Partida Rol por web

Wax le dio unos golpecitos a Thaen en el hombro. 

"Eh, mira, tenemos un nuevo compañero."

-¿Qué? - Then se giró y vio allí al pequeño osito, parecía tan suave. Seguramente no lo había oído llegar debido a su esponjosidad. Ya le estaban dando ganas de abrazarlo, pero se contuvo y se acercó a él con cuidado.- Hola, ¿cómo te llamas?

 Todo es nuevo, todo es nuevo,  todo es nuevo,  todo es nuevo,  todo es nuevo... - Decía en voz baja mientras temblaba y se moría de miedo. - Seguro que si mantengo mis ojos tapados todo desaparecerá y volveré al país de las nubes de algodón, a mi hogar y a estar seguro.

Seguía con los ojos cerrados muy asustado, no podía ni moverse, Puffy estaba aterrorizado al ver tantas cosas nuevas juntas, "Los cambios, si tienen que venir, que sean poco a poco y que no los note, si no que no vengan", era una de las reglas del pequeño osito.

De repente, dio un salto enooooorme, por el gran susto que se llevó al ver que alguien le hablaba, ¡una voz no conocida, nueva! - Ahhh, por favor, no me hagas daño, ¡eres nueva!, no te acerques mas por favor. - El peluche estaba totalmente acongojado extendiendo sus manos y contrayendo su pie izquierdo a modo de escudo para crear una zona de confort donde nada pudiera volver a asustarle.

Miré al osito de peluche que acababa de llegar y me quedé boquiabierta. Parecía tan suave, y tan cobarde. Con lo majos que éramos. Seguro que se pensaba que éramos goblins disfrazados de niños o algo así. Me acerqué saltando alegremente hasta él y lo tomé de una mano.

- Osito, no tengas miedo, somos buenos. Hola, soy Emma, y esta chica tan maja es Thaen, y el abuelo qeu nos da dulces es Abuelo y - me presenté alegremente - y el chico del cojín volador es... eh... ¿cómo te llamas? - le pregunté al otro chico que acababa de llegar. 

La princesa llega hasta vosotros y os mira con dulzura. La graciosa reverencia de Thaen y la inocente pregunta Yuuki de arrancan una alegre sonrisa de los labios de Ives cargada de amabilidad. 

- No te disculpes, pequeña, pues soy yo quien os está pidiendo ayuda - sus ojos de miel se vuelven hacia el muchacho del cojín y se echa a reír suavemente - No es un sueño, mas tal vez pudiera parecerlo para quien no puede llegar hasta aquí. Sólo...

Las palabras de la princesa se ven interrumpidos por un osito que llega de las nubes. Le sonríe y junta las manos a la altura del pecho - parece que todos los elegidos habéis llegado. Bienvenido, osito del país del algodón. No temas, aquí nadie quiere hacerte daño - la pequeña mano de la princesa acaricia la cabeza del osito y luego se sienta en el suelo junto a vosotros. Os indica con un gesto que sentéis también. El suelo se cubre al momento de una mullida alfombra.

La princesa pone gesto grave - os he llamado porque tenemos un grave problema. Las pequeñas hadas de primavera han entrado en el salón del trono y han estado haciendo travesuras. Esas traviesas hadas del Campo Arcoiris han estado gastando bromas en el castillo y han cogido mi cetro mágico. Ese cetro es el centro de mágico que protege nuestro reino de las oscuras criaturas que acechan tras el Bosque Tiniebla. Sé que las hadas no tienen malas intenciones ni quieren provocar mal alguno, pero cuando juegan, sólo piensan en divertirse y gastar bromas. Pero no debemos confiarnos, pues son astutas y engañosas y usarán cualquier medio para que su diversión no acabe. 

Thaen se quedó pensativa un momento tras escuchar a la princesa.

-¿Y por qué no buscan otra cosa con la que divertirse que sea menos peligrosa?

