Partida Rol por web

- Lo entregarán mañana antes del mediodía. 

Cuelga.

De día, lo entregaría de día. 

Cuelgo el teléfono y miro paulatinamente a los demás, desfrunciendo poco a poco el ceño.

- Parece que vigilar la entrega va a ser algo... complicado. El paquete será remitido donde habéis oido pero el horario no nos es muy propicio. Lo entregarán antes del mediodía de mañana. Una hora poco saludable para pasear, aun en un dia nuboso, ¿no creéis? -.

-Desde luego eso nos dificulta la idea de vigilarlo...

Digo con una media sonrisa.

-Tenemos una vía de acción en espera entonces, ¿Alguno de vosotros tiene otro hilo del que podamos tirar?

Digo paseando la mirada por los tres vástagos que tengo delante y deteniéndome finalmente en Demetrio, el cual pensaba que tenía más posibilidades de haber avanzado algo en sus pesquisas.

- Éste me provoca especial curiosidad, Arturo- Afirmó el nosferatu. Pareció acariciar algo dentro de los bolsillos de su abrigo. Ya sabíais de sobra lo que era. - ¿Puedes dejarme cerca, Rodrigo?. Preguntó con cierta impaciencia. Parecía tener ganas de observar la zona...¿quizás algo más?.

Rodrigo asintió ante las palabras del Nosferatu mientras sacaba unas llaves del bolsillo y las hacía girar en su dedo índice. Miró a los demás, como esperando si alguno de sus compañeros querían ir con él. Total, el coche tenía sitio para los cuatro y no iba a hacerles un feo a ninguno de ellos.

Bueno, tal vez a la mujer si.

Pero habían acordado un alto el fuego, y parecía estar tan interesada como el Brujah en querer solucionar esto.

Aunque sus métodos son algo extraños para Rodrigo, no los rechaza. Por ahora.

Me sorprende el interés del nosferatu en este tema, tal vez estemos siendo algo paranoicos.

-Después de la jugada de la estaca, más nos vale andar con pies de plomo...

-Esta bien, echemos un vistazo a la zona.

Tras ver el deseo de los Primogénitos masculinos de observar la zona, concedo con un cabeceo.

- Bien, si Rodrigo dice que sabe conducir este vehículo, podemos acercarnos y echar un vistazo -.

Subo al vehículo y me siento en la parte de atrás, detrás del asiento del acompañante, ajustando el cinturón de seguridad. Tras ello, saco el teléfono y comienzo a toquetear la pantalla.

Llegáis hasta el estanco, que a estas horas ya esta cerrado....

Bajo del coche y observo la zona del estanco.

-Bueno Demetrio, tu dirás... Muestranos cómo piensas tirar de este hilo

Digo con curiosidad y sin pizca de malicia en la voz.

Rodrigo se quedó mirando el estanco tan tranquilo desde el interior de su coche que ni siquiera se enteró de lo que Arturo había dicho.

La verdad, es que en este momento, su mente estaba pensando en otra serie de cosas, las cuales no incluían a un correo, un estanco, y un intercambio de información. No sé que espera el Príncipe que hagamos, pero está bastante claro que la cuestión de hablar no es la solución.

O por lo menos es lo que ha demostrado la situación actual.

Su plan incluía torturas y cosas aún peores, pero no dijo nada, no por ahora. Dejaba que los demás actuaran como el Príncipe quería. Sin problemas, sin muertes, sin violencia.

Pero el tiempo de la paz iba a acabar de un momento a otro si las cosas no se enderezaban de una vez por todas, y Rodrigo iba a ser el heraldo que trajera la guerra a Valladolid.

Suspiró dentro del coche, añorando los viejos tiempos, en el que uno podía entrar en la casa de alguien a punta de pistola, secuestrarle y hacerle desaparecer sin que nadie hiciera muchas preguntas.

Demetrio echó un vistazo desde el interior del auto, mientras se colocaba nuevamente la capucha. Abrió la puerta del conductor y se dirigió hacia el estanco para averiguar dónde estaba el apartado de correos, con las manos en los bolsillos. Parecía tranquilo, aunque muy pendiente de coches, ventanas de los edificios, etc. De aquella tranquilidad podía deducirse que, probablemente, no pensase que fuese a haber una emboscada ni nada similar. De su continuo oteo de aquel lugar y de los alrededores, que hombre precavido vale por dos.

