques del edificio, intento buscar uno que esté lo más alejado posible de cualquier elemento decorativo que pudiera ser arrastrado y a favor de la corriente para que cuando venga el agua no me dé diréctamente en la cara... solo faltaría que me ahogara en un incendio... Veo además como otros invitados se amarran a las celosias y otros adornos de madera... pobres idiotas, van a salir despedidos..., paso la cuerda un par de veces alrededor del tabique y luego por debajo de mis hombros dejando bien sujeta mi espalda contra el tabique...luego hago un nudo triple, asegurándome que no se desate ni queriendo....

El grupo regresa al salón Promenade con las terribles nuevas. Duncan explica a todo el mundo lo que va a ocurrir y casi al mismo tiempo, el senador Parker regresa al Promenade. De los quince hombres que bajaron con él por las escaleras sólo han regresado la mitad.

-¿Qué ha pasado, senador? -pregunta uno de los invitados.

-Lo tenemos casi encima -contesta el senador que tiene el traje destrozado en algunos puntos y un sangrante corte en la frente-. No pudimos ir más allá de la 110. Las escaleras saltaron por los aires y con ellas la mitad de la gente. Tuvimos que regresar aquí...

Duncan explica una vez más a los recién llegados lo que va a ocurrir. Gran parte de los invitados, resignados, empiezan a atarse como pueden y a donde pueden. El loco de Carlos, el camarero, se sienta junto a la barra y se ata a la caja de vinos más caro del bar. Pero hay otro grupo que no quiere probar suerte con la explosión. Corren en tropel hacia la silla aérea. La lucha es feroz. Los hombres se dan de puñetazos intentando alcanzar la salvación. Uno de ellos cae por la ventana gritando hasta que se pierde en la noche. Al final tres hombres se montan como pueden en la silla intentando escapar. El peso es demasiado para el instrumento que termina rompiéndose y arrastrando a todos sus ocupantes a la muerte.