Partida Rol por web

"Ya veo... Así que es eso lo que le ha molestado. Piensa que es una manera de supervisarle." El tono de Demetrio continuaba siendo serio, pero no podía ocultar su molestia. El nosferatu no carecía de caracter, aunque sabía controlarlo. Sin embargo, sus palabras siempre estaban cargadas de decisión y energía. "No mi Príncipe. No lo hice por supervisarle a usted, si no a él." Dijo negando con un ligero movimiento de cabeza. "Los aciertos del Caudillo no son tanto suyos si no de su Alteza. Sin embargo las iniciativas propias de éste, no suelen ser tan acertadas. Es una pieza muy importante. Razón de más para tenerlo siempre bajo control." Su mirarada se cruzó con la del Príncipe con convicción. "Su Alteza quiere que esté informado, y es lo que hago".

Alvarez no se va por las ramas y planta cara.

- ¡BASTA YA!  De vagas amenazas y de sutilidades ¿De que se me acusa y quien me acusa de deslealtad?  Por que despues de demostrar que es falso, me encargaré de él y de toda su progenie.

El tremere continúo mirando al Principe esperando respuesta a las exigencias de explicaciones del resto de asistentes, incluyendo las suyas.

No iba a repetir las palabras ni iba a aumentar la tensión del momento, para eso había otros que lo harían mejor que él. Por el momento tocaba escuchar esas historias que habían llegado a oídos del Juan...

Luego tocaría analizar de donde provenían las informaciones y responder de la manera debida a cada una de las acusaciones vertidas.

- No contentos con vuestras traiciones, os atrevéis a hacer exigencias a vuestro príncipe mientras predicáis obediencia, a condenar no-vidas que tan solo un príncipe puede condenar. ¿Hasta donde pensabais llegar? 

El príncipe se pone en pie

- Fue un gran error nombraros mi consejo de primogenitura, deshechos de vuestro clan ¿que más podía esperar de vosotros que traición? Nada peor que un pobre cuando se ve con dinero... que un neonato cuando se ve con poder ¡desagradecidos!

Sorprendido por el acalorado discurso del príncipe no sabe que decir, pero viendo que cada vez la sala está más caldeada teme que desemboque en un brote de violencia, intenta calmar los ánimos con tono tranquilo

- Te ruego, que al menos nos señales cuales han sido esos actos, no rebeles las fuentes si lo ves necesario. Pero juro por mi sangre que no he cometido ningún acto que se pueda calificar de traición hacia usted ni hacia sus intereses.

Levantándose de la silla donde hasta ese momento había estado:

-En caso de no querer ofrecer ninguna explicación ni motivo de sus palabras, no puedo hacer nada por lo que me resigno a la destitución en el consejo. Parto hacia mi refugio, estaré disponible para lo que quiera ya sabe como localizarme

Muestra intención de dirigirse a la puerta para salir, a menos que el Príncipe indique otra cosa.

- ¿DESPUES DE TODO LO QUE HE HECHO POR TI? ¿DESPUES DE TODO LO QUE HE SANGRADO POR TI? ¿A MI?¿A MI ME ACUSAS DE TRAICIÓN?

- Buscar nuestra ayuda ofendiendo no es la mejor de las bazas a jugar... - Hago un pausa mientras sigo hablando en tono normal - De cualquier manera se nos llama lo más bajo posible pero aún así se nos ha reclamado ayuda... ¿Porqué? No lo se, pero aliados de este modo más bien pocos... ¿Porqué no empezamos de cero y se nos explica porqué hemos sido despertados y dejamos las ofensas que lo único que favorecen es al enemigo del cual queremos conocer?

El príncipe no evita que el tremere se retire de la sala, incluso, parece conforme con ello. 

Abandonas la sala sintiendo, casi, un gran alivio... y preguntándote si el príncipe sabría salgo sobre Toledo. ¿Tan grave era? Solo "tomaste prestados" algunos soldados. Ya estaban de paso. Quemaron un par de refugios... ¡Rodrigo te aseguró que fue algo discreto y sin sangrías!

- Miro con pesar como esta discusión lleva en primera instancia a una lid interna con la retirada de un miembro interesante de la misma. Veo como el sr. Wandosell sale de la sala, apenada por el devenir de la reunión...