El estanco a estas horas ya esta cerrado y con las persianas bajadas, es imposible ver nada en el interior.

Demetrio paseaba por el lugar, a estas horas estaba todo cerrado ya y era difícil tener una perspectiva muy esperanzadora sobre realizar alguna averiguación. Puede que simplemente no tuvieras más opción que esperar o confiar... en ese momento echáis de menos siervos fieles y capaces de soportar la luz solar. 

Espero por un rato, pero comienzo a desesperarme por la inacción de mis compañeros.

-Bueno... Si no hay mucho más que hacer aquí, intentaré seguir con mis indagaciones. Si me necesitáis, supongo que podéis encontrarme con esto.

Digo sosteniendo el teléfono que me ha dado Sofia.

-Acudiré a última hora al elíseo, os informaré sobre los posibles avances que haya obtenido.

Aún permanezco junto a mis compañeros por si quieren añadir algo o hay algún progreso.

Ni siquiera he bajado del coche, ni me he desabrochado el cinturón de seguridad. Observo como cambia la pantalla del teléfono móvil cuando paso el dedo sobre ella, no me costará hacerme con el funcionamiento de esta cosa, es una herramienta más, una muy útil. Veo las evoluciones de Demetrio por el rabillo del ojo y espero que termine pronto, esta es una calle peatonal y parados en la única calle que la cruza, en un lateral de la vía, llamamos la atención innecesariamente.

Las palabras de Arturo me sacan de mi lucha con la moderna tecnología, le obsequio con una leve sonrisa mientras asiento:

- Arturo tiene razón, a no ser que queráis hacer algo en particular en la zona será mejor moverse. Sea como fuere os invito a que mañana vengamos aquí a primera hora de la noche. Aurelio dejó claro que él en persona nos remitiría el paquete, ergo se personará aquí para llevarlo al Eliseo. Podemos ver si pasa algo "raro", tener una charla con él y de paso hacer que el paquete llegue a nuestras manos sin intermediarios, ¿os parece? -.

Me desperezo ligeramente mientras busco en mi bolso un espejo y un peine; me doy unos retoques esperando las observaciones de los dos antiguos Primogénitos que aún están en el coche.

- En todo caso - saco el móvil y marco algunas teclas - si no vamos a hacer algo interesante, yo sigo en mi coche, tengo al chofer preparado para que me recoja en donde le diga, - miro a Arturo - ¿quieres que te deje en algún sitio, querido? -.

Una vez visto el lugar, al menos se hizo una idea de la zona. Calles colindantes, ventanas cercanas, iluminación... No parecía que hubiese que hacer mucho más allí, pero aún así, se dirigió al resto.

-Creo que voy a quedarme un poco más por aquí. Me gustaría comprobar algunas cosas, antes de irme- Anunció al resto.

 - No os preocupéis. - Dijo Rodrigo. - Yo también tengo cosas que hacer esta noche y creo que todavía la noche es joven como para desperdiciarla. - 

El vástago sacó el móvil del bolsillo y miró si tenía algún mensaje.

- Creo que recorreré un poco la ciudad para poder ver bien el sitio y después, me pasaré por el Eliseo a última hora para ver si estáis allí ya. -

Se había quedado sólo en el coche, por lo que ahora tenía toda la libertad del mundo para hacer lo que le viniera en gana. Además, todos llevaban móviles, por lo que podrían comunicarse si la cosa se tuerce de alguna manera.

Espero unos minutos, para ver si Demetrio necesitaba alguna cosa y cuando todo estuviera correcto, iba a retirarse del lugar a recorrer las calles de la ciudad.

Veo que cada uno tenemos planes propios.

-Vaya equipo que formamos... Cada uno a sus negocios.

-Entonces si Sofia, si me puedes acercar a la Plaza de los Arces te lo agradecería.
Podemos vernos a última hora en el Elíseo.

Digo mientras me despido con la mano de los otros dos vástagos.