A sus ojos parecía sencillo, sin embargo, Wax, a su lado, negaba con la cabeza.

"Thaen, imagina que tuvieras tú tanto poder en las manos. ¡Podrías hacer lo que quisieras! Ellas lo usan para divertirse al máximo, seguro que no les hará demasiada gracia que pretendas arrebatarles algo que las hace tan felices."

-No es un sueño? Que raro...-Escuchaba a la princesa para intentar comprender que estaba sucediendo hasta que un osito de peluche cayó del cielo, justo como él había echo antes. Lo bueno de ser de peluche es que la caída es blanda. Para sorpresa de Yuuki, el osito también hablaba.-Seguro que es un cojín de lo más cómodo.. aunque si habla mucho no me dejaría dormir.-Andaba un poco abstraído hasta que la princesa les invitó a sentarse con ella. Se acercó y puso el cojín a su lado, en el suelo, esforzandose para no tirarse encima a dormir.
-Hadas haciendo travesuras? Seguro que eso es muy cansado...-Dijo antes de llevarse la mano a la boca para ocultar un bostezo.-Podríamos invitarles a una fiesta de pijamas y así se calmarían y podríamos dormir todos juntos...-Las fiestas de pijamas son lo mejor...-
Luego se quedó mirando a la brujita, como si se olvidase de algo.-Ah, sí, yo me llamo Yuuki. Encantado...-Dijo, acompañando sus palabras con una reverencia que le hizo tocar el suelo con la cabeza y luchar para no caer dormido.

La princesa vuelve a sonreír ante la inocente pregunta de Thaen - porque las hadas no conocen el significado del peligro. Ni tampoco lo que es la calma - le dice a Yuuki -, de hecho, yo creo que ni siquiera duermen, están siempre activas.

Se levanta y pasea un poco antes de volver a vuestro lado - ¿puedo contar entonces con vuestra ayuda, niños? No podría encargar este encargo a nadie más.

Me empezaba a emocionar por momento, aquello era igual al libro de cuentos de la abuela y yo iba a protagonizar una de aquella maravillosas aventuras.

En cuanto oí lo que la princesa decía me opuse de pies y levanté la mano - yo voy, quiero ir a ver las hadas y por el cetro de la princesa. Y el osito de peluche también - levanté la mano del tímido osito.

Yuuki se quedó de piedra al escuchar a la princesa.-No puede ser... Esas hadas... no duermen..?-El chico no podía imaginarse un mundo sin camas ni cojines.-Si no duermen, no sueñan. Si no sueñan, no descansan. Si no descansan.. no pueden levantarse para echarse una siesta en el sofa!-
El mundo ideal de Yuuki era un poco perezoso pero no poder dormir era una pesadilla similar al infierno.
Se levantó y se puso de pie, su cara de sueño y el bostezo que profirió no mostraban mucho valor, sin embargo, sus palabras demostraban convicción.
-Conseguiremos que las hadas se porten bien y haremos que se duerman!-"Gritó" con voz medio dormida mientras intentaba alzar su brazo para dar ánimos, aunque sus fuerzas comenzaron a decaer a la mitad.

Thaen se emocionó al oír las palabras de la princesa. ¡Aquello sería como una historia de aventuras!

-¡Por supuesto que puede contar con nosotros, princesa! ¡Haremos lo que sea necesario! -luego, en susurros añadió- ¿No estás emocionado, Wax? ¡Vamos a vivir una aventura increíble! 

Wax también estaba emocionado, su sonrisa iba de oreja a oreja y casi parecía que fuese a ponerse a dar saltos de la emoción.

"Es genial, Thaen. ¡Una verdadera misión! Pero tendremos que tener cuidado con esas hadas."

Estaba muy asustado para entender lo que decían con claridad, cetro mágico, hadas del campo de arcoiris oscuras criaturas... ¿De qué iba todo eso? Puffy sólo quería volver a su casa y estar en su cama de nubes, tan blandita y suave...