- No te atrevas a levantarme la voz Rodrigo, va a ser lo último que hagas - asegura

Se acerca a Rodrigo con paso firme, enfrentándole

- Si no fuera por mi apoyo jamás habrías llegado hasta donde estás, ¿que serías? ¿un matón de barrio, con suerte? - da un golpe de desprecio en el hombro de Rodrigo, y con el carácter del brujah, solo se puede sacar en claro de ello que el príncipe le esta provocando a dredre o que se ha vuelto loco - ¿quizá ya muerto en cualquier escaramuza? ¡YO te he dado un nombre! 

- Metiéndome en medio y separándoles para dejarlos a cierta distancia abriendo mis brazos, pero sin empujones bruscos, aún a costa de recibir una sacudida por parte de Rodrigo - ¿Pero qué demonios? ¿Estamos para hacerle un favor a quién sea nuestro enemigo dividiéndonos entre nosotros? - Mirando al príncipe y después al resto en un tono serio y con rostro de no andarse con bromas - ¿No podemos dejar las malditas rencillas personales de una santa vez y conocer qué sucede aquí? Sea lo que fuera cada cualen el pasado no es algo que incumba ahora, pues nadie seguramente tendrá un historial impoluto e inmaculado, y si vamos a seguir con estas historias yo también abandonaré la sala ahora mismo, en los mismo términos que el sr. Wandosell

El brote de desconfianza por parte del Principe, no hacía presagiar nada bueno. Tal vez sería bueno abandonar durante un corto período la ciudad o al menos hacer los preparativos necesarios por si la surgía tal eventualidad. Antes tenía que averiguar algo más de lo que se le acusaba.

Si era algo relativo a Toledo tenía que confirmar que sabía Juan, si no era ese el problema sería necesario averiguarlo...

Pensabas en contactar a Elena, en contactar a... cuando un punzante e intenso dolor atravesaba tu corazón desde la espalda. Quisiste sujetarte antes de caer de bruces al suelo, pero tu cuerpo ya no respondía. Apenas alcanzaste a reconocer a tu agresor, uno de los ghouls del príncipe que habitualmente protegían su refugio. 

Si ese era el destino que esperaba a los que abandonaran la habitación, si esos eran los planes del príncipe desde el principio... querías avisar, querías hacer tantas cosas.

Demetrio se quedó sentado observando. No dijo palabra alguna. Metió las manos en su raido abrigo y se reclinó hacia atrás. Parecía pensativo y claramente molesto. El Príncipe estaba fuera de sí. Quizás pensó que lo mejor era dejarle un instante. Pero en realidad solo él sabía lo que le rondaba por la cabeza.

Clava la mirada en Sofia, a la que toma de la cintura con su zurda llevándola contra él. Lo que podría parecer a un inocente observador un mero gesto de pasión, a Sofía le supone perder el control de su cuerpo tras un punzante e inmenso dolor en su corazón, cuando es estacada sin miramientos. 

- No estas en situación de imponer ninguna condición, Sofía - tras su amenaza de abandonar la sala si no se entra en razón

Todavía sosteniéndola contra él, sin dejar caer el cuerpo de Sofía al suelo, quizá por ¿respeto?¿manteniéndola como escudo?Levanta la mirada hacia Rodrigo

- Ninguno de vosotros en realidad. Es mi deseo que a partir de hoy seáis privados de libertad, incomunicados y custodiados - sentencia - hasta nueva orden. 

Demetrio se puso en pié sacando de sus bolsillos dos dagas. Su gesto era afilado y duro como la hoja de sus armas. "Te he sido leal y fiel hasta ahora Príncipe. No sé quien te han lavado la cabeza. No sé si esa Malkavian tendrá algo que ver, o han sido nuestros enemigos. Quizás sólo has perdido el juicio y la sensatez. Pero hasta aquí llegas, por muy Príncipe y amigo que seas. " La destreza con aquellas armas, por parte del Nosferatu, era de sobra conocida por parte de los más cercanos. El combate era inminente. El vástago no caería sin luchar.
 

Una intensa mezcla entre respeto y miedo, nace en vuestros corazones, impidiéndoos enfrentaros a él.