Partida Rol por web

Mientras Domingo arrancaba el coche la Macarena rompió el cordel con ayuda de la navaja que le tendió Agustín y arranco con avidez el papel. El contenido era una libretilla desgastada, con tapas negras de piel que habían visto mejores días. El interior estaba formado por unas hojas de papel basto y amarillento, que había visto mejores días. Era el clásico cuaderno que se podía comprar en los hippies en las fiestas. En una esquina de la portada de piel había grabado un símbolo. Habitualmente se prestaba a tener grabados de hojas de marihuana o símbolos celtas, pero en este caso era una serpiente bellamente trabajada - pese a su pequeño tamaño - que se mordía la cola. En el centro de la serpiente había una letra T en tipografía gótica.

El contenido del cuadernillo eran una serie de notas manuscritas a bolígrafo, pluma, rotulador... Parecía que el escritor no se había preocupado en exceso de darle un toque elegante y que había apuntado en cada momento con lo que más a mano tenía. La letra era pequeña y apretada. La Maca la reconoció al momento: era la letra de hormiga del abuelo. En algunas hojas los trazos se veían temblorosos aunque en otras páginas eran claros y firmes. Por un momento pensó que se trataría de un diario y, sin embargo, aunque se notaba que las anotaciones estaban hechas en momentos distintos en ningún caso tenían fechas que las separasen.

Habría entregado el alma a cambio de devorar cada línea de ese cuaderno, en la más perfecta soledad. El pulso se le aceleró en las sienes. "Calma, corazón", se dijo.

-Vaya... parece... un diario.- La Maca miró a Elías.- Creo que lo mejor será que yo lo lea, a ver si nos aclara algo. Tampoco voy a dejar que cualquiera lea el diario de mi abuelo.

Pasó las hojas de la libreta para echar un vistazo rápido.

-Vaya, parece que escribía bastante...

Los demás la miraban... así que decidió leer algo. Abrió una hoja al azar y la leyo por encima en voz baja para asegurarse de que no decía nada embarazoso y comenzó a leer.

Observaba a Elias y su creciente nerviosismo, a la vez que la joven comenzaba a escudriñar el libreto, algo desgastado. Su mirada se detuvo en la portada, grabando en su memoria el grabado en forma de serpiente.La joven comenzo a pasar paginas, comentando lo mucho que habia escrito.Intento acomodarse algo mejor en el interior del vehiculo, esperando que la joven comenzase el relato que escondia el interior de sus paginas.

La Maca, mientras Domingo arrancaba, leyó una página al azar:

Cita:

Durante unos segundos intentó comprender lo que había leído. El yayo no solía expresarse como un docto filósofo. De hecho, que ella supiera, nunca había tenido más estudios que la calle. Pero aquella era su letra. ¿Qué más secretos ocultaba el abuelo?

Agustín observó durante unos momentos la marca de la portada. La simbología de la serpiente que muerde la cola estaba indisolublemente relacionada con la eternidad pero ¿había algo más en ese grabado? Desconocía la respuesta.

Lugares comunes de la mística expresados con convicción: esto había captado Elías. Ah, ¿qué maravillas de experiencia subyacían a aquellas palabras? El ansia lo ahogaba, se contenía a duras penas, sólo sus ojos turbios lo delataban. Adelantó una mano trémula y preguntó:

-¿Me dejas echar un vistazo?

La Maca miró de nuevo a Elías. Había dicho que era un simple aficionado, pero los ojos le brillaban como a un niño delante de una tienda de caramelos. No estaba segura de si era la persona más de fiar para dejarle la libreta.

Miró al otro lado y vio a Agustín, delante Domingo conducía serio y su compañero no prestaba demasiada atención, o eso parecía. Ninguno de aquellos hombres parecía tener la más mínima idea de lo que había escrito en aquella libreta, solo Elías.

Aunque su corazón le decía que no debía hacerlo decidió dejarle la libreta, al menos duranet el trayecto en coche. Pero antes pasó las hojas una vez más. No estaba segura de que buscaba. ¿Alguna hoja suelta? Instrucciones para ella? Su abuelo no le habría dado la llave del apartado para que luego ella no supiera que hacer con la libreta.