Aunque a los demás parecía entusiasmarle la idea de ayudar a esa niña que acababa de llegar y de soltar toda aquella historia tan rara, Puffy no entendía nada, no sabía lo que era un cetro mágico, o las hadas del bosque, o los oscuros seres... Aunque aquello de oscuros seres susto sí que daba, sí...

Todo es nuevo... ¡y encima parece peligroso! - Puffy cada vez temblaba más y más, quería decir que no iba a ayudar, que se iba a ir a casa como fuese, pero antes de darse cuenta, una de las niñas levantó su brazo y le ofreció como voluntario para buscar el cetro.

¿De verdad tengo que ir? - Decía tembloroso

Thaen se dirige hacia el adorable osito con todo su entusiasmo y le dirige una enorme sonrisa.

-¡Claro que sí! ¡Ven con nosotros! Será una auténtica aventura, nos lo pasaremos genial todos juntos, ya lo verás.

Está tan emocionada que no puede evitar ponerse a dar saltitos por la estancia, olvidando que, según la etiqueta, eso no debe hacerse frente a la realeza. 

La princesa se dio la vuelta con una sonrisa y llamó a Bo - Bo, trae los objetos, por favor.

El guardián de la princesa hizo un gracioso saludo y se dirigió hacia el interior de una estancia. Poco tiempo después volvía con varios objetos envueltos en una tela de terciopelo azul. La princesa sacó una pequeña bolsita roja y se acercó a Emma.

- Te concedo el don de poder hacer pequeños trucos de magia con tu sombrero - dijo echando un brillante polvo azul sobre su sombrero de bruja. El sombrero brilló y luego se apagó. La pequeña niña se quedó mirando la prenda encantada.

Luego cogió otro saquito verde y se lo echó a Yuuki por encima - a ti te concedo poder volar - unos polvos dorados hicieron brillar el cojín del niño y este se elevó en el aire unos centímetros.

Lo siguiente que cogió fue un pañuelo de color rojo que le dio a Puffy - si te atas esto al cuello te concederá la invisibilidad hasta que te lo vuelvas a quitar, pequeño osito.

Finalmente, se acercó a Thaen con una bola de cristal en las manos. Dentro de la bola reposaba una bella flor y tres mariposas revoloteando alrededor - Thaen, te entrego esta bola que os guiará hasta mi cetro en los momentos que estéis perdidos. Si necesitáis que os guíe hasta el cetro, sólo tienes que desearlo y una de las mariposas os guiará hasta él. Pero ten cuidado, porque sólo tendrás tres mariposas. Cuando llegues al cetro, tened siempre la bola en la mano. Y también - sacó una pequeña varita - esta varita te permitirá iluminar la oscuridad cuando no haya más luz.

Thaen agarró ambos objetos como si de ellos dependiera su vida, con la máxima delicadeza. Tenía en sus manos una gran responsabilidad, así que esta vez no dio saltos de alegría. 

-Muchas gracias, princesa. Seré cuidadosa con los objetos que me habéis dado. Nosotros encontraremos vuestro cetro.

La princesa comenzó a entregar a los pequeños aventureros una serie de obsequios para su aventura. Cuando el cojín de Yuuki se elevó un poco sobre el suelo, por arte de magia, este dejó de prestar atención a su alrededor mientras miraba como su objeto más preciado flotaba en el aire.

-Volar...-Dijo en voz baja mientras era incapaz de desviar la mirada del cojín.

Cualquier otro se imaginaría volando por mundos de fantasía, huyendo de monstruos o salvando princesas. Yuuki se veía a si mismo yendo a la escuela con su cojín, sin si quiera necesitar despertarse gracias a su asombrosa habilidad para flotar. Ahora podría dormir donde y cuando quisiera y aún así podría seguir desplazándose.

-Debo estar soñando..-Dijo mientras abrazaba su cojín volador y miraba a la princesa con ojos de agradecimiento. No había mejor regalo que ese.

-Es... maravilloso...-