Sintiendo la mirada de la joven, nerviosa y comprobando la actitud del argentino, levanto sus gafas de sol, dejando a la vista esos extraños ojos de color azulado, mostrando una fria mirada, a juego con su tono de voz .

-Deja que la chica continue leyendo, al fin y al cabo , es de su abuelo, es su herencia. Cuando termine ya te lo prestara.

Dirigiendose al argentino, el cual parecia demasiado interesado en lo que habia escrito en sus hojas. No le gustaba su actitud, escondia algo, eso era seguro, pero el dolor en su costado, le impedia descubrir el que. Su mentor se reiria por eso, asi no lo habia adiestrado. Le sonaba el grabado, pero su mente no podia concentrarse en la respuesta.

Una mueca de cólera y contrariedad se deslizó por su rostro, como un reflejo fortuito o una serpiente, cuando giró la cabeza hacia Agustín para replicarle:

-Sólo quería mirar esas palabras extrañas que leyó hacia el final. Estaban en otro idioma, ¿qué idioma era ese?

La Maca volvió a repetir las palabras pronunciando como bien pudo.

-Nu ha lam iyeä sjakca.- dijo- A mi no me parece ningún idioma que conozca

A ninguno de los presentes le sonaba aquel extraño dialecto.

El apoyo de Agustín le dio algo más de seguridad a Macarena, que siguió buscando algo en la libreta. Decidió mirar las últimas páginas de la libreta. ¿Que era lo último que había escrito su abuelo?

Elías apretaba los labios y observaba cómo la chica manoseaba sin rumbo el cuaderno. Aquellas palabras en un idioma desconocido, ¿qué podrían significar? Seguro que había pistas o explicaciones de ello en alguna de sus páginas. Sólo había que saber cómo leerlo, pero dudaba de que la plumilla dominase siquiera ese conocimiento básico.

Se limitaba a mirar y a esperar lo inevitable. Todos estaban callados. La radio lanzaba esporádicos silbidos y comunicaciones.

La Maca leyó las últimas páginas, casi sin darse cuenta, en alto:

Cita:

Después hay un espacio y los últimos trazos están escritos de forma apresurada, evidentemente en otro momento:

Cita:

La Maca miró a los demás.

-¿Que lo olvide? ¿Acaso el yayo sabía que iban a matar?- entonces se dirigió a Elías- ¿Te dice algo el párrafo anterior? ¿Que carajo está pasando aquí?

“La carta ha sido escogida y el ritual asignado”, qué diablos podría significar eso. ¿Sería posible qué…? Elías sacudió la cabeza, estupefacto, un punto horrorizado, aunque se limitó a decir:

-No entiendo más allá de lo que se dice en el texto, sólo he cazado palabras al vuelo: “esquivar la rueda” y “tesoro”. Y alumbré una pregunta inquietante: ¿cómo sabía tu abuelo que serías tú y no algún otro familiar quien encontrase este “tesoro”?

Las palabras de la Maca, leyendo el final del diario, parecia no tener ningun sentido, aunque el rostro del argentino, le seguia sorprendiendo, seguro que sabia mas de lo que decia, pero bueno.Todos parecian mencionar el tesoro y no se que mas, pero parecia que nadie se habia dado cuenta de un detalle.Un nombre que salia y que podia significar mas de lo que parecia.

-Dejaros de tonterias, de tesoros y demas.Leed bien. Debo cuidarme de Ahasverus y evitar su desconfianza. Tolito me ha ungido tres veces, y tres veces he negado mi recuerdo siguiendo los rituales, salen dos nombres, y uno de ellos parece que tubo contacto directo con el Gallego. Tolito, parece alguien que le ayudo.¿A ninguno de vosotros os suena ese nombre?¿no sabeis si algun amigo responde a ese nombre o mote?.

Despues dirige su mirada al argentino sabelotodo, lo mira extrayendo sus oscuras gafas, mostrandole la mirada azulada.

-¿Y a ti no te suena de nada ese otro nombre? Ahasverus....

Quedandose pensativo.